Ni Hetalia ni sus personajes me pertenecen, sino a Himaruya Hidekaz. Por otra parte, los acontecimientos en este fic están basados en nuestra estimada historia universal, específicamente aquellos hechos que sucedidos al final de la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría.
Al final del capítulo dejo una nota, pero ahora, ¡disfruten!
Iron Wings
Prólogo
Gilbert Beilschmidt podría haber pasado por fantasma mientras caminaba por aquel desolado valle nevado.
La nieve daba una impresión de pureza en el ambiente; el simple hecho de ser blanca lo sugería. Cuando los copos caían sobre sus mejillas, daba una sensación de suavidad. La sola visión del valle podría haber sugerido que se trataba de algodón, y no de nieve.
Pero aquello eran puras impresiones. No era algodón, era nieve gélida y dura, y mientras mayor volumen tuviese, más difícil era caminar en ella.
La ventisca ya había acabado, por lo que no había manera que las marcas de las pisadas de Gilbert se hubiesen ocultado. Pero no le importaba que pudiesen seguir su rastro, puesto que sabía que de todos modos no había manera de escapar.
Lo odiaba. Odiaba la nieve. Odiaba ese lugar. Odiaba ser impotente ante aquella situación. Odiaba a quien y lo que lo había llevado a ese lugar. Y más que todo, odiaba aquel pensamiento que cruzaba a veces su cabeza: "te lo has buscado".
En cierto momento, dejó de caminar. No tenía idea de donde estaba, pero sencillamente no le importaba. Se dejó caer de espaldas sobre la nieve, sin importarle el impacto de caeer sobre ésta ni el frío, puesto que realmente creía que ya no podía sentir nada; o que no podía haber nada peor a algo que ya hubiese sentido. Además, quizá si se quedaba ahí, se congelaría. Quizá, si no se movía, el mundo tampoco lo haría.
Cerró sus ojos y se mantuvo así por décadas. O eso le pareció. Y durante aquel momento eterno, memorias del último momento que había visto a West, Ludwig, su hermano menor, pasaron en su mente como una película.
Aquel día, Prusia había tenido un extraño presentimiento. Había sentido algo similar antes de que el Reino de Prusia fuese abolido, y hubiese pasado a ser el Estado Libre de Prusia dentro del Imperio Alemán. Esa no había sido la primera vez, pero tampoco era algo que se sintiera todos los días.
De todos modos, estaba convencido de que algo sucedía; debía ser gracias a una especie de intuición de nación.
-West, cuando vuelva querré cerveza fría y wurst, ¡más te vale tenerlo preparado! -decía Prusia como despedida, con una de sus extrañas risotadas.
El ambiente había sido un poco extraño; Gilbert se imaginaba que su hermano también sentía lo mismo que él, con su intuición de nación o lo que fuese.
Pero Prusia no podía negarse a su deber, y además, su orgullo tan alto como el cielo no le iba a permitir no cumplirlo por una nimiedad como lo era una tonta sensación de que algo iba mal. A fin de cuentas, él era el soldado y tenía que proteger a su imperio.
West había soltado un suspiro cansino, pero asintió. -Aún parece como si fuese incorrecto que te vayas -murmuró.
Ignoró el comentario, y sin decir más nada, Gilbert miró a West con una sonrisa amplia, aunque era algo forzada. Luego se dio la vuelta y saludó por última vez alzando su mano.
Aquel día había llevado puesto su uniforme militar nazi, aquel que llevaba una banda roja con la esvástica en su brazo izquierdo.
En aquel momento había estado completamente consciente de que algo terrible iba a suceder, pero nunca pensó que en realidad todo fuese a terminar de aquella manera.
Aquel día a pesar de aquella sensación, todo había parecido normal, especialmente cuando desde fuera de casa, pudo escuchar a Alemania regañar a Italia por estar haciendo banderas blancas nuevamente. En aquel momento, una cotidianidad como aquella había sido reconfortante.
Volviendo a su frío y triste presente, Gilbert se preguntó si aquel día no hubiese tomado las mismas decisiones, ¿aún estaría él en las mismas condiciones? ¿O era inevitable que hubiese llegado hasta ahí? ¿Era su perpetuo destino la desgracia?
Una vez volvió a abrir sus ojos, se encontró con otro par de ojos violetas observándolo, impasible. Apartó la mirada rápidamente de aquella terriblemente grande y fuerte nación frente a él.
No, no se había congelado. Y el mundo se seguía moviendo, y aunque fuese solo para respirar, también él.
Con éste corto prólogo introduzco mi primer fic Rusia x Prusia, y el primero que considero tan bueno como para publicarlo en ésta página.
En mi mente éste es un proyecto bastante largo, y una historia bastante triste, la verdad. Pero estoy animada a terminarlo, y me parece que tiene un buen rumbo, al menos por ahora xD
La verdad es que nunca he apoyado mucho éste pairing, pero estuve viendo un documental sobre los acontecimientos históricos el cual esta historia girará alrededor, y me impactó tanto que decidí hacer algunas investigaciones, y terminé escribiendo esto. A la final, la pareja me convenció de que debía escribir sobre ella.
Tengo una advertencia, y aunque no sea seguro (pues estoy dándole forma a la historia en mi mente todavía) es posible que hayan ciertas escenas violentas, lenguaje explícito, y quizá escenas de carácter sexual. Aunque cuando vayan a aparecer, ya daré el aviso.
Por otra parte, espero que quienes lo lean les guste ^.^ Ya estoy terminando de hacer arreglos en el primer capítulo, así que lo publicaré pronto. ¡Hasta entonces!
