Sumary: Habías tardado en asimilarlo, él era la oscuridad andante, lo habías descubierto poco a poco al verlo, al acercarte, mientras ambos escuchan esa música triste, melancólica y escalofriante de ese pianista decepcionado.
Disclaimer: Soul Eater es propiedad de Atsushi Okubo.
…
Kuroi Yoru
Capítulo I
…
Las palabras eran insulsas en ocasiones, como en esta. No tenían la necesidad de hablar ya otro día lo harían, por hoy estar entre esos brazos que a cada momento incrementaban la fuerza de su agarre, donde se sentía extrañamente tranquila .
La inseguridad y el temor por la oscuridad habían quedado en el pasado, en uno distante. Esa persona que acaricia tu espalda con algo parecido a la ternura o más bien tranquilidad, había hecho algo imposible: Que gustes del juego con lo oscuro.
Él era oscuridad completa y gratificante.
Acomodada entre sus brazos fuertes y masculinos, aspiras su aroma y piensas como una niña enamorada, cosas que nadie sabrá. Mantienes los ojos cerrados, suspirando y temblando por lo que te hace sentir él con su cercanía.
"Dulce penumbra" grita otra vez tu pensamiento, es imposible no escuchar lo que tus sentidos no pueden ocultar. Ya no ocultas esa sonrisa, mantienes los ojos cerrados y sabes que él tiene una mueca grabada en el rostro, para algunos, atemorizante y falsa…
"Que error es ver el exterior"
Chrona había aprendido que esa mueca era una sonrisa, una tan exquisita, tan intensa y sincera que carecía de malicia.
"Deberías tenerle miedo, querer salir de sus brazos… querer correr…". Grita una voz atemorizada de tu cabeza.
"Pero no puedo, no… No quiero". Grita más fuerte otra voz, más segura.
Porque tanto te gusta esto que olvidas tus miedos…
Las conclusiones que dicta tu cerebro hacen que agradezcas y te gratifiques más por este momento en tu vida, esos pequeños instantes en tu día que más esperas.
Aprendiste que la oscuridad es silencio, es tranquilidad y el silencio tiene de fondo una melodía tétrica, con dolor y sufrimiento en ella. Aun así ahora esto te resulta apetecible, esta oscuridad te brinda seguridad de la mano de él…
Porque la oscuridad es él.
En ese silencio tu escenario: En ese patio de cemento cuadriculado en blanco y negro, enfrente de lo llamas hogar con ventanas y cortinas, luces encendidas y personas dentro. La noche ya creciente, a tu derecha puedes observar el cielo por encima de la baranda y al otro lado las escaleras que hacen que el sonido tétrico baje del último piso del edificio, donde habita ese pianista decepcionado y muerto. Tu acorralada entre él y la pared, escuchando, sintiendo, antes de que sea hora.
—Ragnarok…ah…—No puedes evitar la satisfacción con la que ese nombre fue dicho, después del simple beso en tu cuello, que te hace estremecer y temblar, cuando él te aprieta y tú te pones de puntas apegándote a él, no sientes miedo, te regocijas entre sus brazos, dejando caer el maletín del colegio, aferrándote a él, porque ya casi termina la hora.
Te pierdes unos instantes entre sus brazos y guardas con esmero ese beso, como todos los que te da, pero es hora de pretender regresar, con dificultad intentas separarte de Ragnarok, pero él te aprisiona con más fuerza, sin mediar palabra alguna.
"Hoy esta callado", meditas tus pensamientos, mientras permites por unos instantes su cercanía. Sabes y Ragnarok sabe que tienes que marcharte, pero ambos no quieren.
Te suelta después de un instante, te mira, te examina como en sus primeros encuentros. Se acerca rápidamente y te besa, por ese momento dejas que él te lleve a ese lugar oscuro que muestra tanta calidez. Nunca se comporta así…tan apasionado… tan ansioso…tan… como feliz…Bueno si, pero en ocasiones especiales…
"Parece que lo recordó, son siete meses de estar así… juntos…" Te sientes feliz, porque él no es romántico, es sarcástico, agresivo, tantas cosas, pero tú sabes eso y lo aceptas, tantas cosas secretas y aterrorizantes para las demás personas menos para ti.
Hoy era especial era como una especie de "aniversario", por eso consientes un poco de sus acciones, además te hace sentir especial que Ragnarok sea solo así contigo.
Lo apartas, porque la hora pasa, para evitar sus reclamos te cuelgas de su cuello y lo abrazas, diciendo unas palabras "Te quiero".
Ragnarok guarda silencio, tiembla y bufa tranquilizándose, pero tú oyes y sientes como su corazón late con fuerza.
"Tonta" reclama él.
Tu ríes mientras el vuelve abrazarte con calidez y sigue de fondo la melodía. Te separas tomas el maletín de cuero café, corres para adelante para entrar a tu casa, donde te esperan esas personas que quieres y supuestamente son tus "padres". Lo miras una vez más y sonríes con una reverencia imperceptible a la que él bufa algo malhumorado porque saliste de sus brazos, con paso tranquilo y molesto el sube las escaleras al otro piso, donde vive, por ahora.
No lo divisas más y tocas tus labios, que diferente se siente cuando él te besa. Sonríes tontamente y entras a ese lugar, que tonta sonrisa lleva tus labios de niña enamorada. Entonces la música tétrica se detiene, sabes que el pianista está muerto… otra vez. Parece que sabe cuándo termina su escena.
Sonríes. Como te gusta esta sensación.
Las reflexiones llegan a tu cabeza mientras hablas con tus padres. El temor que te causaba la oscuridad era diferente, ya no era exactamente miedo o temor. Tus padres pensaban que: "La Adolescencia te cambia".
Ellos no sabían que la verdadera razón tenía un nombre distinto, unos ojos espesos como los bosques de noche, no olvidas la sensación que te dejaba en el cuerpo al mirarlos, brillan extrañamente, son oscuros en su totalidad, aun así no reflejaban nada, eran demasiado enigmáticos, y sí, ese mismo era la oscuridad.
No sabían que te encontrabas con él cuando podías. Que corrías como loca cuando debían encontrarse y a pesar que llegases 30 minutos antes o después él siempre estaba ahí. No sabían que lo que ayuda a superarte vive arriba. No sabían que Ragnarok había logrado más que el psicólogo, con solo estar ahí. No sabían que lo que era él.
Lavas los trastes, acompañada de tus pensamientos.
La primera vez que lo habías visto…
Las veces que te acompañaba…
La vez que te había besado…
La vez que habías visto su sangre…
La vez que él vio tu sangre…
La vez que te dijo que era él…
No te distraerías más. No era momento para pensar en eso.
Hoy lavarías sin reclamar, luego te dirigirás a tu habitación, sin prender ninguna luz, sin palabras, en silencio. Harás tu tarea y luego entraras a tu cama para encontrarlo a él, si esa noche él se presentaría y te besaría hasta el amanecer.
Entre sus brazos el hablaría de lo que hace tiempo es tu realidad. Te hablaría como pronto abandonarías ese lugar que hasta ahora conocías como hogar. Te hablaría como continuaba la guerra. Te hablarían las negociaciones entre esos tres mundos que cohabitan en esa ciudad. Te miraría y te contaría que todavía estaba en lucha tu vida, eras muy útil para Shinigami-sama y para Azhura.
Necesitabas protección y el te la daría, tenias miedo, pero ya estaba ahí la guerra, no sentías explotando las bombas, pero sentías cuando cada vez desaparecían mas y mas personas, como morían como otros enloquecían y otros simplemente reían histéricamente no por locura sino por dolor, porque el mundo se destruía y no había nadie para revertir el proceso, no había nadie.
Ragnarok no cerraba los ojos brillaban opacos por la poca luz, todavía estabas abrazada a él, todavía escuchas su voz, todavía sientes sus brazos a tu alrededor, todavía escuchas la música tétrica del pianista muerto, pero esta vez que armoniza con los gritos de dolor que escuchas en tu cabeza junto con Ragnarok, sabes que es diabólico, pero sonríes por la situación y sabes que él también.
Él levanta tu rostro y te vuelve a besar. El beso lento te produce recuerdos y sensaciones que solo la oscuridad puede darte, que solo Ragnarok puede darte.
El cierra los ojos y tú tocas su rostro. Tienen la misma sangre, tienen un pasdo borrado en común y por él entiendes que pasa en la noche, cuando lo guerreros de Apolo pelean entre sí.
La guerra continúa donde las trincheras son tres, los buenos, los malos y los que están en medio.
Sus representantes se reúnen para negociar, pero jamás llegan a nada. Los puntos en la lista siempre son los mismos: Dominación completa del lugar y Chrona.
Siendo bueno o no, los tres querían lo mismo, lo primero ninguno lo tenía y cohabitar ya no era algo sano, había muchos muertos. Aun ante todo, lo segundo solo lo tenía Ragnarok, pero ella tampoco deseaba otra cosa.
Los técnicos y sus armas de parte de Shinigami-sama mataban a los Kishin o los semi-kishin de Azhura, era lo más natural, pero existían los que eran técnicos, armas con un alma podrida, si.
Ragnarok había liderado siempre esa parte, tal vez no tenía las mejores intenciones, pero había algo que la hacía confiar ciegamente en él, tal vez sería el amor…
Tal vez que le gustaba ese lugar, porque había muchos como ella. Muchos que podían tener los más sádicos pensamientos por la locura y no ingresar por completo en ella.
Si, ella encajaba ahí.
Notas de Autora: GRACIAS POR LEER. Será corto con dos o tres capítulos. Otra vez gracias.
¿Review?
