Hola, que tal, que tal... traigo nuevamente un fic triste... no lo puedo evitar, supongo que así es como me siento.

Disclaimer: Hetalia no me pertenece, y este fic es una prueba de que es mejor que no sea mío, si fuera así... bueno, pobres de los personajes,

Advertencia: Yo lloré con lo que escribí.

Si les gusta, please, dejen un lindo review~


Te extraño

e extraño. Aún. Después de tanto tiempo, sigues siendo importante para mí. Nada, ni siquiera los años, han podido borrarte de mi mente. Puedo recordar perfectamente tus ojos, tu piel, tu cabello, tu voz. Probablemente lo que más extraño de ti sea tu voz, tus palabras enojadas, tus palabras molestas, tus palabras amables, tus palabras tiernas, tus palabras valientes, esas palabras que hacían que te sonrojaras, todas y cada una de esas palabras. Las que no volveré a escuchar.

Simples recuerdos asaltan mi mente todas las noches. Tú y yo, juntos, riendo, siendo felices. Las lágrimas afloran de mis ojos, y no hago nada para evitarlas, ya no tengo fuerzas para gastar en eso. Tú eras quien siempre limpiaba mis mejillas y me calmaba con un tierno beso. Ahora estoy solo, y ni siquiera llorar sirve, ya que ni yo puedo consolarme. Desearía que estuvieras junto a mí. Devuélveme las ganas de sonreír. Desde que no estás el mundo no tiene brillo, veo las hojas de los árboles y recuerdo el verde brillante de tus ojos, veo alguna dulcería y recuerdo como dentro de una tú parecías completamente feliz, entusiasmado como un niño, paso por alguna cafetería y recuerdo como siempre pedías té y bizcochos. Cada mañana cuando despierto, recuerdo como tú siempre estabas ya con los ojos abiertos, sonriendo y con las mejillas ruborizadas, esperando que yo te besara para recién levantarte. No he dormido en la cama que compartíamos desde que no estás en ella para ocupar el otro lado.

Amaba y amo todo de ti. Cada noche sueño que nos volvemos a encontrar, y que todo es perfecto, y día a día paso dentro de esas estúpidas ensoñaciones, malgastando mi vida, deseando que volvieras, pero todo eso es inútil, ya que es imposible que vuelvas, y no hay absolutamente nada en este perdido mundo que pueda traerte de vuelta, para ti, yo no pude ser el héroe, no pude ni siquiera despedirme de ti, ni ver como tus mejillas perdían color y como tus ojos se cerraban, ¡ni siquiera eso! No pude estar contigo cuando más me necesitaste.

Me odio por eso. Me odio por no haber podido tomar tu mano hasta que ya no fuera necesario, hasta el momento en que tú ya no pudieses sentir el contacto, y tus dedos dejasen de aferrarse a los míos con desesperación.

Y por no haber podido decirte te amo una última vez.

Inglaterra, Arthur, a pesar de que ya no puedes oírme o contestarme, aún quiero decirte una cosa, una que ya sabes, pero que nunca está de más repetir.

Te amo.

I love you.