Los personajes no me pertenecen son de Tachibana Higuchi, la historia sí es mía.
Todos sabemos que cuando se trata de Mikan, Natsume es muy posesivo.
Y no es nada de "¡Oh, este chocolate es mío!". Cuando decimos posesivo nos referimos a posesivo de verdad.
¿Y eso qué tiene de diferente con sólo posesivo?
Pues veamos lo que está pasando ahora mismo.
Natsume estaba subido en su árbol de Sakura, nada fuera de lo normal. Excepto por que el poseedor de Alice de fuego, estaba que echaba humo por los ojos, si eso era posible para él.
¿La razón?
Estaba siendo espectador de una confesión, nada mas y nada menos que a su Mikan.
Se notaba que el chico que se confesaba estaba demasiado nervioso, tal vez era por el extraño calor que había a su alrededor. Pero cuando te confiesas no estás pendiente de lo que ocurre a tu alrededor, le sudaban las manos. Y aunque se preparó un discurso bonito y por lo menos decente, todo eso no importa, ya que estaba tan nervioso como para acordarse del dichoso discurso. Pero volvamos a la situación actual.
—¡Sa-sakura-san! —casi gritó el pobre muchacho.
—¿Si?
He aquí otra cosa extraña. Cuando te dejan una carta por debajo de la puerta de tu habitación y dice algo como "espérame a las cinco bajo el árbol de Sakura" todo el mundo pensaría que es una confesión, y aquí viene el suceso extraño. Mikan Sakura, en ningún momento pensó que sería una confesión.
¿Que qué tiene la chica en la cabeza? Quién sabe…
—Y-y-yo q-queria —tartamudeaba el pobre muchacho.
Mikan por su parte tenía una gran sonrisa en su cara y esperaba pacientemente a que el chico diga lo que tiene que decir.
Natsume decidió que ya era hora de actuar. De un salto bajo del árbol y sin que se diera cuenta se coloco detrás de Mikan.
Para él era posible hacer esto sin que lo noten gracias a sus años de entrenamiento.
Con sus dos manos cogió a la chica por detrás, es decir, la agarro de sus pechos y la pegó a él.
—Piérdete. Ella es mía —dijo Natsume con un tono gélido en su voz.
El muchacho, debido al miedo, corrió despavorido.
Mikan, estaba pálida. Esto para ella ya era demasiado. No se movió, no emitió sonido alguno, su cerebro había dejado de funcionar. Simplemente se quedó en blanco.
—¿Lunares?
3…
2…
1…
—¡SUÉLTAME GRAN PERVERTIDO! —gritó Mikan con todo su ser. No está de más decir que todos en la academia la escucharon.
El pobre gato negro casi se queda sordo. La soltó y se tapó los oídos.
—¿Qué te pasa, estúpida? No grites así que me van a sangrar los oídos.
—¡¿Cómo puedes preguntar que qué me pasa?! Esto es imperdonable, imperdonable —despotricaba mientras se cubría los pechos.
Acto seguido Mikan avanzó para darle un bofetón. Pero Natsume ya había visto esto, así que la agarró de ambas manos.
—¡Suéltame Natsume! ¡Te voy a dar lo que te mereces!
—¿Lo que me merezco? —rió—. Y según tú ¿Qué es lo que me merezco?
—¡Ya es hora de que alguien te ponga en tu lugar, y esa seré yo!
—¿Ah, si? El que te va a poner en tu lugar seré yo.
Natsume hizo algo que quería hacer desde hace mucho tiempo. La besó. ¡Natsume la estaba besando! Mikan no se movió, ni se inmutó. Cuando se dio cuenta, él ya se había separado.
Con una sonrisa socarrona le susurro al oído:
—Recuerda, tú eres mía —y se fue, así, sin más.
Mikan siguió ahí, de piedra. Cuando su cerebro volvió a funcionar otra vez, Natsume ya se había ido.
3…
2…
1…
—¡Yo no soy tuya! —gritó por segunda vez en el día con todo su ser.
Otra vez la escuchó toda la academia. Y Natsume que caminaba por los pasillos, también la había oído.
Claro que eres mía, ya lo veras, pensó el chico con una gran sonrisa.
Por lo menos ahora sabemos que en la cabeza de Mikan solo habitaba Natsume.
Después de todo ella era su posesión, y sin que ella lo supiese él también le pertenecía.
Hace mucho que quería escribir algo sobre Natsume y Mikan, y mas ahora con el cambio de fanfiction.
Adoro a esta pareja *.* Natsume me parece taaaan lindo. Espero que el manga tenga un final feliz, por que si habéis leído los últimos capítulos dan ganas de llorar ;^;
Bueno acepto lo que sea, criticas, tomatazos, lo que sea. Contesto a los reviews en mi profile.
Nos leeremos pronto. Bye-by!
