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I

Fue la boda más costosa y elegante a la cual los Pie hubiesen asistido- a excepción de Pinkie- Los Mc. Coal no escatimaron en gastos al enterarse que su hija menor había recibido una propuesta de matrimonio por parte de un elegante y adinerado jefe de operación en las minas cercanas a Vanhoover. Ella era una poni blanca con parches marrón y una crin lisa y totalmente negra. A pesar de ser una chica lista y trabajadora, junto a su flamante marido, quien era alto, fuerte y muy carismático, resaltaba la inocencia de su juventud.

La fiesta, preparada por Pinkie Pie, se llevó a cabo en el granero de la familia el cual fue adecuado para tratar de simular un salón de baile de las grandes ciudades. La banda había sido escogida para tocar valses y baladas románticas, algo nada propio de los Mc. Coal.

Todos estaban en medio de la celebración cuando el señor Mc. Coal se acercó a Igneous y le dijo:

-Vaya. Que rápido crecen-

-Así es- Contestó Igneous sin poner mucha atención

-Sí, Es difícil verla marcharse a una ciudad extraña pero me hace feliz que finalmente todas mis hijas hayan sido desposadas. No podría perdonarme si algo me llegase a pasar y ellas quedaran desprotegidas-

Igneous miró de reojo a su vecino. Sintió que aquella consideración iba dirigida a él, por lo que, molesto, se reunió a su esposa e hijas y les ordenó marcharse de la fiesta, dando como excusa que tenía demasiado trabajo pendiente en la granja. Pinkie y Cloudy aunque sorprendidas por la repentina decisión de Igneous obedecieron sin cuestionar.

En el camino a casa Pinkie y sus hermanas se adelantaron para poder charlar entre a ellas sin que sus padres estuviesen vigilando. Mientras iban recorriendo el largo y sinuoso camino de vuelta a la granja en el cual el paisaje parecía volverse mas árido con cada paso que daban.

-Creo que los Cake se lucieron con el pastel de boda. La masa de dos sabores estuvo deliciosa ¿No es así?- Dijo Pinkie mientras avanzaba saltando.

-Era lindo- Contestó Maud

-También creo que estaba delicioso- Agregó Marble

-Era innecesariamente estrafalario. Digo, un pastel no necesita tantos adornos y cursilerías- Dijo Limestone

-Oki Doki. Lo tendré en cuenta para cuando planeé tu boda- Dijo Pinkie a la vez que sacaba una libreta de su crin.

-¿Boda?-Dijo Limestone- No me casaré. No necesito un macho que me esté diciendo que hacer con mi vida-

Pinkie hizo ojos tristes y luego se dirigió a Maud:

-Tu si me dejaras planear tu boda ¿No es así?-

-¿A quién más buscaría?- Contestó

-¿Qué hay de ti Marble? apuesto a que eres toda una rompecorazones- Dijo Pinkie abrazando a su hermana

-Yo, yo… yo no tengo a nadie especial- Dijo Marble bajando, avergonzada, la cabeza.

-Bah, todas sabemos que Pinkie será la primera en casarse- Dijo Limestone

-¿yo?- dijo Pinkie sobresaltada.

-Así es. Tú y tu novio Cheese-

-¿Qué? Él y yo solo somos amigos- dijo Pinkie poniéndose a la defensiva

-Si claro, Ya puedo imaginar tu correspondencia: "querido Cheese te extraño tanto. Desearía que estuviese aquí para que nos abrazáramos y me besases apasionadamente"-

-¡Eso no es cierto!- Grito Pinkie

Limestone Lanzó una picara mirada a Pinkie y luego agregó:

-Lo estás pensando-

Pinkie pudo sentir como sus mejillas se ponían más y más calientes. Se había quedado sin palabras para responder, ya que aunque hubiese deseado negarlo, Limestone tenía razón. Apenada y sin ganas de continuar charlando Pinkie se retiró junto a su madre para huir de la carcajada de su hermana y ya que ni Marble, Limestone o Maud eran muy buenas conversadoras al marcharse Pinkie, todas quedaron en silencio, cada una sumida en sus propios pensamientos.

Marble a pesar que no deseara admitirlo se sentía muy celosa, tanto de la recién casada como de Pinkie. Para ella lo único que le faltaba a su hermana para ser la novia de Cheese era el titulo. En aquel momento luego de presenciar la boda de la poni más joven de la región, sentía como si se estuviese quedando atrás en la carrera para conseguir un marido. Le aterraba pensar en un futuro donde ella ya no fuera deseable para ningún poni y tuviese que resignarse a pasar toda su vida sin haber conocido el amor. Se sentía tan enojada consigo misma por no ser lo suficientemente valiente e interesante como para hacer amigos con la misma facilidad que Pinkie.

Mientras, Igneous Meditaba las palabras que le había dicho su vecino. Por una parte deseaba creer que no era nada personal. Pero, ¿cómo no tomarlo personal si hasta ese día ninguna de sus hijas tenía siquiera un pretendiente? Igneous temía que sus hijas hubiesen pasado demasiado tiempo en la granja y Pinkie quien era la más sociable de todas sus hijas era al mismo tiempo la más… Dispersa como para pensar en matrimonio. Mas Luego de pensar un rato Igneous llegó por fin a la solución: Aprovecharía la temporada de piedras preciosas para abrir las puertas de la granja a quien quisiera hacer fortuna en la "caza de joyas"

Igneous no deseaba esperar. Recién llegó a su casa se dirigió a su escritorio y redactó la carta de invitación que enviaría a sus vecinos, en la cual también pedía que comunicaran la notica a las demás familias: "La granja de los Pie estaría abierta para la temporada de Piedras preciosas y todos estaban invitados"