El Tren del Destino
Por Marce-chan
Introducción
Un vaivén de borrones de colores y siluetas pasaban por la ventana debido a la velocidad a la que se movilizaba el tren y aunque no hubiera realmente nada que ver una chica observaba por la ventana completamente ensimismada.
-Ogino-chan… Ogino-chan… ¡O-gi-no-Chan!
La chica se sobresaltó al escuchar mencionar su nombre y se giró, un chico y una chica la observaban.
-¿Te ocurre algo?-preguntó el chico.
-Chihiro siempre hace eso cuando viaja en tren-respondió la otra chica restándole importancia al asunto.
-Parecías en otro mundo, Ogino-chan-murmuró el chico inquieto.
Chihiro soltó una risita nerviosa.
-Lo siento, no quería preocuparte Tamaki-san…
-¿Por qué veías por la ventana?-preguntó Tamaki.
-La verdad, no lo sé-respondió Chihiro encogiéndose de hombros.
-Era como si buscaras a alguien…-murmuró Tamaki.
-Sé que es mi imaginación-sonrió Chihiro-Pero a veces, cuando voy en tren siento como si hubiera alguien afuera, observándome.
-Estás loca, Chihiro-replicó la otra chica-Ya casi llegamos a la estación y tenemos el tiempo justo para llegar a la universidad, así que atentos.
-Si-respondieron Chihiro y Tamaki a coro.
Ogino Chihiro era una chica de 22 años de edad, estudiante de la Universidad de Tokio, había conocido a su amiga Kimura Aoi en el campus y llevaban años de amistad, el chico que las acompañaba era Tamaki Ken, compañero de clase.
Y tal como Chihiro había dicho, eso le pasaba siempre que viajaba en tren, una extraña sensación la invadía, se sentía observada, pero no le atemorizaba, al contrario, era una sensación curiosamente familiar, como hubiera alguien ahí afuera que la estaba esperando, había llegado a habituarse tanto a esa sensación que se ausentaba del ambiente, observando alrededor pero más por costumbre que por otra cosa, habían pasado años desde que de verdad se dedicaba a buscar a ese algo o ese alguien que la observaba, se había resignado a que se trataba más de su imaginación que de otra cosa.
-¡De prisa, Chihiro!-le gritó Aoi desde la puerta del tren que estaba por cerrarse.
Chihiro dio un respingo y corrió tras ella, saliendo justo a tiempo del tren.
-He oído que habrá un viaje de práctica la próxima semana-comentó Tamaki mientras subían las escaleras para salir de la estación.
-¿Un viaje?-preguntó Aoi.
-Sí, eso escuché de un profesor ayer-respondió Tamaki.
Chihiro y Aoi intercambiaron una mirada. Y tal como Tamaki les dijo, ese día en clase el profesor les informó que viajarían la siguiente semana a la prefectura de Ehime, a un poblado llamado Kumakôgen, que quedaba cerca a Matsuyama, la capital de la región de Shikoku.
-Viajaremos en avión hasta Matsuyama-explicó el profesor-Y luego en tren hasta el distrito de Kamiukena para llegar al pueblo de Kumakôgen.
-Kumakôgen…-murmuró Chihiro para sí.
-¿Tú viviste un tiempo en Matsuyama, verdad Chihiro?-preguntó Aoi al escucharla.
-Sí, cuando era pequeña-respondió Chihiro.
-¿Conoces Kamiukena?-preguntó Tamaki a su lado.
-No estoy segura…-murmuró Chihiro intentando recordar-Pero ese nombre… Kumakôgen se me hace familiar… Quizás fui ahí alguna vez con mi familia de vacaciones.
-Seguro lo recuerdas cuando vuelvas-respondió Tamaki.
-La universidad les dará los respectivos viáticos y tiquetes-continuó el profesor-Pero no estará de más que lleven un dinero extra, estaremos ahí alrededor de una semana o un poco más.
-¿Y a qué iremos, profesor?-preguntó un estudiante levantando la mano antes de hablar.
-Haremos un diagnóstico de los sistemas hídricos y las afluentes de la zona, como saben en esa región nace el Niyodo-gawa.
Los murmullos de asombro y curiosidad no se hicieron esperar, como estudiantes de ingeniería ambiental, todos sabían que el Niyodo-gawa era uno de los ríos más importantes de Japón.
-Niyodo-gawa…-murmuró Chihiro pensativa.
-Es un río muy extenso del que han nacido muchos otros ríos pequeños, pero gran parte de estos se han secado debido al calentamiento global o han sido vaciados con el fin de ampliar la zona urbana o industrial-explicó el profesor-El caudal líquido del Niyodo-gawa ha presentado una considerable baja este año y las autoridades de la zona están preocupadas, así que han solicitado un equipo de expertos de la Universidad de Tokio para investigarlo, ustedes, como estudiantes de último semestre iniciarán su práctica ahí.
Más murmullos de asombro, era una muy buena manera de iniciar las prácticas universitarias y sobretodo abrirse campo en el medio laboral.
-Eso hará parte del examen final de la materia así que vayan preparados, investiguen sobre la zona, tienen que saber a dónde nos dirigimos y que es lo que vamos a hacer-terminó el profesor.
-Si-respondieron todos a coro.
Una gran excitación dominaba a los estudiantes de último semestre de Ingeniería Ambiental ese día, estaban por dar un gran paso en sus carreras. Curiosamente, Chihiro era ajena a esa emoción.
-¿Qué te pasa, Ogino-chan?-preguntó Tamaki al darse cuenta-¿No estás feliz de ir a la práctica?
-No es eso-murmuró Chihiro-Es que me inquietó eso del Niyodo-gawa…
-¿Te preocupa el calentamiento global?-preguntó Aoi alcanzándolos.
-Más que eso-murmuró Chihiro-Es algo así como un Déjà vu…
-¿Déjà vu?-preguntaron Aoi y Tamaki al unísono.
-No sé cómo explicarlo-sonrió Chihiro encogiéndose de hombros.
-Bueno, hablando de eso-suspiró Tamaki-Para mí si será un Déjà vu tener que llamar a mis padres a pedirles dinero para el viaje… Que fastidio…
Chihiro se sobresaltó y suspiró también.
-Ahora que lo mencionas… Creo que tendré que hacer lo mismo, no me alcanza con la mesada del mes…
-O podrías trabajar medio tiempo como yo-replicó Aoi.
-El viaje es la próxima semana Aoi-replicó Chihiro.
-Como siempre Kimura-san-suspiró Tamaki con cierto fastidio-Echándonos en cara que ella trabaja y nosotros no.
-No sé cómo te alcanza el tiempo, Aoi-murmuró Chihiro.
-La necesidad, amiga mía-sonrió ella-A mí no me dan mensualidad como a ustedes, tengo que arreglármelas.
-Y te admiro por eso-sonrió Chihiro.
-Lo sé-sonrió Aoi cariñosamente.
Bueno…-suspiró Tamaki sacando su teléfono celular-Al mal paso, darle prisa.
Se alejó mientras marcaba el número de su casa en Nagoya. Chihiro lo imitó.
-Creo que Tamaki-san tiene razón, los llamaré de una vez-le comentó a Aoi.
-Yo debo ir al trabajo-sonrió ella-¿Pasarás por el restaurante más tarde?
-Sí, es probable-sonrió Chihiro.
-Seguro que Tamaki también querrá venir-sonrió Aoi guiñándole un ojo.
-¿Eh?-murmuró Chihiro sin entender el gesto.
-Él va a donde quiera que tú vayas, Chihiro.
-¿Qué?-exclamó Chihiro extrañada-¿De qué estás hablando?
-¿Acaso no te has dado cuenta que le gustas a Tamaki?-exclamó Aoi como si fuera muy obvio.
Chihiro se giró involuntariamente hacia Tamaki que se hallaba sentado al pie de un árbol cercano, hablando por teléfono, él sintió su mirada y le sonrió en respuesta, Chihiro no pudo evitar incomodarse y se giró nuevamente hacia Aoi que se aguantaba la risa.
-¿Hablas en serio?
-Eres tan distraída, Chihiro…-suspiró Aoi palmeándole la cabeza con condescendencia-En lugar de estar buscando a quien quiera que sea que buscas en los trenes, deberías mirar mejor a tu alrededor.
Y dicho esto se dio vuelta y salió del campus, dejando a Chihiro sumida en una gran confusión. Antes de que pudiera siquiera pensar en algo, Tamaki se acercó.
-Bueno, me enviarán el dinero-suspiró con alivio-Aunque será un adelanto del próximo mes… Será un mes apretado…
-Ya veo…-titubeó Chihiro sin poder evitar sonrojarse.
-¿Ocurre algo?-preguntó Tamaki al percatarse de su sonrojo.
-No, no…-titubeó Chihiro sacudiendo la cabeza.
-¿Kimura-san ya se fue a trabajar?-preguntó Tamaki al notar su ausencia.
Chihiro asintió con la cabeza en silencio.
-¿Irás más tarde a verla al restaurante?-preguntó Tamaki.
Chihiro volvió a asentir.
-¿Nos vemos ahí, entonces?-sonrió Tamaki-Debo terminar los deberes para el taller de Suelos de mañana, pero pasaré por ahí más tarde.
Chihiro repitió el gesto automáticamente.
-Nos vemos-sonrió Tamaki y se alejó saliendo el campus.
Chihiro lo observó alejarse muy inquieta, llevaba años de conocerlo pero nunca se había dado el trabajo de verlo así, si Aoi no se lo hubiera mencionado nunca se habría dado cuenta del trato que Tamaki le daba ¿Cómo se había tardado tanto en notarlo?
No pudo evitar recordar lo que Aoi acababa de decirle:
"En lugar de estar buscando a quien quiera que sea que buscas en los trenes, deberías mirar mejor a tu alrededor."
¿De verdad ella estaba buscando a "alguien" en los trenes? Nunca lo había pensado así, para sacar esas locas ideas de su cabeza tomó su celular y marcó el número de su madre.
-Chihiro-chan-se oyó la sonriente voz de su madre al otro lado de la línea-Que gusto escucharte.
-Hola mamá-sonrió Chihiro-Tengo noticias.
-¿Buenas o malas?-preguntó su madre de inmediato.
-Buenas, nada de qué preocuparse-sonrió Chihiro.
-Cuéntame.
-El profesor del taller de Aguas ha seleccionado a nuestro grupo para un viaje de práctica a la prefectura de Ehime.
-¿Ehime?-murmuró su madre-Nosotros vivimos un tiempo en Matsuyama ¿Lo recuerdas?
-Si-sonrió Chihiro-Aunque fue por poco tiempo tengo algunos recuerdos.
-¿Y cuándo será el viaje?
-La próxima semana.
-¿Y qué investigarán?
-La afluencia del Niyodo-gawa-respondió Chihiro-Parece que hay un problema ambiental en la zona y las autoridades solicitaron un grupo de expertos de la universidad, iremos como practicantes.
-Es una gran oportunidad de abrir campo laboral, Chihiro-chan-sonrió su madre.
-Sí, exactamente-sonrió Chihiro-Pero…
-Necesitas dinero-la interrumpió su madre comprendiendo su dilema-Estamos casi a final de mes, es obvio que te hará falta.
-Si…-suspiró Chihiro con cierta vergüenza.
-No te preocupes por eso, le diré a tu padre que te envíe lo que necesites el fin de semana.
-Muchas gracias, mamá.
-El Niyodo-gawa eh…-suspiró su madre con nostalgia.
-¿Eh?
-Podría decirse que ese río hace parte de tu destino, Chihiro-chan…
-¿Qué? ¿A qué viene eso?
-¿Recuerdas el río en el que casi te ahogas cuando eras pequeña?
-¿Era el Niyodo-gawa?-exclamó Chihiro conteniendo la respiración.
-No, era uno sus descendientes ¿Lo sabías?
-¿Qué?-exclamó Chihiro sorprendida-No, no sabía eso.
-Ya olvidé el nombre del río-murmuró su madre intentando recordar-Pero recuerdo que lo vaciaron porque interfería con la construcción de un distrito comercial.
-Sí, recuerdo que me contaste eso hace años-respondió Chihiro.
-¿Tú no recuerdas el nombre del río?-preguntó su madre.
Chihiro cerró los ojos buscando el nombre en sus memorias, pero fue inútil.
-No, lo olvidé.
• • •
Matsuyama había cambiado mucho desde la última vez que Chihiro estuvo ahí muchos años atrás, estaba mucho más grande e industrializada, pero no tuvo mucho tiempo de recorrerla, pues el tren que los llevaría al poblado de Kumakôgen llegó al poco tiempo, una vez más Chihiro se ausentó de su ambiente mientras viajaba en el tren junto a sus otros 14 compañeros de clase. Pero había algo diferente esta vez, ella nunca había ido a Kumakôgen, sin embargo el recorrido se le hacía conocido, como si no fuera la primera vez que realizaba ese viaje.
-¿Ogino-chan?
Chihiro volvió a la realidad con un respingo, Tamaki Ken se hallaba de pie frente a ella.
-¿Dime, Tamaki-san?
-Dicen que llegaremos al anochecer-dijo Tamaki-Como no hay nada que hacer hasta mañana, me preguntaba si querías ir a recorrer Kumakôgen y tomar un café o algo…
-Suena bien-sonrió Chihiro-¿Con quiénes?
-Sólo conmigo…-titubeó Tamaki mirando al suelo.
-¿Eh?-murmuró Chihiro cayendo en cuenta lo que estaba pasando.
Buscó con la mirada a Aoi que estaba sentada frente a ella, pero ella dormía, aunque en realidad sólo fingía dormir.
-¿No quieres?-preguntó Tamaki al verla dudar-Si es así, no hay problema.
-No, está bien-replicó Chihiro rápidamente, lo último que quería era herirlo-Vamos.
-¿En serio?
Chihiro asintió con la cabeza justo cuando el tren aminoró la velocidad, acaban de llegar a una de las cinco estaciones que los separaban de la estación de Kumakôgen, Tamaki le sonrió satisfecho y se sentó, dejando la ventana a la vista al hacerlo y justo ahí, en el andén de la estación, estaba una silueta de pie, camuflada por el sol del atardecer. Chihiro se lanzó hacia la ventana de un salto, el tren comenzó a moverse al retomar la marcha y tuvo un flashback: Esa misma imagen, en una estación mucho más rústica, mucho tiempo atrás, mucha agua alrededor y esa misma silueta oscura en el andén se perdía de vista en la distancia, era la silueta de un niño.
