La inocencia de Egipto

Capítulo 1: La esperanza de un pueblo

Disclaimer: Yugioh no me pertenece, ni ninguno de sus personajes.

Era una noche oscura y fría en la ciudad del Nilo. Una de esas noches en que no se ve ni un alma vagando por las calles de piedra de tan magnífica ciudad, que por desgracia se encuentra sumida en las sombras. Es extraño que una ciudad que fue tan próspera en el pasado, este ahora en la peor de las pobrezas. Aquel imperio que todos conocían desapareció para dar paso a una penumbra infinita que acabó con la felicidad de todo un pueblo. La plaga de Seth volvió del desierto para cobrar su venganza milenaria. Los dioses solo podían mirar con tristeza y melancolía cómo su creación era destruida por la oscuridad eterna.

Un grito rompió el silencio, seguido de llantos agudos los cuales solo podían pertenecer a una criatura de corta edad, un niño. Era fácil saber de donde provenían, ya que era lo único que se escuchaba en ese momento. Los llantos y gritos provenían del palacio, que seguía siendo el mismo de siempre pero había perdido la majestuosidad que tanto lo caracterizaba.

-¡Papá, por favor, ya no más papito!- gritó el chico desesperadamente. Por su aspecto se podría deducir que era un niño de unos 5 ó 6 años. Aunque su estado no se veía nada bien; su pequeño cuerpo estaba cubierto de sangre, la cual provenía de las múltiples heridas que había recibido.

-¡Maldito mocoso! Cuántas veces te he dicho que un faraón no se inclina ante nadie? Nunca haces nada bien, pero te daré una lección que no olvidarás.- exclamó el hombre mientras levantaba el látigo y lo dejaba caer sobre el pequeño de un solo golpe.

-¡AHHHH!- gritó el chico presa del insoportable dolor que estaba sintiendo. –¡Papi, papito ya basta, me duele!- se quejó mientras cientos de lágrimas caían de sus ojos, aunque eso solo le producía más dolor ya que las lágrimas, al hacer contacto con las heridas en su rostro, causaban que estas le ardieran. Pero ciertamente, el llorar, era algo que no podía evitar. –"Me siento tan solo. ¿Por qué nadie me quiere? Qué hice mal?"- se preguntaba una y otra vez, pero por más que tratara, nunca podía encontrar la respuesta.

De pronto, sintió como su padre lo levantaba bruscamente del suelo y lo empujaba haciéndolo caer de espaldas en la cama que estaba detrás de él. El pequeño solo cerró sus ojos mientras nuevas lágrimas resbalaban por su rostro. Él sabía lo que venía y ciertamente era lo peor de todo, aun peor que el látigo.

-Papi, por favor, no lo hagas. ¡Por piedad papito no sigas!- suplicó, pero ni aun así conmovió a su padre, quien solo avanzó hacia él mientras se quitaba su túnica. De nuevo, el niño cerró los ojos, no queriendo ver la desnudez de su padre. –Papito detente, por favor.- suplicó una vez más sin obtener resultados.

El hombre tomó la mano del chico y la llevó hasta su miembro. El pequeño entendió lo que su padre quería que hiciera… y lo hizo. Después de todo él sabía que era lo mejor, no quería que su padre se enojara y lo castigara aun peor. Mientras masturbaba a su padre, este se deshacía de las prendas que llevaba su hijo, dejándolo en la misma condición que él.

-Aww- gimió el hombre al sentir las manos temblorosas e inexpertas de su hijo acariciarlo. –Más rápido- ordenó y el pequeño obedeció moviendo sus manos rápidamente de arriba abajo mientras sentía como la erección de su padre iba creciendo. Las lágrimas no habían dejado de caer de sus ojos y el dolor no había cesado, al contrario, cada vez era peor. –AWWW- con un último gemido, el hombre derramó su esencia en el pecho y las manos del niño. –Bien hecho, mi esclavo, pero esto apenas ha comenzado.- El chico solo cerró sus ojos fuertemente. –"¡Maldito, maldito! Lo odio!- pensó. Esta era la primera vez que sentía lo que era el odio, y por alguna razón… le gustaba.

Pero sin saberlo, todo su pueblo había depositado todas sus esperanzas en él, en este niño que había sido violado una y otra vez, por nadie más que su propio padre. Pero el pueblo confiaba en él, porque él era la esperanza de Egipto…

Él era Yami, el príncipe de Egipto.

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Magi: bueno, aquí está el primer capítulo de mi primer fic. Espero que les haya gustado. Ustedes deciden si lo continúo o no.

Bueno eso es todo por ahora. Nos vemos después.

Matta ne