Capítulo 1) Ojos Violetas
"¿Dónde estoy?", Es lo primero que pienso al encontrarme frente a una gran puerta, decido abrirla. Un segundo, es el pasillo de la escuela, no hay nadie, ¿Por qué estoy yo aquí?, sigo caminado, viendo dentro de los salones, vacíos. Pero entonces veo a alguien a lo lejos, es un chico, no lo reconozco, pero algo me dice que debo acercarme a él.
Voy rápidamente, y al llegar a él, me detengo, lo observo, sus ojos están cerrados. Es… ¡Vaya! Su cabello es rubio, no, no rubio, es como la plata y tan brillante, es alto, mucho más que yo. Entonces acerco mi mano lentamente a su rostro y justo cuando estoy a punto de tocar su mejilla, sus ojos se abren de golpe y los veo, son violetas, son hermosos. De pronto esos ojos me ven, por un segundo nos vemos fijamente, pero entonces el chico con un movimiento conciso me toma por los brazos y todo se vuelve obscuro.
"Violeta, violeta, violeta"
Todo fue un sueño, no podría decir que fue un mal sueño, o un buen sueño. Giro mi cabeza un poco, para ver el despertador, es un poco más temprano, de lo que suelo despertar, pero sé que soy muy perezosa para volver a dormir y lo peor logar despertar de nuevo, además, la imagen de esos ojos violetas aun me dan vueltas. Me levanto de la cama y me dirijo a la cocina, tal vez algo de café logre distraerme.
Con una taza de café en las manos, subo a la encimera más cercana.
-Violeta…Violeta…Violeta- Susurro
-¿Qué es Violeta?- Pregunta Madre, entrando a la cocina.
Madre es una mujer llena de amor, (no lo digo solo porque sea mi madre), Su nombre es Catelyn, pero todo el mundo la llama Cat. Es un poco más baja que yo, su cabello es largo, casi hasta la cadera y pelirrojo.
-Un mal sueño, solo eso-
-Bueno- Dice madre tomando una taza del anaquel –Pocas cosas son mejores que el café- dice sonriendo y besando mi mejilla –Pero por favor… ¡¿Lyanna, Cuantas veces te he dicho que no te sientes en las encimeras?!- dice casi perdiendo el juicio, haciéndome bajar de inmediato.
-Lo siento- digo dejando mi taza vacía en mi lugar.
-Sera mejor que vayas a ducharte, si quieres estar lista a tiempo-
-Lo mismo pensaba-
-Puedes usar la ducha de mi recamara, ya que escucho que tus hermanos dan señales de vida-
-Te lo agradezco Madre-
Justo cuando me dirigía a mi habitación, mi hermano Jon, salía de la suya.
-Buen día- dijo dándome un dulce beso en la frente
-Buen día- respondí
Jon caminaba al baño y justo estaba en la puerta cuando desde el otro lado del pasillo se escucha un grito
-¡ALTO AHÍ JON!- Grito Theon –Teníamos una acuerdo, hoy me tocaba a mi antes-
-Lo siento hermanito, pero esto es una competencia- Dijo Jon cerrando la puerta del baño.
-Buenos días- Dijo Theon al pasar a mi lado, algo desanimado, dirigiéndose a la cocina.
-Buen día- Dijo riéndome un poco de su desgracia.
Todos esperaríamos que en una casa de seis hubiera más de dos baños, pero nuestro hogar no es el caso.
Rápidamente tomo mi ropa, mis cosas para la ducha y me dirijo a la habitación de mis padres. Al llegar toco la puerta.
-Adelante- Dice mi padre desde dentro.
Una vez que abro la puerta, veo a Padre atando sus zapatos al borde de la cama, se levanta, y me da un duce beso en la mejilla, al igual que Madre.
-Buen día Princesa- dice Padre –Todo tuyo- dice apuntando hacia el baño.
-Gracias- digo con una gran sonrisa.
Después de una merecida ducha y arreglarme, me dirijo a la cocina para tomar el desayuno.
Ya en la mesa se encuentran, Padre, Madre, Jon y Robb. Tomo un plato y me voy a sentar frente a Robb. Padre leía el periódico, como todas las mañanas y como es costumbre, cada que preguntaba algo para que todos diéramos nuestro punto de opinión, preguntaba a madre.
-¿Ya viste Cat, abrieron una nueva planta de trasformadores Valiryan?- Dijo Padre
-¡Vaya! Que interesante Ned- dijo Madre
-Había escuchado algo al respecto, de hecho a Ramsay, le ofrecieron trabajo, pero lo rechazo el muy…- Dijo Robb
-¡Hey! No hables así frente a tu madre y hermana- Dijo Padre a Robb
-Si escucharas a tu princesa en la facultad- Decía Theon que acababa de entrar con su mochila en hombros –Te sorprenderías bastante
-O con un par de copas arriba- Dijo Jon
-¿Qué les sucede?, Yo soy una dama- Dije con mi mejor cara de ternura
-Pero que dama- Dijo Robb poniéndose de pie –Bueno, será mejor que salgamos o nos quedaremos atrapados en el tráfico-
Rápidamente terminamos nuestros alimentos y nos dijimos a la salida. Padre de igual manera salió a la par.
Desde la puerta Madre nos recordaba nuestras tareas pendientes.
-Niños no olviden pasar al banco a pagar el seguro-
-¡Si Madre!- decíamos todos a la par.
-Ned, recuerda que esta noche tenemos cena con los Umber-
Una vez que estuvimos todos listos en el auto nos dirigimos a la facultad de ciencias e ingeniería, que es donde estudiamos todos: Robb estudia Ingeniería Bélica, no es como que sea un militar, solamente tiene un extraño gusto por las armas y cosas por el estilo. Jon estudia ingeniería Aeronáutica, siempre que salimos de vacaciones nos burlamos de él haciendo que busque vuelos baratos. Theon estudia Ingeniería mecatrónica, el paso del robot es su especialidad. Por otro lado, yo estudio la mejor carrera de todas, la madre de las ingenierías, Ingeniería Mecánica. Y si se lo están preguntando, únicamente somos dos chicas en el salón.
Una vez que llegamos, caminaba hacia mi salón por el pasillo principal con mis hermanos que también iban a sus aulas. A la hora de entrada había demasiada gente como para ver una pasos más adelante y supongo que estaba más distraída de lo normal, Ya que impacte mi brazo con el de otro chico, pero con la suficiente fuerza como para hacerme girar.
-Lo siento- dijo una voz hermosa
No lo podía creer, era él, el chico de mi sueño, el de los ojos violetas y esta vez no era un sueño, era real y estaba frente a mí.
Por unos segundos, que parecieron eternos, me congele, no podía dejar de pensar en mi sueño. Entonces solo con el instinto dije:
-No te preocupes- Dije, pero aun no un gesto de sorpresa
Me quede unos segundos más observándolo mientras caminaba y daba la vuelta en el pasillo. He de suponer que mi gesto era realmente estúpido, ya que en un momento mi mejor amiga, Brienne, sujetó mi brazo y lo agitó una poco para llamar mi atención.
-¡Lyanna!- Dijo llamando mi atención
-¿He?- dije viéndola –Brienne, hola-
-¿Qué te sucede, te encuentras bien, veías al infinito?
Debo inventar algo rápido, ya que mis hermanos siguen a mi lado y posiblemente vieron todo mi espectáculo.
-Sí, únicamente recordé que deje mi cartera en casa- Dije
-¿Necesitas dinero?- Preguntó Robb rápidamente
-No lo creo, te lo agradezco- Dije sonriendo
Brienne y yo caminamos por el pasillo hasta llegar a nuestro salón
-¿Te encuentras bien?- Dijo Brienne viéndome fijamente –Para este punto, ya me hubieras contado la pelea de tus hermanos por el baño-
-Si estoy bien, únicamente que tuve un mal sueño y mi cabeza me duele un poco-
-Esperemos que estén tranquilos esta clase- Dijo Brienne entrando al salón
Pero vaya que estábamos equivocadas, porque nuestro grupo es todo menos tranquilo y lo demostré dando el primer paso dentro.
-¡LYANNA STARK!- Grito Bronn desde en otro lado del salón
-¡Hey!, tranquilo, ¿Por qué tanta euforia de verme?- Dije llegando a mi lugar
-Dinos por favor que hiciste el problema de tarea- Dijo Oberyn a un lado de Bronn
-Era muy difícil, no logre entenderlo- Decía Jaime, que su lugar está junto al de Brienne que se sienta detrás de mí.
-Es Verdad, no logre entenderlo- decía Brienne
En un momento todo el salón estaba pidiendo que explicara el problema. Me dignaba a explicarlo, cuando el profesor Baelish entraba al aula
-¿Por qué tanto tumulto?- Pregunto el profesor caminando a su escritorio, haciendo que todos tomáramos asiento
-Profesor, nadie entendió el problema de tarea- decía Loras, acto al cual todos aceptaron
-¿Están seguros que nadie lo entendió?- Decía el profesor, caminando frente al aula –Señorita Stark
Sabiendo que esto pasaría, yo fingía que no me encontraba ahí y simplemente me dignaba a ver mis apuntes.
-Profesor, ¿me permite pasar?- Dijo alguien desde la puerta
Pero no era cualquier persona la que estaba en la puerta y de inmediato reconocí esa voz, era el chico con el que impacte en el pasillo y una simple mirada me basto para saber que realmente era él.
-¿Quién es usted, y porque debo dejarlo entras a mi clase?-
No creí que fuera a verlo otra vez, pero ahí estaba e iba a conocer su nombre y tal vez eso podía decirme porque es que soñé con él.
-Soy….- decía cuando el profesor lo interrumpió
-Es Broma, pasé y tome asiento- Decía el profesor
"¡Demonios!" Pensé
Y si no fuera poco, el único lugar libre que había, era junto a mí, a mi lado derecha.
"Una vez más, ¡Demonios!"
-No es nada personal, pero debe entender que explicaré un problema tedioso y únicamente tenemos una hora de clase hoy- dijo el profesor al chico para después girar a comenzar el problema.
Dado que era la única que entendía el problema, solía contestar cada cosa que el profesor preguntaba. Pasaron un par de minutos cuando de repente sentí que alguien me tomaba del brazo, por un segundo creí que era Brienne, pero al girar, pude ver que era el chico de los ojos violetas.
-Disculpa que te distraiga, pero sinceramente no entiendo que estamos viendo, ¿podrías prestarme tus apuntes?- dijo en voz baja, pero aun así su voz sonaba encantadora.
-Claro- dije entregándole mis apuntes –Son Vigas…-
-Señorita Stark- Dijo el profesor llamando mi atención –Sea tan amable de guardar silencio y pasar al frente a resolver el problema-
Para mí no era ningún problema pasar al frente y mucho menos hacer el problema, ya que no entendía con facilidad, estaba a punto de levantarme cuando…
-Lo siento profesor, fue mi culpa- Dijo el chico de los ojos violetas.
-Lo se caballero, pero, ¿usted podrá resolver el problema?-
-Talvez-
-Pues un tal vez no me sirve, y aunque sé que fue su culpa, no la paso a ella por estar hablando, sino porque sé que es la única que sabe cómo resolverlo-
Una vez dicho esto, me levante de mi lugar
-Creo que necesitaras tus apuntes- Dijo él
-Está bien quédatelos- dije únicamente con mi calculadora en mano
No supe cuánto tiempo estuve al frente, simplemente resolvía, daba un paso hacia atrás para observar que llevaba y continuaba. Unos minutos más tarde Missandei, la secretaria del director llego a nuestro salón y le entrego una hoja al profesor.
-¿Podría indicarnos como se pronuncia su nombre caballero?- dijo el profesor dirigiéndose al chico nuevo.
-Rhaegar Taegaryen- Dijo él con esa voz magnifica, supongo que sonaba mejor.
Una vez que terminé, igualmente la clase termino, así que regrese a mi lugar
-Magnífico trabajo Lyanna, Como siempre- Dijo el Profesor Baelish
Al llegar a mi lugar Brienne comentó que iría a la cafetería con Jaime y Renly, me preguntó si gustaba acompañarlos, pero me negué, yo únicamente quería una cosa.
Una vez que se fueron, pude ver Rhaegar muy entretenido observando mis apuntes, pensé en no interrumpirlo, pero qué diablos.
-Puedo explicarte si prefieres- Dije amablemente
-Te lo agradezco, pero creo que es cuestión centrarme- dijo levantando la mirada y sonriéndome
-Aun así, mi oferta está en pie- dije sentándome
-Eres muy amable- Dijo sonriendo
-¿Puedo pedirte algo?- Dije viéndolo fijamente
-Claro- dijo extrañado -¿Qué cosa?
-¿Puedes repetir tu nombre?- Dije sonriendo
No es que no lo haya memorizado, si no que sonaba magnifico cada vez que lo decía.
-¡Oh!, eso, claro, Rhaegar Targaryen- Dijo sonriendo
Y una vez más sonó fabuloso
-Y espera, tu eres…. Stark… Lyanna, ¿No es así?- Dijo más seguro que de su nombre
-Perfecto- Dije riendo un poco, de nervios supongo, ya que mi nombre jamás había sonado tan bien.
-Y dime Lyanna, ¿Cómo es que tú lo entiendes y el resto no?-
-¡Oh! Bueno, es extraño, veras mis hermanos también son ingenieros y cada que tengo una duda, recurro a ellos, pero aun así, se me hace muy fácil la ingeniería-
-Supongo que eso está bien- Dijo sonriendo aún más
Intercambiamos una vez más un par de sonrisas y el día siguió su marcha. Igual que en la primera clase, Rhaegar me pidió mis apuntes, pase una vez más al frente, en fin fue un día algo común.
Al final de día, cuando todos habían salido del salón y yo recogía mis pertenencias, cuando Rhaegar, llegó a mi lado
-Lyanna- Dijo dulcemente -¿Crees que aun este en pie tu oferta de explicarme?, para ser honestos, no entendí nada el día de hoy-
-Claro que sí, cuando gustes- dije sonriendo
-Perfecto, ¿podrías pasarme tu numero para estar en contacto?- Preguntó él.
Ambos intercambiamos números y una vez más sonrisas.
-Bien, nos vemos mañana- dijo Rhaegar
Pero al terminar esa oración, se acercó a mí y me dio un tierno beso en la mejilla.
-Nos vemos- dije lo más tranquila que pude.
Mientras regresaba a casa, veía por la ventana del auto, en completo silencio, pero sin dejar de pensar en Rhaegar, en esos ojos Violetas, y en porque no puedo sacarlos de mi mente.
