Se había terminado. De repente, el dulce sueño en el que había estado viviendo había llegado a su final, y ahora se transformaba lentamente en una pesadilla. No, no era posible. Apenas ayer me habías susurrado "Te amo" mientras ambos nos rodeábamos con los brazos. Tu dulce voz aún resuena en mi cabeza, y esa frase da vueltas una y otra vez... Tu piel... se siente tan fría, aunque al contemplarte en ese ataúd hecho a tu medida pareciera que simplemente duermes. Tu rostro tranquilo, es igual al de aquellas veces que dormitaste sobre mi pecho, mientras yo te contemplaba en la oscuridad, velando tus sueños y deseando que no despertaras para tener que enfrentarte a los problemas que te esperaban... Nunca imaginé que ese deseo se volvería realidad, y que me llenaría de tanta amargura. Pude escuchar el llanto de todos los seres que te amaron, pero yo no pude hacer lo mismo. No pude romper en lágrimas, ni gritar por tu pérdida... No es mi estilo. Sólo me quedé ahí, de pie, observándote... Dentro de aquel ataúd hecho a tu medida.
Había tantas cosas que te tenía que reprochar, y sin embargo… ya no me mirarías a los ojos, ni me responderías por más que yo te cuestionase. Lo único que me queda de tu inocente persona, es tu cuerpo inerte, recostado sobre aquel lecho de hermosas flores blancas que opacas con facilidad.
El tiempo siguió corriendo aún después de eso, pero dejé de notar su paso sobre mí. En el momento en que tu alma abandonó este mundo, la mía también lo hizo… sólo que mi cuerpo se mantuvo "vivo", para pesar mío.
Y digo "vivo" puesto que en realidad solo me había transformado en un muñeco andante. Comía, bebía, caminaba… Pero ya no amaba.
No quise recibir ninguna clase de consuelo. El simple hecho de ver a todos aquellos herbívoros que no habían sido capaces de protegerte me llenaba de ira, y de un deseo puro de eliminarlos a todos.
Ah, sí con eso volvieses a mí… entonces lo haría gustoso y con una alegre sonrisa en el rostro. Incluso aunque me odiases por deshacerme de todos ellos, con el simple hecho de tenerte respirando y viviendo, lo demás no me importaría… Te encadenaría, de ser necesario, para no dejarte escapar nunca más... Cortaría tus alas y libertad, con tal de mantenerte a salvo...
Puesto que no necesito a nadie más que a ti.
Lamentablemente, no existe poder alguno en esta tierra que pueda traer de regreso a alguien que ha partido al descanso eterno.
Mi amado herbívoro… me acostumbraste a tu presencia, a tu esencia, a tu calidez y amor… ¿¡Cómo esperas que siga viviendo, si ya no me queda nada de eso!?
¡No tienes idea de cuánto duele el estirar la mano en la noche, esperando tocar tu tersa y cálida piel… para toparme solamente con la fría almohada que tanto te gustaba usar cuando dormías a mi lado!
El lado de la cama que solías ocupar… aún tiene tu embriagante aroma impregnado en él.
A pesar de que me habría encantado encerrarme en la habitación donde tanto tiempo pasamos juntos, salía ocasionalmente en misiones asignadas por la familia. Esperaba encontrar a tu asesino entre todas las personas que se me ordenaba enfrentar… y que al final, terminaba despedazando sin piedad o misericordia alguna. Seguro me estarás odiando, desde donde quiera que me estés observando.
Tú, siempre tan ingenuo y piadoso… Nunca permitiste que nadie muriera, ya fuese amigo o enemigo.
¡Más sin embargo, aquella estúpida bondad tuya, fue la que te llevó a donde estás ahora!
Mucho gusto~ Este es el primer fic de varios capítulos que escribo, espero que les guste. Estoy nerviosa, es mi primera vez aquí y acabo de subir muchas historias más, entre ellas, esta.
Si este fic agrada a otras personas, seré mucho muy feliz ;w; Que de eso vivo yo, de los sentimientos que puedo despertar a través de mis palabras, aunque estas no sean la gran cosa...
Tomatazos are welcome~!
