Digimon Adventure/Zero Two y sus personajes no me pertenecen.
Innombrable.
Es algo tabú para él ahora, esta estúpida fecha.
Hay llamadas jamás entrantes en la contestadora, apilándose como la ropa sucia sin visos de dirigirse a la lavandería o la vajilla en el fregadero. Divisa hileras de polvo en sus muebles, manchas de algún alimento devorado a desgana en los cobertores del sillón café. Como fotografía de aquel día y sin cambiar nada.
Prometió quedarse a voz en cuello y no empezará a romper juramentos justo ahora.
Compró pastel esta mañana, dando la bienvenida al saludable cambio que las festividades traen o al simple impulso de engañarse una vez más pretendiendo que celebrar algo tiene sentido. Y flores, esas no-me-olvides blancas en sus manos, desgarrándose en sonrisas, ecos de chocolate y globos rojos desfilando en las calle de Odaiba.
Las parejas ríen, sonrojadas apenas. Los grupos de amigos toman unos helados en el lugar de siempre, corriendo por su lado en su intento por balancear el maldito pastel, las arrogantes flores y una plástica sonrisa casi de disculpa.
Es tabú mencionarlo aun si iluso reprimirlo. Prohibido admitir que en realidad sí está solo y esa persona no se asomará quejándose por el desastre y extendiéndolo un regalo; con suerte su hermana recordará visitarle antes de pasar el día con su novio, consolándolos a ambos en su manera.
—Feliz San Valentín. —musita, sintiendo los pétalos contra su piel mientras la fantasía percibe la suavidad de una cintura ajena y una melodiosa risa zafiro colándose entre música, besos e intentos torpes de caricias. La solitaria flor cae de su mano, pero todavía quiere sonreír.
—Te amo. —carraspea, ansioso y desesperado por la ausencia de mechones oro que ahoguen sus palabras, emboten sus sentidos, evoquen esa vida que no está dispuesto a recuperar en las mismas cuatro paredes, completamente solo.
La respuesta nunca llega. Taichi atrapa sus rodillas entre los brazos, una amarga carcajada y "te amo" en un puñado de lenguas ajenas, el nombre tabú cual mantra escapando de sus labios. Yamato, Yamato, Yamato jamás recorrerá de nuevo esos pasillos ni lo regañará otra vez, rindiéndose ante su puchero.
Ríe porque no está en esa esquina, en el sofá donde solían acurrucarse o en su rincón favorito de la cocina pequeña. Escupe al rojo y rosa, globos, flores miles y chocolates suizos regados bajo sus pies, ignorando cuándo y cómo el control murió en sollozos ahogados.
La estúpida fecha será tabú también mañana, su secreto a voces y un total fracaso sin superar.
N/A. Hace taanto que no escribo Taito que es casi imperdonable. No escribir algo de estos dos en San Valentín (o al menos cerca de) ya hubiera sido demasiado así que: c'est ici. Siento la falta de fluff. Comentarios, tomatazos, amenazas, peticiones y demás con sus reviews.
