Tobias

Después de la muerte de ella, mi vida cambio demasiado, cuando murió, pensé que ya nunca la volvería a ver, pensé que el fuego que ella representaba se había extinto, pero una vez más me equivoque.

Ahora estoy aquí, en mi lecho de muerte, rodeado de las personas que más quiero en este momento, de mi esposa y de mis hijos, es increíble, pero es verdad, después de la muerte de Tris, pensé que ningunos brazos se sentirían iguales a los delgados brazos de ella y no me equivoque, yo amé a Tris en mi juventud, la amé durante mi vida adulta y la sigo amando aquí en mi lecho de muerte, pero lo que siento por mi esposa es diferente, la amo de una manera distinta de la que amo a Tris, ella me enseño a vivir de nuevo y por eso la amo.

Veo a mis hijos, ellos me demostraron que no importa como me tratara Marcus, yo los trate de una manera distinta y eso solo se logra cuando realmente amas a alguien y yo los amo a ellos, son parte de mi, y eso es algo que hace que amé a mi esposa, por que ella y yo creamos estos maravillosos seres humanos que están a mi lado, llorando por mi muerte próxima.

No se cuanto tiempo ha pasado desde que comenzó mi agonía, tal vez son solo minutos, pero para mi se sienten como horas, quiero grabar el rostro de cada uno de mis seres queridos, no se a donde voy a ir, pero quiero llevarlos en mis recuerdos.

Al recorrer la mirada por la habitación donde estoy algo me llama la atención, la habitación no es muy grande, pero tan poco muy pequeña, así que las personas que estamos aquí aunque estamos juntos estamos cómodos y eso es lo que me llama la atención, es alguien que no había visto hace unos momentos, pero aunque esa persona es nueva en la habitación, mi mente y mi corazón, la reconocen instantáneamente y pronuncio su nombre en un susurro

-Tris...

Ella viene hacia mi, hacia mi cama, luce exactamente como la ultima vez que nos despedimos, o eso creo, con una sonrisa en su rostro me tiende la mano mientras pronuncia mi nombre

-Tobias...

-Te he extrañado-le digo.

-Y yo ha ti-me responde.

-¿Ya es hora?-le pregunto.

-Si Tobias, lo has hecho muy bien- me responde con una gran sonrisa en rostro.

Miro por ultima vez a las caras llorosas que están a mi lado y les sonrió

-Sean valientes, la primera vez es la más difícil-les digo con mi ultimo suspiro y le extiendo la mano a Tris y ella la toma.

Se siente como si una fuerza me jalara de mi cuerpo, pero no opongo resistencia y dejo que esa fuerza me guié a los brazos de Tris.

Todo lo que esta atrás de mi se vuelve borroso y mi cuerpo -o lo que queda de el- ya no se siente pesado, sino se siente como cuando era joven, se siente liviano.

Me acerco a Tris y la abrazo, tenia razón, sus brazos son únicos y la abrazo con más fuerza.

-Te amo lo sabes-me dice cuando nuestros labios se rozan.

-Lo se y yo ha ti-le respondo antes de besarla.

Y ese con ese beso, mi vida termina.