Esto es una cosa muy loca que se me ocurrió un día que miraba Doctor Who y buscaba imágenes de Sherlock xD, explico que ubico la fingida muerte de Sherlock el mismo año que Rose conoció al doctor, pasarán cosas extrañas, lo advierto.


¿Dónde está Sherlock Holmes?

De nuevo solo.

La casa ahora era demasiado grande, demasiado vacía, no tuvieron hijos pero querían tenerlos, ahora ya nunca podrían, Mary estaba muerta.

Sonrió al ver la foto de la boda en la pared, ella se veía preciosa, con su cabello rubio brillando al sol, su sonrisa de perlas blancas, su hermosa Mary se había ido, igual que Sherlock se fue.

Seguía vestido de negro, el funeral había sido muy discreto, amigos de ambos asistieron a despedir a Mary, recibió palabras de aliento que no servían mucho, se sentía como un hombre roto mil veces, ahora estaba ahí, en la sala de su casa, sentado y esperando, ¿esperando qué?, no estaba seguro, ¿a Mary?, acababa de enterrarla, ¿a Sherlock?, Sherlock estaría bien, sólo un minuto de verlo de nuevo.

Todo se volvió una locura desde la partida Sherlock Holmes, los maniquís vivientes, los aliens en navidad, la nave que se estrelló contra el Big Ben, los supuestos fantasmas…en fin, John había llegado a pensar que Sherlock era una especie de barrera entre la normalidad y la locura de los últimos años, con él muerto la barrera estaba rota, las cosas de otro mundo habían llegado a causar caos.

Se sobresaltó al escuchar los golpes de la puerta, ¿qué acaso no lo dejarían tranquilo?, dio un largo suspiro y por fin se levantó a abrir.

- ¡Ya voy!-

Abrió a un completo desconocido, frente a él se paraba un hombre delgado, de piel palidísima y ojos azules, se acomodó la corbata de moño y le sonrió ampliamente.

- Hola, John-

El tipo se metió en la casa como si nada, John no estaba de humor, no se sentía de ánimos, su esposa estaba muerta y enterrada, no había tiempo para tonterías.

- ¿Disculpa?- bufó John, siguiendo al desconocido - ¿qué quieres en mi casa?, este definitivamente no es un buen momento-

- ¿Dónde está Sherlock Holmes?-

- ¿Es una broma?- gruñó Watson – no sé quién eres…-

- Soy el doctor-

- No sé quién eres pero te equivocaste, Sherlock está muerto, muerto igual que mi esposa que de hecho acabo de enterrar, ahora por favor, ¿podrías salir de mi casa?, quiero vivir mi duelo-

- Oh, lo siento- suspiró "el doctor", torciendo un poco el gesto – creo que he llegado un año antes, de verdad lo siento, John, yo debía venir cuando ya estuvieras casado con Sherlock no…-

- ¿Casado con quién?- exclamó John – te lo dije, Sherlock está muerto, quiero que te vayas de mi casa-

- No puedo irme, John- respondió el doctor – tú vas conmigo-

- ¿Qué?-

- Ven- continuó el doctor, jalando a John del brazo - ¡hay que irnos!-

- ¡No!, ¡basta!-

El doctor tenía más fuerza de lo que su delgado cuerpo indicaba, arrastró a John hasta la calle, ¿qué hacía esa vieja cabina de policía en la banqueta?, de hecho, ¿había estado ahí antes?, el doctor abrió la cabina con sólo tronar los dedos.

- ¿Qué demo…?- John casi pierde la quijada de la impresión- ¡Es más grande por dentro!-

- Sí, todos dicen eso- contestó el doctor, sonriendo – debes venir conmigo-

- ¿Quién eres?- preguntó Watson - ¿qué quieres?-

- Soy el doctor-

- Yo también soy doctor-

- Bien, los dos tratamos de salvar vidas- respondió el hombre, sonriendo – pero creo que soy otra clase de doctor-

- Mi esposa acaba de morir, doctor, no tengo tiempo ni ánimo de una aventura-

- Lo sé, no has tenido una desde que Sherlock se fue, ¿verdad?-

John se mordió el labio, miró hacia atrás, quería volver a casa pero tenía miedo, estaría solo otra vez.

- ¿Por qué confiar en ti?-

- ¿Y por qué no?- insistió el doctor – vamos, John, a menos que prefieras volver a una casa vacía-

Ese había sido un golpe bajo, John sintió las lágrimas amontonarse en sus ojos.

- Está bien- cedió John, ya no le importó nada, tal vez aquel tipo estuviera loco y lo asesinara y luego lo tirara en una zanja pero, ¿y qué? – Bien, hay que buscar un taxi-

- ¿Taxi?- preguntó el doctor entre risas – mi TARDIS es mejor-

- ¿Tu qué?-

El doctor empujó a John dentro de la cabina azul, cerrando la puerta tras ellos, entonces si iba a asesinarlo, John suspiró con resignación, se volteó para darle un poco de pelea a aquel loco cuando sintió temblar el piso.

- Bienvenido a la TARDIS, John Watson-

- No puede ser…- dijo John, mirando para todos lados - ¿está cosa?, ¿esto es la TARDIS?, ¿tu nave?-

- Sip-

- ¿Eres un alien?-

- Sip-

- ¡Y lo dices tan tranquilo!-

- ¿Debería decirlo asustado o enojado?-

- No, bueno… ¿a dónde vamos?-

- Vamos a buscar a Sherlock Holmes, creo que conozco a alguien que podría ubicarlo-

- Yo puedo ubicarlo por ti, doctor- le respondió John, suspirando – está en el cementerio, muerto, te lo dije-

- Sherlock no está muerto, John-

- Lo está, yo lo vi…-

- Los ojos pueden engañar, ¿no lo engañaron a él con lo de Baskerville?-

- Sí, pero… ¿cómo sabes lo de Baskerville?-

- Leí tu blog- contestó el doctor – es excelente-

- Oh, gracias- respondió Watson con una sonrisa – pensé que ya nadie lo leía-

- ¿Por qué no?-

- Ya sabes, todo este asunto de Moriarty, Sherlock quedó como un mentiroso-

- Tú no creerás eso, ¿verdad?-

- Claro que no- replicó John, casi ofendido – yo conocía a Sherlock Holmes mejor que nadie, él jamás haría nada de eso, era un gran hombre, un buen hombre-

- Es, John, es un buen hombre, y creo que se convertirá en uno excelente-

- Doctor, en serio, él está muerto-

De nuevo John sintió que todo temblaba, se aferró fuerte de una baranda, el doctor parecía saltar de un lado a otro, con la sonrisa en la boca y la mirada llena de emoción, por fin, todo se detuvo.

- ¿Dónde estamos?- preguntó John.

- Cardiff-

- ¿Por qué?-

- Tengo un viejo amigo en Torchwood, creo que será de ayuda-

- ¿Torchwood?, ¿qué…?-

- Ahora no hay tiempo de explicar, John, ven conmigo-

El doctor se adelantó a la puerta, al salir, John por poco se pone a gritar.

- ¡Es Cardiff!-

- Eso dije-

- Sí pero…- John no pudo contener una carcajada - ¡es Cardiff!, ¿cómo es posible?-

- La TARDIS- dijo el doctor, dando un par de palmaditas a la cabina – la TARDIS nos trajo, es mi nave-

- Por un momento pensé…-

- Que todo era mentira- concluyó el doctor – vamos, John, entre más pronto mejor-

Lo único que necesitaron para entrar fue que el doctor, bueno, dijera que era el doctor, los condujeron a una habitación algo oscura, llena de armamentos extraños que John observó con mucho interés.

- ¿Doctor?-

John volteó a la puerta para encontrarse con un hombre alto, de constitución fornida y rasgos fuertes y masculinos, sus ojos azules relampaguearon al ver al doctor.

- ¡Eres tú!- exclamó el hombre, abrazando efusivamente al doctor – te ves genial, siempre estás tan sexy, me gusta tu cabello-

- Gracias, Jack, tú también te ves bien- respondió el doctor, con una sonrisa – necesitamos de tu ayuda-

- Oh, ¿quién es tu amigo?- preguntó el tal Jack, acercándose a John – hola, guapo-

- Hola- respondió Watson, ligeramente sonrojado - ¿tú eres…?-

- Capitán Jack Harkness, cariño, vaya, doctor, tienes un compañero muy lindo-

- No es momento, Jack- bufó el doctor – necesito localizar a una persona-

- ¿Llegas y pides favores nada más?, ¿no me besas ni me abrazas?-

- Ya me abrazaste, el beso depende si localizas a esta persona-

- Ok, doctor, dame el nombre-

- La persona en cuestión es…-

- Jack, el trabajo está hecho, por favor no vuelvas a enviarme en una misión tan aburrida, fue demasiado fácil, no merecía…-

John sintió que su cerebro le jugaba una cruel broma, esa voz, esa cara, ¡Sherlock acababa de entrar a la habitación tan fresco!, al menos tuvo la decencia de quedarse callado, sin quitar los ojos de John.

- Sherlock Holmes- terminó el doctor, mirando acusador al capitán.

- ¡Sherlock!- gritó John, hecho una furia - ¡imbécil!-

De repente su puño estaba en la cara de Sherlock, ni siquiera se percató de que se había lanzado sobre el detective, Sherlock trastabilló al recibir el puñetazo.

- ¡Eres un hijo de perra!- gritó John, sintiendo su rostro arder - ¡Tres años!, todo este tiempo…-

- John, no es lo que piensas…-

- Lloré en tu tumba, oh Dios…lloré, pedazo de mierda, regresé a terapia, estuve diagnosticado con depresión más de un año, tomando pastillas para dormir, con pesadillas horribles, y no sólo me afectaste a mí, tu hermano está hecho un desastre, al menos ha perdido diez kilos, renunció a su empleo… ¿por qué, Sherlock?, ¿te aburrías de nosotros?, ¿de mí?-

- No- replicó Sherlock – no, John, jamás, yo…tuve qué hacerlo, Moriarty tenía francotiradores con armas apuntando a la cabeza de Lestrade, la señora Hudson y la tuya, si yo no saltaba ellos los matarían, tenía que hacerlo, tenía que salvarlos, John, fingí mi muerte y ustedes estarían a salvo, todo este tiempo estuve deshaciendo la red de Moriarty, y John…te estuve observando-

- Sherlock…-

- Lo hiciste muy bien, John, sé que fue duro al principio pero lo has hecho muy bien, te casaste y…-

- Mi esposa está muerta, la enterré hoy-

- Lo siento- suspiró Sherlock – últimamente no estuve tan cerca como debía-

- Eres un idiota, ¿por qué no volviste?-

- Pensaba hacerlo, entonces conocí a Jack y…todas estas cosas extrañas que han sucedido en el mundo, Jack las sabía todas, participó en muchas de ellas, así que decidí entrar a Trochwood-

- Sigues siendo un infeliz egoísta- dijo John, aunque esbozando una pequeña sonrisa.

- Te he extrañado, es decir, aún eres mi amigo, ¿no?-

- Sí- respondió John, bajando la vista – es bueno tenerte de vuelta, un amigo me hace falta ahora-

Y se sonrieron como idiotas, como antes, se rieron y se miraron largamente, John nunca creyó que algún día fuera a recibir un abrazo de Sherlock Holmes pero eso fue lo que pasó, un abrazo rápido y algo flojo pero a fin de cuentas un abrazo.

- Entonces… vas a besarme, ¿no?- dijo el capitán, con una sonrisa juguetona.

- Técnicamente no lo localizaste- bufó el doctor – Sherlock Holmes, soy el doctor-

- Sé quién eres- respondió Sherlock – lo que quiero saber es qué quieres de mí-

- Eres el mejor detective consultor del mundo, es fácil deducir lo que quiero- contestó el doctor, sonriendo.

- ¿Cuál es el misterio?- le instó Holmes.

- Me temo que reviviremos a otro muerto- dijo el doctor – quiero que me ayudes a encontrar a Jim Moriarty-