El viaje lo había dejado exhausto. Desde que se había ido a vivir con Victoire, Teddy Lupin no se había quedado en la casa de su padrino, el famoso y heroico Harry Potter. Había aceptado la invitación para ir allí con Victoire y quedarse unos días antes de irse todos a la madriguera, para la reunión Weasley de navidad.
Definitivamente, se había olvidado de cómo era la vida en familia. Su madrina Ginny gritándole a James que se le haría tarde para sus últimos días de práctica para auror antes de las vacaciones. Albus encerrado en su habitación la mayor parte del día. Lily revoloteando por toda la casa pidiendo permisos para salir con sus amigos. Había olvidado cuanto habían crecido los que alguna vez fueron sus compañeros de casa, sus hermanos. James había terminado el colegio hace tres años, Albus hace dos y Lily estaba en su último año en Hogwarts. Mientras viajaban en el auto muggle que su padrino había adquirido años atrás hacia la madriguera, Teddy se preguntaba cómo estaría el resto de la familia, sus "tíos", "primos": Hugo, Roxanne, Fred, Molly, Lucy, Louis, Dominique, Rose.
Rose… como extrañaba a Rose, ella había terminado el colegio con Albus, hace dos años, hace el mismo tiempo que él se fue y desde ahí no sabía nada de ella. En tiempos pasados, ella había sido como su hermana, su cómplice, su mejor amiga. Era la mejor en el colegio, era el orgullo de Hermione, era igual a ella, Rose era divertida, entusiasta, salvaje, de una manera peculiar, sólo si la sabían descubrir, cosa que muy pocos lograban hacer, incluido él. Pero las cosas no terminaron tan bien, Teddy se dio cuenta de las malas decisiones y acciones que estaba tomando Rose, intentó persuadirla, ayudarla pero ella simplemente no quería, nunca la había visto así. Rose le dijo a él que no había sucedido más tantas veces como el descubrió que eran mentiras, que si había vuelto a pasar. Llegó un punto donde Teddy la amenazó con contarle a Ron y Hermione y en ese momento toda su hermandad se arruinó, Rose jamás volvió a tratarlo como un hermano sin importar cuantas veces Teddy le pidiera perdón. Habían vuelto a hablar, claro, pero nada había vuelto a ser igual.
Habían llegado. La gran cantidad de recuerdos que le traía ese lugar al metamorfago era increíble. Bajaron del auto muggle, Teddy cogió sus pertenencias y las de Victoire y las bajó del auto. A través de los azulejos que daban a la cocina de la madriguera vio a Molly y Arthur, a Fred buscando algo de comida que robar antes de la gran cena, Roxanne en una esquina hablando con su abuelo y unos instantes después, entró a la cocina Angelina regañando a Fred y sacándolo de allí. Un suspiro escapo de él: hacía tantos años que no veía a Arthur ni a Molly Weasley. Cuando entraron hubo una lluvia de saludos y festejos, casi media hora después pudo subir a dejar su equipaje. Pero sin embargo no había visto a alguien, alguien que ansiaba ver: a Rose. Mientras subía a la habitación que Arthur le había ofrecido para él y Victoire, Teddy se dio cuenta de algo: James había saludado y luego había desaparecido. Mientras subía las viejas escaleras de la madriguera que conducían a su habitación una punzada llegó a él, una punzada de decepción, de tristeza y de rabia, no lo podía creer.
Subía con un paso fuerte al mismo tiempo que su cabello se tornaba rojo, tendría que quedarse arriba un rato, tendría que calmarse antes de bajar para que nadie viera el color de su cabello y preguntara el por qué de su rabia. Aún no podía creer que no le hubiera contado a nadie.
Dejó el equipaje bruscamente sobre la cama de dos plazas que ahora estaba en la habitación. Pasó por su cabeza todo; en los últimos años lo había soportado, cuando James dejó el colegio pensó que se había acabado, pero no fue así. Las cosas fueron aún más lejos cuando Rose terminó Hogwarts. Y ahora, se daba cuenta que indirectamente esa fue una razón por la que accedió a irse con Victoire, no podría seguir guardando ese secreto sin decirle a nadie, todo por no traicionar la no confianza que no le había dado su "pequeña Rosie". La familia para él era sagrada, esa familia que lo había acogido después de todo.
Pero Teddy se llevó una gran sorpresa al mirar por la pequeña ventana que daba al jardín de la madriguera. Su corazón se fue al piso cuando, de un momento a otro vio un montón de cabello rojo fuego acompañado por un pequeño cuerpo tendido en el césped, casi llegando a los límites de lo que pertenecía a los Weasley´s. Estaba escondida delante de algunos pinos grandes por fuera de la vista de los demás. Bajó inmediatamente. Cuando bajó, la casa entera estaba hecha una fiesta. Harry, Ron, Hermione y George se reían como el montón de adolecentes que fueron una vez ante los recuerdos que el ahora abuelo Arthur les traía a la memoria sobre los primeros años de Percy en el ministerio. Percy renegaba mientras les decía a sus hijas que no era cierto, claro que Molly y Lucy tenían una mayor credibilidad en su abuelo. Nadie tenía idea de que Rose estaba allá fuera. Buscó con una mirada llena de fuego a James y le sorprendió lo que encontró: Estaba sentado en un sofá cerca a una esquina con Fred II, los dos tenían un semblante serio, pero más James, algunas veces Fred intentaba hacer una broma o le golpeaba el codo ante algo cómico pero James sólo asomaba una tímida sonrisa. En ese momento Teddy se dio cuenta que algo grave estaba sucediendo pero no entendía qué, ¿finalmente se darían cuenta de lo mal que estaban actuando? No lo creía, James jamás renunciaría. Sólo Teddy y Fred II sabían de eso.
Nadie se dio cuenta de la tención que había en el ambiente que rodeaba a los primos Weasley-Potter-Lupin.
Por un momento se fue de su mente la razón por la cual bajó, pero luego el recuerdo de lo que había visto allá arriba lo golpeó. Abrió la puerta deslizable que comunicaba al jardín con la casa, se percato de que nadie lo viera y salió.
Mientras dejaba el área habitable y organizada del jardín y entraba a la zona boscosa, se preguntaba como diablo haría para acercarse a Rose son asustarla. Ella debía de estar muy ensimismada en sus pensamientos para no darse de que ya había llegado toda la familia, estaba seguro de que si él llegaba y simplemente le ponía las manos en los hombros y le decía: "Hola Rose" ella daría un grito que duraría por segundos aun después de darse cuenta que era Teddy. L a conocía muy bien.
Pero Rose le ahorro la molestia, cuando llegó a donde estaba ella, ella ya estaba mirando hacia el lado de donde venía Teddy.
-Pensé que habías olvidado que tenías otra familia. -Lo recibió Rose. Extrañaba su voz, calmada pero dura cuando quería decir algo que le molestaba. Ahí estaba su pequeña Rosie de ahora 19 años y ahora no sabía que decirle.
-Pensé que tú te habías olvidado de tu hermano Teddy, no había razón para volver después de eso. -Dijo Teddy y sonrió espontáneamente.
Había algo extraño en la mirada de Rose, Teddy lo sabía. A pesar de lo mucho que ella había cambiado, después de todo eso, ese día, en ese momento sus ojos no eran lo mismo. Esos ojos azules que le hacían cambiar el cabello a rojo fuego que expresaba su pura rabia, no eran lo mismo, tenían una profundidad mala, estaban tristes, más como devastados.
Y Teddy no perdería el tiempo en cosas nada importantes. Quería saber que le pasaba a su Rosie y quería saberlo ya.
-¿Por qué estás aquí? … sola.
-No lo estoy esperando, si es lo que piensas. Ya no más. -Dijo Rose y Teddy pudo percibirlo, se dio cuenta de lo que realmente pasaba.
-Rose ¿qué pasó? - Le preguntó una vez más pero con ese tono de impaciencia en la voz.
- ¿De qué? No pasa nada, ¿No estás feliz ahora? -Le respondió, esta vez enojada al decir la última pregunta.
-No, no lo estoy, mira cómo estás. Ya no pareces… Rose.
-Tranquilo, Teddy, tranquilo. Te dejo en paz si no quieres estar con esta Rose, claro que no sería una novedad. -Le decía la pelirroja mientras se levantaba del césped, enojada.
A Rose claramente le había afectado la relación de Teddy con Victoire, ella dejó de ser su preferida, su mejor amiga, como él mismo la llamaba. Los dos pusieron de su parte para que eso pasara a ser sólo un término más, lejano a ellos.
La pelirroja ya iba en la mitad del césped, Teddy aún seguía parado en el mismo punto. Aún no creía que esa era la misma Rose con la que creció, pero aún así la quería, la quería mucho. Y no iba a descansar hasta no saber que era lo que la tenía tan extraña.
-¡Rose, esperame! - Le gritó Teddy mientra corría por el jardín de la madriguera, intentando alcanzarla- ¡Rose!
Cuando la alcanzó y la cojió del brazo para girarla hacía él vio que estaba vez estaba llorando, llorando realmente fuerte. Y no lo entendía, hace unos minutos estaba bien. Bueno, por lo menos sin llorar, pero ahora...
-Rosie...
-¡Deja de llamarme así Teddy! Tú mismo haz dicho que ni te importo ¡Dejame ir! - Le gritó en un tono realmente fuerte su prima.
Pero Teddy sabía que ella no lloraba por que él había dicho que no era la misma. Quizá, si llego a sentirse mal no la afectaría a grandes proporciones. Era algo más, algo que le daba cada vez más la impresión de que era más terrible.
-Me vas a decir que tienes ya mismo Rose, deja tu estupidez a un lado. - Segundos después de que viera que en los ojos de Rose había algo verdaderamente terrible, acarició su rostro y agrego : No soporto verte así y lo sabes ¿Por qué estás así... Rosie?
-Estoy bien - agregó con un tono lúgubre que ni ella misma se lo creía - Dejáme entrar, sueltame.
El vestido blanco que Rose tenía puesto para la cena familiar le agregaba al asunto un aire tétrico de alguna manera que Teddy no podía explicar.
Teddy la miró con tristeza, una realmente conmovedora.
- ¡Teddy! ¡Ya no más! Yo veré como me las arreglo, SOLA. Necesito pensar, estar sola. ¡Sueltame! - Le gritó una vez más a su primo que la miraba atónito mientras intentaba zafarse de la mano que este tenía en su brazo. Las lágrimas que seguían bajando por sus mejillas ya habían arruinado su maquilllaje, el delineador dejaba marcas bajo sus ojos, indicando por donde bajaban las lágrimas.
-¿Pensar en qué Rose? ¡¿EN QUÉ?!
-¡En lo que he conviertido mi vida, Teddy! -Si la familia no hubiera estado en un cálido reencuentro mientras uno de sus miembros se desmoronaba, Teddy hubiera jurado que ya hubieran escucha los gritos de Rose.- ¡En el desastre que soy! ¡En el desastre que es mi vida! ¡NO LO ENTIENDES TEDDY!
-!Dejame entender entonces¡ - Ahora Rose no era la única que gritaba.
-Tú tenías razón- dijo Rose letalmente - No lo entiendes, esto acaba con mi vida, conmigo, con todos, con toda la familia. No sé que hacer, necesto irme de aquí rápido.
En ese momento Teddy estaba más impactado de lo jamás había estado en su vida, no creía que esas palabras salieran de la boca de la misma niña que hace unos años rompia los huesos de sus primos como primera muestra de su magia, eso no era posible. Rose aprovechó para sacarse de encima el brazo de Teddy... y correr. Pero Teddy no se iba a quedar con eso, necesitaba ayudarla.
Corrió detrás de ella y la alcanzó unos pocos metros antes de que fueran visibles para todos desde la madriguera.
Rose dió un largo y profundo suspiro cuando sintió de nuevo a su primo. Por una parte, ya estaba cansada de ocultar esto, incluso tratar de hacerlo a ella misma durante 3 meses para pretender que no era real, que no pasaba. Pero ya no podía más. Además, si había una persona a la cual podía decirle la verdad era a él. Él le había advertido que nada de eso terminaría bien, y ahora esto era de por vida.
-Teddy, necesito decirtelo, sólo a ti te lo puedo decir -finalmente confesó mientras las lágrimas más amargas bajaban -Prometeme que no le dirás a nadie.
-Rose ¿qué está...?
-¡Prometelo Teddy!- volvió a gritar.
-Está bien, Rosie me estás asustando.
Rose suspiró, ahora alguien lo sabría, alguien sabría. Tomó la determinación en ese suspiro, con las pocas fuerzas que le habían quedado de eso le confesó su primo.
-Teddy, estoy embarazada... de James.
Y al igual que su voz, ella rompió en lágrimas, quizá las más díficiles que él había tenido que ver en su vida.
