Nota: los personajes de Inuyasha no me pertenecen, sino que a Rumiko Takahashi :)

Cursiva: pensamientos


¿Qué son a lo menos 6 años, en una época totalmente diferente a la tuya? Ese fue el tiempo que paso desde que Kagome piso por primera vez la era feudal, y ella fue un cambio muy drástico, la época del Sengoku era sanguinaria, sobre todo con todo lo que tuvo que ver con Naraku que, gracias al grupo fue exterminado de la faz de la tierra, pero fue el cambio que ella decidió tomar, en especial por aquellos por los que se había acostumbrado a tener cerca, y, sobre todo, a querer.

Querer, querer a sus amigos, la aldea, lo que es ahora, y sobre todo, a ese hanyou que de vez en cuando la volvía loca, sobre todo porque sentía que cuando estaba con ella, veía a otra persona.

Kagome ya es toda una mujer, a sus 21 años es una de las mejores sacerdotisas, además de la más poderosa, todo gracias a sus entrenamientos con la anciana Kaede, y sus combates cuerpo con cuerpo con el hermano de Sango y con la exterminadora también, por lo que, además de tener una energía espiritual sumamente enorme, aprendió a defenderse gracias a sus amigos más cercanos, su cuerpo ya no era débil, estaba mucho más tonificado, y con más curvas. De vez en cuando algún que otro demonio intentaba acercarse a la aldea, nuestra Kagome aprendió a sentir las esencias de las demás personas, y de demonios, sumamente necesario para proteger a los suyos, su hogar.

- ¡Kagome! ¡Mujer donde estas!

- ¿Que sucede Inuyasha? – la aludida se encontraba en la rama de un árbol, quería estar sola y tranquila de los berrinches del hanyou-.

- La mocosa de Rin te busca.

-No le digas así Inuyasha- saltó de la rama para encontrarse al lado del otro-.

-No importa como luzca, para mí siempre será una mocosa.

- ¿Y dónde está ella?

-En nuestra cabaña.

-Bien, iré para allá ¿me acompañas?

- ¡Feh! Creo que quiere hablar a solas.

-De acuerdo- Kagome e Inuyasha compartían una cabaña, como una pareja de casados, pero simplemente eran una pareja que el hanyou, ni siquiera ha sido capaz de marcarla-.

- ¡Señorita Kagome!

-Rin, dime que necesitas- la sonrisa de la muchacha, a pesar de los años, sigue siendo de las más amables que ella da-.

-Estoy muy feliz porque hoy el amo vendrá a visitarme.

-Cierto, lo había olvidado, espero que Inuyasha no se ponga como loco de nuevo.

-El señor Inuyasha es muy inmaduro señorita- Kagome tenía enfrente suyo no a una niña, sino a una señorita hecha y derecha, ya con sus 14 años, era una linda muchachita, que incluso, por la forma de su cuerpo, se veía como toda una mujer, y la miko estaba muy segura que alguien, andaba detrás de la muchachita frente a sus ojos-.

-Inmaduro le queda grande diría yo, Rin, ¿Por qué querías verme?

-Bueno… es que, me gustaría saber si usted podría enseñarme a usar el arco y también a entrenar un poco- la muchacha lucía tímida cuando le hacia la petición a la otra chica-.

- ¿Enserio?

-Pues… sí, quiero ser fuerte cuando vaya con el amo a sus tierras.

-¿Querrás irte con el Rin?

-Si- A Kagome no le sorprendía, ya sabía todo el cariño que Rin le tenía a Sesshomaru-.

-Está bien.

- ¡Sí!¡ Se lo agradezco señorita!

-No es necesario que me digas señorita Rin- Kagome tenía una especie de gotita en su frente (estilo anime)

-No sería correcto.

-No pienses eso Rin.

-Oiga señorita… ¿usted cree que el amo podría verme como su hija? - cabizbaja y sonrojada era poco decir-.

- ¿Lo ves como tu padre Rin?

-Yo… si…

-Pues yo creo que Sesshomaru estaría muy orgulloso de ti, y sobre todo en ser su hija-.

- ¡Gracias señorita Kagome! Después me avisa cuando podemos entrenar- la muchachita estaba en el umbral de la puerta, dispuesta a irse- Yo a usted la veo como a mi madre, señorita- y se fue-.

-E-espera- Kagome se encontraba desconcertada, no por el hecho de que Rin la considere como madre, incluso la sacerdotisa consideraba a Rin como una hija, pero la niña veía al yokai, y no a cualquiera, sino que al hermano de su pareja, como a su padre… eso significaría que ambos serían sus padres… así como… Kagome sacudía su cabeza ante sus pensamientos- Que cosas pienso, primero y ese orgulloso me mata- aún recuerda esa vez que lo llamo cuñado, y la mirada asesina que este le mando aún está en su mente, puesto que, estaba segura que si las miradas matasen, en ese momento estaría más que muerta- y hablando del diablo…- el yokai estaba cerca, podía sentirlo… y el aura enojada de Inuyasha acercándose rápidamente a ella-.

- ¡Oi! Ese culo-sama viene para acá, porque no mejor toma a esa chiquilla y se la lleva de una buena vez.

-Inuyasha… estoy segura de que cierto muchachito que se acerca con su hermana estaría muy triste.

-Ah si te refieres a Kohaku, se nota que quiere puro…

-Abajo…

-P-p-por-q-que…

-Eres un tonto Inuyasha- algunos hábitos no cambiaban, Kagome decidió salir para ver a sus amigos- Hola chicos.

-Kagomecita, que tal todo amiga.

-Igual que siempre Sango, ¿cómo estuvo su visita? – Ambos exterminadores habían ido a visitar su antigua aldea, para venerar a sus caídos-.

-Tranquilo, a pesar de todo- contesto la muchacha-.

-Me perdonara señorita, pero tengo que… bueno- el muchacho estaba avergonzado-.

-Ve Kohaku, antes de que el lord llegue, queda poco.

-Si señorita- y partió a ver, la que, para él, era la luz de sus ojos-.

-Se nota mucho que a Kohaku le gusta Rin, ¿no crees Sango?

-Si amiga, transpira el amor por ella, ¿Qué crees que diría Sesshomaru?

-Bueno… -"quizás matarlo, destrozarlo, y todo antes de que Kohaku piense en tener algo con Rin"- hay que ver- le dijo con una linda sonrisa-.

- ¿Dónde dejaste a Inuyasha?

-Adentro en la cabaña, al igual que tú al monje Miroku.

-Ah, ese pervertido…

-Ese pervertido que quieres mucho… y llegó- Sango la miro dudosa-.

- ¡Sesshomaru-sama! - Rin corrió al encuentro con su querido amo, o como ella dijo, su padre-.

- ¡Mocosa que te has creído para venir de esa…! -Sesshomaru le pego una patada a su sirviente fiel- ¡Ay amo bonito!

-Jaken también te eche de menos- la muchachita abrazaba fuertemente al kappa- Ah-un también te extrañe-.

-Rin.

-Si amo…

-cálmate.

-Si Sesshomaru-sama.

-Culo-sama, ya llévate a esa mocosa, así no vendrías tanto- un enojado Inuyasha salía de la cabaña, Kagome suspiro ante la falta de tacto del semi-demonio, Sesshomaru simplemente lo ignoró-.

-La anciana…- dijo el Lord-.

-Está en su cabaña Sesshomaru- contesto Kagome, acercándose a ellos para tratar de alejar a Inuyasha, antes de que haga una tontera, el hombre, si se podría decir hombre, partió para la cabaña de la anciana Kaede, necesitaba "hablar" con ella.

-Ha, señor Sesshomaru, lo estaba esperando, Rin ansiaba su llegada-.

-Hn.

-Silencioso como siempre mi Lord, ¿que desea?

-Llevármela.

- ¿Ahora?

- Hn.

- ¿Por qué tan pronto?

-No tengo que darle explicaciones.

-Sé que no me las dará- el demonio estaba a punto de salir de la cabaña- usted también lo sintió, ¿verdad señor? – El yokai se quedó en el umbral de la puerta, mirando de reojo a la anciana, y con solo esa mirada ella supo la respuesta- estoy segura de que no somos los únicos, la señorita Kagome también, estoy segura, algo extraño se siente en el aire...


-Rin.

-Amo- la muchacha se encontraba con Kagome, la cual decidió quedarse con la menor un rato.

-Alístate.

- ¿Porque señor?

-Nos vamos al palacio.

- ¿Ahora? - pregunto Kagome, sin embargo, Sesshomaru solo se limitó a mirarla-

-Pero señor…- la muchachita no quiso decir nada más, puesto que el yokai enfrente suyo le tenía puesta la mirada más asesina que él puede poner-si…

-Oye Sesshomaru, no puedes llevártela- la Kagome desafiante siempre aparece cuando de Sesshomaru se trata- no aún.

-Insolente…yo soy…

-Oh si, el gran Lord Sesshomaru, el yokai más poderoso de todos los tiempos y dueño de las tierras del Oeste- hablaba mientras hacía unos gestos graciosos con las caras y movía alborotadamente las manos-.

- ¿Quieres morir humana? - es bien sabido que el Lord no tiene paciencia, pero la humana desafiante, he insolente según él, que está frente suyo, acababa con esta, preparando su mano para lanzar su látigo venenoso-.

-Si lo intentas, te purificare, y no lo dudes- Rin estaba muy inquieta, temía por la sacerdotisa, pero también temía por el demonio, si bien él era poderoso, Kagome también lo era, y sabia defenderse, de eso estaba segura-.

- ¡Viento cortante! – Los tres pudieron salir a tiempo, antes de que el ataque les llegara, eso sí, Kagome tuvo que cargar a Rin para que no le pasara nada-.

- ¡Acaso estás loco Inuyasha!

- ¡Loca estas tu mujer! ¡Sesshomaru, no te atrevas a tocarla-.

-Inuyasha… no seas inútil.

-Tú eres el inútil.

- ¿Qué es lo que sucede? -Miroku apenas salía de la cabaña con Kirara en su hombro-.

-Pues lo de siempre, Inuyasha y Sesshomaru peleando- le contesto Sango, que observaba lo que pronto se convertiría en un campo de batalla por los dos hermanos-.

-Con tal de que no destruyan la cabaña…-el monje aun recordaba la última vez que había venido el yokai, Inuyasha destruyo su cabaña a causa de una pelea con Sesshomaru, por lo que Sango se tuvo que apiadar de él y dejarlo en la suya mientras reconstruían la del monje-. Tu gran corazón Sanguito- la mano del monje iba bajando por la espalda de la Taijiya- hizo que me dejaras quedarme contigo- la pequeña Kirara sabía lo que se vendría, asique no dudo en salir del hombro del hombre- .

- ¡Pervertido! - la cachetada resonó por todo el lugar, dejando a un divertido Kohaku, que, aunque iba a intervenir por su hermana, no evito que su reacción no le causara risa-.

-Sanguito es mi maldición.

-Que maldición ni que ocho cuartos monje libidinoso- la muchacha se alejó de Miroku para entrar en la cabaña-.

- ¡Ay valió la pena!

- ¡ABAJOOOO!

- ¡Oii Kagomee!

-El par de idiotas se calman, no quiero que dejen destrozos, casi lastiman a Rin- con solo la mención de su protegida, Sesshomaru cesó sus ataques, creyó ver oportunidad de matar al hibrido ahí tirado en el suelo, pero si lastimaba a la pequeña no se lo perdonaría-.

-Qué esperas Rin- le dijo el Lord a la chiquilla-.

-Pero no quiero irme aun Sesshomaru-sama- El yokai la miro incrédulo ¿desde cuándo la muchachita lo desobedecía? Pensó que quizás la influenciaba la miko joven, pero gracias a ella Rin ha tenido un buen vivir en esa aldea, aunque claro, eso no lo admitiría en voz alta-.

-Rin…

-Amo es que en unos días iré con Kohaku al rio a pescar, junto con Shippo, que llegara en unos días más de su entrenamiento, señor- la joven miraba avergonzada a su señor, pensó que la retaría y no la dejaría-.

- ¿Cuántos días? – le pregunto-.

-En 3 días más señor.

-Nos iremos en una semana- el lord estaba dispuesto a dar media vuelta-.

-Hay algo más…- Sesshomaru se estaba cansando de la nueva actitud de su protegida, no entendía que demonios le pasaba- le pedí a la señorita Kagome que me entrenara señor- Sesshomaru la miro, y comprendió que a quien tenía enfrente ya no era una niñita, sino a toda una mujer, y eso le inquietaba, sobre todo por las propuestas de hombres que se les abrirá a la niña, el Sesshomaru posesivo saldría a flote si así fuera, no quería que nadie pusieras sus manos o garras en la que él consideraba una hija, su única hija-.

-Una semana Rin.

-Pero…

-No me discutas.

-Sesshomaru.

-Miko, después discutimos.

-Si crees que te dejare a solas con mi mujer…

-Inuyasha, no seas inmaduro, no sé porque te pones así, sabemos de los disgustos de Sesshomaru con los humanos, asique ¿se puede saber qué es lo que pasa por tu maldita cabeza? – El Yokai la miro con una ceja levantada, notando la molestia de la mujer- si quieres cuando hablemos puedes estar presente

- ¡Feh! – El hanyou le dio un rápido y casto beso a la mujer antes de partir a cazar, necesitaban comer y se estaban quedando sin recursos-.

-Celoso…- mascullo Kagome, Inuyasha nunca es muy cariñoso, pero cuando quiere dejar en claro que esa mujer es suya, no encuentra nada mejor que besarla, tomándola por sorpresa, miró al yokai frente a ella, tan serio, gélido, a veces se preguntaba si tenía emoción alguna… o corazón- Sesshomaru, no seas tan rudo con Rin.

-No me digas lo que tengo que hacer, humana- estaba segura de que esa voz la atravesaría en cualquier momento, incluso aquella era filosa-.

- ¡Amo bonito! - Jaken iba corriendo a toda velocidad, para alcanzar a su "amo bonito" como dice él, pero en un segundo el Lord estaba en la en la cima de un árbol, en una rama para ser precisos, él sabía que en aquella aldea no tendría tranquilidad, pero quería estar allí solo- porque mi amo- el kappa tenia lagrimitas en los ojos-.

-Quizás quiere estar solo Jaken.

- ¡Que puedes saber tu mujer! – le reclamo molesto-.

-No me trates así, sapo maldito, iré a ver a Ah-Un, para que este cómodo- la muchacha dio media vuelta, ignorando las barbaridades que le gritaba el sirviente de Sesshomaru, cuando de pronto sintió un escalofrío en todo su cuerpo, mezclado con una energía extraña- ¿Qué significara esto?