¡Nuevo proyecto!
¡Hola! Ya saben que encontré una gran pasión en mí: la escritura. No quiero dejar de compartirles esta nueva historia que hace unas semanas salió de mi imaginación a causa de una larga noche de insomnio, obviamente, protagonizada por mi pareja preferida: Candy y Terry. Les agradezco mucho sus comentarios y su valioso tiempo que se toman en leerme.
Si no han leído mis anteriores trabajos, las invito a hacerlo. "Destinos inesperados" "Mi dulce inventor" y "Hasta que me quieras" son historias de mi autoría también publicadas en esta página de fanfiction.
Esta nueva historia está narrada a partir del episodio 97 del anime titulado "El reencuentro" que es cuando Candy viaja a Nueva York y ve nuevamente a Terry. Muchas de las escenas que leerán a continuación sucedieron realmente en el anime, muchas otras las modifiqué y el resto son producto de mi imaginación. Espero lo disfruten tanto como yo disfruto escribiendo!
EL VERDADERO AMOR ES ETERNO
CAPÍTULO I. EL REENCUENTRO
Candy no tenía idea de que sentimientos eran exactamente los que emanaban de su ser en ese entonces. Presurosamente preparaba su equipaje para emprender el viaje tal vez mas importante de su vida, hasta ahora, no sin asegurarse como en veinte ocasiones de que en la maleta ya aguardaba su invitación a la obra "Romeo y Julieta"
Albert la observaba divertidamente desde el umbral de la puerta y minutos después Candy notó su presencia.
-¡Albert! ¡Vuelve a la cama o te resfriarás!
-¡Es increíble como una dormilona como tú pueda abordar el primer tren!
Ambos estallaron en carcajadas y posteriormente Candy supo que era hora de irse.
-¿Quieres que te acompañe a la estación? – le preguntó amablemente Albert
-¡No gracias! No quiero que tomes frío, ¡adiós! – se despidió rápidamente
-Adiós, Candy – Susurró Albert ya sin ser escuchado.
Desde el ventanal la observó alejarse hasta que la silueta de Candy se desapareció completamente de su vista a través de la fuerte nieve que se abatía en ese momento.
Ya estando en la estación, Candy se sorprendió demasiado al notar que el lugar estaba completamente austero, debido a lo temprano que aún era.
Aguardando a que llegara la hora de partida, exclamaban su nombre a lo lejos.
-¡Candy! ¡Candy!
Volteó a ambos lados y ubicó a Stear.
-¡Stear! ¡Viniste a despedirme! Te dije que no hacía falta tan temprano…
-Sí, pero no soportaba la idea de que te encontraras tan sola
-¡Pero pronto volveré Stear!
Caminaron silenciosamente y Candy se percató de que Stear tenía un semblante extraño
-¿Qué te sucede? Estás distinto hoy…
-¡No! Nada Candy… dale mis saludos a Terry, por favor
-¡Muchas gracias! Te traeré un regalo por venir a despedirme
-¡Qué bien! – exclamó Stear y nuevamente el silencio reinó entre ellos
Caminaron mas y Stear trató de comportarse caballeroso con ella
-¿Tienes frío? Será mejor que te subas al tren
-No, estoy bien… ¿Sabes? Creo que esta es la primera vez que podemos hablar a solas…
-Tienes razón
-Stear yo… quiero que sepas que te quiero mucho…
-Yo también Candy
Se dieron un fraternal abrazo pero la chicharra del tren los sorprendió
-Tengo que partir – exclamó Candy – ¡adiós Stear!
-¡Espera Candy! – De su bolsillo sacó un peculiar objeto – toma, es un invento especial, yo lo llamé "La caja de la felicidad"
-¡Oh Stear! – Felizmente abrió la cajita y se embelesó con la linda melodía que desprendía de ella - ¡Gracias!
-Cada vez que abras la caja y escuches la música te sentirás más feliz… porque yo quiero que seas muy feliz, Candy…
-¿Pero porque me hablas como si no nos volviéramos a ver? – No obtuvo respuesta de su primo pues el tren comenzó la marcha – ¡adiós Stear!
Agitaba su brazo en señal de despedida mientras Stear corría atrás del tren también despidiéndose de Candy
-¡Adiós Candy! – el despido de Stear se escuchaba un tanto desesperado
Candy yacía sentada en su respectivo asiento escuchando su cajita musical e imaginándose como sería su gran reencuentro con Terry…
Después del largo viaje, después de haber disfrutado de paisajes maravillosos, al fin llegó a su destino.
"Estoy en Nueva York… ¡Finalmente estoy en Nueva York!"
El tren arribó a la estación y presurosamente, Candy salió del vagón. Volteaba por todo su alrededor buscando a Terry, muy nerviosa al no tener idea alguna de cómo reaccionar ahora que lo tenga enfrente.
De repente, sintió un tirón en su mano. Un hombre misteriosamente vestido la jaló y la llevó corriendo al otro extremo de la estación, haciendo que se asustara bastante.
-¡Hey! ¡Suélteme! ¡Basta! ¡No soy una niña, no puede raptarme!
De repente, el hombre detuvo su marcha, se carcajeó y le dijo
-No has cambiado nada Candy
Se volteó a mirarla, se quitó la boina y la bufanda, dejando su apuesto rostro a la vista de Candy
-¡Terry! ¡No puedo creerlo! ¡Terry!
Lo miraba con los ojos llenos de lágrimas, mientras Terry reprimía un abrazo que estuvo a punto de darle.
"Como deseo abrazarte, Candy… pero si lo hago, estoy seguro que nunca te dejaría ir…"
Se quedaron como congelados en el tiempo… observándose con infinito amor, ambos estando completamente felices de estar nuevamente juntos. Después de varios minutos salieron de su ensoñación para dirigirse a un lugar más cómodo.
La llevó a un acogedor restaurant en donde platicaron a gusto. Candy le hizo saber que ya es una enfermera titulada, mientras aprovechó el momento de felicitar a Terry por haber logrado interpretar el papel de Romeo. Más que una pareja de novios, parecían completos extraños. En breves ocasiones reinaba el silencio entre ellos mientras sus semblantes se hallaban tristes.
-Tenía muchas ganas de verte, Terry – rompió el silencio al fin Candy
-Yo también – se limitó a responder él, pero no podía evitar envolverse en sus tristes pensamientos
"No solo deseaba verte, Candy. Soñaba contigo, soñaba con no separarnos más. Como me encantaría que te quedaras aquí…"
De repente, Candy interrumpió sus pensamientos.
-¿Sabes? En realidad yo esperaba un encuentro más romántico…
-Tienes razón, esto no es nada romántico – se levantó de golpe – te llevaré a tu hotel
-¡Primero quisiera ir a tu departamento!
-¿Mi departamento?
-¡Sí! Me encantaría conocer el lugar en donde vives
-Está bien, iremos allá – tomó caballerosamente su equipaje y se dirigieron al auto
"Desde hace cuanto tiempo añoré un momento así, caminar contigo en las calles… que estés a mi lado…"
Candy se sorprendió al ver que Terry ya contaba con su propio automóvil y además estaba en perfecto funcionamiento. Bromearon un poco recordando a Stear, Archie, Annie y Paty, a quienes Terry recordaba respectivamente como "el inventor vocacional" "el elegante" "la tímida" y "la gordita"
Candy no dudó en darle los saludos que le envió Stear, y emprendieron la marcha.
"¿Por qué será que me siento tan bien contigo, Candy?"
Terry realmente se estaba divirtiendo en ese momento al percatarse que Candy disfrutaba enormemente el recorrido por toda la ciudad de Nueva York.
"Nada has cambiado… es un milagro que seas enfermera… un milagro… solo un milagro…"
En sus pensamientos vino el tormentoso recuerdo de Susana
"Solo un milagro haría que se levantara de esa silla de ruedas…" Pensaba muy melancólicamente mientras se reprochaba el hecho de no saber cómo defenderse ante la madre de ella y sus tortuosas conversaciones asechaban su mente.
"Susana te ama, está inválida solo por protegerte… no la abandones por favor ¡te salvó la vida! ¡Quiero que estés con ella toda la vida!"
"¡Yo amo a otra persona! ¿Por qué no le dije eso a la señora Marlow? ¡Yo amo a Candy!"
-¡Terry! ¡Terry! ¿Qué pasa?
-Nada – intentó sonreír – estamos llegando
Ingresaron al edificio y al llegar al departamento Terry luchaba por comportarse lo más amable posible sin que Candy se percatara del torrente de sentimientos que lo asechaba constantemente.
-Adelante, pasa por favor
-¡Oh!
-¿Qué pasa? ¿Por qué no entras?
-¡Es que me imaginé que encontraría todo desordenado!
-¡Ah! Es que una señora viene a limpiar tres veces por semana…
-En casa Albert hace la limpieza – exclamó Candy ingenuamente
-¿Cómo dices? ¿Por qué permites eso?
Se enfrascaron en una discusión muy bromista sobre quien debería de hacer y quien no la limpieza…
Terry le ofreció a Candy pasar un ameno momento, sirvió un té para cada quien y mientras lo hacía Candy no pudo evitar ver el afiche colgado de la pared, donde lucían Terry y Karen como "Romeo y Julieta"
-¡Vaya! Se ve bastante real… incluso el Terry de ahí es mas apuesto – quiso bromear – pero… ¿no era Susana Marlow la que interpretaría a Julieta? Aún así… me alegra que sea Karen ¿sabes? La conocí en Florida, debe estar tan contenta… además… si fuese Susana me pondría muy, muy celosa…
Terry se quedó helado ante el comentario de Candy "No, no puedo decirle lo de Susana…"
-Candy, el té está listo
-Creo que cambiaré el nombre de Karen Claise por el de Candy White – ella seguía enfrascada en lo suyo – puedo ser Julieta aunque sea en el afiche ¿O no?
-¡Que graciosa eres Candy! No creo que Shakespeare se haya basado en una Julieta tan pecosa – bromeó
-¡Oye! ¿Cómo te atreves a burlarte de esa manera? – lo empujó queriendo jugar un momento con él, pero tropezaron torpemente con la mesa, haciendo que todo cayera al suelo, incluidos ellos.
Se observaron directamente a los ojos mientras se envolvían en maravillosos recuerdos, en esos maravillosos e inolvidables momentos compartidos en el Colegio.
"Candy… te envié un solo pasaje de ida para que te quedaras conmigo, pero…"
Candy interrumpió sus pensamientos al acercarse tímidamente con la intensión de besarlo, pero Terry se apartó nerviosamente.
-Terry… ¿sucede algo?
No obtuvo respuesta y entonces se levantó un tanto triste.
-¡Oh! Todo el té se derramó… te ayudaré a limpiar
-Deja Candy, lo haré yo, eres mi invitada
Recogieron el desorden y habiendo terminado, Terry se ofreció para acompañar a Candy al hotel "Royal". Se pusieron sus abrigos y se acercaron a la puerta. Antes de abrir, Candy se detuvo en seco, aunque estaba muy feliz por estar al lado de Terry, su actitud extraña la inquietaba bastante, así es que se decidió a hablarle seriamente.
-Terry, algo sucede y no me lo quieres decir – le aseguró
Él se sorprendió ante el comentario de Candy, pero no quiso responderle. Bajó la mirada y solo se limitó a decir
-Tenemos que irnos ya
-¡No! Estoy completamente segura que algo te sucede y no quieres decírmelo… Terry ¿Acaso no te hace feliz que yo esté aquí?
-¿Lo dudas?
-No sé qué pensar – dijo tristemente mientras se dio la media vuelta y salió del apartamento.
Se subieron nuevamente al auto y durante el trayecto, no se dijeron nada.
Llegando al hotel, Terry la acompañó hasta su habitación con su valija en mano. Antes de que Candy abriera la puerta, Terry se inclinó y le dio un inesperado beso en los labios, seguido de ese ansiado abrazo que horas antes había reprimido en aquel andén.
Ella se aferraba a su cuello, correspondiendo dulcemente a ese beso. Cuando se separaron, Candy pudo notar mucha tristeza en la mirada de Terry.
-¿Por qué no confías en mi? – le preguntó
-Te lo contaré todo, Candy
Ella asintió satisfecha. Abrieron la puerta y se adentraron en la habitación. Se pusieron cómodos en un sofá. Candy no le quitaba la mirada de encima.
-Antes que nada… necesito de toda tu comprensión, Candy. Pero más que eso… anhelo tanto un consejo… pero lo quiero de ti… quiero que tú seas quien me guíe… porque yo no sé qué demonios debo hacer…
-¿Qué sucede? – Candy comenzaba a asustarse
-El motivo por el cual Susana no participará en la obra es porque se accidentó
-¡Oh Dios!
-Durante un ensayo, las luces iba a caer sobre mí… pero ella tuvo mejores reflejos que yo
-Ósea que… ¿Ella te salvó?
-Sí
-¿Murió?
-No, pero – las lágrimas alojadas en sus ojos comenzaron a surcar sus mejillas – le amputaron una pierna…
-¡Dios mío! ¡Oh Terry! Ahora entiendo porque has estado así… debes sentirte muy mal… pero permíteme decirte que tú no eres culpable de nada
-Lo sé
-¿Entonces? No puedes decaerte de esa manera… estoy segura que tu le estás brindando todo tu apoyo
-Ella no solo quiere mi apoyo… me salvó la vida porque está enamorada de mí
Ahora sí, Candy sintió un enorme vuelco en el corazón
-Y… ¿le vas a corresponder? – preguntó temerosa
-¿Para eso te conté todo esto? ¿Para qué dudes de mí y me des la opción de corresponderle?
-¡No! Sólo que… lo que sucedió es algo muy serio…
-¡Corresponderle también es algo muy serio!
-Terry… juntos resolveremos esto. Ambos ayudaremos a que Susana se recupere y retome la vida que tenía antes…
-¡Que no te dije que perdió una pierna! ¿Cómo demonios se va a recuperar de eso?
-¡Me pediste consejos! Susana perdió una pierna… ¡mas no quedó retrasada o loca! Bien puede tomar terapias y usar una prótesis, se que le llevará bastante tiempo salir de su depresión… mas no es imposible…
-Tienes razón. Discúlpame Candy… toda esta situación me tiene al borde de la locura…
En un gesto amable, Candy le tomó la mano
-No te preocupes… ya te dije que lo resolveremos juntos. Gracias por confiar en mí, Terry. Ahora por favor tranquilízate, mañana tienes que estar impecable… mi Romeo…
Lo abrazó nuevamente y así permanecieron por largos minutos. Ambos necesitaban tanto de ese abrazo… Terry sintió por primera vez, después del accidente de Susana, una agradable paz en su corazón…
Continuará…
¿Qué tal? Ya saben que me gustan los reviews laaaargos… aunque tengan fuertes críticas no importa!
Sólo les hago un pequeño comentario. Este fic no lo escribiré con la misma rapidez que hice con los otros, pues mi tesis y mi examen profesional ya reclaman mi atención! Aún así… no las dejaré colgadas… este fic tendrá final! Tendría que morirme para que no lo tuviera! Así es que… gracias por su tiempo en leer y comentar!
