La Gran Noticia

Sofia The First no me pertenece, este es un fanfic solo por diversión.


Sábado por la mañana, en el reino de Enchancia, en el castillo, lo reyes Hugo y Sofía, más específicamente en su recámara, estos aún dormían, abrazados.

Se podía decir que habían tenido una noche romántica y es que desde se casaron, la pasión que tenían uno por el otro era algo que habían aprendido desbordar, solo ellos dos amándose sin pena ni reservas.

Se amaban, eso lo demostraban todo el tiempo, Hugo fue el primero en despertar al sentir la luz del sol filtrarse por sus ojos, se los froto un poco para despertarse bien, rápidamente su mirada verde noto a su esposa aún dormida en sus brazos, sonriendo se acercó y le beso en la cabeza mientras le tocaba la espalda con pequeñas carisias, ella se removió un poco en su sueño al mismo tiempo que sonreía sabiendo a quien pertenecían aquellas manos que la acariciaban con delicadeza.

"Hugo" - pronunció con una dulce sonrisa en sus labios.

"Mi reina" - susurró cerca de su oído con una hermosa sonrisa mientras empezaba a besarle el cuello con dulzura hasta llegar a sus labios para besarla con todo su amor.

Al parecer ambos deseaban otra ronda de entrega, besos y caricias y lo hubieran echo de no ser porque una extraña sensación de nauseas se instaló en el estómago de Sofía.

Sofía apartó rápidamente a su esposo ante el desconcierto de este por su reacción pero sin pensarlo mucho, se fue a corriendo al baño, a vomitar.

Hugo escucho con preocupación los horribles ruidos que hacía su esposa al evacuar todo lo que tenía en el estomago, se vistió y fue corriendo a apoyar a su esposa y la imagen que encontró no le alegro mucho.

Sofía estaba agachada frente al WC expulsando todo el contenido de su estomago así que le recogió el cabello para que no se le ensuciara mientras con la otra mano le acariciaba la espalda para que se sintiera mejor, recordó que así hacia su padre cuando él se enfermaba de niño.

"Sofía, mi amor, ¿qué te pasa?" - le preguntó mientras le ayudaba a sentarse en la cama y ayudarle y a vestirse.

"No lo sé Hugo, de repente sentí nauseas y me dio unas ganas tremendas de vomitar" - dijo mientras se ponía su ropa de dormir para cubrirse.

"No será..que ¿comiste algo que te cayó mal? - le preguntó pensando que podría haberse intoxicado

"No, esto me lleva pasando hace algunos días, primero me da náuseas y vomito, luego me da mucha hambre pero los olores fuertes me dan más fatiga " - ya llevaba una semana en el mismo plan y no le había dicho nada a él para no preocuparlo.

"Sofía tenias que decírmelo desde un principio, mira lo pálida que te ves" - y era cierto estaba más blanca de lo normal.

"Pero...Hugo yo..." Intento levantarse pero le fue demasiado difícil, perdió el equilibrio, se estaba marinado, Dios, ¿qué le pasaba?

"¡Sofia!" - Hugo estaba horrorizado, su esposa se había desmayado e sus brazos y parecía tan blanca como el mármol, tenía que llamar a un doctor y rápido - desesperado llamó a Bayliwcik para que llamera al médico y decirle que viniera con urgencia y este lo hizo rápidamente.

Los minutos pasaban, Sofía no despertaba y Hugo estaba que se lo comía la angustia, su mujer estaba mal, podría tener algo grave y él no tenía idea de que pasaba , se sentía impotente.

Al cabo de unos minutos el doctor llego y se dispuso a examinarla.

"Bueno, con esto debería despertar" - dijo pasando un pañuelo con un poco de alcohol cerca de la nariz de la joven reina y esta poco a poco abrió sus ojos.

"Hugo..amor, ¿que pasa?, siento que me duele la cabeza" - dijo Sofía sintiéndose todavía desorientada.

"Todo estará bien Sofía, el doctor está aquí para revisarte" - dijo intentando parecer tranquilo para que ella no tuviera miedo.

Sofía cambio su mirada azul al galeno que parecía estudiar su pulso, temperatura y más y a pesar de que le reconfortaba saber que un doctor la examinaba y por fin saber lo que le sucedía, al mismo tiempo le asustaba ¿y si lo que tenía era una enfermad muy grave?, le rogaba a Dios que no, era muy feliz, después de tanto, Hugo y ella por fin estaban juntos y felices, ¿porque el destino sería tan cruel como para enviarle una horrible enfermedad que lo separase de él?.

"Bien, su majestad, según la información que su esposo me dio, tengo una ligera sospecha de lo que podría pasarle pero antes nesecito que me diga, a pesar de los vomitos y náuseas, ¿a tenido..antojos extraños? - preguntó el señor esperando confirmar su corazonada.

"He..si, el lunes, me dieron ganas de comer pastel de fresa con pizza, el martes me dieron ganas de comer un pote de helado completo con pepinillos y ayer me dieron ganas de comer panqueques dulces con pollo y aguacate" - decía algo nerviosa y tímida, mientras veía como Hugo la miraba con algo de asombro, ella nunca comía tanto ni hacia ese tipo de combinaciones extrañas.

"Ok y ¿las nauseas son más en la mañana?" - le preguntó anotando algo, parecía que había dado en el blanco.

"Mmmm..si, todas las mañanas me levanto con nauseas" - decía rememorando todas las mañanas de esa semana, tratando de que Hugo no se diera cuenta de sus constantes fatigas.

"Ya veo y ¿su periodo no ha tenido retrasos?" - el hombre necesitaba confirmar esto, era crucial para lo que creía le sucedía a la joven esposa de su rey.

"He..." - esa pregunta la puso algo nerviosa pues era una pregunta algo irregular, intentó recordar y se dio cuenta de algo sorprendente - "si, si, desde hace un mes se ha retrasado"

"Bueno, por último esta pregunta es para ambos" - el joven matrimonio lo observó con atención y ansiedad esperando por fin saber la respuesta - "¿cuánto tiempo llevan teniendo relaciones?"

Esto sí que los hizo enrojecer, ¿para qué quería saber sobre su vida sexual?.

Pero sabían que tenían que responder si querían entender que le sucedía a Sofía.

"Bu...Bueno...des - desde hace un mes" - respondió Hugo por ella esperando que él hombre por fin les diera una respuesta concreta y era verdad llevaban un mes de casados.

"Entonces, su majestades, tengo una buena noticia para ustedes" - le dijo el experto con una sonrisa, ambos se miraron desconcertados, ¿a qué se refería?

"Mi reina permítame decirle que usted está...embarazada" - les dijo muy contento y divertido de solo ver las caras de asombro de ambos, las cuales de un momento a otro pasaron a ser de felicidad.

"¿Em..embarazada? Pero ¿es eso posible doctor?" - Sofía estaba que casi no podía hablar de la gran felicidad que sentía.

"Así es, faltan algunos exámenes pero juntando toda la información podemos deducir que está en cinta y según su retraso de tres semanas aproximadamente" - les aseguro

"¡¿Escuchaste mí amor?!, ¡un bebé, un hijo tuyo y mío!" - Hugo estaba muy emocionado, sería padre, tendría un hijo con la mujer que amaba, su hermosa esposa.

"Si, lo escuche" - a Sofía no se le pudieron evitar salírsele las lágrimas de la emoción mientras su esposo le besaba toda la cara y sus manos con tanta alegría que no cabía en su corazón.

"Entonces, por ahora debo irme pero necesito que vengan a mi consultorio para hacerle los exámenes y cuadrar los siguientes consultas y demás, ¿los veré pasado mañana? - les pregunto feliz de ver tanto amor en un joven matrimonio.

"Si" - respondieron los dos muy felices

Unos minutos después llegó Bayliwcik para escoltar al doctor hasta la salida, se despidieron de él aún sin poder quitarse esa sonrisa de sus rostro, cuando estuvieron solos, Hugo la beso como si no hubiese mañana y de igual forma lo hizo en su vientre, allí en donde crecía el pequeño fruto de su amor.

Se acurrucó al estómago de su mujer como un gatito esperando que lo acariciaran y le dieran afecto, esto la enternecía por lo que comenzó a acariciar aquellos cabellos negros del hombre de su vida y padre de aquella criatura que crecía dentro de ella.

"Sofía, te amo más que nunca" - ella lo sabía, el corazón de Hugo solo le pertenece a ella, el gran amor que él sentía era más grande que el universo y más allá, pudo sentir su ropa comenzaba mojarse un poco y se dio cuenta de que el futuro padre está llorando pero de felicidad para luego en un rápido movimiento, alzarle y darle muchas vueltas.

"¡Hugo, bájame!" - dijo riendo al ver lo emocionado que estaba.

"¡Tengo que empezar a preparar todo para su llegada!" - dijo bajándola pero sin dejar de besarla - "su habitación, su ropa, su cuna, sus juguetes..."

"Hugo, Hugo..Hugo"- dijo tratando de llamar su atención pero este estaba muy concentrado en las cosas que el bebé necesitara después de nacer - "Hugo, mi cielo"

Eso por fin trajo a la tierra a su muy emocionando esposo.

"¿Dime?" - la sonrisa no se le quitaba

"No quiero desilusionarte pero no sabemos aún qué tipo de sexo será el bebe y son nueve meses para que nazca y además debemos decirles a nuestras familias y amigos" - ella estaba tan contenta como él con esta gran noticia pero apenas tenía dos semanas de embarazo, el bebe era como una pasa.

"¡Pero Sofía, yo quiero salir y comprarle miles de juguetes y que todos se enteren de que tendremos un bebé!" - ella se rió de el puchero de niño pequeño que ponía su esposo.

"Vamos a empezar por lo primero, que es decirle a nuestras familias y amigos, ¿si?" - le dijo rodeando su cuello con sus brazos para después besarlo, nunca se cansaría de sentir aquellos labios dulces sobre los suyos.

"Tienes razón" - dijo este con suspiro después de separarse pero con su nariz acariciando la de ella - "vamos a llamarlos"

Ella lo abrazo fuerte, esta era la mejor noticia de el mundo, serían padres de aquella pequeña persona que era el retoño de el gran amor que se tenían y que estaba creciendo dentro de el vientre de Sofía, no podían esperar para tenerla en sus brazos.


Nota de la Autora: Hola, ¿cómo están?, quería decirles que he cambiado la historia, solo un poco para que concuerde con mi otra historia llamada Mi niña, por lo que esa también tendrá cambios, solamente colocare a Sofia y Hugo como los reyes de Enchancia, quiero agradecer a todos los que les ha gustado mi historia y también su infinita paciencia, se lo frustrante que es esperar tanto a que tú historia favorita tenga un nuevo capítulo pero descuiden que les tengo una nueva historia que pronto comenzare a subir y tan pronto pueda emperezare a trabajar en el nuevo capítulo de esta, siento los inconvenientes ocasionados con estos cambios pero lo pensé muchísimo y por fin me disidí a hacerlo, sin más que agregar les deseo a todos un buen día y que Dios los bendiga.