Hola! :) Soy súpermega inexperta en esto de los fics, de hecho de House sería el primero :) Así que no sé bien que hay que decir.
· House no me pertenece :( .. Pertenecen a David Shore y su sequísimo equipo de guionistas
· No tiene escenas subidas de tono. Y si en los próximos capítulos vienen lo avisaré, no se preocupen
· Si hay algún modismo que no entiendan perdónenme! la chilenidad se me sale sin darme cuenta, pero traté de escribirlo con la menor cantidad de modismos chilenos, o modismos que también se ocupen en otros países.
· Los dialogos en negrito corresponden a los pensamientos de House.
Disfrútenlo!
Tú, el que lee. Sí, soy yo. El mismo Greg House que amas por sobre todas las cosas. Sí, sí, tu nefrólogo favorito, el que la lleva entre las muchacha. Bueno, tengo un par de añitos encima… ¡Bah, Tonterías! ¿Qué son diez años?
-Levántate… ¡Greg levántate! –Le gritó Cuddy enojada- ¡Arriba House!
-Ey… ¿No íbamos a llamarnos por nuestros nombres de pila? Esa tontería de la psicología infantil… Y ahora que me logro acostumbrar volvemos a lo mismo ¿Así es como se trata un feliz matrimonio querida?
-Ya cállate y levántate.
Sí, y esa es la misma Lisa Cuddy. Claro… ella también tiene diez años encima. No es que sea machista, pero diez años son DIEZ AÑOS para una mujer. Y como han de imaginarse, esa víbora con gran trasero consiguió capturar a su pobre víctima, o sea yo. Bueno…bueno, no todo ha sido tan malo durante estos diez años. Confieso que me agrada la idea de que ese barco petrolero que tiene por trasero sea sólo para mí. Y esa piernota en mi entrepierna los meses de invierno no está nada de mal…en realidad está súper.
-Oye…no sé tú pero yo tengo cosas que hacer por mi vida. Levántate –Le dijo seria una pequeña niña de grandes ojos azules, llamada Lisa- En mi escuela la directora no es mamá, es una señora gorda y muy mal genio. Si llego tarde no me lo perdonarán ¿Ok?
-Lisa… ¿Estás segura que no nos equivocamos el recoger al bebé, y esta pulga es en verdad hija de Satanás?
-Es la misma hija de Jesús para mí, si logra dominarte cariño.
Ja-Ja-Ja. Pequeño monstruo que tengo por descendencia. Me molesta el hecho de que tenga apenas diez años y me trate como un bobo de prekinder. Aunque no podía pedir mucho… con la bruja que tiene de madre el ADN perjudica.
Ya levantado, House fue hasta el baño de su habitación. Entró a la ducha y dejó correr el agua sobre su cuerpo, hasta que sintió como otras delgadas manos le apretaban la cintura.
-¡Policía…una desconocida intenta abusar de mí en mi baño! –Le dijo melodramático, a lo que Cuddy respondió con una sonrisa pícara- ¿Sabes? Cuando entras a una ducha por la que sale agua, la gente se suele "mojar"
-Lo sé.
-Claro que lo sabes… ya estás mojada. Déjame adivinar: esta es la parte donde silenciosamente te saco la ropa y lo hacemos como dos adolescentes mientras nuestra pobre y santa hija nos espera.
-Ibas bien hasta la parte de "pobre y santa hija" ¡Jajajajajajaja!
-Eso de hablarnos por el nombre lo encuentro totalmente innecesario. ¡En dos años más esa criatura nos llamará por nuestros apellidos!
-Se trata de demostrarle a los hijos que sus padres mantienen una hermosa relación, para que así ellos en un futuro puedan…
-Y a mí qué su futuro. Si está clarísimo: esa pequeña lucifer será la mejor en la universidad igual que tú y tratará a todos como basura igual que yo. ¿Tú crees que el tratarnos por nuestros nombres influirá en algo?
-Suena lindo.
-¡Ajá! Esto lo haces por ti, no por ella.
-Tal vez.
-¿Por qué? Me confunde llamarlas a las dos igual. Cómo hacer la diferencia entre llamar a Lisa para que haga sus deberes y llamarte a ti para que me obligues a mí a hacer los deberes. ¿Te imaginas la confusión?
-Puede ser…pero me encanta cuando me dices Lisa al oído…tú sabes.
-Así que por ahí iba todo.
-¿Podría haber ido para otro lado acaso?
-Bueno…no. Aunque estoy en cierta desventaja: todos mis miembros están al aire, mientras los tuyos apenas se ven con esa blusa mojada.
-Sí sí…deberíamos hacer algo al respecto. ¿No?
-Eres una decana muy lista.
Bruja o no…vaya que sabe como besar. Y la verdad es que los años no han pasado en ella, sus bubis siguen siendo unas esferas con medidas perfectas. Y ese barco petrolero…wow… envídienme porque para tener cincuenta años y un bebé de por medio, la veterana tiene lo suyo. Todo iba bien hasta que…
-¡Pueden dejar de babosearse padres desnaturalizados! –Se quejó la pequeña Lisa, sorprendiendo totalmente a sus padres.
-¿¡Se puede saber qué haces aquí adentro pequeña hija del demonio!? –La increpó House, cubriéndose con el cuerpo de Cuddy.
-Obviamente no lo mismo que tú –Le respondió con la ceja pronunciada- ¿Qué? ¿Pensaban que ante su ausencia me quedaría tranquila en mi habitación viendo esas tonterías que dan a esta hora? Se supone que son listos.
-Lis cariño ¿Hace cuánto estás ahí? –Le preguntó Cuddy sonrojada, tapada con la cortina del baño.
-Mmm… no sé…déjame pensar…Lo suficiente para hacer un proyecto sobre "cómo se hacen los bebés" y tener una merecida A.
-Dios mío… ¡No vuelvas a entrar así! –Le dijo Cuddy por todo regaño. Seguía demasiado avergonzada como para reprenderla mejor.
-¿Y qué harán para evitarlo? ¿Cerrar la puerta igual de bien que ahora?
-¡Eres una cucaracha ruin y malvada! –Le gritó House, ganándose un codazo de Cuddy- ¡Qué! Es igual a tu madre… -Dramatizando.
-Ay no seas idiota, es igual a ti.
-¿Acaso yo me metí al baño de mis padres mientras ellos lo hacían?
-¡House! ¡No puedes decir una cosa así!
-¿Por qué? ¡Me sorprendería que esta chiquilla malvada llegara virgen a los quince años!
-Oye… ni siquiera me ha llegado la pubertad –Se defendió la ojiazul- Además… por qué en vez de discutir de donde salí, se preocupan de vestirse. ¿No son médicos? Deberían saber que tanta humedad les traerá neumonitis, y yo tengo mucho que hacer como para estar cuidándolos.
-Lo siento, se me olvidaba que hablaba con la presidenta de los Estados Unidos –Le respondió House sarcástico- Ahora vuelve a tu habitación peligrosa víbora cascabel.
-Como quieran…sigan en lo suyo mientras su pobre hija de diez años asimila el trauma que acaba de ver.
-Oh…Lis… cariño…no te vayas así…
Bien, bien. Que la muchacha tenga el 666 grabado en la frente lo puedo entender, incluso puedo admitir que se parece un poco a mí, ya, ya. Pero… ¿Qué esa inconciente le perdone todo? ¡Por Dios! Está criando cuervos, y de los malos.
-¿Por qué no haces un esfuerzo por olvidar lo que pasó, Lis? –Le preguntó Cuddy amorosamente a su hija, con una bata y una toalla en el cabello- Con el papá no lo volveremos a hacer.
-¿No?
-¿¡NO!? –Increpó House atónito- ¿¡POR QUÉ!?
-¡House cállate! –Le respondió Cuddy con una mirada asesina- Si quieres el lunes hablo con la psicóloga del hospital y…
-¡Oh por favor! Esta muchacha no necesita psicólogos, necesita una buena reprimenda.
-Claro…como no fuiste tú quien vio a sus padres en eso, es fácil decirlo.
-Exacto ¡Fue nuestra culpa Greg!
-¡Eres una madre consentidora y mimadora!
-¡Y tú eres un padre insensible!
-¡Lo siento por no creerle nada a esta mocosa!
-¡Se llama Lisa no mocosa, te recuerdo que tú le pusiste el nombre Gregory House!
-¡Y tuve una muy buena elección: Lisa igual que la bruja de su madre!
Lis escuchaba todo desde su sofá con una gran cara de aburrimiento. Luego de un rato contando las líneas del techo, los interrumpió:
-¿Seguirán discutiendo mucho rato más? Para traer alguna cosita para comer digo yo.
-No mi amor, por supuesto que no. Toma tu mochila que te llevaré a la escuela ¿Ya?
-No.
-¿Por qué?
-Hoy no hay escuela mamá –Le respondió riendo con maldad- Olvidé decírtelo.
¡Lo sabía! Si a esa niña no le bastaba con interrumpirnos, hacernos pasar una vergüenza y luego hacer que discutiéramos. No, claro que no. Debía venir algo más. "Hoy no hay escuela mamá" como si a ésa se le fuera a olvidar algo. Todo estaba planeado, absolutamente todo. Me hace cuestionarme ¿Así de insoportable soy?
-Te portarás bien en el hospital ¿Entendido? –Le dijo Cuddy a Lis, mientras conducía- No quiero que las enfermeras después chismeen que la hija de la administradora se porta mal.
-Sí mami –Le respondió con un tono horriblemente dulce para House- Me portaré muy bien.
-Y no te atrevas a acercarte a mis paciente –Le advirtió House enojado con la idea de traerla- Ellos son mucho más importantes que la pila de papeles con la que lidia tu madre. Ve a molestarla a ella, no a mí.
-¡Ey! Entre esa pila de papeles está el sueldo que gastas en tus bastones nuevos, viajes innecesarios y películas pornográficas.
-Lo bueno de tu madre, Lis, es que es una esposa muy moderna. No se molesta con que su marido se excite con otras mujeres.
-No digas estupideces, claro que me molesta. Pero qué voy a hacerle, sabes donde esconderlas. Si las encontrara terminarían en una hoguera. Y no vuelvas a decir "excite".
-Lo siento. Esas mujeres no me excitan, sólo me producen una importante erección en…
-¡Di exciten, di exciten! ¿Ya? Insoportable.
-Bruja.
-Oigan… como estamos en un momento "familiar" les podría preguntar algo.
-¿Sí?
-¿Cómo demonios terminaron casados? –La pregunta hizo que Cuddy y House se miraran- ¿Qué fue lo que se vieron?
-Ésa es una gran pregunta. Me la he hecho diez años y no he tenido respuesta –Le dijo House sarcástico, con lo que Cuddy lo miró asesinamente- Supongo que era la única que realmente me aguantaba ¿No cariño?
-¿Alguna vez, en estos diez años, has pensado que nos casamos porque nos queríamos?
-La verdad, no. Pero esa sería una gran razón.
Ya, ya. Esa era la razón, pero ¿Para qué decirlo? Me pediría que le regalara chocolates, rosas y todas esas boberías que hacen los idiotas enamorados. Ya no estoy en edad de esas cosas.
La familia llegó hasta la recepción del hospital. Todas las miradas estaban sobre Lis, todos los cumplidos y todas las sonrisas:
-Pero qué gente más hipócrita –Le dijo en voz baja Lis a House- Como si mi mamá fuese a agregar otro cero en su cheque.
-Eso no es nada. Cuando recién naciste parecía que te iban a entregar toda una sala para que durmieras en paz.
-Que aburrido.
-Nadie te dijo que iba a ser divertido.
-Llévame contigo. No quiero tener que aguantar las sonrisas falsas de estos toda la mañana.
-No quiero.
-¡Vamos…! Tú sabes que el trabajo de mamá es horrible.
-Bueno sí…
-Piensa que heredé de ti el mismo grado de inquietud, curiosidad e ironía. ¿Qué crees que pasaría si me tienes en la oficina de mamá toda la mañana? Me vengaría lo que me queda de mes. Incluso…podría decirle a mamá donde guardas las películas que ella tanto odia.
-¡Ag! Ok, ok –En voz alta- Creo que me la llevaré a la oficina.
-¿Qué? –Cuddy no lo creía- ¿Sin que te lo rogara luego de una hora aguantándola en la mía?
-Sí.
-No. Tienes un caso, me lo acaban de informar. Sólo la quieres para tener una excusa en que distraerte.
-¡Oh por Dios Dra. Cuddy! ¿Acaso duda en la palabra de su mejor doctor?
-Sí.
-Es usted una administradora muy malvada.
-¿Por qué la tratas así? –Interrumpió de pronto Lis- Es tu esposa no una simple decana autoritaria. Mamá…tú sabes que saqué de ti lo estudiosa ¿No? Tú crees que si yo viera que de verdad el asunto de papá es serio ¿Lo molestaría con boberías? Claro que no. Sin embargo, como eres tan inteligente sabes que si me encierras en tu oficina terminarás con un serio problema a los nervios, sin contar que medio personal terminará aterrorizado al ver que la linda e inocente hija de la decana resulta ser una excelente copia del médico más insoportable e irónico del hospital. Dime ¿Acaso quieres ser el tema de las enfermeras el resto de la semana?
Cuddy se quedó sin palabras. Puso exactamente la misma cara que le pone a House la mayoría del tiempo. Vio a House y se percató de su sonrisa burlona.
-Creo que nuestro tesorito te lo dejó claro.
¡Si será fácil esta mujer! No tiene remedio alguno. Aunque tener a la pequeña serpiente conmigo en el caso es muy útil, a sus diez años piensa mucho más que los tarados de mi equipo. Creo que debería traerla más seguido, como si en la escuela aprendiera algo interesante: "Niños, pinten con sus propios manos este caballito" Brrrr… Esta mini House ya tiene claro que la radiación te matará si la ocupas mal. Debería ponerle de profesora con mis pollitos, ellos todavía no lo entienden bien.
-¿Y si el problema es cardiaco? –Propuso Trece (¡Celebremos, no se ha muerto!).
-Olvidaba todos los problemas cardiacos que ha presentado –Ironizó House al instante, mientras examinaba al paciente en una de las salas.
-Pero si…
-No eres muy lista ¿Verdad? –Interrumpió Lis sentada a un rincón de la sala- Si el corazón falla es cardiaco. Si el cerebro falla es cerebral. ¿Ha fallado el corazón? Oh, no. Preocúpate, una mocosa de diez años tiene ese concepto más claro que tú.
-Yo…eh…bueno…Revisaré los exámenes –Resignada, ofendida.
En un par de años esta niña hará maravillas, por fin tengo a alguien a quién dejarle mi legado. No es que sea racista, pero Foreman no me convencía mucho. No sé… es que es tan oscuro.
-Eres buena. Para recién conocerla, sabes muy bien como hacerla sentir un asco.
-Lo sé. Haz que hagan más exámenes.
-¿Qué clase de exámenes propones, geniecillo?
-El que sea más largo. Es obvio que la respuesta la sabes, y mientras ellos se tardan en hacer exámenes que darán negativo, tú les das el medicamento y envías al paciente a casa.
-Ese es un gran argumento, pero ¿Para qué haría eso?
-Brr… Para no tener que pasar consulta después. Te conozco papi ¡Jajajajajajaja!
-No te pases. Por ahora, sólo yo puedo analizar a la gente.
-Debo prepararme, en unos cuántos años ocuparé tu lugar.
-Te gustaría… Greg House es irremplazable.
-Nadie es irremplazable. Principio básico del gran Greg House.
-Mmm… ¿En qué te especializarás?
-No sé.
-Y tú pretendes convencerme que jamás lo has pensado.
-No dije que no lo he pensado, sólo dije que no lo sé. Podría ser endocrinóloga como mamá…
-¡Oh por Dios, como si hubiera trabajado mucho como endocrinóloga!
-Bromeaba ¡Jajajajajaja! Genética tal vez, o cardiología.
-Mmm… Los cardiólogos ganan más.
-Para qué ganar tanto, con la herencia que me van a dejar podría vivir sin trabajar un solo día.
-No te heredaré.
-Y qué me importa. Todas tus cuentas las maneja mamá ¡Jajajajajaja!
-¿Nos has estado revisando las cuentas bancarias?
-Sólo un poco de lectura ligera. Es difícil estar sola en casa mientras ustedes trabajan.
-Como sea. Dime algo ¿Por qué viniste?
-Has pensado que fue porque quería estar con ustedes.
-Sí, por eso te pregunto. Jamás vendrías si no tuvieras una muy buena razón.
-Quería saber como sería mi trabajo en unos años más. ¿Me crees?
-No. Vamos…somos iguales, la razón que tengas por lógica la entenderé.
-No hay, tranquilo.
-No me preocupa, me intriga.
-Que el paciente haya resultado poco atractivo no significa que distraigas tu cabeza en tonterías como esta.
No le creo, eso es todo. Me conozco, por lo tanto la conozco. Sé que es tentativa la idea de explotar a mis pollitos, pero ¿De un momento al otro se le ocurre? No. Algo pasa, algo oculta esta mini House.
-¿Cuándo las dirás que el paciente ya está bien? –Le preguntó Cameron a House al entrar a la sala. Vio a Lis y le sonrió- Que gusto verte Lis.
-También es un gusto verla tía Alisson –Si bien Lis era casi un clon de House, podía ser muy amable y cordial con aquella persona que le simpatizara, como Cameron- ¿Cómo está Dilan? (Habla de su hijo, un gusano rubio y sonriente de tres años)
-Muy bien, si quieres ir a verlo está en la guardería del hospital.
-Genial, enseguid… -Sin poder terminar la oración, Lis se desplomó al suelo.
-¿Lis? ¿Lis? –Cameron fue a socorrerla- ¡House, Lis casi no tiene pulso! –Gritando- ¡Necesitamos ayuda!
¿QUÉ? Acaso nuestras abuelas nos mintieron con aquella frase "La mala hierba nunca muere". ¿Qué es lo que acaba de pasar? Casi no tiene pulso, casi no tiene latidos, no reacciona a nada.
-¡House no responde! –Continuaba Cameron desesperada. Al lugar también llegó el resto del equipo- ¡Que alguien vaya a avisarle a Cuddy!
-¡NO! –Gritó de pronto House. Todos lo miraron- Si alguien llega a decirle lo despediré.
-¡House es su hija! –Lo increpó Cameron indignada- ¡Cuddy es doctora también, podría sernos de ayuda!
-¡Cuddy es una fanática de su hija! ¿Tú crees que nos ayudaría ahora? ¡Comenzaría a gritar y atrasaría todo!
-¡Pero House debe saber que su hija…!
-¿Podría morir en cualquier momento sin siquiera tenerle un diagnóstico? ¡Oh claro, mientras antes sepa mejor!
-¡Aún no ha muerto!
-Exacto. Quiero a todos ustedes preocupados de…
-House –Dijo de pronto Foreman- No…no hay nada que investigar.
House se acercó al cuerpo de su hija. Estaba inmóvil, perdía el color con cada segundo. Ya no tenía pulso, ya no tenía latidos.
-Murió –Sentenció Foreman con los ojos vidriosos.
Cameron rompió en llanto mientras el resto del equipo se esforzaba por no hacerlo. Trece se aferró a Foreman y también comenzó a llorar, acariciando su vientre, en el que en cinco meses más daría a luz a su primer hijo.
-¿Hora de muerte? –Fue todo lo que dijo House. Tenía la cara inexpresiva, no dejaba de mirar el cuerpo inerte de su hija buscando alguna explicación a lo que acababa de ocurrir.
-¡¡Cómo es que piensas en eso maldito animal!! ¡¡Tu hija se acaba de morir y sólo lo ves como un nuevo caso que resolver!!
-¡¡La hora de la muerte Cameron!! –Le gritó.
-No puedo seguir acá –Llegó hasta la puerta.
-Si vas a salir no le menciones a nadie lo que pasó.
-¿QUÉ?
-Hasta que tenga un diagnóstico.
-¿Un diagnóstico? ¿Sólo piensas en un diagnóstico? ¡Iré en este momento a decirle a Cuddy que…!
-Claro, claro, hazlo. Dile que su hija murió en menos de veinte minutos a vista y presencia de todo el equipo. Y cuando te pregunte desesperada y ahogada por las lágrimas qué fue lo que pasó, ¡Qué importa que nadie lo sepa! Si al final lo único importante es contarle y provocarle más horas de dolor de las necesarias.
Si estimas a Cuddy, dale por lo menos el derecho a saber qué maldita y desconocida enfermedad mató a la persona más importante de su vida. Sólo deja que lo averigüe, después podrás ir con micrófono a contarle si quieres.
Cameron no dijo nada más. Con el alma destruida abandonó la sala.
-¿De verdad este caso es otro más que no pudo resolver? –Fue lo único que le dijo Trece antes de abandonar la sala acompañada por Foreman.
-Ojalá que lo descubra –Le dijo casi irónico Toub. También se fue.
-Suerte –Terminó de decir Kutner.
No engendrillo, no estás muerta. Vamos Greg House, despierta ya de esta pesadilla. Has tenido pacientes peores y han sobrevivido. Ella no tenía nada, ningún síntoma. ¿Quién se desploma y muere en veinte minutos? No es normal, esto debe ser obra de su traviesa imaginación Greg House. Sí, debe serlo. De lo contrario ¿Tu hija acaba de morir? No, es que es una alucinación. ¡Vamos engendrillo despierte quieres! No puedo permitirme ver llorar a tu madre como me la estoy imaginando. Ey, sé que es una alucinación, pero no quiero verla así, aunque sea en una alucinación.
Si me recuesto a tu lado y finjo dormir en mi alucinación, ¡Despertaré! Con razón eres uno de los mejores…Vamos Greg duerme…duerme… ¡Quítate la estúpida idea que tu hija murió! Duerme…duerme… ¡Oh mierda ni siquiera me puedo convencer a mí mismo lo que haré! ¡Además soy tan idiota de tratarme en segunda persona!
-¿Han visto a Lis? –Preguntó Cuddy al equipo de House- La estaba buscando. Como no estaba en la oficina de Greg pensé que estaría en el comedor, pero ahí no la han visto. ¿Saben algo? Greg tampoco está.
Nadie decía nada. Todos miraban el piso del pasillo con la mente en blanco. Cuddy comenzó a desesperarse:
-¿Qué les pasa? ¿Siguen pensando en el paciente? Oigan ya descubrí que se sanó ¿Bien? Ustedes deberían saberlo también. Greg sólo lo está haciendo para molestarlos porque…
-¡¡Maldición no puedes cerrar la boca Cuddy!! –Explotó Cameron y salió llorando del pasillo.
-¿Dije algo malo? –Impactada por aquella reacción- Oigan…oigan les estoy hablando.
Nadie decía nada. Trece comenzó a llorar también y a frotar una y otra vez su vientre. Cuddy se percató:
-¿Dra. Hadley está bien? Parece nerviosa. Muchachos ¿Ha pasado algo y no me han contado? –Trece se frotaba con más angustia- Tranquila…Remy tranquila estar así de nerviosa no te hace bien. Mira, esto son hormonas ¿Si? Si no tomas la opinión que te doy como endocrinóloga tómalo como madre, pasé por lo mismo y…
Trece se paró y también salió corriendo. Cuddy vio al resto del equipo con intriga:
-Díganme en estos momentos que pasa.
-Nada Cuddy. No le hagas caso a Remy, está un poco nerviosa. Iré a ver lo que le pasa, permiso.
Foreman salió. Cuddy vio a Kutner y Toub con rabia:
-Si ustedes no me dicen lo que pasa los despediré.
-Foreman ya le explicó que…
-¡Soy directora de este hospital, crees que llegué ahí por ser idiota! ¡A menos que Cameron esté embarazada y le haya dado un repentino ataque de nervios al mismo tiempo que Hadley aquí algo pasa!
-No sabemos lo que le pasó a Cameron, Cuddy, pero…
-¿Esto tiene que ver con Greg? –Los dos se miraron complicados. No respondían- ¿Algo le pasó a Greg? –Silencio- ¿¡Algo le pasó a Greg!?
-No.
-¿Entonces qué pasa? –Un escalofrío atravesó su cuerpo. Una expresión nerviosa y asustada reemplazó a la enrabiada de hace un momento. Con la garganta tomada les preguntó:- ¿Le pasó algo a Lis?
Toub se fue sin decir nada. Kutner abrazó a Cuddy con los ojos vidriosos.
-Kutner qué le pasó a Lis –Al borde de las lágrimas. Temía lo peor- ¿Se cayó, House se la llevó?
-Perdónanos Cuddy.
-¡Por favor dime que le pasó!
-Cuddy… -Wilson llegó hasta el pasillo donde estaba. Se acercó y la abrazó- Tenemos que hablar.
-Wilson…Wilson todos han actuado como tarados. Algo le pasó a Lis ¡Algo le pasó a Lis! ¿Tú sabes?
-Kutner está bien, puedes volver con los demás –Kutner obedeció. Wilson llevó a la desesperada Cuddy a un asiento y la miró con pena- Tienes que tranquilizarte, lo que te diré…
-¡No puedo estar tranquila Wilson! ¡Todos parecen saber algo de mi hija que yo desconozco! Dime… ¿Le pasó algo? ¿Está desmayada? ¡Y dónde está ese maldito de House!
-House…House está con Lis.
-¿De verdad? –Más aliviada- Entonces lo solucionará. ¡Oh mataré a Greg! Apuesto que se la llevó y…
-¡Cuddy! –La interrumpió. Cuddy se calló al instante y lo miró interrogativa- Están en una sala. Lis tuvo un ataque.
-¿Un ataque? –Aterrada- ¿Qué ataque? ¿¡Qué ataque Wilson!?
-No lo sé. Nadie lo sabe. Cameron me lo acaba de contar.
-¿¡Y qué es lo que piensa Cameron!? ¡Si tuvo un ataque debería habérmelo dicho! ¡Y todos los otros tarados que tampoco hablaban! ¿Dónde está? ¡Cuando sepa que le pasó a Lis despediré a todos esos incompetentes…!
-¡Cuddy! –Volvió a interrumpir- Cuddy no hay ningún caso, no hay ningún diagnóstico.
-¿Entonces Greg la curó? De todas formas debieron habérmelo dicho, me parece el colmo que…
-¡Cuddy!
-¿¡Qué!?
-Cuddy no hay caso que resolver porque…porque Lis falleció.
Cuddy quedó en chock absoluto. Su mente por segundos quedó en blanco, su cuerpo estaba rígido, sus ojos ni siquiera parpadeaban. Wilson la abrazó y con ello la trajo a la realidad. De sus ojos emanaban cientos y cientos de lágrimas, su mente trataba de convencer a su corazón que todo aquello no podía ser verdad, que le estaban jugando la peor broma de todas. Pero todo parecía confirmarle las palabras de su amigo. El llanto de Cameron y Trece, el estupor de los demás, el misterio, la ausencia de House y de su hija. Miró a Wilson suplicante, temblando lo encaró:
-No es verdad. ¡No! Ella es la niña más sana que existe. Ni siquiera tenía fiebre o le dolía el estómago ¡Nada! Me estás tomando el pelo James, sí, todos se han confabulado para mentirme. ¡Cómo se les ocurre mentir con eso! ¡Qué demonios tienes en la cabeza!
Lo último, lo gritaba llena de dolor y desgracia, más convencida aún que todo era verdad. Sí, VERDAD. Pero no, se repetía en silencio que todo era mentira, que su pequeña hija estaba viva. Esperaba ansiosa que Wilson se lo confirmara. Que le dijera algo como "Que ingenua eres Lisa, por supuesto que Lis está bien. Vamos…es la hija de House, nada podría pasarle" Pero las añoradas palabras no llegaban, sólo un abrazo más apretado y protector. Todo empeoró cuando Wilson también comenzó a llorar. No…no por favor. Wilson había tomado clases de teatro. Sí, eso era. No…no…
-¿Dónde está?
-Lisa…
-¡Dónde está!
-Lisa, House le prohibió a todo el mundo decirte. Cameron fue hasta mi oficina y me lo contó todo. No podía ocultarte algo así, ni siquiera por House…
-¡James dónde está!
-No lo sé.
Cuddy se levantó y comenzó a correr por todos los pasillos:
-¡Dónde está Lisa House!
Wilson corría tras ella:
-Cuddy por favor no pierdas la calma.
-¡Si tú no me dices donde está lo averiguaré yo misma James!
-¿Para qué?
-¡Para verla hijo de puta! –Sollozando- ¡Cómo no entiendes que es mi hija! ¿¡QUÉ!? ¿Vas a prohibir que la vea? ¡Eres idiota o qué!
Y de pronto Cuddy comenzó a perder el aire de la angustia. Abrazó a Wilson y le pidió perdón. Sólo quería verla, sólo quería cerciorarse de que todo fuera cierto. ¿Cómo es que la maldita orden de un hombre estuviera sobre el dolor de una madre?
