¡Hola a todos!

Este es el primer fic que aporto a la comunidad en español de Final Fantasy. Tan... abandonada, la verdad. Casi me hubiera venido mejor escribirlo en inglés, pero mi corazón me pedía escribir sobre esta pareja en mi idioma natal.

Estoy muy emocionada con este proyecto, es una mezcla del canon de la novela post-LR y mi propia versión de los hechos, pero todo TAN PERFECTO Y BONITO QUE SOLO VAIS A QUERER LLORAR. Iré subiendo los capítulos según los vaya teniendo, que tengo una buena época de escritura ~

Sin más dilación, aquí os dejo el primer capítulo ~ 3

(Disclaimer: Los personajes pertenecen a Square Enix)


La mirada de Caius era penetrante y maliciosa, pero más lo fue la sonrisa ladeada que formó, apretando las falanges alrededor del cuello del joven.

— ¿Quieres morir con ella?

— ¡No, quiero que viva!

Los segundos en los que los ojos violáceos del Guardián Inmortal se clavaron en los azulados orbes ajenos fue eterno, hasta que finalmente habló de nuevo.

— Entonces, jura por tu vida...

Las falanges se apretaron de nuevo, en tanto que el hombre hacía presión hacia arriba, haciendo desaparecer la figura que sostenía, convertida en apenas unos humeantes restos.

— ... que la protegerás.

Y el cuerpo de Noel fue impulsado hacia arriba, saliendo del humo que envolvía el Unseen Realm para, al abrir los ojos, encontrarse con una imagen que cortó la respiración del Cazador súbitamente. Entre sus brazos, el cuerpo de Yeul, la misma Yeul que había visto segundos antes al lado de Caius, en numerosos encuentros confusos durante su viaje... y cada noche en sus sueños durante 500 largos años.

La incrédula mirada del castaño se encontró con los ojos verdes de la chica, cuando estos se abrieron por primera vez, llenando el interior de Noel de una calidez indescriptible y un extraño escalofrío recorrió su cuerpo.

"Esta es la última. Libre de la maldición, es la única que puede ser feliz."

Noel no se podía creer lo que le estaba ocurriendo. Apenas unos minutos antes, Yeul le había confesado, junto a todas sus semejantes, que se quedarían en el plano donde las almas regresan, las Tierras Etéreas donde Caius cumpliría con la función de Dios de la Muerte. Se equivocaba, aunque no del todo; le habían concedido por una vez un deseo, por una vez él era el ganador. Y lo que siempre había ansiado, todo lo que siempre había necesitado, se encontraba en ese momento entre sus brazos.

Lightning, junto a todos sus amigos y compañeros, guerreros que habían vencido al gran dios Bhunivelze y salvado a la humanidad de un destino que pretendía dejar atrás el mundo en el que habían vivido, les condujo por el camino donde las almas llegarían al Nuevo Mundo, dispuestas a renacer.

Las sonrisas en los rostros del grupo de héroes hablaban por sí solas. Habían recuperado a sus seres queridos, la promesa de una vida mejor estaba al alcance de su mano, tan real como ellos mismos. No sabían qué destino les aguardaba, pero estaban dispuesto a descubrirlo.

Y fue así como hicieron entrada en el mundo prometido. Todas las almas, incluidas las de los personajes que cumplieron con su labor de salvadores, fueron repartidas por los distintos puntos de aquel planeta, con la promesa de volver a encontrarse de nuevo.

Un destello de luz relampagueó sobre los párpados cerrados de Noel, que abrió los ojos no sin dificultad. ¿Dónde se encontraba? Tumbado sobre una cama, volvió a sus orbes la visión de una habitación pequeña, rectangular. Iluminada por la brillante luz de la mañana a través una ventana que se abría en el lado derecho de su cama, pudo comprobar el mobiliario, compuesto por un armario de un oscuro roble, además de un escritorio y una estantería de la misma madera. Al otro lado del cuarto parecía dividido simétricamente, reflejo de lo que sería su lado del cuarto, con otra cama, otro escritorio y otro armario. Rápidamente Noel reconoció aquella habitación como suya: solo alguien que había vivido siempre con lo justo apreciaría la sencillez en la decoración.

Poco a poco se fueron esclareciendo los detalles en su mente. Ayudado, una vez de pie, de los objetos que guardaba en su armario, en la misma estantería, hojeando una agenda sobre el escritorio, pudo hacer una ordenación de datos sobre sí mismo.

Noel Kreiss tenía 21 años, y estaba en el último año del grado de Historia en la Universidad de Florencia. Para alguien como Noel, que había vivido en los confines del mundo, donde él tenía el título del último ser humano, consideraba que era algo de vital importancia la salvaguarda de la memoria. Por eso había escogido la formación que le ayudaría a comprender la Historia del mundo en el que ahora vivía, desentrañar sus misterios...

De pronto una duda asaltó al castaño: ¿Y el resto de personas que conocía?
No le costó mucho averiguar qué había ocurrido con ellos. Sobre el escritorio residía un pequeño portátil que encendió para entrar directamente en su correo.
Mensajes de viejos amigos se agolpaban en su Bandeja de entrada, en los que le hablaban de las novedades en sus vidas: Fang y Vanille vivían en el Caribe; recién oficiado su matrimonio, se habían establecido en una comunidad ajena a la civilización. Fang se dedicaba a la ganadería, y Vanille cuidaba de la agricultura de la aldea en la que ambas vivían. Como siempre lo habían hecho, parecían no querer despegarse de sus raíces en Grand Pulse. Incluso tenían que haber salido de aquella aldea para poder mandar ese mensaje a Noel y confirmar su ubicación y bien estar.

Sazh y su hijo Dajh se establecieron en una pequeña ciudad al norte de Alemania. Junto a Snow se encargaba de una página web en la que hacían envíos y recogidas de alimentos, juguetes y ropa para los niños desfavorecidos y sus familias. Mantenidos por una colaboración del gobierno alemán y francés (donde Snow vivía con Serah), podía vivir en paz consigo mismo y viendo a su hijo crecer como nunca había podido hacerlo. Su conciencia, al fin, estaba tranquila.

Un ya mencionado Snow encontró su nueva vida con Serah en una campiña al sureste de Francia, trabajando en su propio taller de motos, y echando una mano a Sahz con su organización. Serah por su parte enseñaba a los niños pequeños de la escuela de la aldea más cercana, como habría hecho en Nueva Bodhum no hace tanto tiempo. Ambos estaban ya con los preparativos de su boda, aquella que por fin podría celebrarse como era debido, sin miedo a ningún futuro. Ambos enamorados juntos por fin lejos de cualquiera profecía, cualquier dios; solo ellos dos, como debía de haber sido desde el principio. Sin embargo, una ausencia asombraba la felicidad incompleta de la pareja: Lightning estaba desaparecida.

La salvadora gracias a la que habían encontrado un hogar en el Nuevo Mundo no había hecho su aparición para con el grupo aún. Todos pensaron que sería bueno dejarle el tiempo suficiente a la más solitaria de ellos, para que purificase su mente y se hiciera idea de que por fin no tendría que pelear más. Sin embargo, varios años habían pasado y ninguno de ellos había escuchado siquiera una pista sobre la silenciosa pelirrosa, viviendo todos ellos en un estado de alerta constante. Nunca se sabía cuándo podía parecer.

Pero aún había alguien del que faltaba por saber... ¿Qué había sido de Hope? No tuvo que esperar demasiado para saber la respuesta. En ese mismo instante, la puerta del cuarto se abrió (súbitamente) para la sorpresa de Noel, enfrascado como estaba en los mensajes.

— ¡Noel, así que estabas aquí!

Ante el mencionado se presentó un joven de su misma estatura, cabello blanquecino cortado en una melena tipo casco, peinada, aunque ligeramente alborotada, y unos ojos del color del jade que le devolvían la mirada con suspicacia.

— Te he estado buscando por todo el Campus... ¡Ya han anunciado a los licenciados de cada grado!

Noel balbuceó un par de palabras ininteligibles antes de aclararse las ideas y, de paso, la garganta.

— ¿Hope?

Estudiante modelo de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, el corazón del peliblanco siempre sería el de un -entregado- investigador científico. Sin embargo, la experiencia vivida aquellos años antes de la muerte de Nova Chrysalia, le hicieron darse cuenta de algo: Él había sido el único capaz de otorgar esperanza a la gente, en el momento más oscuro de la humanidad. Hope se había convertido en aquella esperanza que tanto negaba ser. Por tanto, todo el mundo sabía que tenía madera de líder.

Y, en el fondo, él también.

— ¡Vamos, he venido a por ti!

El peliblanco se acerca a aun perplejo Noel, para situarse detrás de él y ponerle las manos en los hombros, con la intención de empujarle invitarle a caminar.

— Pero, pero...

— Sí, sí, te acabas de despertar, lo sé, se te nota en la cara. ¡Pero esto es mucho más importante! - Si tengo alguna matrícula, te invito a un café.

Y así fue arrastrado el una vez llamado Cazador Oscuro fuera del cuarto y bajo las escaleras por las que casi cae rodando de los pequeños tropiezos que iba dando.

Hope y Noel habían desarrollado la amistad que deberían haber tenido desde que se conocieron. La elocuente calma de Hope se contraponía a la (alta) autoestima energética de Noel, pero complementándose del mismo modo.

Al llegar al tablón que recorría todo el pasillo de la facultad, tuvieron que sortear a un buen número de estudiantes hasta llegar a los correspondientes a sus respectivas carreras. Una gran cantidad de estudiantes se aglomeraban junto a los tablones; algunos, gritando de emoción, se abrazaban a sus compañeros y amigos. Otros, en cuclillas apoyados en la pared, hundían el rostro en sus manos con insonoros (y no tan insonoros) sollozos por no haber superado el mínimo para ser graduados.

Noel fue el primero en llegar a ver sus resultados. Buscando en la lista de nombres, la repasó con el dedo índice de forma descendente hasta llegar a la K.

KREIS, Noel _ GRADUADO

Al joven castaño casi le fallan las piernas. ¡Era Graduado en Historia! ¡Un historiador de verdad, al fin! No podía esperar para contárselo a Yeul...
Entonces una bombilla se encendió en la mente del muchacho: ¡Yeul! ¿cómo no había pensado en ella antes? Nada más buscar ese nombre en su interior, una serie de recuerdos acudieron a él en un abrazo cálido, respondiendo a sus presentes dudas.

Yeul tenía 17 años y estaba a punto de terminar los estudios superiores del instituto. Una vez llegados al Nuevo Mundo, pudieron retomar su relación tal y como la dejaron en el momento de la muerte de la Visionaria en el 700 d. H. Cual adolescentes, se habían ido acercando, poco a poco, conforme iban pasando los años. Noel respetaba el ritmo que Yeul marcaba. Sin prisas, sin preocupaciones. Al fin tenían tiempo para ellos solos. No había maldiciones... que ellos supieran.

Aquel mismo año sería el que Yeul alcanzaría la mayoría de edad. Y 18 años era lo máximo que habían vivido el resto de Yeuls a los largo de la historia. Aunque no lo dijera en voz alta... Noel tenía miedo. Sabía que era absurdo: en aquel mundo no existían las profecías, ni los dioses, ni el Caos. Pero la sola idea de perder a Yeul, a su Yeul...

El hilo de pensamientos del castaño se vio interrumpido por una ovación general, unida a una serie de cuchicheos que llegaron dispersos a sus oídos.

— Es increíble...

— Es el único que lo ha conseguido...

— ... ¡Como si no se viera venir!

Intrigado, Noel frunció el ceño, y comenzó a caminar en dirección al núcleo de donde nacía aquella impresión. Frente al tablón destinado a los resultados de Sociales y Políticas se encontraba un área despejada de gente que rodeaba a un Hope con el rostro más pálido que el blanco de su propio cabello.

A Noel se le cayó el alma a los pies: No podía creerse que su mejor amigo no hubiera conseguido graduarse. Se abrió paso entre la gente hasta llegar al joven, colocando entonces sendas manos en sus hombros.

— ¡Hope!, tío, ¿qué pasa?

— C-C-Cu... C-C...

Sonidos inconexos salían de los labios del mencionado, que tenía la mirada perdida en algún punto de la pared. Como intuía que en aquel estado de shock no sacaría nada de él, Noel decidió comprobar lo que ocurría él mismo. Buscó el nombre de Hope en las listas de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, descendiendo el índice como había hecho con el propio minutos antes. Llegó a la E, y él mismo sintió como su propia sangre le desaparecía también del rostro.

ESTHEIM, Hope_ _ GRADUADO (cum laude)

Hope había conseguido superar el Grado con todos los honores obtenidos, siendo la única persona en una década que lo conseguía en aquella universidad.

— Jo...der, Hope, cum laude...

Noel se giró para mirar a su amigo, formando una radiante sonrisa, de felicidad sincera.

— ¡Cum laude, tío, eres una maldita eminencia!

Volvió a colocar las manos en los hombros del peliblanco, pero esta vez añadió una sacudida, para sacarle del trance.

— Cum laude...

Consiguió articular el muchacho tras varios intentos, acabando por devolverle la sonrisa a Noel. Ambos amigos se fundieron en un intenso abrazo, sabiendo que habían superado una de las etapas más importantes de su nueva vida.


Bueno, muy importante para mí incluir la Brotp entre Hope y Noel, de las que más me gustan en los tres juegos.

Espero que os haya gustado y si es así que dejéis un precioso review. Gracias por leer, ¡nos vemos a la próxima!

Nana.