Título: Ánima
Sumary: Cuando Yui era pequeña fue encontrada y criada por Cordelia, jurando así lealtad eterna a la mujer que le había salvado la vida. Cordelia era su mundo y su muerte, a manos de sus hijos, fue devastadora. Con una última promesa y el corazón de su señora debe volver a aquél lugar dónde todo comenzó para devolverla a la vida, junto a a sus asesinos.
Pareja: [YuixHarem/Todos]
Disclaimer: Diabolik Lovers no me pertenece. Todos sus derechos son del diabólico Reject. Y algún día casaré a la Shui con todos(?)
[¿Alguien más se imagina a Reject personificado en Reiji?]
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I. Arenas del Tiempo.
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Polonia. Año 18XX
El extremadamente hermoso paisaje cubierto de nieve es irrelevante para la bella mujer que observa irritada a sus alrededores, detestando cada centímetro de ese pequeño país. La pequeña, pero lujosa, carreta en que se transportaban las dos personas podría haber sido considerada por los aldeanos como algo demasiado vistoso si no estuviera casi sepultada por la blanca arena.
—No puedo entender que es lo que mi marido puede venir a hacer para necesitar "un viaje urgente" a este pueblo perdido en medio de la nada. —Menciona embravecida la de cabello morado, ataviada en varios ropajes de alta costura y unos pocos cobertores de piel.
Su acompañante, una vampira de origen humilde y dama de compañía en esos momentos asiente, dándole la razón a su señora. Cordelia la mira molesta, observando con infinito desdén a aquella mujer de cabello castaño y ojos color miel.
A pesar de ser hija de uno de los seres más poderosos de toda la historia, el mismísimo Rey Demonio, sus capacidades físicas no eran las mismas que la de los vampiros, a quienes les era imposible sentir el frío del lugar. Mientras ella necesitaba utilizar algo que la cubriera más de lo habitual, lo cual era fatal para ella pues no combinaba con su precioso vestido, esa, como solía llamarle, podía mantener su ropa normal.
—¿Sucede algo? —Cuestiona la castaña al notar como su señora la mira con mayor intensidad, sabe que está molesta, ella ha pasado demasiado tiempo a su lado desarrollando el don de interpretarla.
Cordelia frunció el ceño.
—Hilde…
Y la carreta se detuvo, interrumpiendo su oración.
—¿Qué demonios sucede? —Masculló la sirvienta por lo bajo, interrogando al conductor por medio de la ventanilla. El hombre las mira extrañado, señalando algo en la lejanía que desde la comodidad del carro no son capaces de ver. Al percatarse que la mujer se levanta ella le imita, intentando detenerla. —Mi señora, no se preocupe yo veré…—Pero ella la ignora y prosiguió con su afán de salir por sí misma. Hilde suspiró resignada, dispuesta a seguirla, y la encuentra unos metros más adelante, sosteniendo un canasto de paja con un contenido muy curioso para ella. —¿Qué es eso? —Pregunta por simple reflejo.
—Es un bebé.
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Mansión Sakamaki. Año 20XX
La oscura habitación se llenaba de su silencio. Esas palabras vacías que momentos antes fueron una afrenta en su contra, ahora resonaban en su cabeza como el eco victorioso que festejaba en soledad. Quizás, muy dentro de su ser, tenía el pequeño deseo de que esa mujer estuviera viva para que admiraran juntos su obra.
Hacerle saber que, a pesar de que ser una novia estúpida, en sus manos y contrario a lo que ella creía, todavía podía relucir. Pero los ojos negros que alguna vez se atrevieron a desafiarle ahora eran simples cuencas vacías que había modificado a su antojo, tratando de darle un toque personal a su creación.
Con cariño acarició el fino recubrimiento, inspeccionando con la mirada que cada cosa estuviera en su lugar. El trillizo de cabello morado la detalló de arriba a abajo, quizás la belleza no había sido una cualidad de esa chica humana en vida, con todos sus gritos y chillidos histéricos Kanato tuvo que pensarlo mucho antes de decidir darle el honor de ser moldeada por sus propias manos como una más de sus exquisitas muñecas de cera, sin embargo, ahora que no podría volver a moverse nunca más tenía una cierta aura algo linda que la hacía ensamblar junto a todas sus obras.
Sus labios pálidos se arquearon, estirándose lentamente por su rostro hasta formar una sonrisa demencial, y dando paso a una sonora carcajada.
—Hey, Teddy…—murmuró, con su voz en un susurro tormentoso, sin dejar de reír. —Parece que, después de todo, la humana si era bonita…
—¡Kanato-kun! —Aquél grito lo sacó de sus cavilaciones, con molestia se giró para enfrentar al conocido dueño de ese irritante tono.
—Laito, te he dicho miles de veces que a mi galería… —Inició, con el coraje contenido. —¡No puedes entrar! —Y al mismo tiempo, lanzó uno de los accesorios que reposaban a su lado, sin notar lo que era. El desarmador pasó por un lado de su trillizo, sin inmutarlo, por lo visto el castaño no estaba de humor para bromear. —¿Qué demonios quieres? Teddy y yo estamos ocupados.
—Kanato-kun —Llamó de nuevo, señalando detrás de él. —¡Lo has vuelto a hacer! —Reprendió.
Muchas veces, a pesar de sus extraños vínculos familiares, los más unidos en su adusta familia siempre habían sido los trillizos. Podían cuidarse las espaldas entre ellos para acabar con sus enemigos y después apuñalarse por detrás. Era una alianza conveniente. Y Laito, de una incomprensible manera, era el que más cuidaba que siguieran así.
El de cabello morado lo miró con desdén.
—Ha sido su culpa —Masculló herido. — ¡No dejaba de llorar y exigir que la devolviera a casa! —Replicó, lanzando de nuevo lo que tenía a la mano. —¡Le ofrecía amablemente volverla una muñeca y la maldita humana me dijo que eran horribles! ¡Horribles!
La expresión seria de Laito se desdibujó, y mostró aquella característica sonrisa lujuriosa.
—Ni siquiera me diste tiempo para divertirme con ella, Kanato-kun. Nfu~ —Inquirió con tono cantarín, sus ojos verdosos lo miraron fijamente, transmitiendo ese mensaje rencoroso que no había expresado en palabras. —Me siento verdaderamente decepcionado —Mencionó, moviendo sus manos en un gesto curioso que le restaba importancia a su argumento. Avanzó lentamente, rodeando a la figura de cera, admirando cada detalle. —Aunque debo admitir que la has mejorado, Nfu
Kanato asintió con orgullo, pero fue incapaz de responder al notar la tercera presencia que les acompañaba.
—¿Qué sucede Reiji-kun~? —Interrogó su trillizo, adelantándose a su pregunta.
Los menores se miraron entre sí, extrañados por su seriedad. Normalmente ese era el instante en que eran reprimidos sin descanso por ocasionar la muerte de la más reciente novia de sacrificio y del poco tiempo que había durado esta vez. Las idiotas que mandaba la Iglesia cada vez eran más irrespetuosas o impertinentes y más tardaban en entrar a la casa que lo que a uno de los hermanos en darles un arranque de locura y eliminarla.
—Acompáñenme —Respondió sin interés. —Esa persona… —murmuró, con la mandíbula ligeramente tensa. La sonrisa burlona del castaño desapareció y su trillizo apretó con mayor fuerza a su peluche entre sus brazos. Había algo raro con su tono, en sus ojos rabiosos y sus puños apretados que intentaba ocultar, Reiji no solía ponerse tan tenso cuando hablaba de él. —Quiere vernos.
Tenían un mal presentimiento.
Y fue cumplido, cuando vieron reunidos a los seis hermanos en la sala.
—Hola chicos…
Mirándolos con dulzura y una gran sonrisa de emoción, esa mujer, había vuelto…
OoOoOoO
Notas de Kou: Ya sé que se ve medio confuso, pero en el siguiente se aclarará mucho más. Esperaba que las escenas fueran mucho más cortas pero incluso Cordelia se quiere hacer destacar (?) Yui iba a entrar desde el inicio pero me parece que queda un poco largo y puede que se aburran, así que prefiero cortarlo aquí. No saben lo emocionada que estoy, tengo ya adelantos de muchas escenas Yui-Cordelia-Sakamakis y… ¿recuerdan quién es Hilde? Jajajajajajaja *Inserte risa malvada* Oh sí, me voy a divertir de lo lindo siendo mala xD
Bueno, como esto es más largo nos leemos en aproximadamente dos semanas o tres.
Quiero agradecerles mucho por todo su apoyo, sus reviews en anteriores trabajos (no, no me olvidaré de Change! xD), sus comentarios tan hermosos (*lluvia de corazones para ustedes*), agregarme a sus favoritos y por seguirme. ¡Los amo, los amo, los amo infinitamente millones de veces! ¡Gracias! 3
