Hola espero que este fic sea de su agrado, los personajes no me pertenecen son propiedad de DreamWorks, solo los uso para mis locuras y ratos de aburrimiento.

Prologo:

A un recordaba el olor a sangre, el dolor en su cuerpo producido por esas infernales garras, el fuego consumiendo todo a su alrededor; recuerda a su familia luchando a su lado, sus hermanos y hermanas que tanto quería. Su raza era una de las más poderosas, digna de competir contra la gran raza de la muerte; fue una batalla dura que se extendió por nueve días, al final solo quedo él, busco por semanas algún familiar vivo pero no había nadie, solo quedaban cenizas en lo que una vez fue su hogar; cansado se retiró a dormir para recuperar fuerzas, por tres años quedo como estatua dentro de una cueva, no tenía a nadie, la soledad comenzó a afectarle.

Existían afuera otras razas, pero no eran la suya, no se sentía cómodo con ellos por lo que decidió alejarse de todo. Se refugió en esa isla en principio abandonada pero con el paso del tiempo comenzó a ser habitada por esos seres que no podían volar, decidió marcharse pero descarto la idea, él había llegado antes no tenía por qué irse, evito el contacto con estos seres saliendo solo por las noches, se alimentaba y regresaba a su cueva escondida entre el bosque; la rutina le duro por otros 700 años, odiaba su longevidad pero le temía a la muerte, la tristeza en sus grandes ojos verdes jamás desaparecía.


Dos chicos caminaban por el bosque mientras atardece, uno de ellos delgado de cabello castaño y unos brillantes ojos verdes cargaba en su espalda una gran mochila, delante de él va un sujeto más corpulento, rubio, con una cámara en la mano y a su espalda una mochila más pequeña.

Aun no recordaba en que momento había aceptado acompañar a su amigo a ese viaje al bosque, pero ahí se encontraba él cargando en su espalda una infernal mochila y una tienda de campaña.

-escucha Fishlegs ya caminamos demasiado cuanto más nos vamos a adentrar en el bosque

-vamos Hiccup solo un poco más, de lo contrario no podremos encontrar a ese extraterrestre que vive en el bosque

-Que, me trajiste hasta aquí para cazar extraterrestres, estás loco eso no existe

-claro que existen, lo leí en una página de internet, un sujeto escribió que mientras acampaba en este bosque escucho ruidos muy extraños como una voz de ultratumba.

-si claro ¬¬, pero si fueran ruidos de ultratumba eso no lo convertiría en un fantasma o un demonio tal vez

-o.O pues si creo…pero no es el único Hiccup hay otro que afirma haber visto una gran sombra negra volando por donde acampo, le tomo una foto pero como era de noche no se ve muy bien mira- mostrándole una imagen en su celular

-*suspiro* de acuerdo, estas consiente de que en la fotografía no hay nada más que el negro de la noche

-bueno es que el extraterrestre es negro ^^

-aghh sabes que busquemos un lugar donde acampar ya se está haciendo de noche y estoy cansado de tanto caminar.

-de acuerdo ^^

Los chicos comenzaron a limpiar el lugar donde instalarían la tienda de campaña, terminando la tarea Hiccup pidió a su amigo ir por leña para encender una fogata en lo que el prepara los alimentos para calentarlos.

-q-q-quieres que valla yo solo al bosque (temblando), pero ya casi obscurece y y y

-de acuerdo iré yo tu prepara los alimentos entendido

-sí, gracias Hiccup

El castaño comenzó a caminar buscando leños secos, no entendía por qué Fishlegs era tan miedoso, se la vivía buscando cosas paranormales y extraterrestres, viendo películas de terror y fantasía o leyendo teorías de conspiración, pero en cuanto decidía investigar siempre recurría a él para que lo acompañara; sus grandes viajes siempre terminaban en un cansancio fatídico para él y una total decepción para su amigo y a pesar de eso siempre lo acompañaba.

Termino de recoger los leños y se encamino de regreso al campamento, sonrió ante la idea de que su compañero ya se encontrara asustado por estar solo en el bosque por lo que apresuro el paso, mientras caminaba sintió un escalofrió como si alguien lo estuviera observando, volteo instintivamente pero no encontró nada; genial lo que le faltaba que el también creyera en extraterrestres, sacudió su cabeza y continuo su camino. En lo alto de las ramas oculto por el follaje una hermosa bestia negra lo miraba alejarse.