N/A: Hola mi querida gente! Me llamo Luana y les contaré una historia...
Advertencia: Ni Los Croods ni su personajes me pertenecen (Ya quisiera yo) pero si los OC's
Gracias por su tiempo y ahora si, pasen y lean; por favor dejen Review
Amaba sentir la sensación del viento en su piel, aunque estuviese corriendo en dirección opuesta, lo sentía más fuerte. "Hoy sí" pensó confiada "Hoy alcanzaré al viento". Aumentó la velocidad, de verdad pensaba que iba a alcanzarlo, aunque ya ni supiera que pisaba. Hasta que algo se le aferró al tobillo y la levantó por los aires, dejándola colgando de cabeza. Lo que le faltaba, caer en una de las trampas de sus hermanos y perder la pista del viento. Miró a su alrededor, en busca de algún signo de sus hermanos; pero lo único que llegó a ver sobre una roca fue una especia de ave con pico afilado. Ella rió un poco.
-Ya, chicos, si me bajan ahora prometo no decirle nada al León. -Como toda respuesta, la extraña y graciosa ave se escondió debajo de la piedra. Pero no volvió a escuchar otro ruido proveniente de ese lugar.- ¿Chicos? ¡Sé que están ahí, bájenme ahora mismo o yo misma los mataré!
No obtuvo respuesta, más frustrada de lo que ya estaba, gruñó por lo bajó y se cruzó de brazos. Parece que tendría que esperar que viniesen devuelta. Pero un par de segundos después, alguien apareció de detrás de la enorme roca. Al principió pensó que podrían ser sus hermanos pero se equivocó. Primero por que el chico no se parecía mucho a sus hermanos; segundo por que la chica que lo seguí definitivamente no era ninguna de sus hermanas.
-¡Una persona! -Dijo la chica, acercándose a ella y tocándola. Le hacía cosquillas. Después la agarró del brazo y la enderezó en el aire.- ¿De dónde eres?
-Bueno, nací en las Tierras Heladas... -La chica la soltó de pronto, haciendo que se golpease la cabeza contra un árbol cercano.- Ouch... ¿Podrían bajarme?
-Claro. -Dijo el chico y cortó la liana que sujetaba el tobillo de la extraña.
Cayó fuertemente al suelo, y después se quitó lo que le quedaba de la liana en el tobillo. El viento silbó suavemente, y sin dudarlo corrió hacia el viento, pero sólo dio un par de pasos, puesto que enseguida dejó de soplar. Frustrada volvió sobre sus pasos y pateó los restos de liana que había dejado en el suelo. Hasta que recordó que la estaban mirando. Y ambas personas con la misma expresión: una ceja levantada, seguramente pensando que ella estaba loca.
-¿Buscas algo o a alguien? -Preguntó el chico.
-Em... no, -Respondió, pasándose una mano por el cabello color madera- mi nombre es Kira, gracias por sacarme de la trampa de mis hermanos.
-Yo soy Eep, -Dijo la chica, borrando la extraña expresión de su cara y cambiándola por una sonrisa.
-Y yo soy Guy, -Concluyó el chico- ah, y él es Cinto. -Dijo levantado su mascota- Y no era la trampa de tus hermanos, era la mía.
-Y dime, ¿Cómo son las Tierras Heladas? -Le preguntó Eep, abalánzadose sobre ella, y la seguía oliendo.
-Em... ¿Heladas? -Respondió Kira mientras seguía con su cabeza a Eep.
-¿Qué es "helada"? -Le preguntó Guy, bastante interesado por saber de cosas nuevas.
-Tú sabes, cuando hay hielo por todas partes, hay nieve y hace un frío que haría que prefieras estar muerto. -La chica la agarró de su pierna y la dio vuelta.
-¿No te incomoda tener esta ropa tan... calurosa? -Le preguntó Eep.
-En realidad, en las Tierras Heladas es estar prácticamente sin nada, así que... igual tengo calor. -Eep, la puso de pie en el suelo- Gracias. Por un momento pensé que iba a soltar hasta la comida de hace tres días.
-¿Que es el hielo? -Le preguntó Guy.
-Bueno... es lo que ves a donde sea que mires en las Tierras Heladas, no lo recuerdo bien, hace muchos años que vinimos hacia aquí.
-¿Hay más gente? -Le preguntó Eep.
-¡Claro! yo y mis cinco hermanos y hermanas. -Dijo Kira extendiendo sus brazos a los costados.
-¿Tienes tantos hermanos? ¿Y tus padres?
-Bueno... han vuelto a las Tierras Heladas por un tiempo, y antes éramos siete hermanos en total... desde que estamos a cuidado del León, y ahora si no vuelvo... no esperaré que me deje salir del Nido en mucho tiempo. -Entonces, Kira se dio cuenta de que no sabía nada de los que la habían ayudado- ¿Y ustedes? ¿Hay más personas con ustedes?
-Si, ¡el resto de nuestra familia! -Le respondió Eep- Dos de mis hermanos, mis padres y la abuela.
-¿Qué es una abuela? -Les preguntó Kira, mientras miraba casualmente para ver cuanto faltaba para la puesta de sol.
-La madre de una madre. -Le respondió Guy, mirando en la misma dirección que Kira. Pero ella se giró para verlos.
-¿Entonces son hermanos? -Preguntó curiosa, aún tenía algo de tiempo antes de que el sol bajase.
-Em... no somos hermanos propiamente dicho... -Dijo Guy, mientras Eep y él se miraban a los ojos, Eep se sonrojó.
Kira los miró a ambos. Entonces abrió la boca, ya lo entendía, al menos algo.
-¿Entonces son pareja?
-¡No! -Respondieron ambos al mismo tiempo, pero enseguida se escuchó ano tan lejos el llamado de un ave, Cinto se encogió detrás de Guy.
-Esperen un momento. -Kira repitió el llamado, y sobre ellos apareció un ave, que después de volver a hacer ese sonido estridente bajó y se posicionó en el brazo que Kira había extendido para éste. Acomodó sus alas y le dio una mirada jugosa a Cinto, pero Guy al notarlo lo encubrió frunciéndole el ceño al ave.- Les presento a Águila. -El ave hizo otro sonido.- Ya se, pero un rato más, ¿Hace cuanto no vemos más gente? Falta para que caiga el sol. -Águila le dio un alazo a Kira en la cabeza. -Bien. -Kira le dio impulso con su brazo a Águila para que volase.- Lo siento, debo irme.
-Nosotros también, -Dijo Eep, y le lanzó una caracola a Kira.- Cuando quieras volver a vernos llámanos.
-Ustedes también tienen una de éstas. -Dijo Kira mientras la examinaba- Espero que nos volvamos a ver.
Y diciendo eso, Kira corrió hacia las profundidades de la jungla. Tenía suerte de ser rápida, puesto que en el camino, escuchaba los quejidos de Águila, y veía el sol perdiéndose en el Horizonte. Pensó por un momentos en eso, en el Horizonte, un lugar que su hermana quería alcanzar, como ella quería alcanzar el viento. Pero se había rendido, y ella no pensaba dar el brazo a torcer.
Cuando llegó al lugar cercano a la playa, el sol ya había caído, y vio a sus hermanos preparar el fuego para esa noche, con dos de sus hermanas alcanzándoles las ramas secas. Kira corrió hasta sus hermanos y hermanas.
-¡Chicos! ¡No creerán lo que encontré!
Los dos pares de hermanos se giraron a verla, totalmente interesados.
-¿Una nueva especie de animal? -Corearon los chicos.
-¿Una nueva planta? -Corearon las chicas.
-No, algo mejor, ¡Esto! -Kira les mostró a sus hermanos la caracola; pero solo logró que los cuatro volviesen al fuego.
-Ya hemos visto una cantidad de esos, Kira. -Le dijo una de sus hermanas.
-No, ¡No me refiero a la caracola! -Sus hermanos la volvieron a mirar- ¡He encontrado más gente!
