Disclaimer: Los personajes aquí presentes son propiedad de L.J Smith y la CW. Este fic participa del Reto "Juguemos al Universo Alterno" del foro "The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons"


Título: Doomed to love.
Pareja: Damon Salvatore. Elena Gilbert.
Rated: M.
Advertencias: Universo Alterno. Temas adultos.
Cantidad de palabras en éste capítulo: 1,000 exactas.


Resumen: Cuando el mundo de Elena Gilbert comenzó a caerse a pedazos tras la muerte de sus padres, el destino condenó su suerte. Sobrevivir al accidente no había sido un milagro sino su maldición. Quizás, el destino pretendía condenarla no al sufrimiento, sino a encontrar el amor verdadero en el lugar más inimaginable.


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Doomed to love
—Capítulo I—


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A todos les llega la hora de abandonar su inocencia. Darte cuenta de que la vida no son bailes de secundaria, teléfonos de última generación o conseguir una cita con el guapo mariscal de campo. No. A veces es tiempo de que madures y descubras que la vida son sacrificios y que no siempre hay finales felices.

Elena Gilbert tuvo que descubrirlo a una edad muy temprana.

Ella era la típica muchacha de dieciséis años que creía tenerlo y poderlo todo. Padres amorosos, dinero, un hermano que no se hacía sentir para nada y amigas que la seguían cual sirvientes. Popularidad, un lindo auto y armarios llenos de ropa bellísima. Ella nunca pensó que hubiese peor dolor que ser rechazada por el chico del que estaba enamorada y ciertamente, nunca tuvo que hacer sacrificios. No sino hasta aquella noche fría de mayo en la que sus padres y su hermano se mataron al caer de un puente, accidente del cual ella fue la única sobreviviente.

Ella tenía sólo diecisiete años para ese entonces, y no recordaba nada salvo el agua inundando el auto y los ojos saltones de su padre al mirarla, dándose por vencido en su tarea de tratar de romper el vidrio. El cuerpo de su madre descansaba contra el asiento pacíficamente; ella parecía dormida.
Para ser honestos, Elena Gilbert no sabía cómo demonios había logrado salir del auto en el que sus padres murieron ahogados.

El pueblo lo había llamado un milagro.
Desde ése momento en adelante, sin embargo, Elena comenzó a pensar que el destino la quería viva porque aún no había sufrido lo suficiente.

Sin ningún familiar vivo que fuera capaz de ocuparse de ella, y el banco adueñándose de todas sus pertenencias a causa de las descubiertas deudas de su padre, a Elena no le quedó más remedio que vender las pocas cosas que tenía y escapar lejos antes de que la llevaran a una casa de acogida. Podía ser huérfana y no tener nada, pero se rehusaba a rebajarse incluso más.

Eso la llevó a Nueva York.
Había reunido un par de cientos de dólares después de vender prendas personales (había sido difícil desprenderse del relicario que su madre le había regalado cuando era una niña), logrando alquilar una habitación en un edificio cutre en un barrio aún peor. Era mejor que nada, ella se había dicho, a pesar de toda la suciedad, los vecinos extraños y la delincuencia. Por ahora, estaba bien.

Todo estuvo bien un par de días…
Hasta que se acabó el dinero y la realidad de tener un alquiler que pagar golpeó a Elena.
La idea de conseguir un empleo en algún restaurante, zapatería o lo que fuera sonó atractiva pero, ¿Quién le daría empleo a una huérfana sin documentación, en una ciudad como Nueva York?
Nadie. Y si algo era seguro… es que ella tenía que hacer los sacrificios ahora.

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—Hay una sola norma que debes seguir si pretendes mantener este empleo —Elena caminó a través del pasillo oscuro, siguiendo a una mujer de esbeltas curvas y fogoso cabello champagne—, y es: siempre haz feliz al cliente. Si él quiere que estés de cabeza, ponte de cabeza. Si él quiere atarte, lo dejas atarte. Si él dice "grita" tú gritas. ¿Comprendes?

Elena asintió. La bilis subiendo a través de su garganta desagradablemente.

—Lo demás es muy sencillo. Podrás hospedarte aquí. Tendrás los tres platos de comida al día, una habitación, utensilios básicos de aseo personal y algunas prendas de ropa para trabajar. La paga es a final de mes y recibirás la cantidad que hayas trabajado. Si tuviste seis clientes en el mes y todos quedaron satisfechos, tu paga será el equivalente. Ni más, ni menos. Las quejas, no obstante, bajarán tu salario, así que te recomiendo ser muy dócil y complaciente.

La mujer siguió diciendo, dándole un recorrido a través de la enorme casa.
Elena apreció los colores fuertes que cubrían las paredes, rojos, azules y carmines. El amueblado era costoso y habían espejos por todas partes. Grabó hasta el último detalle en su memoria mientras trataba de comprender todo lo que la mujer de actitud petulante decía.

—El señor Salvatore aún no ha llegado, así que tendrás que esperarlo para conversar con él sobre tu contrato, aunque percibo que como eres menor de edad, tus labores se resumirán a servir las bebidas y actuar de compañía en la sala común a menos que cambies de opinión —Elena se detuvo abruptamente tan pronto como la mujer lo hizo—. Si bien somos una sociedad que vende a las mujeres, respetamos las leyes. Todas las chicas que viven en esta casa están aquí vendiendo sus cuerpos porque así lo han querido. No estoy de acuerdo con tu presencia y ciertamente serás la única que probablemente no hará el trabajo completo, pero habiéndome expuesto los hechos, permitiré que esto funcione para ti.

—Muchas gracias, señora, de verdad —Elena la miró con honestidad—, no sabe lo mucho que significa para mí.

—No te equivoques, Elena. No lo hago por ti. Lo hago por mí. Contrariamente a lo que puedes pensar, no soy la encargada. Soy un simple peón —La mujer se encogió de hombros—, a mi jefe, el dueño de todo esto, sin embargo, le encantará ver una cara como la tuya. Buena mercancía equivale a mejor salario para mí. Bienvenida a la Casa Whitmore, Elena, y no lo arruines. De lo contrario estarás fuera más pronto que tarde.

Elena se quedó sola con sus pensamientos en medio de la enorme sala mientras veía a la mujer grosera marchar. Un airado sentimiento de rabia y humillación la llenó, pero respiró hondo. No había logrado conseguir empleo en ningún otro lugar y esta era su única oportunidad. Venderse era lo último en la lista, y al parecer, era lo único que iba a funcionar.

Una risa ronca escapó de su garganta al calmarse.
Sobrevivir al accidente no había sido un milagro. Había sido su maldición.

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Doomed to love.
Capítulo I
FIN.

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¡Hola! nuevo fic para un reto.
No tengo mucho que decir a estas alturas salvo que será bastante corto: cinco capítulos, de mil palabras cada uno (como el reto lo exige) así que de adelantado me disculpo si creen que todo va demasiado deprisa. Tengo pensado más o menos cómo irá esta historia y pretendo hacerla lo más interesante posible, así que amaría eternamente que me dieran sus opiniones, cortas, largas... pero que me las den, porque de otra forma no puedo saber si lo que hago, está resultando.

Bueno... eso. Gracias por leer. 3