Pero el que la situación no cambiase era puramente por decisión de David. Sus compañeros de clase se habían acercado a él en incontables ocasiones, pero él parecía rechazarlos. A pesar de ser un chico tranquilo, se ponía de muy mal humor cuando en su casa se tocaba el tema de sus relaciones con otras personas.
Sumado a todo esto, y para más preocupación de sus padres, la contra-cara de David era su hermano John. John era tres años mayor a David, y era increíblemente popular dentro de la escuela. De hecho, mantenía un noviazgo con la chica más linda de su curso. Ni él ni ella estaban enamorados, pero su relación hacía que su status dentro de la escuela se mantenga bien alto. John también había puesto todo de su parte para que David cambie de actitud, incluso lo había presentado a sus amigos, pero su hermanito siempre rechazaba las oportunidades.
A esta altura, es necesario presentar a las figuras paternales de aquella familia. Bean Harrison, el padre de familia, era un tipo alto y de buena presencia. Trabajaba en una empresa de transportes de la ciudad de Londres. Hasta hacía un tiempo, había pasado de ser transportista a estar detrás de un escritorio, debido a un ascenso que se ganó por su buen desempeño. Esto había permitido un ingreso mayor en el hogar, por lo que se convirtieron en una familia de clase media-alta. La madre de los dos chicos se llamaba Evelin Dawson, y se encargaba del cuidado del hogar. La única característica que había transmitido a sus hijos era su cabello castaño, pues en lo demás se parecían a su padre.
Al no estar mal parados económicamente, ser una familia muy querida y respetada dentro del barrio, y tener un hijo que se destacaba en prácticamente todos los deportes en que participaba, cualquiera hubiese pensado que el único detalle que no cuadraba en los Harrison era la actitud de su hijo David frente a la vida, detalle, pensaron ellos, se solucionaría después de unas charlas con un psicólogo. Así, dieron por hecho que su hijo David sería tan "normal" como ellos. Cuanto se equivocaban.
