GRACIAS A LA OSCURIDAD

Lo Primero

Lo sabía desde hace tiempo, no podía evitar voltear a mirarlo cada vez que pasaba frente a mí y, siendo sincera, lo único que esperaba era que el volteara a sonreírme.

Y es que él era realmente interesante para mí, su forma de ser, hasta su forma de caminar, como si nadie se interpusiera en su camino. Y él, precisamente tenía que ser Sabaku no Gaara

Siempre vestía con chamarras de cuero, pentalones oscuros de mezclilla con un sinfín de cadenas, playeras negras generalmente sin mangas, con extensiones en los oídos, y de vez en cuando lentes oscuros que, cuando se quitaba, dejaba ver los pupilentes blancos con negro que utilizaba siempre, Gaara era, sin lugar a dudas, el peor chico que me podría gustar de toda la escuela, de eso estaba segura, pues al parecer a mi primo no lo tragaba en lo absoluto, ya en varias ocasiones habíamos pasado frente a él, exactamente cuando sacaba el humo del cigarro justo en la cara de Neji, y este no hacía más que mirarlo a muerte.

En fin, Gaara era un chico rockero del montón, del tipo que odian Neji y mi padre y, por mala suerte, del tipo que más atraía mi atención. Y yo, desafortunadamente, había sufrido una transformación que mi padre detestaba.

FLASH BACK

Mi escuela secundaría era mixta, además era un internado, aquí tenía 2 grandes amigas, o al menos eso eran para mi, Sakura y Karin eran mayores que yo, pero al contrario que ellas yo estaba más desarrollada, por lo que nunca me quitaba el suéter del uniforme. Sakura estaba en mi salón, y se sentaba junto al chico que me gustaba; durante toda la secundaria pude ver como ella coqueteaba con él y cuando no estaba en el salón, como lo hacía Karin también, pero yo siempre hacía la tonta para que ellas no se dieran cuenta de que me gustaba.

Un día, ya en 3er año Sakura y Sasuke se hicieron novios, y yo caí en una depresión horrible, en la cual me aleje de todos y, cada que podía, me quedaba sola o en algún lugar apartado para que nadie me molestara, y aunque sufrí mucho, gracias a esto pude darme cuenta de la verdadera cara de esas 2.

Tiempo después ambos cortaron, y fue el turno de Karin, Sakura volvió a buscarme y, aunque no lo quería pasaba el día con ella gracias a mi forma de ser tan pacífica que tenia, lo peor que pude hacer; paso un bimestre, luego dos y la escuela acabo, ese día podíamos regresar a casa, pero primero pase con Sakura, pues me pidió que la viera en los baños traseros de la escuela, por que quería hablar con migo de un asunto muy importante, pero cuando llegue, no fue a ella a quien encontré.

-Sakura-chan, en donde estas?

-Hinata?

-Ven- En ese momento me hacer que a una de las puertas, cuando sentí que alguien me empujo y la puerta se cerró.

-HEY! ABRAN!- Y solo escuche las risas de las 2 que estaban afuera, y cuando volte al frente vi a Sasuke sentado con las manos cruzadas frente a su rostro

-Con que eres tú…

-Sasuke-kun, estas aquí, por favor ayúdame a abrir la puerta.

-Por que debería hacerlo?- fue lo único que escuche antes de caer al suelo con Sasuke sobre mi desabrochando me el suéter.

-Q.. Que haces?- el sonrió de lado, yo no sabía qué hacer.

-Es cierto que tienes mejor cuerpo que esas dos juntas jajaja-

-Sasuke, aléjate de mí!- Le grite cuando sentí su mano desfajando mi playera.

-Caya, veras que pronto lo disfrutaras- y volvió a reír, mientras yo luchaba con todas mis fuerzas para que me soltara, y cuando vi una oportunidad lo golpe en el rostro con el codo y me logre parar, con la playera a medio desabrochar.-Que te pasa?- me grito.

-Aléjate de mi!- grite pegándome a la pared con los brazos cruzados frente a mi pecho.

-Ahh..!- Volvió a gritar Sasuke- Puedes tener mejor cuerpo, pero eres demasiado sosa!- y se abalanzo de nuevo hacia mí, y en ese momento corrí a empujar la puerta con todas mis fuerzas para que se abriera y luego Salí corriendo a la vez que lo escuchaba gritar de nuevo, y a las otras dos reír a carcajadas.

No me detuve a ver si alguien me miraba ni a acomodarme el uniforme, lo único que hice fue correr a toda velocidad mientras rompía en llanto hasta que llegue a mi casa y me encerré en mi habitación. Lo primero que hice fue cerrar la puerta con seguro y de inmediato caí en el suelo hecha trisas, ahí quede hasta que el último rayo de sol desapareció de mi vista, luego…, luego me levante llena de furia abrí la ventana, me quite el uniforme y lo avente hacia afuera, e hice lo mismo con toda mi ropa, le quite el edredón rosa a mi cama y lo avente, agarre unas tijeras y lo corte en pedazos, lo mismo hice con el uniforme y con varias cosas más, tanto maquillaje como peluches, hasta que quedo un regadero en mi cuarto, fue entonces cuando me di un baño y me recosté en mi cama, con tan solo la sabana cubriéndome, esa noche no pase frio, a pesar de que todos los días anteriores y siguientes estuvo nublado.

Al despertarme me mire al espejo y ya no vi a mi vieja yo, la chica linda a quien todos manipulaban, no, esa Hinata ya no existía, lo había decidido, ese día mi vida cambiaria. Tome un pantalón de mezclilla, el más oscuro que encontré y me lo puse, busque mis converse morados y me los puse sin calceta, luego encontré una playera negra de tirantes sin mangas y me la puse mientras me miraba nuevamente al espejo. El cabello, ya largo pues lo había dejado crecer durante 3 años me caía por la espalda hasta la cadera, lo cepille y mi rostro, de una tonalidad blanca como la nieva, lo lave, y esa fue la primera vez desde que entre a la secundaría, que Salí de casa sin una sola gota de maquillaje, no lo necesitaba, nunca más tenía que usar lo mismo que aquellas tontas para poder salir con ellas.

En el pasillo encontré a mi primo, y sin decir una sola palabra, ni siquiera un tímido "Buenos días" pase de él y me dirigí a la tienda más cercana, en busca de unas bolsas para la basura que habitaba en mi cuarto.