1- Prologo
Hay una fiesta en un piso veinte, el apartamento que contiene catorce jóvenes los más pequeños de quince años y los dos más mayores de veintidós años, pero todos cantan al unísono algunos más desafinados otros con voz de ángel pero todos juntos le cantan a un rubio el cumpleaños feliz.
-Los regalos, abrimos ya los regalos. – decía con impaciencia una morena de pelo y ojos color miel. – Yo quiero ver ya los regalos. – se quejaba como una niña pequeña y mimada.
- Tai y mi hermana aun tardaran en llegar. – afirmó impaciente una chica de gafas con pelo largo y violeta, el cual apartaba de su cara con un pañuelo azul. – Venga T.K. – suplicó sin hacer caso a las quejas de su novio, el cual intentaba pasar desapercibido entre sus amigos.
- ¡Gracias! – gritó al abrir el regalo en común de todo el grupo. – De verdad no os teníais que haber molestado. – dijo admirando su nuevo ordenador portátil, el cual era de su color preferido, verde esperanza. Un chico peligranate se acercó por detrás al cumpleañero quitándole su gorro de la suerte.
- Os tomáis demasiadas molestias para que T.K sea escritor. – gritó mientras huía de T.K el cual se sonrojó al oír aquello, todos sus amigos se rieron ante la timidez del ya no tan pequeño rubio.
- Davis, cállate – le ordenó el hermano mayor del cumpleañero. – Si no recuerdo mal a ti te regalamos un viaje a Nueva York, para que pusieras tu puesto de fideos. – Davis se enfadó ante la información de Matt. – Pero cambiaste los billetes para ir a Paris a buscar a mi prima. – Una rubia con bucles dorados se abrazó al enfadado y lo besó devolviéndole la alegría. – Katherine querida, no se que le ves a este vago. – siguió pinchando Matt a su amigo.
DIN-DON-DIN-DON-DIN-DON – llamaba Tai con insistencia al timbre del apartamento, evitando un nuevo asalto en la pequeña riña entre Matt y Davis.
-¡Ya estamos aquí! – gritó en cuanto su hermana le abriera la puerta. – Entra cariño, que tu eres una más. – La chica se quedó en la entrada avergonzada porque al contrario que su hermana era muy tímida. – Megumi, cariño, que no muerden. – la agarró de la mano y la guió frente a sus amigos los cuales la saludaron.
- ¡Hermana! – gritó su entusiasta hermana pequeña soltándose de los brazos de su novio y dirigiéndose la vergonzosa Megumi. – Veo que tú y Taichi os habéis dignado a salir. – Sonrió haciendo enrojecer a su hermana.
- ¡Inoue! – llamó Sora a la mayor de las hermanas, porque a la pequeña la llamaba simplemente Yolei. – Ven aquí que te vea. – Sora observó a la joven de su edad, aunque era alta no alcanzaba a Joe ni Jun, su pelo del color de las violetas y sus ojos negros protegidos por unas gafas de pasta negras, le daban aspecto de estudiosa y no iban desencaminados los que pensasen aquello, porque la joven era la mejor de su clase. – Aun recuerdo cuando os conocisteis. – comentó la pelirroja haciendo enrojecer a Megumi. - ¿Te acuerdas Tai?
FLASHBACK
Era una tarde de otoño y Yolei discutía con su hermana mediana, Megumi, para cambiarle el turno en la tienda. De pronto un grupo de jóvenes entraron en la tienda y Yolei saltó el mostrador para ir con ellos mientras Megumi se sentaba frustrada en la silla que tenían en el mostrador.
-Esperad – pidió Taichi a sus amigos entrando de nuevo en la tienda. – Voy a comprar algo para merendar. – les informó pero estos se marcharon. Megumi observó al chico de su edad. Era de los más populares de su instituto, el capitán del equipo de fútbol y un pésimo estudiante; a ella le parecía un chulo y un rompecorazones, pero no podía decirle nada porque era muy tímida y además no estaba en la misma escala social que el chico. - ¿Me pones un café? – le pidió Tai sin mirarla a la cara al igual que ella a él.
- Son 500 yenes – le informó mirándolo a la cara y sonrojándose sin motivo aparente al ver sus ojos chocolatados. – tome su…su café. – tartamudeó cogiendo el vaso de plástico el cual estaba muy caliente y lo cayó sobré él. – Lo siento - se disculpó a pesar de que ella también se había quemado y manchado.
- Tranquila. – dijo el castaño sonriendo, mientras ella salía del mostrador a comprobar que estuviese bien. – Eres tú la que se ha abrasado la mano. – la miró a los ojos sonrojándose y haciéndola enrojecer. – Yo estoy bien, bueno me has manchado mi camiseta preferida pero por lo demás, estoy bien. –le contestó sonriente.
- No te va a funcionar. – dijo ella molesta apartando la vista de la cara del castaño y de su deslumbrante sonrisa. – Yo no soy como todas esas chicas que gritan tu nombre como locas. – le dijo volviendo hacia los congelados a por un poco de hielo para su mano, sin creerse lo que le estaba diciendo al castaño. – conmigo tus encantos no funcionan. No soy tan tonta como mi hermana Yolei, que suspira por cualquier musculitos sin cerebro. – dijo volviendo junto al chico el cual estaba sentado en el mostrador observando fascinado a la chica.
- ¿Por qué crees que soy un musculitos sin cerebro? – preguntó mirando los ojos negros de la chica sin comprender aquel deseo de que cambiase de opinión sobre él. - ¿Cómo podría hacerte "caer" en mis encantos? – preguntó intentando que la chica le mirase a los ojos.
- No podrías ni aunque te despelotases aquí mismo. – dijo ella mientras fingía hacer cuentas con la maquina registradora. – soy inmune. – dijo alzando la vista y viendo a Tai mientras se quitaba la camiseta haciéndola enrojecer. -¿Qué demonios haces? – gritó tapándose los ojos, para no verlo. Con la respiración agitada, las mejillas encendidas y un temblor incontenible en sus manos, intentó huir del chico saliendo a la puerta de la calle, pero no sabía que el chico estaba tan loco como para seguirla.
- No eres tan inmune, cuando has salido corriendo a la puerta en cuanto me has visto sin camiseta. – le dijo Tai divertido desde su espalda, a pesar de que el viento frío del otoño soplaba en la calle el chico siguió junto a la joven la cual intentaba evitar posar su mirada en los marcados abdominales del deportista. – Inoue, mírame. – ella movió la cabeza de forma negativa y Tai se colocó delante suyo. – Mírame a los ojos y dime si tengo cerebro o no. – le pidió y la chica lo hizo quedando como un tomate plantada en el sitio completamente roja. – Me gustas, Megumi.
- ¿Sabes… mi… mi nombre? – tartamudeó haciendo reír al chico. - ¿te gu…gusto? – el se sonrojó y ella lo miró; Tai estaba muerto de frío con un sonrojo en sus mejillas que Megumi no sabía si era por la vergüenza o porque estaba cogiendo frío. – Entra y ponte tu camiseta antes de que te enfermes. – Dijo ella cuando Tai estornudó y comenzó a tiritar.
- Te…te...tengo fri…fri…frío. – se quejó Tai mientras ella buscaba una camiseta de propaganda que esa misma tarde había guardado bajo el mostrador, porque la del chico estaba empapada. - ¿Qué ha…haces? – preguntó sonrojado dado que después de que la chica le diese la camiseta y se la pusiera, ella se le abrazó.
- No pienses mal, es para que no te mueras de frío. – dijo aun en sus trece convencida de que era inmune a Tai. – No creas que quiero que te mueras aquí. A ver quien viene a una tienda en la que se ha muerto un chico de frío. – le dijo sin soltarse sintiendo en su oído el corazón acelerado de Taichi.
- ¿Seguro que es por eso? – preguntó el decepcionado, dejando por fin de tiritar. – Te voy a demostrar que es porque te gusto aunque solo sea un poco. – ella rió y Tai se frustró aun más.
- ¿No será que tú eres el que ha caído en mis encantos? – preguntó Megumi sonriente escuchando el ritmo acelerado del corazón del chico, el cual a cada palabra suya se aceleraban más. – Tengo razón. – dijo apartándose de él, generando en el chico una especie de vacío que se le hacía insoportable.
- Sí, tienes razón. – afirmó Tai acercándose a ella abrazándola por detrás. – y te pido que seas sincera. – dijo con un tono que denotaba la seriedad del chico. - ¿te gusto? Aunque sea un poco. – pidió soltando el abrazo de la chica la cual estaba perpleja y confusa.
- Sí. – firmó girándose lentamente quedando cara a cara con el moreno el cual estaba feliz por sus monosílabo. - ¿Por qué tú? – preguntó la chica y Tai se encogió de hombros y se rascó la nuca sonriendo, con ese gesto tan típico suyo. – da igual. – Respondió ella con cara de fastidio, Tai al ver las intenciones de Megumi de volver tras el mostrador la retuvo de la única forma que se le ocurrió, la besó robándole su primer beso a ella y entregándole el suyo.- Guau. – susurró la chica al separarse de él.
- ¿Qui…quieres ser mi… novia? – preguntó volviendo a tartamudear Tai, con miedo a recibir una negativa. Megumi se abrazó a su cuello besándolo de nuevo con una gran sonrisa. - ¿eso es un sí? – preguntó el castaño con una gran sonrisa mientras la chica se colocaba las gafas sonriente.
- ¿Tu que crees? – le preguntó quitándose las gafas para limpiarlas porque estaban empañadas. –Pues claro, bobo. – dijo entre risas mirándolo a los ojos dispuesta a volverse a poner las gafas pero el la agarró con suavidad de la barbilla para observar los ojos negros de la chica sin el cristal de por medio y ella hizo lo mismo con los de su ahora novio.
FIN DEL FLASHBACK
-¡quiero hacer una confesión! – dijo T.K encima de una mesa, un poco borracho porque su hermano le había mezclado vodka con el refresco. – Kari, Hikari Yagami, te amo y quiero que seas la madre de mis hijos. – el hermano de la chica gruñó molesto y la aludida se sonrojo mandando al hermano mayor de su novio que lo bajase de la mesa.
- Tu hermana va a ser una Takaishi – dijo con voz chiche Matt a Tai el cual sonrió con una mirada aterradora en la cara.
- Eso significa que seremos familia. – informó Tai a Matt el cual fingió horrorizarse. – Y que tendremos los mismos sobrinos, que nos tendremos que ver en navidad, año nuevo, pascua, en cuanto a ser el padrino de su boda… - Matt se acercó a su hermano para alejarlo de Hikari haciendo sonreír de manera triunfal a Tai el cual recibió una colleja de su novia y la novia de Matt.
- Arréglalo. – le pidieron al unísono al ver como T.K y Matt discutían por su culpa. – O te enteras. – lo amenazaron, las chicas y él bufó enfadado.
La noche transcurrió con bromas, risas alguna pelea sin importancia entre Tai y Matt, pero fueron frenados por las novias, las cuales eran como hermanas y parecían tener un sexto sentido para rastrear las peleas entre sus novios.
-Tai, no bebas – le ordenó Megumi un poco ruborizada quitándole la cerveza de la mano y dándosela a Davis quien se la bebió de un trago. – Toma esto que es mas sano. – le informó la chica dándole un refresco de naranja. – Hoy tienes que conducir y mañana tenemos que estudiar el examen de leyes civiles de la semana que viene, además no quiero que acabes con el hígado hecho paté. – le pidió la joven la cual estudiaba con él el tercer año de derecho. – un borrachín no es un buen abogado ni mucho menos es un buen juez. – le informó la chica ante las posibles reprimendas de su novio el cual la besó como en las películas.
- Te amo – se oyó a la mayor de los Motomiya la cual estaba abrazada a su novio el futuro medico mientras bailaban una canción lenta cantada por Mimi y Matt a dúo. – Te amo más que a un helado en verano. – escuchó Megumi que le decía Jun muy cariñosa a su prometido. – ¡Me voy a casar con el hombre mas miedica del mundo! – gritó haciendo enrojecer al ya adulto Joe.
- ¡Que se besen! – gritaron todos empezando a corear. -¡Que se besen! ¡Que se besen! – Jun y Joe se besaron y todos gritaron de alegría. - ¡Que se besen! ¡Que se besen! – coreaban ahora mirando a T.K y Kari los cuales estaban sentados en el sofá mientras reían de los mas mayores. - ¡Vamos T.K! – gritaban Tai e Izzi. - ¡Demuestra que ya eres un hombre! – volvieron a gritar.
- Izzi, cállate. – le ordenó Mimi furiosa haciendo sonrojar al pelirrojo el cual no se atrevía a confesarle sus sentimientos a la castaña. – Por lo menos el pequeño s a declarado, e incluso Codi y Noriko… - subió Sora corriendo al escenario improvisado, desde el cual habían estado cantando su novio y su amiga, a taparle la boca a Mimi la cual estaba hablando demasiado.
- Va siendo hora de irse – informó Sora aun tapándole la boca a Mimi la cual se estaba enfadando por momentos. – Que son las… ¡las cinco de la mañana! – informó Sora alarmada de lo tarde que era.
- Bueno, no hay que alarmarse. – dictaminó Yolei la cual no había bebido al igual que Ken, Tai, Joe y Megumi, los cuales también tenían carnets de conducir. – Tenemos tres coches y una moto, nos sobran coches. – dictaminó con su siempre alegre expresión.
- Tú llevas a Matt, Izzi, Sora y si no queda mas remedio a Mimi. – le pidió Megumi a Tai, Todos rieron por lo bajo mientras el moreno se perdía en los ojos en su novia sin atender a mas palabras que la primera frase que dijo. – Yolei tu llevaras a Codi, Katherine, Midoriko… - la aludida tosió para que se retractara y Megumi sonrió. – Noriko y Davis. – su hermana pequeña se iba a quejar porque su novio no estaba incluido en aquella lista de pasajeros. – Ken, T.K, Kari y yo nos quedaremos a ordenar esto un poco. – dictaminó revolviéndole el pelo a su "cuñado" el cual se escapó un segundo a despedirse de Yolei y recordarle mil y una veces que tuviera cuidado, a pesar que sabía que la pelimorada solo oía su voz pero no escuchaba las palabras que de ella salían. – Los "J.J" que vallan juntos. – concluyó abrazada a Tai el cual estaba feliz con aquella escena.
- No nos llames así. – se quejó Joe fingiendo estar enfadado. – es una mera casualidad que nuestros nombres empiecen por J. – dijo abrazando a su prometida con mucho cariño.
- Fueron los aliens – afirmó Matt con los efectos del alcohol ya notorios en su forma de pensar. – ellos dejaron a los hermanos Motomiya en la tierra para que nos colonizasen, intentaron lavarme el cerebro a mí pero no pudieron – Sora que no estaba ni la mitad de chisposa que él se tapó la cara avergonzada por las paranoias de su novio mientras Tai, Izzi, Yolei y Midoriko le reían las gracias. – la pena es que mi primita y Joe no son tan fuertes mentalmente como lo soy yo y sucumbieron a sus ataques cerebrales. – Jun ofendida con su antiguo amor platónico lo persiguió hasta el garaje y el resto los siguió excepto Tai, Megumi, Kari, T.K, Ken y Yolei.
- No te quiero – le susurró Tai a Megumi en el oído y esta se enfadó. – Te amo, mi florecita tardía. – dijo Tai antes besar a su novia la cual se sonrojaba.
- No te adoro. – dijo Megumi siguiéndole el juego a su novio. – te amo mi gigante valiente. – dijo devolviéndole el beso enredando sus dedos en el pelo achocolatado y alborotado. – Baja que te esperan, cuñadito de Matt. – le dijo mientras Tai le daba un débil beso en los labios antes de bajar corriendo las escaleras.
Kari y Ken desmontaron el escenario, mientras Megumi ayudaba a T.K a despejarse con un café bien cargado y terminaron de recoger, ordenar, barrer y fregar el piso del amigo de Matt, el cual le había dejado el piso a cambio del teléfono de sus coristas en el grupo de los Teenage Wolves, sus compañeras de astronomía y las compañeras de diseño de Sora. Tras terminar de ordenar todo y dejar el piso como si nunca hubiesen estado ahí, se marcharon. Mientras Megumi conducía cercadle puente que unía el centro con Odaiba, en el puente se produjo una gran explosión.
- si ha habido un accidente Tai estará desquiciado. – dijo con voz calmada Megumi, para no asustar a los chicos pero tenía un mal presentimiento. – Y mi hermana, Yolei habrá frenado para cotillear y pedir auxilio. – todos sonrieron para después empezar a imitar a sus amigos y sus reacciones hasta llegar al puente, donde vieron cuatro coches y lo que parecían ser los restos de una moto.
Frenó y paró a un lado del puente, ninguno de ellos atinaba a hacer las cosas bien, no podían desabrocharse los cinturones, no encontraban las manillas de las puertas y no se atrevían a salir del coche pero al final no sin esfuerzo sacaron fuerzas para comprobar que no fueran los coches que ellos creían que eran.
-Tai – susurró Megumi con la voz llena de miedo, mientras Kari llamaba echa un manojo de nervios a la policía y los bomberos. – Yolei – dijo el nombre de su hermana avanzando hasta que una nueva explosión se lo impidió. - ¡No! ¡No puede ser! – gritó cayendo al suelo de rodillas, al ver las matriculas chamuscadas de los dos vehículos.
- ¡No! ¡No puede haber muerto! – le gritó Ken a la chica la cual lloraba de rodillas en el suelo. - ¡Tai, Davis, Yolei! – llamó a unos cuantos de sus amigos pero nadie contestó. - ¡Sora, Matt, Jun, Joe! – llamó a otros cuantos de sus amigos pero solo se oían los lloros de Kari y Megumi con el sonido del chisporroteo de las llamas de fondo. - ¡Codi, Noriko, Izzi! – siguió intentando que alguien le contestase pero seguían los mismos sonidos y de entre los coches solo se veían las llamas que salían de los coches. - ¡Mimi, Katherine! – terminó de nombrar a todos sus amigos y otra explosión mas pequeña que las anteriores sacudió el puente.
- ¡Hermano! – gritó T.K desesperado. - ¿Dónde estás? ¿Por qué me has dejado solo? – Kari se abrazó con fuerza a él.
A los pocos minutos llegó la policía y los bomberos pero ya era demasiado tarde, un policía de unos veinte años se acercó a los jóvenes quitándose la gorra y poniéndosela sobre el pecho.
- No pudimos hacer nada. – Un grito desgarrador salio de la garganta de Kari la cual se mantenía en pie gracias a T.K. – Los tanques del combustible sufrieron fugas por el choque contra los otos dos vehículos los cuales eran de unos narcotraficantes y explotaron sus coches para que no pudiésemos encontrar su mercancía. – Ken observaba y descomponía la escena mentalmente intentando hallar un fallo en la conclusión del policía, mas tarde examinó al policía el cual tenía una serpiente en forma de S tatuada en el cuello.- Al explotar los explosivos hicieron que el combustible se incendiase y explotara los coches de sus amigos. – informó sin mirarlos a los ojos. – No podríamos haber hecho nada…
- ¡Cállese! – le gritó el joven Takeru al notar como se le revolvía el estomago y su novia se le escurría entre las manos. – No siga hablando, por favor. - - le suplicó al policía abrazándose a Kari la cual lloraba desconsoladamente, Ken tenía los ojos como platos y al igual que Megumi ya no conseguía llorar debía mantenerse fuerte. - ¡No voy a volver a cerebrar mi cumpleaños! – arrancó a llorar sin control alguno el joven que acababa de cumplir los dieciocho años de la manera mas amarga posible, perdiendo a su hermano y a la mayoría de sus amigos.
Notas de la autora:
Es bastante distinto a los otros Fanfics que he escrito pero espero que les guste y que me escriban un review, que siempre alegra el día y anima a mejorar.
