Mini-Nota: En este fic, escribiré al Rey Candy ceceando.

Capítulo 1

Vanellope llevaba un buen rato despierta y se sorprendió al no ver a su padre en el comedor, así que tuvo que desayunar sola. Tampoco le vio en su despacho, ni en el salón del trono, así que solo se le ocurrió un último lugar. Despacio, abrió la puerta de su cuarto y le vio aun dormido. Se le ocurrió una idea y soportó una risita entrando lentamente al cuarto, sigilosa y pareciendo un animal acechando a su presa. Lo que pasaba es que contra más cerca estaba, más risitas se le escapaban al imaginar la cara que se le quedaría. Estaba cada vez más cerca, más cerca, y...

-¡Vanellope ganó la carrera! -alzó la voz saltando sobre él y haciendo que el Rey Candy despertara de golpe, sobresaltando y dando un pequeño grito. Al sentarse y ver que se trataba de la niña, frunció el ceño graciosamente.

-¡Vanellope! -la medio regañó. La niña se revolcaba en la cama sin dejar de reír.

-¡Toma, pastilla de goma! ¡Hahaha! ¡Tuviste que ver tu cara, tolai!

El Rey vio a la chica casi con sorpresa. Su propia hija riéndose de él, aquello ya era suficiente.

-¡Vanellope! Azí no ez como ze comporta una princeza. -comenzó a decir con el gesto serio y cruzándose de brazos, haciendo que la niña dejara de reír y lo viera con un lindo gesto.

-Papi...-empezó.

-De "papi" nada. No creaz que ezto va a quedar impune...-siguió el otro y Vanellope se sorprendió. No podía ser. ¿Iba a castigarla?- Por ello te condeno a cinco minutoz...-la niña lo vio en silencio preocupándose, hasta que vio sonreír a su padre-...¡Con el monztruo de laz cozquillaz!

-¡Ahh! -la niña rió soltando un gritito e intentó huir, pero el Rey Candy rápidamente la atrapó y entre risas comenzó con su ataque de cosquillas- ¡A-Ahh! ¡Hahah-haa! ¡P-Papáhahaa! ¡N-No e-es ahahaha justo! ¡P-Para!

Así estuvieron un rato, hasta que finalmente las cosquillas cesaron y los dos estaban echados en la cama, riendo e intentando calmarse. Aquel día era era Sábado y, por suerte, el señor Litwak no quiso abrir el Arcade en fin de semana.

-Papá, ¿por qué no fuiste a desayunar? -preguntó la chica, viéndolo balanceando sus piernas.

-Mhmm...-el Rey se pensó la respuesta y al vio- Creo que la cama me zecueztró...-haciendo reír a la niña.

-¿Anoche dormiste tarde?

Un suspiro escapó del otro.

-Mizter Litwak dejó el Arcade abierto hazta el anochecer...Nunca creí que me canzaría tanto de correr.

Vanellope rió con suavidad y recordó algo.

-¿Papi?

El Rey la vio de reojo y rodó sus ojos.

-Cuando me dicez azí ez que quierez algo...

La chica volvió a reír y lo miró.

-¿Cuando podré correr?

Vio como su padre suspiraba.

-Ya hemoz hablado de ezo, Vanellope...

-¡Pero yo quiero ser una piloto de verdad! ¡Lo noto en mi código! -lo dijo emocionada.

-No puedez zer piloto, porque erez una princeza. -respondió el otro viéndola con una ceja alzada.

-¿Y qué? Tu eres Rey...¡Y corres todos los días!

-Lo mio zon cueztionez de principioz.

-¡Pues lo mío también!

-Vanellope...

Se formó un breve silencio en el que el Rey Candy veía cansado a su hija. Siempre que salía el tema acababan teniendo una pequeña discusión. No podía culparla...Debía serle bastante duro ver a su padre correr y ella no poder hacerlo. Se le ocurrió una idea.

-Pazado mañana zerán laz carreraz y luego habrá que hacer la nueva parrilla para elegir a loz nueve jugadorez ziguientez...¿Qué te parece zi dezpuéz de ezo te buzcamoz un bólido y hacemoz una carrera juntoz?

A la chica le brillaron los ojos y vio a su padre emocionada, sin creerlo.

-¿Lo dices en serio?

Su padre sonrió y le guiñó un ojo.

-¡Por zupuezto!

Casi de inmediato, Vanellope comenzó a corretear y saltar ilusionada.

-¡Bieen! ¡Bien! ¡Voy a conducir! ¡Voy a tener mi bólido! ¡Seré una piloto de verdad!

El Rey Candy no pudo evitar sonreír más al ver su alegría. La niña volteó a verle.

-¿Y cuando podré entrar en una carrera? -preguntó impaciente.

-Tranquila, tranquila, caalma...-inquirió graciosamente su padre- Cuando hagamoz nueztra carrera decidiré zi eztáz lizta para participar en una oficial con loz demáz.

-¡¿En serio?! -dijo dando saltitos y el Rey Candy asintió.

-Mientraz tanto...¡Empecemoz el día y hagamoz algo divertido, mi paztelito! Hoy ez Zabado, ¿no? ¡Pazaremoz el día juntoz!

Vanellope sonriente e ilusionada, bajó de la cama y corrió hacia la puerta dando pequeños saltitos.

-¿Qué haremos? ¿Qué haremos?

Su padre rió y se levantó también, ajustando su coronita y dirigiéndose donde ella, comenzando a caminar, mientras la chica lo seguía.

-¿Qué tal zi ezcalamoz un árbol de caramelo en una carrera?

-¡Sii,sii! -ilusionada, tomó su mano y comenzó a correr, mientras el otro la seguía lo más rápido que podía.

-¡V-Vanellope, tranquila! -rió con suavidad- ¡Amargado, cuida del caztillo hazta que vuelva!

OoOoOoOoOo

Comenzó a cruzar la "Zona Arco-iris" entre risas de emoción. ¡Por fin estaba cumpliendo su sueño! ¡Estaba siendo una piloto de verdad y, lo que era mejor, estaba ganando! La parte Arco-iris le resultó la más divertida, entre vueltas de vértigo y colinas empinadas, sonriendo y riendo. Tan divertida estaba, que no notó cuando otro bólido se lanzó contra el suyo, haciendo que gritara y que su coche se enganchara al de...¿su padre?

Abrió sus ojos en sorpresa. ¿Qué?

-¡Fuera de la pizta ahora mizmo!

-¿T-Te has vuelto loco? -inquirió Vanellope, asustada e intentando desenganchar su auto. Mientras, no se dio cuenta de como su padre cogió su bastón.

-¡Te prohíbo...-se levantó de su asiento-...que crucez...-alzó su vara de caramelo-...la línea de meta!

Y dicho esto, casi golpea la cabeza de la niña, esquivándolo esta por los pelos y viéndolo asustado.

-¡E-Estate quieto!

¡Le estaba destrozando el auto! ¡¿Por qué?! ¿Por qué le hacía esto? Y, sin embargo, incluso ella notó que ella misma no estaba actuando como si fuera su padre.

Consiguió agarrar el bastón gritándole que se detuviera y ambos comenzaron a forcejear.

-¡Zuéltame! ¡No dejaré que echez a perder todo mi trabajo!

Vio como su padre parpadeaba violentamente, su rostro lleno de furia y pareció que la escena cambió, porque parecía como si hubiera ocurrido algo que se había perdido.

-¡Y no he re-programado ezte mundo para que tú y eze gorila rompe cozaz de fétido aliento acabéiz con él!

Apretó con más fuerza el acelerador e hizo que su coche volcara con la intención de destruirla contra el cambio de sentido que cada vez estaba más cerca de ella.

OoOoOoOoOo

Despertó gritando asustada y sentándose en su cama, viendo su alrededor y cerciorándose de que solo fue una horrible pesadilla. Solo una pesadilla...Su padre jamás haría algo tan terrible y, sin embargo, todo se sintió tan real. Lo suficiente real como para necesitar un abrazo suyo...

Bajó de su cama despacio y se dirigió a la habitación real, abriendo lentamente la puerta.

-Papá...-murmuró apenas. El Rey Candy bostezó y frotó sus ojos, entreabriéndolos con bastante curiosidad al ver a Vanellope allí. Se sentó en la cama y la miró.

-¿Vanellope...? Ez muy tarde...¿qué ocurre?

Quizás lo que más le sorprendió fue verla casi asustada y no como la niña enérgica que lo había despertado de un salto en la mañana.

-T-Tuve una pesadilla...

El Rey abrió sus ojos en sorpresa.

-¿Otra vez? -suspiró con suavidad pensativo. Últimamente estaba siendo muy frecuente en la niña tener aquellos sueños. Vio el espacio junto a él en la cama y luego a la chica- Venga...Por hoy, puedez dormir conmigo...

Vanellope sonrió con suavidad y corrió a subir a la cama y abrazarse a su padre, notando este lo asustada que estaba y acarició su pelo, arropándolos a ambos.

-Ya eztá...Ya eztá...Laz pezadillaz no zon realez, Vanellope...No lez hagaz cazo.

-Al menos, esta vez no soñé que eras un bicho gigante...Esas son las más terroríficas. -contestó con ternura la niña, algo más tranquila al ver que su padre correspondía el abrazo.

El Rey Candy no tuvo nada que decir ante eso y simplemente sonrió para animarla.

-Vamoz, ahora a dormir...¡Mañana tenemoz que jugar a muuchoz mini-juegoz!

Vanellope se emocionó y asintió, portándose bien y quedándose en silencio.

Al poco rato, ambos estaban dormidos...