DISCLAIMER: Estos personajes no me pertenecen, si lo fueran no estaría aquí sino en mi mansión, pertenecen a J.K.Rowling.

Advertency: Este fic es de contenido SLASH (relación CHICO/CHICO) y espero poder ponerle algo de lemon más adelante. Parejas Harry/Severus. Contiene spoilers del 5º libro.

Es mi primer fanfic así que se aceptan sugerencias, comentarios, críticas y todo lo que se os ocurra. Si pensáis que debe acabar aquí decirlo, vosotras decidís si continuo con el o no.

¿POR QUE TIENE QUE SER TODO TAN COMPLICADO?

El verano pasaba despacio en Privet Drivet, desde la desaparición de Sirius tras el velo ya nada había vuelto a ser igual, todo era como un sueño a cámara lenta. ¿Cómo podía pensar todo el mundo que podría seguir su vida tras la muerte de su padrino?, no, no podía estar muerto. O mejor dicho, Harry no podía admitirlo, sino que sentido tendría seguir luchando, ¿Quién sería el próximo?

Harry estaba pensando en lo que había detrás del velo cuando una lechuza apareció por la ventana, nunca había visto una lechuza tan majestuosa, negra de brillantes alas negras. A Harry le recordó a alguien, pero no sabría decir a quién exactamente, bueno lo pensaría más tarde parecía importante lo que decía la carta. Nada más cogerla la lechuza desapareció tan misteriosamente cómo había llegado.

Se puso a leer la carta y sintió como se le helaba la sangre mientras leía la carta:

"HARRY:

VOLDEMORT SABE DONDE TE ENCUENTRAS, HA SALIDO EN TU BUSCA, DEBES HUIR"

¿De quien debía ser la carta? ¿Sería cierta o sólo sería una estratagema de Voldemort para sacarlo de la casa? Dumbledore lo llevo ahí porque estaría seguro cerca de la sangre de su madre ¿Pero si estaba equibocado, si esa protección desapareció el mismo día que el seño tenebroso volvió a la vida?. De repelente un grito ahoogado en la parte de debajo de la casa, ya no había duda, Voldemort o al meno sus mortifagos estaban en la casa, debía huir, no se podía enfretar sólo a ellos, no al menos todavía, pensó en Sirius y en la última lucha, debía pensar en el y en su venganza.

Cogió su varita y soltó a Edwin, después salió por la ventana debía escapar lo más disimuladamente posible, nadie debía enterarse. Después de varias horas caminado sin una dirección determinada, se sintió agotado y pensó que sería mejor dormir un rato.

- Pequeño, ¿estás bien?.

Una suave voz le despertó, poco a poco fue entrando en la realidad.

- ¿Estás bien? ¿qué te ha pasado?

- Me he perdido, y como no encontraba mi casa y estaba cansado me he echado a dormir. -¿Qué podía decir? La verdad seguro que no, ¿quién le creería? Seguramente lo llevaría al manicomio más cercano.

- ¿Cómo te llamas? Mi nombre es Edurne.

- Mi nombre es Harry.

- Bien, ¿Dónde vives? Yo podría llevarte a tu casa.

- No me acuerdo vine con mis padres de vacaciones y no recuerdo el nombre del hotel en el que me alojaba. –No podía volver a su casa, por mucho que los odiara no quería ver a los Durley muertos, no después de lo que seguramente les habían echo los mortífagos, además necesitaba tiempo para saber que hacer.

- No pasa nada, Harry, vamos a comer algo, luego podemos ir a mi casa y en cuanto recuerdes el nombre del hotel en que te alojas, te llevare. –Sabía que debería llevarlo a una comisaría, pero había algo en la cara del chico que le hizo pensar que algo no iba bien y el chico se había escapado.

Después de comer, fueron a dar una vuelta por Londres y cuando se empezo a hacer de noche se dirigieron hacia casa de Edurne. Llevaban un cuarto de hora andando cuando llegaron a un viejo edificio de pisos, no se parecía nada a lo que estaba acostumbrado a ver en Privet Drivet, la calle estaba sucia y la gente no parecía interesarse por nada que no fueran ellos mismos, cosa que agradeció Harry. Además el edificio parecía necesitaba una buena mano de pintura, o mejor dicho una remodelación.

- Bien Harry, está es mi casa, mi piso es el número 7.

El edificio por dentro, era mucho más nuevo de lo que podía parecer, además todo estaba decorado de forma muy modernista, con cuadros abstractos por las paredes y un ascensor disimulado al fondo del pasillo por un gran mural que lo rodeaba, sino te fijabas bien parecía parte del mismo. La casa de Edurne era del mismo estilo que el pasillo todo muy minimalista y moderno, tenía todo lo último en tecnología.

- Veo que te ha gustado la decoración, la he hecho yo misma ¿sabes?, soy decoradora. –Hablaba muy bajo como si fuera a molestar a alguien.

- Será mejor que me vaya, seguro que su marido está descansando y lo molestaría.

- No, no es mi marido, es mi hermano, ha venido unos días por que tenía trabajo y anoche se acostó tarde debido a una reunión. Pero no pasa nada, sino lo conoces asusta, pero tiene un gran corazón.

Harry vió cómo entraba una gran lechuza negra, pero no podía ser, era la misma lechuza que le había llevado el aviso el día de antes, estaba seguro de eso.

- E... Esa lechuza, ¿es suya?

- No es de mi hermano. ¡¡HERMANO, esta Arwen aquí!! Te he dicho cientos de veces que no quiero que se pasee por la casa, lo deja todo lleno de plumas, por cierto traigo compañía ¿podría salir a conocerlo? Y así de paso recoges a tu mascotita. –Esto último lo dijo con un tono que hizo pensar a Harry que no sentía precisamente simpatía por Arwen.

- Ya voy hermana, ya era hora que te echaras novio, empezaba a pensar que a tendría que encargarme de buscarte uno.

- No empieces las celebraciones, no es NINGÚN novio es un chaval que se había perdido y le he traído a casa hasta que recuerde en que hotel se aloja. ¿Harry quieres tomar algo?

- No, no se preocupe, acabo de recordar que el hotel se encontraba en Dalton Street. –sino recordaba mal era esa la calle donde estaba el caldero chorreante, pero no se podía ir sin saber quien era su hermano, su voz le había resultado tan familiar- ¿Cómo ha dicho que se llamaba su hermano?

Mientras hablaba una silueta apareció entre las sombras, Harry tardo un poco en reconocerlo, pero no, no podía ser, tenía que ser un error. Pero algo le decía que era él, puede que su forma de andar, era...

En la casa de los Dursley las cosas habían ido de mal en peor. Todo iba mal ellos no debían estar en casa, debían estar en una estupida conferencia de Vernon en Francía y cuando entraron en la casa la tía de Harry les sorprendió dando un enorme grito. Pero las órdenes estaban muy claras, no debía haber victimas y sólo se debía emplear la magia en caso de que fuera extremadamente necesario. Lucios ya había fallado una vez dejándose capturar no podía imaginar lo que podía pasar si volvía fallar o sí desobedecía una orden directa de Voldemort, el mismo había castigado a mucho por esa falta y sabía que muchos suplicaban la muerte antes de acabar con la tortura.

Ataron y amordazaron a los Dursley todo debía indicar que habían entrado unos ladrones, debía parecer que las fuerzas de Voldemort estaban muy debilitadas después del último enfrentamiento, pero el grito había estropeado todo. Harry estaría advertido de que algo estaba mal, pero era demasiado valiente o estupido para huir, seguramente intentaría plantarles cara y él debía estar preparado para ello. Lucius se tomo una poción para que su voz fuera igual a la de Vermon.

- ¡¡¡Harry, baja, tienes muchas cosas que hacer!!!

- ¡¡¡Harry, no me obliges a subir!!! Petunia ha visto una rata y tienes que capturarla.

Algo no andaba bien Harry por lo menos debía haber contestado ¿Sospecharía algo?.

- Igor sube a buscar a Harry y mucho cuidado, sabes las ordenes, si por cualquier motivo las incumples pagaras caramente las consecuencias.

- Se... Señor Ha..Harry no esta, se ha ido...

Lucius empezó a sentir como la ira se apoderaba de él, por esa pandilla de incompetente le había vuelto a fallar a su señor, pero no eso no quedaría así.

- "CRUZZIO". -Cuando sintió que Igor no aguantaría más aparto su varita de el y miro a los demás con una mirada que hizo que dieran un paso atrás.- ¡¡¡TRAERME AL IMBECIL DE PETERGRAB!!! ¡DAOS PRISA SINO QUEREIS QUEDAR PEOR QUE KARKAROB!

- Lu... Señor aquí esta Peter.

-¡¡¡ESTUPIDA RATA!!! DEBERÍAS HABER ESTADO VIGILANDO QUE POTTER NO SE ESCAPARA, Y EN CAMBIO MIRA EN QUE NOS HAS METIDO TU INCOMPETENCIA, SERAS TÚ EL QUE LE DE UNA EXCUSA AL SEÑOR TENEBROSO. Y MÁS TE VALE QUE SEA BUENA. –Los cristales temblaban a cada palabra que decía.

Estaba seguro, era él, su profesor más odiado Severus Snape, pero no parecía el no llevaba esa gran capa sin la que nunca le había visto. En cambio llevaba unos vaqueros y una camiseta blanca, jamás se había imaginado que estuviera en tan buena forma. Ademas llevaba el pelo sujeto en una coleta, Harry se quedo de piedra.

- Señor Potter, así que es usted el misterioso acompañante de mi hermana. –Dijo con el tono de siempre, como si tuviera todo controlado, parecía como si nada le sorprendiera.

- Por lo que veo os conocéis. –dijo Edurne- Así que os dejare un rato mientras hago unos recados.

- Gracias, por la advertencia...

- No se de que me habla Potter, es la primera vez que lo veo desde que empezaron las vacaciones.

- Pe... pero su lechuza me... me llevo un mensaje...

- ¡No creerá que en mis vacaciones me dedico a enviarle notitas!

- Bueno, gracias de todos modos. -¡¿Cómo podía ser así?! No sería amable con el aunque le pagarán por ello.

- Cómo se que no tiene ningún hotel al que ir a pasar el resto de las vacaciones, si le interesa puede acabarlas aquí, pero ante mi hermana, nada de magia y mucho menos de decir que soy su profesor de pociones, para usted sólo soy su profesor de historia, ¿está claro?

- Si señor... -Harry estaba sorprendido.- estoy cansado y me gustaría irme a dormir.

- En la segunda puerta por la derecha de ese pasillo, hay una habitación, puede quedarse allí a dormir mientras acaban las vacaciones, toma necesitaras esto, parece que te fuiste muy deprisa. –Le dijo hendiéndole un pijama.

Harry no salía de su asombro, no sólo había sido Snape su misterioso salvador, sino además la chica que le había ayudado era su hermana, ¡Snape tiene hermana¡ y ¡además es muggle!. El comportamiento de Snape también resultaba de lo más extraño, nunca lo había visto comportarse con nadie como lo hacía con su hermana, vale, es su hermana, pero el no se podía imaginar que Snape pudiera tener un gesto amable con nadie aunque esta fuera su hermana o incluso su madre.

La habitación era pequeña pero muy acogedora, había una cama pequeña, muy baja y un armario del mismo en la pared con un jarrón encima, también había una mesa con un ordenador con escáner y al lado de la cama una mesilla con un despertador. Se puso el pijama que Snape le había dado unos minutos antes, parecía que ambos usaban la misma talla. La cama era muy cómoda y enseguida se quedo dormido.

Harry se encontraba en una gran sala, rodeado de gente que no conocía todos tenían la misma cara, la misma expresión ausente, pero por más que intentaba reconocerlo no lo lograba, sólo conseguía que le empezara a doler la cabeza así que decidió seguirles para descubrir por que tenían tanta prisa, caminó y caminó pero no llegaba a ningún sitio. Le empezaba a parecer que las casas se repetían una y otra vez cuando llego a una plaza.

Era una plaza enorme, en la que los extraños hombres se agrupaban entorno a algo que no alcanzaba a ver, había demasiada gente y la plaza era demasiado grande así que no alcanzaba a ver nada, tenía que llegar al centro, tenía que descubrir lo que había en el centro de la plaza, pero en su interior algo le decía que no le iba a gustar lo vería.

Hay había alguien, una persona que le resultaba familiar, estaba demasiado delgado y pálido, parecía cómo sino se hubiera afeitado en siglos y tenía la ropa rota, pero hay estaba su padrino, Sirius estaba delante suyo sólo tenía que ir y desatarlo para así volver a estar junto a su única familia.

- ¡¡¡Harry!!! ¡Huye, es una trampa!

- No, no puedo dejarte, no puedo perderte otra vez, no lo soportaría.

- Yo ya no puedo protegerte, Harry, ya no estoy contigo, ahora tienes que luchar por ti mismo.

No le hizo caso, no podía dejarlo ahí a merced de esos extraños que cada vez se acercaban más y más. ¿Qué pasaría si lo dejaba y ellos lo alcanzaban?, no quería ni pensarlo. Se acerco y cuado iba a desatarlo estallo en un haz de luz. Volvía a perder a Sirius.

- Sirius, no me abandones, no otra vez... -Su voz apenas era un susurro.

Cuándo la luz desapareció, se encontraba sólo en la plaza y junto a el una luna de plata, sólo eso. Otra vez esa pequeña joya, un colgante con una luna de plata y un aro dorado que la rodeaba.

Harry se despertó empapado en sudor, desde que Sirius desapareció había tenido sueños extraños, todos ellos tenían algo en común, cuando Sirius se iba sólo dejaba tras de sí ese extraño colgante, todas las demas criatura vivientes habían desaparecido, no dejaba ni un rastro de vida. Pero había algo que le preocupaba más todavía que ese extraño colgante, Sirius cada vez estaba más desmejorado en sus sueños y eso no podía significar nada bueno. Tenía que encontrarlo y esperara que siguiera con vida para entonces.

No podría dormir ya esa noche así que se dedicó a pensar que significaba aquel sueño, pero no llego a ninguna conclusión salvo que haría todo lo posible por encontrarlo no podía dejarlo cómo en sus sueños, también sabia que necesitaba contárselo a alguien y no podía fiarse de mandar una lechuza a Ron o Hermione, y Edurne no sabía nada sobre la magia, sólo le quedaba Snape y él no era una posibilidad sabía lo que odiaba a Sirius y seguramente todo eso le alegraba.

Esperaría total sólo le quedaban un par de días y cogería el expreso a Howarts, se le había olvidado que tenía que comprar el material, además tenía los libros y las túnicas en la casa así que tendría que volver a comprárselas. Hablaría con Severus por la mañana.

Al día siguiente durante el desayuno...

- Señor... Profesor...

- Parece cómo si le tuvieras miedo, no creo que a mi hermano te muerda por que le llames por su nombre. –Dijo Edurne riéndose, le hacía gracia el miedo que sentía el muchacho hacía su hermano.

- Bueno... esto... profesor... no me he comprado el material para el curso y cómo empieza pronto pienso que debería ir a...

- No te preocupes, yo te acompaño hay una librería aquí cerca, seguro que tienes todo lo que necesitas. –Dijo sin dejarle terminar de hablar.

- Hermana, seguro que mañana estás ocupada, ya le acompañare yo además se que material necesita. –No es que quisiera especialmente hacer de niñera de Potter, mejor dicho no le apetecía en absoluto, pero no podía ni imaginarse la cara de su hermana al encontrarse en el callejón diagon rodeada de brujos y brujas.

- Gra... Gracías.

- Prepárate a las 10 saldremos.

CONTINUARA...

Hasta aquí el primer capitulo espero que os haya gustado.  Es un poco corto, pero el próximo será más largo...

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