YO ESTARÉ CONTIGO

Esta es una historia creada en mi pequeña y perversa mente. Es una historia corta y rápida de cómo creo yo que fue el último año del colegios de mi pareja favorita: Lily y James. Espero que les guste.

YO ESTARÉ CONTIGO

¡POTTER!- Gritó la prefecta a mitad de la sala concurrida de Gryffindor.

Los pequeños niños que se hallaban alrededor del merodeador brincaron del susto, pero James ni se inmutó.

¿QUÉ CREES QUE HACES?- Le volvió a gritar aunque ya estaba a un metro de distancia.

No grites, Evans.- dijo James calmado y sonriendo mientras que el último alumno le daba unas monedas.

Tú- se refirió al chico el cual brincó.- no le des esas monedas. Esos mapas que te acaba de vender son gratuitos para todos los alumnos de nuevo ingreso aquí en Hogwarts.

El chico volteo a ver a James como pidiendo permiso para agarrar las monedas que acababa de darle, pero James lo miró con una cara de pocos amigos que decidió retirarse.

Bien Lily, acabas de asustar a mis clientes.- dijo enojado James cuando todos los alumnos de primero que estaban sacando su dinero para comprar el mapa decidieron esperar.

Esos mapas nos los dieron a los prefectos, Potter. Así que espero que Remus no esté metido en esto.

No lo estoy.- dijo Remus al otro lado de la sala común. Estaba sentado con Peter jugando ajedrez mágico.- James me los robó.

James le hizo una mala cara a su amigo. Claro que él se los había robado, pero tampoco el lobito había hecho algo para impedirlo.

Lily temblaba de ira. No podía creer como James estaba estafando a sus compañeros de casa. ¡Era inaudito!

Cálmate roja, no era mi intención. Es para una buena causa, aparte.

Lily lo volteó a ver. ¿Buena causa?

Si,- dijo James sonriendo al ver que ella ya no estaba tan enojada, más bien parecía interesada.- con este dinero compraré bombas fétidas para aventárselas a esos cretinos de Slytherin.

Eso fue suficiente para Lily. Ella levantó la varita y James salió volando por los aires hasta pegar con la pared y caer. Todos se quedaron en silencio. Lily siempre había amenazado a James con hechizarlo si seguía con sus niñerías, pero nunca lo había hecho… hasta ese día.

Nadie se atrevió a moverse por miedo de que la chica hiciera otro movimiento. Todos sabían que Lily Evans era la mejor duelista en toda la historia de Hogwarts, tal vez solo superada por Albus Dumbledor.

James poco a poco se levantó, con la vista en el piso. En ese momento Lily se sintió mal, se había pasado y lo sabía. El no tenía la culpa de lo que ella estaba pasando.

Cuando James levantó la vista vio que estaba muy serio. Se estaba sobando la espalda.

Diablos, Evans. Te pasaste esta vez.

Parecía muy enojado y Lily se dio cuenta que le dijo "Evans" en lugar de Lily como siempre que se enojaba con ella. Bajo la cabeza y dijo:

Lo siento.

James abrió la boca ante tal sorpresa. ¿Ella pidiéndole disculpas a él? Pero no alcanzó a decir nada más porque Lily salió por la puerta de la sala común corriendo.

Todos voltearon a ver a él y sin ninguna sorpresa vieron como James seguía a Lily.

Ella corría hacía donde sus piernas la guiaran.

Tonto Potter.- murmuró cuando dejó de correr al darse cuenta que no tenía idea de dónde estaba.

Unas lágrimas bajaron por sus mejillas. Se sentó en el frío piso de piedra y se abrazó a si misma escondiendo su cara entre sus rodillas.

Tonto Potter.- volvió a murmurar.- Tonta Bella.- comenzó a llorar.- Tonta Dana.

Unos brazos la apretaron fuertemente contra un calido cuerpo. No paró de llorar, al contrario, Lily comenzó a llorar más fuerte.

Tranquila, yo estoy aquí. Nada pasa.- dijo la calida voz de James a su lado.

No, déjame.- le dijo ella.- te voy a empapar toda la camisa.

No me importa, sigue llorando Lily.

Lily siguió llorando por diez minutos más hasta que por fin se pudo calmar. Se separó un poco de los brazo de James y vio que en realidad había empapado su playera, así que sacó su varita dispuesta a secar su ropa.

Hem, Lily, podrías dejar de apuntarme con tu varita por favor, me pones nervioso.- dijo éste haciendo que Lily riera.

Solo voy a secarte.- y así lo hizo.

Los dos se sentaron en el piso muy cerca el uno del otro.

¿Por qué Yo y tus dos amigas somos tontos?

Lily se sorprendió de que James hubiera escuchado eso. El merecía saber por que ella estaba así, después de todo, él la había calmado.

Bella y Dana no regresaron este año a la escuela.-

Había pasado únicamente un día desde que habían llegado a Hogwarts, a su séptimo y último año, pero la verdad él no se había dado cuenta de eso. Para lo único que tenía cabeza era para hacerle pagar a los Slytherin lo más que pudiera.

Sus papás no las dejaron entrar a Hogwarts. Dicen que es muy peligroso y se decidieron esconder.

¡Eso es tonto!- dijo James.- Todos saben que Hogwarts es el lugar más seguro del mundo. Dumbledor está aquí. Mis papás dicen que lo más cerca que unos esté de Dumbledor es lo más seguro. Por eso decidieron que acabara mis estudios.

Lily asintió.

En cuanto el papá de Dana supo que un mago loco estaba matando a todos los nacidos de muggles la decidió sacar. Ella es como yo.- dijo refiriéndose a su nacimiento.- Y los padres de Bella estaban bajo amenaza de muerte. No querían arriesgarse.

James entendió todo. Ella se sentía muy sola. La abrazó fuertemente.

Ahora me entiendes, Potter.- dijo ella sin quitar el brazo de James de alrededor de ella.- Estamos en tiempos oscuros. Debemos de estar unidos, no andar estafando a los chicos nuevos. Debemos de poner el ejemplo ahora que somos premios anuales.

Esta bien Lily. Te prometo que me voy a portar bien.- Lily sonrió.- Y también te prometo que no vas a estar sola. Tal vez tus amigas no pudieron venir, pero que no se te olvide que yo también puedo ser tu amigo.

Después de unos momentos de silencio en los que James puso su cabeza encima de la cabeza de la pelirroja ambos se levantaron. James ayudó a Lily a ponerse de pie pues sus pies se entumecieron. Caminaron juntos a la sala común, sin duda alguna algo había cambiado esa noche. James si que había madurado, y aunque le gustara hacer travesuras, ya no era el mismo. Y eso Lily lo notó.

Gracias.- dijo Lily antes de entrar a la sala.

De nada.- sonrió James.

Y por unos segundos el corazón de Lily dejó de latir para luego hacerlo con tanta rapidez que la sangre se le acumuló en las mejillas.

Definitivamente, pensó James, había valido la pena dejar que Lily lo hubiera hechizado.

Les gusta?? Espero que si... pronto pongo el próximo capitulo, espero no tardarme unos días. Ya lo tengo, es solo que no tengo mucho tiempo... escuela y cursos, ya saben.

cuidense!!

byebye