Déjate convencer
Percy apretó fuerte los puños para obligarse a no levantar la vista cuando ella pasó por su lado. Un rizo castaño le hizo apenas cosquillas en el hombro izquierdo y no pudo evitar que se le escapara una mirada fugaz hacia la espalda de ella. Era tan bonita… Había una belleza peculiar escondida en sus rasgos, en sus ojos profundos, en su cabello color café, en su piel aceitunada…
Percy sacudió fuerte la cabeza. ¡No, no, no! Tenía dieciséis años y un futuro brillante que deseaba alcanzar a toda costa por delante. No tenía tiempo para perder en chicas. Pero que le dolía, le dolía.
Quizás por eso, porque estaba dándose de golpes para poder volver a concentrarse en el libro de Runas Antiguas, fue que no se percató de que Penélope se había volteado a mirarlo con una sonrisa triunfante en los labios. El pez había mordido el anzuelo, y a ella solo le restaba recoger la línea.
Porque hacia ya casi un año que Penny había puesto los ojos en Percy, y había decidido que iba a ganarlo fuera como fuera. No poseía la osadía de una Gryffindor, la astucia de una Slytherin o la perseverancia de una Hufflepuff, pero iba a conseguirlo. Era Ravenclaw de pies a cabeza, sagaz, creativa, inteligente y aguda. Y eso, se dijo con una sonrisa, era todo lo que necesitaba para conquistar a Percy Weasley.
Jejeje, estos dos son viciovicioviciovicio. Uno no puede permitirse el lujo de caer en sus redes, porque nunca podrá salir de ellas. Espero que hayan disfrutado el PP
Lean, escriban, sueñen, amen, sonrían
Estrella