- Nadie te está mirando, nadie te está mirando... -repetía para mis adentros mientras caminaba por los pasillos por el Instituto de Forks-. Recordé entonces que esas eran las palabras que mi madre había utilizado cuando se encontraba con su Mercedes Guardian en este pequeño pueblo cargando gasolina. Comencé a reírme por aquella historia que me narró una tarde. ¡Mierda! Ahora me miraban más todavía, creerían que estaba loca. Fui hacía la oficina para retirar mi hoja con las asignaturas que me tocaban. La señora Cope me miraba sin parpadear:
- Veo que tenemos el honor de recibir a la sobrina del Dr. Más aclamado del pequeño Forks. Cómo estás Re…
- Reneesme, mi nombre es Reneesme. Vaya, no pensé que mi tío fuera tan respetado aquí pero veo que me equivoqué. –La señora no dejaba de mirarme-. ¿Ocurre algo señora Cope?
- Oh, lo siento Reneesme, se que resultará ilógico, pero la verdad que usted se parece mucho a su primo Edward, aunque no sean primos biológicos por lo que yo sé. –Por supuesto que me parecía a Edward Cullen, mejor dicho, la mitad de mi persona pertenecía a Edward Cullen, genéticamente hablando-.
- Si, muchos me lo han dicho, la verdad es que no noto el parecido. Además, no tenemos el mismo color de ojos.
- Tienes razón disculpa. ¿Y qué es de la vida del señor Edward y el resto de tus primos?
- Mis primos Rosalie y Emmett, son abogados en Washington. Alice se recibió de psicóloga y Jasper la acompaña en California. Mi primo Edward lleva cuatro años de casado y está en Alaska terminando sus estudios con su esposa.- que buena mentirosa podía llegar a ser-.
- ¿Edward casado? ¿Se puede saber con quien?- preguntó algo molesta. Grandulona pervertida, siempre le interesó mi padre-.
- ¿Recuerda a Isabella Swan, su novia? Contrajeron matrimonio unas semanas luego de la graduación. Se los ve muy felices debo decir…
- Yo sabía- me interrumpió-. Desde el primer día que se vieron en esta oficina supe que eran el uno para el otro. Me alegro mucho por ellos.
Maravilloso. ¿Más historias sobre mis padres? Deberían escribir una novela. Saludé a la señora Cope con la mano y me dirigí a mi primera clase: Biología.
Al entrar al aula creí reconocer al profesor. Era rubio, ojos claros el pelo alborotado, estaba muy bien vestido y tenía una cara de concentración increíble. Estaba nervioso.
Llegué y entregué mis papeles.
- Buenos días profesor, -leí su placa-. Newton. ¿NEWTON? Oh Dios, ¿algo más iba a ocurrir hoy?
- Buenos días señorita… ¿CULLEN? Imposible. Parecía más sorprendido que yo.
- Soy la sobrina del Dr. Cullen.
- Oh si ya veo ya veo, ¿prima de Edward no es cierto?
Así es…
- ¿Y cómo le va en su vida de casado?- dijo con resentimiento-.
- Muy bien, vive en Alaska con Bella. Acabo de venir de allí.
- Bella…-suspiró- ¿Y como se encuentra ella?
- Pues, genial. Creemos que está embarazada pero aún no es nada confirmado. ¡Quiero ser tía! COMO VAS A DISFRUTAR ESTO PAPÁ.
- Oh…-palideció-, que bueno, de verdad que sí. Puedes tomar asiento Re…
- Es Reneesme.
- Si, Reneesme, en la última fila está tu asiento.
Increíble, pero el único banco disponible era el que estaba al lado de la ventana, y era el mismo donde se sentaban mis padres. Que coincidencia.
Mike Newton no dejó de mirarme en toda la clase. Espero que no note mi parecido con mi madre, el color de sus ojos, su forma torpe de caminar a veces, el rubor en sus mejillas… Si tenía esas características. Newton blandengue, supéralo ya.
Me miraba como lo hacía con mi madre, recuerdo como si fuera ayer cuando lo cruzamos hace tres años en Port Ángeles. Yo era una niñita todavía por supuesto. Iba de la mano de mi madre y lo cruzamos por la calle principal de la ciudad. Nos miró sorprendido. Se puso blanco como un papel. Mi madre lo saludó con naturalidad, sin embargo seguía estupefacto.
- Bella, pareces una Cullen-, fue lo único que pudo decir-.
- Técnicamente soy una de ellos, ja ja. Estoy de paseo en Forks y traje a mi hermanita a conocer la ciudad que me vio crecer.
- ¿Tu hermanita?
- Si, ¿no recuerdas que te dije que mi madre volvió a casarse? Bueno como ella es bastante mayorcita, decidieron adoptar con Phil. Están locos, dicen que se me parece…
- Es que se te parece de verdad.
- Oh. ¿Cómo está tu vida Mike?
- Muy bien, estudiando biología, ¿qué es de la tuya?
- Decidí seguir Psicología en Alaska. Vivo allí con Edward.
- ¿Y cómo se encuentra él?
- Excelente, se quedo en casa de sus padres.
- Oye, ¿quieres ir a tomar un café o algo? – Nunca se cansaba. Pobre mi madre, realmente la compadecía-.
- Creo que a Edward no le va a complacer mucho. De todas formas estaré en el pueblo, tal vez pueda contactarme con el resto de los chicos y ver quien está en Forks. Podemos salir juntos.
- Genial- dijo a desgana-. Debo irme, nos hablamos entonces. Adiós Bella, adiós pequeña, me saludó con la mano.
- Adiós idiota, -dije para mis adentros-.
Ni bien desapareció de nuestra vista mi madre comenzó a reírse frenéticamente y me dijo:
- Jamás en tu vida tengas un novio así, yo sé que perteneces a Jake, pero es solo una advertencia.
JAKE… Mi corazón se hinchó.
En ese momento sonó el timbre. El resto del día transcurrió bastante tranquilo. Recibí un par de halagos de parte de los profesores y profesoras que habían tenido a mis primos, y aquellos a quien mi abuelo había ayudado.
Respiré aliviada cuando sonó el timbre que marcaba el fin del día. Salí al aparcamiento casi corriendo. Me crucé a Mr. Blandengue:
- Adiós profesor Newton.
- Hasta mañana Reneesme. Oh no, no puede ser… Sus ojos se desviaron hacía un costado. No descubrí lo que le pasaba hasta que comencé a sentir el ruido del motor de una motocicleta. Seguido de este, escuché un chiflido seguido de una frase bastante obsena.
- Bebé se nos hace tarde, quiero irme a casa-.
Reconocí la voz de la persona que más amaba en el mundo. Me giré y mis ojos comenzaron a brillar.
Es tu… ¿tu novio?, me dijo Mike asustadísimo.
Si profesor, hasta mañana.
Fui corriendo, besé apasionadamente a mi lobo preferido, abracé su espalda y la motocicleta nos arrastró hasta la carretera. Las risas de Jacob debieron escucharse por toda la cuadra.
10 minutos después...
- ¡Bájame idiota! ¡Perro sucio! ¡Voy a morderte Cachorrito! Gritaba sin parar, sin embargo, lo único que lograba era escuchar eran las risas ahogadas de mi novio. Cuando finalmente me dejó en el piso, comencé a darle pequeños puñetazos.
- Bruto, bruto, bruto.
- Te gusta que sea bruto -dijo presionando mi cintura contra su cuerpo-.
- No siempre –lo desafié-.
Acaricié su mandíbula y acto seguido comenzamos a besarnos. Cuando estaba por desabrochar mi camisa, recordé que no estaba en mi mansión de tres pisos, sino en la pequeña casucha de mi novio.
- No te preocupes, Billy está en casa de Sue.
Jacob tenía el poder de leerme el pensamiento. Con razón estábamos imprimados. Nos complementábamos tan bien, que era casi imposible llevarnos mal. Descartando por supuesto, las escenas de celos que mi cachorrito me hacía cuando algún chico posaba sus ojos en mí. A veces le costaba entender que yo solo tenía ojos para un hombre, y que ese hombre era él.
Continuamos besándonos apasionadamente hasta que un estrepitoso golpe a la puerta nos asustó.
- Leah, maldita estúpida, ¿podrías golpear antes de entrar?, encima estás acompañada… eres una egoísta, ni siquiera es tu casa… Hola Tyler, ¿sabías que tu novia es irritante?
- Lo sé compañero – abrazó a Leah y todos comenzamos a reír-.
Debo decir que la relación con Leah mejoró cuando yo comencé a crecer. Dejó de culpar a mi familia por su estado de licántropa cuando por fin logró imprimarse. Increíble que haya sido Tyler Crowley el amor de su vida. Gracias a él, su dolor por Sam desapareció y ahora todos vivían en armonía. Tyler sabía toda la verdad y presentía que los Cullen también íbamos de la mano con los seres mitológicos, pero por supuesto, sus teorías solían ser erradas. Además, él le dijo a Leah que la esperaría hasta que ella estuviera lista para dejar de cambiar de fase. Por fin pudo comprender que sería una persona fértil e ideal para perpetuar el linaje una vez que abandone su cuerpo de loba, sin embargo, ahora se encontraba más a gusto con su licantropía, y sabía que tenía mucho tiempo para estar al lado de Tyler.
- Estamos celebrando nuestro aniversario. Perdón Jake. Pensé que estarías de Nessie.
- Jacob la miró con mala cara, pero antes de que le conteste cualquier idiotez, lo interrumpí.
- No te preocupes Leah, ahora mismo nos iremos para la cabaña de mis tíos. Llamaré a Bells para que nos preparé algo de comer a ambos. Oh, y por cierto, felices…
- Cinco meses- agregó Tyler-.
- ¡Felices cinco meses! -dijimos con Jake a coro-.
- Estoy demasiado quieta… ¡el último en llegar a casa paga la cena de mañana Perrito!
Salimos corriendo como dos balas, y llegamos casi a la par.
- MAÑANA PAGARÁS LA CENA, MONSTRUITO HÍBRIDO.
- Eso quisieras chucho.
La voz de mi madre nos interrumpió.
- Reneesme Carlie Cullen, ¿Qué te dije acerca de dejar ganar al licántropo?
- Ai, no… ¡tú también! Se quejó Jacob.
Mi madre comenzó a reírse y mi novio se adentró en la casa para abrazarla fuerte.
El sonido que provenía del piano cesó de repente y en menos de dos segundos mi padre se encontraba al lado de Jake, pegándole un puñetazo de amigos.
- Parece que el caniche decidió venir. Hola hija - me abrazó con delicadeza y sacó de su bolsillo un regalo para mí-.
- ¡Lilas! Gracias papá son hermosas…
- Es inevitable pensar en ti cuando las veo hija, se que las amas.
- Cada día me sorprendes más como padre, -dijo mi madre con voz provocativa-.
Y ahí estaban, besándose apasionadamente como de costumbre. ¡PUAJ!
-Mmm..., creo que mejor nos vamos al tercer piso, murmuró Jake, interrumpiendo a mis padres-.
- Está bien, pero llévense los sándwiches que les preparé.
Tomamos los sándwiches y subimos a almorzar a mi enorme monoambiente.
La tarde transcurrió bastante tranquila. Hice mis deberes y preparé todo para el día siguiente acompañada de Jake. Al caer la tarde regresó a su casa. Me dijo que podía quedarse a dormir esa noche conmigo si yo quería, que el me llevaría en la moto al instituto, pero luego recordó que tenía guardia así que pasé la noche en soledad.
-No importa- pensé-. Mañana llevo el coche de Alice y problema solucionado. Después de todo, será un día común y corriente.
Cerré los ojos sin tener la más mínima idea de lo que me esperaba la mañana siguiente.
El día transcurrió bastante rápido. Había conocido nuevos profesores y todos ellos se habían mostrado igual de cordiales que los del día anterior. Yo, en señal de gratitud, me mostré atenta y aplicada en sus clases, a pesar de no necesitar mucha atención para comprender lo que explicaban.
Luego de salir de mi clase de deportes, me dirigí al Porsche, y cuando desaparecí del área escolar aceleré . Amaba la velocidad como mi padre, debo admitir. Al abrir la puerta de mi casa, vi que estaba vacía. Genial, ahora debía cocinarme algo con mis propias manos.
Marqué el número de la casa de Jake y enseguida Billy contestó:
-Corazón Jake está en la playa, ve a verlo si quieres. Debe estar con Sam y Quil. Sino, le aviso que llamaste.
- No, gracias Billy, yo misma lo iré a buscar.
Luego de tomar un pequeño tentempié, papas fritas y sobras del domingo, tomé las llaves, mi teléfono celular y me dirigí a La Push.
First Beach era mi parada y no pensaba moverme de allí sin mi lobito. Decidí parar un poco antes con el coche, para admirar el bello paisaje y caminar en soledad por la arena.
Comenzé a preocuparme al ver que dos figuras esbeltas acompañaban a Jake y a Sam:
- Madre, Padre, ¿qué hacen aquí?, ¿por qué no me avisaron dónde estaban?
- Lo siento amor, Jake nos llamó de urgencia y vinimos a pie. -mi padré se explicó.
Sus ojos estaban vacíos, sin vida, hacía mucho tiempo que no lo veía tan triste. Ni hablar de la expresión de mi madre. Antes de que alguien volviera a hablar, o incluso antes de que saludara a mi novio, Jacob dejó salir cuatro palabras que emaban dolor:
- Yo se lo explicaré,- dijo con melancolía en su voz- ven amor, vamos a dar una vuelta.
Asentí y lo tomé de la mano. Caminamos en silencio por cinco minutos hasta que se paró en seco y me enfrentó con lágrimas en los ojos. Casi logra derrumbarme.
- Debo irme.
- ¿Otra guardia? No te preocupes, puedo llamar a Hillary para ir al colegio mañana, en serio no...
- Los Hijos de la Luna han vuelto.- dijo casi en un susurro-.
- ¿Los qué?
Estaba tan confundida, no comprendía ni dos palabras de lo que me decía.
- Hombres lobos, se desató la fiebre.
- ¿Qué, aparecieron nuevos vampiros en la zona? No me digas que Martin ha entrado en fase, solo tiene diez años...
- No, no ha ocurrido con nosotros nada importante. Sabía que no lo recordarías. El día en que Los Vulturis vinieron a matarte - me estremecí de tan sólo recordarlo-, ellos casi nos dan caza por creer que éramos Hijos de la Luna, los verdaderos hombres lobo, aquellos que salen con la luna llena y contagian a la gente con morderla. Son letales, muy peligrosos y están merodeando por La Push. Debemos exterminarlos cuanto antes. Será la peor batalla que tengamos que afrontar. Partiremos al norte hoy, pues esta noche es Luna Llena.
- Tu no te vas a ir.
Fue lo único que atisbé a decir, pues acto seguido comencé a llorar desconsoladamente. Mi mundo se estaba derrumbando. El amor de mi vida se iba a una batalla en la cual se desconocían los resultados. Estaba agobiada, no podía asimilarlo. Moriría, moriría sin él, podía sentirlo.
- Amor, debo hacerlo.
- ¡Por favor, no!- comencé a buscar una excusa para que se quedara conmigo, para que no se separara nunca más de mi lado-. Además, ¿no se supone que son humanos? No pueden matar humanos, ¡deben defenderlos, o curarlos!
- Por eso nos vamos hoy, vamos a matarlos en su forma lobuna.
- Jake, no me dejes.
- No lo haré, estoy contigo -comenzó a abrazarme y besarme por todos lados-, todo va a pasar, mañana estaremos juntos, volveré y seguiremos como si nada hubiese ocurrido. Te amo, te amo y lo eres todo para mí, por favor no llores. Te necesito fuerte, necesito que me despidas con esperanza.
Cuando me dijo eso asimilé todo, iba a ser una lucha mortal
- ¡VAS A MORIR Y PRETENDÉS QUE NO LLORE, DEBES QUEDARTE CONMIGO!
- No, no debo, debo cuidar a mi tribu, a Forks y a tu familia. Ellos son demasiado buenos con nosotros, hasta nos han ofrecido luchar a nuestro lado. Por supuesto, no se lo permitimos, no es su territorio. Ve con ellos, no salgan en toda la noche, mañana vendremos con noticias.
- No te vayas- Mi voz ya estaba sin vida-. Iré contigo.
- No lo harás. Debes quedarte aquí para esperarme. Te amo.
Todo mi cara y besó mis labios con urgencia y desesperación, en señal de despedida. Supe que era un adiós.
- Debo irme. Prométeme que estarás aquí, y si no vuelvo...
- No digas eso.
- PROMETE QUE SERÁS FELIZ. Te amo.
Reconocí la voz de Sama la distancia que llamaba a mi novio, intenté sujetarlo pero fue imposible. Se echó a correr dejándome en la playa.
Mi corazón se desangró en ese momento.
ESTE ES MI PRIMER FIC, ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, MAÑANA SEGUIRÉ PUBLICANDO, POR FAVOR, DEJN REVIEWS CUANDO LO LEAN,
MUCHOS BESOS! GRACIAS A QUIENES LEEN
