Disclaimer: los personajes no me pertenecen. :)

Regalo para Aglaicallia, espero que se parezca aunque sea un poco a lo que buscabas :D.

Primera vez escribiendo sobre el fandom (so, no me maten, por favor).


Hay algo en el aire que la asfixia a tal punto que le quita la respiración y, lo único que le queda para no derrumbarse, es mirar a Teddy. A Laurie, al que le tiemblan las manos y le lloran los ojos, pero al mismo tiempo no. Porque los hombres no lloran, señorito.

Las muñecas de Beth sobre su antigua cama, los gatitos ovillándose encima de la almohada (como si evocando su aroma ella podría volver), el viejo rosario de Amy colgando del respaldar.

(Han pasado tres meses ya, y Jo todavía no entiende lo que sucedió, qué es lo que fue mal.)

Si cierra los ojos e inclina un poco su cabeza hacia atrás, puede imaginarse las notas de piano acariciándole las mejillas.

Oh, Beth.

-Vamos, Jo, los demás esperan- Dice el muchacho, tono bajo, compungido. Recuerdos asomándose de los rincones de su mente. La silueta de Beth deslizándose hasta el estudio de la mansión Lawrence, las zapatillas bordadas del abuelo.

Ella asiente, ojos perdidos, rostro pálido. Toma el pequeño ramo depositado en el jarrón y lo aprieta contra su pecho, sin importarle que moje su vestido negro. En ocasiones como aquella, ambos odian tanto, pero tanto ese color.

Al bajar las escaleras, mano en mano, ven a la pequeña congregación esperando por ellos en la sala de estar. Amy con Meg sentada a su lado, la mayor apoyando la cabeza en su hombro, y ella acariciándole el cabello. Los mellizos durmiendo en el moisés mientras Sarah les canta por lo bajo una de las nanas favoritas de Beth.

Amor en medio de la tempestad.

Su pequeño ángel les sonríe desde el cielo.