Disclaimer: Nuraryhion No Mago no me pertenece, todos los derechos están reservados a sus respectivos autores. Este fanfic por igual no es mío, le pertenece a: Qwaser. Yo sólo la traduzco porque me gustó la historia y siento que vale la pena que la gente que no sabe ingles la lea.
Aclaración de Suki: El texto que está completamente en itálicas es un recuerdo, cuando sólo el dialogo lo está son pensamientos.
N/A: Esta es una historia acerca de Yuki-Onna, quien de repente se encuentra con inesperados rostros del pasado. Después de reunirse con ellos tiene que tomar una decisión, dejar para siempre al Amo Rikuo o mostrarle algo que hará que él quiera matarla.
— ¡Amo! ¡Amo! ¿Dónde está? ¡Amo! —gritó Tsurara (Yuki-Onna) mientras corría por la ciudad en busca de Rikuo—. ¿A dónde pudo haber ido? –se preguntó muy frustrada mientras veía a su alrededor. Estaba tan concentrada buscando al joven maestro que no se dio cuenta de las tres sombras que estaban a su asecho.
— ¿Es ella? –preguntó uno de ellos.
— Sí, finalmente la encontramos —dijo el otro.
— Nos tomó un poco de tiempo —comentó el tercero.
— Pero valió la pena, el Amo va a recompensarnos —dijo el primero.
— Pero, ¿por qué se ve de esa manera? –preguntó el otro.
— Probablemente intenta ocultarse a sí misma disfrazándose de humano.
— No, me refería a esa figura de niña —comentó el otro.
— ¡Patético! –expresó el tercero, escupiendo al suelo.
— ¡Vamos a despojarla de esa falsa identidad!
— ¡Amo! —Tsurara siguió gritando y corriendo hasta que llegó al final de la calle, en donde se dio cuenta de que estaba en una calle sin salida—. Supongo que debo regresar —dijo en suspiro.
— No será así de fácil —dijo una voz desde las sombras. Tsurara se sorprendió y volteó hacia donde provenía la voz.
— ¡Quién está allí! —gritó. Lo único que obtuvo por respuesta fue una fuerte carcajada—. ¡Muéstrense! —gritó, poniéndose en posición de defensa.
Pronto, tres mujeres similares salieron de las sombras, la única diferencia entre ellas era el color de cabello. La mujer del centro tenía cabello azul oscuro, la de la izquierda completamente blanco y la de la derecha color negro. Sus ropas eran exactamente igual a las de Yuki-Onna. Tsurara las vió confundida, y pasó un poco de tiempo antes de que una simple palabra pudiera salir de su boca.
— ¿Quiénes son? –preguntó.
— Me disculpo, nosotras somos The Ice Triplets (1). Mi nombre es Icy. Esta señorita a mi izquierda se llama Shire y a mi derecha está Sere —dijo la mujer del centro propiamente. Tsurara las veía con sospecha—. Nosotras sabemos quién eres, Oikawa Tsurara… ¿O debería decir Yuki-Onna? —dijo Icy y las tres dirigieron su mirada hacia ella. Tsurara se asustó y dio un paso hacia atrás. La mujer de cabello blanco notó eso y rió.
— ¡No hay a dónde huir! –gritó Shire amenazante. Tsurara comenzó a analizar la situación aún estando en modo de defensa.
— Esto no es bueno, no creo que pueda ganarle a las tres; y huir de aquí no es una opción. ¿Qué hago? —pensó Tsurara, mientras veía a las mujeres.
— No tienes que estar tan a la defensiva —dijo Icy entre risas—. Si vienes con nosotras sin resistirte no te haremos daño —Tsurara las observó de manera aterrada pero pronto eso dejo de ser.
— ¡No iré con ustedes! –dijo con voz gruesa, regresando a su forma youkai. Las tres mujeres la vieron con una expresión de aburrimiento.
— Entiendo… —dijo Icy y miró al suelo. Después, sin siquiera notarlo, estaba frente a ella. Tsurara estaba más que sorprendida por lo que intentó rápidamente ir hacia atrás, pero Icy fue mucho más rápida. Pateó a Tsurara y esta se estrelló contra la pared. Al instante, Sere y Shire se abalanzaron contra ella y enterraron dos astas de hielo a su alrededor, incrustándola en el muro.
— Este poder, ustedes son… —intentó decir, pero fue interrumpida al comenzar a toser sangre.
— Sí, ellas son mis subordinadas —dijo una voz desde la obscuridad. Tsurara alzó la mirada y vió hacia el frente. En ese instante, una mujer de blanca cabellera, quien tenía puesto un kimono completamente blanco, y ojos rojos salió. Cuando las tres hermanas la vieron se inclinaron inmediatamente frente a ella. Tsurara estaba tan sorprendida que no pudo mover ningún músculo, sólo se quedó ahí viendo a la mujer que se encontraba frente a ella.
— Ha pasado mucho tiempo, ¿no es verdad, Yuki-Onna? O debería llamarte… ¿Tsurara? —preguntó la mujer, mientras veía directamente a Tsurara.
— Isana Easley, la líder del Clan de Hielo y la gobernante del norte –expresó Tsurara quedamente.
— Necesito tu poder Tsurara, regresa a mí…
Tsuara caminó lentamente de regreso a casa. No le importaba que la gente se quedara viendo su blanco traje lleno de sangre, ni sus heridas. Cuando finalmente llegó a la Casa Principal, todos fueron a recibirla.
— Yuki-Onna, ¿dónde has estado? El Amo Rikuo llegó hace horas atrás. Pero, ¡qué te pasó! ¿Estás bien? —preguntó Kubinashi después de ver a Tsurara.
— Estoy bien —dijo, tratando de ocultar su rostro detrás de su cabello.
— ¡No estás bien! Tus heridas son muy profundas, están justo sobre tu estomago. Déjame ver —pidió Kubinashi, acercando su mano a Tsurara.
— ¡Te dije que estoy bien! —gritó, alejando su mano. Seguido de eso corrió lejos de allí, dejando a Kubinashi mirándola asustado y confundido.
Tsurara corrió directo hacia su habitación y cerró la puerta congelándola. Se sentó en medio del lugar cubriendo su rostro con sus manos desesperadamente.
— ¿Qué debo hacer? —gritó internamente, recordando la conversación que tuvo con la líder del Clan de Hielo.
— Necesito tu poder Tsurara, ven conmigo —pidió Isana mirando a Tsurara. La chica la vio con sorpresa—. Necesito tu poder para matar 100 demonios con una sola piedra —le susurró. Tsurara se puso completamente pálida.
— Yo…—comenzó Tsurara de mala gana, pero después se puso seria—. Yo ya tengo un Amo, Nura Rikuo. Él se convertirá en el siguiente Supremo Comandante. Lo siento, pero no puedo ir contigo —contestó orgullosamente.
— Oh, eso es una pena —respondió Isana dándose la vuelta. Después de dar tres pasos pareció que recordó algo lo que hizo que viera a Tsurara por sobre su hombro—. Olvide decirte que, si no venías conmigo, iría a decirle a tu Amo Rikuo sobre tu pasado y sobre tu verdadera forma, señorita-asesina-de-los-1000-demonios —dijo dulcemente, mientras le sonreía a Tsurara. Yuki-Onna estaba completamente estática y no se podía mover—. Estaré esperando tu respuesta, tienes hasta mañana, hasta que venga a verte —después de decir, eso las cuatro desaparecieron. Tsurara arrancó los palos de hielo y cayó al suelo deprimida.
— ¡Tsurara! ¡Tsurara! ¿Estás ahí? —los pensamientos de Tsurara fueron interrumpidos y se volvió a la puerta, aún seguía cerrada.
— ¿Es Kubinashi? —pensó fastidiada, estaba lista para gritarle que se fuera.
— Soy yo, Rikuo —dijo la voz. Tsurara se sorprendió; sin esperarlo, lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.
— ¿Q-Qué? –preguntó, tratando de que su voz se escuchara calmada, pero no funcionó muy bien.
— ¿Estás bien? –preguntó Rikuo— Kubinashi dijo que estabas mal herida.
— Maldito Kubinashi —pensó Tsurara molesta—. No, estoy bien. Se equivocó —respondió.
— ¿Enserio? ¿Entonces por qué tu puerta está cerrada? —preguntó—. Sólo la cierras cuando algo anda mal —comentó Rikuo. Tsurara no dijo nada—. ¿Puedes contarme? —rogó.
— ¡Sólo déjame sola! —gritó Tsurara, ya ni siquiera intentando retener sus lágrimas. Por su voz se pudo deducir que estaba llorando, incluso Rikuo pudo oírlo.
— Tsurara, estás… ¿Estás llorando? —preguntó cuidadosamente.
— ¡No! ¡Sólo déjame sola de una vez! —gritó de nuevo y se abrazó a sí misma.
— Ok —dijo—. Pero recuerda Tsurara, no importa qué, puedes decirme lo que sea tanto a mi forma diurna como la nocturna —le dijo Rikuo. Después de haber oído esas palabras, Tsurara hubiera querido correr por la puerta y rogar su perdón, pero no lo hizo. ¿Fue su culpa, o su mente?
Después de que Rikuo se fue, Tsurara cayó al suelo y comenzó a llorar más fuerte. A pesar de que él ya estaba al final del pasillo pudo escucharla llorar, más se tuvo que forzar a sí mismo a seguir adelante.
— ¡Qué! ¿Hablas enserio, Yuki-Onna? —gritó el Supremo Comandante a Tsurara, quien estaba sentada frente a él.
— Sí, Supremo Comandante —dijo Tsurara formalmente, mirándolo con una expresión determinada—. Yo, Yuki-Onna, quien ha servido al Clan Nura por 500 años, dejo al mismo. Y haciendo eso, me alejaré de todos los que estén dentro del Clan —dijo, se sentó de nuevo sobre su lugar.
Por un tiempo ninguno de los dos dijo algo. Más después de un largo silencio, el Supremo Comandante suspiró.
— Si eso es lo que realmente quieres… —dijo lentamente y la miró como si pudiera ver a través de ella. Tsurara tragó con fuerza y trató de guardar silencio. Después de un momento, asintió. El Supremo Comandante suspiró nuevamente y después habló—. Muy bien… ¡Yuki-Onna, de ahora en adelante serás separada del Clan Nura! —anunció. Tsurara intentó contener sus lágrimas y afirmó con la cabeza. Seguidamente se levantó y se dirigió hacia la puerta—. ¿Te vas tan rápido? —preguntó el Supremo Comandante sorprendido.
— Sí, es la mejor noche para marcharme —respondió Tsurara.
— ¿Qué te parece si les dices adiós a todos? –Tsurara lo pensó un momento, pero después sacudió su cabeza—. ¿Ni siquiera a Rikuo? –para ese momento, Tsurara no podía decir nada. Abrió la puerta y dio un paso hacia afuera—. Siempre tendremos un lugar para ti —dijo quedamente el Supremo Comandante. Tsurara únicamente cerró la puerta y empezó a caminar lo más rápido que pudo hacia la salida.
Evadió todos los lugares donde pudiera toparse con alguien, especialmente con Rikuo. Cuando finalmente llegó a la salida suspiró aliviada.
— ¿A dónde vas? —preguntó una voz profunda. Tsurara brincó sorprendida y se giró para ver tras ella. Y así, Rikuo salió de las sombras, pero no fue el joven de ojos cafés, sino la esencia nocturna. El Nura nocturno vió a Tsurara y ella intentó evadir su mirada—. No deberías andarte moviendo, aún sigues mal herida —dijo de pronto. Tsurara se sorprendió y miró su estomago, sus heridas se habían abierto nuevamente y su blanco kimono estaba volviéndose rojo.
— Estoy bien —fue lo único que dijo, volviéndose a girar para darle la espalda a Rikuo, así no lo vería a los ojos.
— ¿Eso es verdad? –preguntó de repente. Tsurara asintió—. ¿Te marchas? —volvió a preguntar. Yuki-Onna volvió a girarse y vió directamente a los ojos de su Amo, estos estaban como siempre… sin mostrar ningún tipo de emoción. Ella desvió la mirada—.. ¿Es cierto? –habló nuevamente, La joven escuchó un poco de frustración en su voz. Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos de nuevo, haciendo que Rikuo lo notara.
— Sí… —confesó, intentando mantener su voz calmada. El silencio duró por un rato, y antes de que Rikuo pudiera decir algo, Tsurara se dio la vuelta y salió corriendo.
Inconscientemente Rikuo alzó su mano, era como si quisiera detenerla. Al darse cuenta de su acción, bajó su mano; estaba sorprendido por su acto.
— ¿Qué estoy haciendo? Nunca antes me sentí así… —pensó mientras ponía su mano sobre su corazón—. ¿Por qué…? —preguntó, mirando por donde Tsurara salió corriendo.
Tsurara siguió corriendo y no se detuvo hasta que estuvo lo suficientemente lejos. Después de detenerse, intentó parar de llorar. De pronto, Isana apareció frente a ella.
— Bueno, parece que has cambiado de parecer —comentó Isana, viéndola complacida.
Tsurara la observó con su mirada vacía. No le agradaba para nada la idea, pero tenía que hacerlo… era su deber, sino…
— Bien, iré contigo, pero tengo una condición —añadió.
— De acuerdo —respondió Isana, mientras su complacido rostro se esfumaba.
— Si tengo que trabajar contigo mi condición es que ni tu ni tus subordinados le dirán a los del Clan Nura, especialmente al Amo Rikuo, sobre mi pasado o mi verdadera apariencia. Y jamás será mostrada a ninguno de ellos —Tsurara dijo.
— Bien, y a cambio prometerás servirme a mí y sólo a mí, y cumplir cada una de mis órdenes sin errores —respondió Isana, sonriendo complacidamente. Tsurara tragó de nuevo.
— Yo… —comenzó Tsurara, pero se detuvo cuando Isana extendió su mano.
— Espera, quiero hacer esto oficial. Quiero que hagamos un contrato —ordenó Isana. Tsurara la vió con miedo— ¿Qué? ¿Cómo esperas que me asegure de que no me traicionarás? —preguntó Isana. De mala gana, Tsurara alzó su mano hacia Isana, permitiéndole que esta la tomara y dibujara en ella símbolos extraños—. Listo. Ahora me comprometo a cumplir mi parte del trato —comentó, en ese momento los símbolos comenzaron a brillar. Los vio un momento antes de dirigir su mirada a Tsurara.
— Prometo cumplir mi parte del trato —respondió Tsurara de mala gana. Pronto sus símbolos comenzaron a brillar también.
— ¡Jaja! ¡Finalmente lo hice! ¡Tengo a la asesina de los 1000 youkais! ¡Ahora es mía para siempre! –dicho eso, Isana comenzó a reír—. Ahora vamos a probarlo —comentó, viendo a Tsurara—. Quiero que… ¡Destruyas esa casa! –gritó, apuntando a la enorme residencia que estaba a su lado.
Tsurara le vió aterrorizada.
— ¡No puedo hacer eso! –gritó.
— ¿Ah sí? —preguntó Isana lentamente—. ¡Entonces te lo ordeno Yuki-Onna! ¡Te ordeno que destruyas esa residencia usando todos tus poderes! –gritó.
El poder del contrato provocó que Tsurara cayera al suelo y gritase de dolor. Segundos después, todo a su alrededor se congeló, para después adentrarse a la residencia y hacerla explotar no mucho después de haber entrado. Isana vio con fascinación cuando Tsurara destruyó la casa.
— ¡Eso es! ¡Ese es el poder que he estado buscando, el poder para destruir cualquier clan enemigo! –gritó Isana, comenzando a reír fuertemente.
Continuará…
NTSuki: Bueno, Qwaser no ponía notar de autor, así que me tomo la libertad de poner las mías. Primero que nada, gracias por leer de nuevo esta historia que hace tiempo traduje y a la que decidí darle una súper re-editada. Espero que la traducción sea mucho más cómoda de leer. Gracias a todos los que me dieron un review en aquel entonces:
tsurara- No sé quién seas pero gracias.
Lonely Athena- ¡Aquí te conocí! Gracias por apoyarme.
alecita122- Gracias por tan bonito review. Aquí una super re-editada.
MiDoRiix3- También te agradezco el review.
DawnMay- Thank you very much for being my first reviewer in English. I really appreciate that :D. Even if the original language of this story was English, this was only a traduction ;)
Bueno, eso es todo. Nos vemos en el próximo capítulo, ¡no se lo pueden perder!
