Título: ¿Qué ocurre con nuestro amor?.
Pareja: Eren x Levi. Ereri.
"Fanfic que participa en la primera convocatoria de la página levi x eren /eren x levi /ereri /riren".
Advertencias: Levi dramático y enamorado. Levi drama queen. Ligero angst. Un Eren hdp (?). Levi uke. Universo Alterno.
Género: Romance, drama, angst, malos entendidos, problemas, etc.
Dedicado a: Todas las personas que me han dejado sus bellos comentarios en fics o one-shots anteriores. De verdad, me encanta que les guste lo que escribo.
Aclaración: Shingeki no Kyojin/Attack on Titan no me pertenece a mí, sino a Hajime Isayama. Lo que escribo es por gusto, sin ninguna especie de lucro con esto. Es sólo para satisfacer mis ganas de ver a sus personajes haciendo otras cositas (?).
Sin más que aclarar, espero que les guste (L).
Capítulo 1: ¿Qué ocurre, Eren?
No lo entiendo… ¿Es culpa mía? ¿Será que se aburrió de mí, de mi personalidad? ¿Es eso? ¿Limpio mucho? ¿Gimo demasiado bajo? ¿Perdí el encanto? Ya no… ¿Ya no me amas?
Dime, Eren, ¿Es eso? ¿Encontraste alguien más? ¿Qué ocurre con nuestro amor?
Ese día me encontraba confuso y dolido, mucho más de lo que yo mismo pudiera esperar y soportar. La verdad es que era una jodida mierda, pues hace más de seis meses esta situación me está matando.
En un principio quise entender, pensando en que era algo normal y que pasaría pronto… pero no.
Eren ya no me mira como antes y eso no pasa desapercibido para nadie. Incluso Erwin y su pasiva —Armin— notaron que ya nada— es como solía ser.
Eren me sonreía, me hablaba en todo momento, me besaba sin miramientos y siempre, siempre me miraba con esos bellos ojos dorados que posee, llenos de amor para mí y nadie más.
¿Es mi culpa por ser esquivo? ¿Tiene a alguien más importante? ¿Será que se aburrió de mi poca expresión? Joder, no sé qué ocurre con él y conmigo mismo.
Levantándome del sofá en el que solíamos hacer el amor, me dirijo hacia la cocina, llevado por la idea de preparar algo para comer. No porque tuviera hambre, sino que pronto Eren llegaría a casa y quería tenerle un lindo detalle.
Poniéndome el vergonzoso delantal rosa con flecos y cintas, lo amarro en torno a mi estrecha cintura, esa que quizás era demasiado fina como para darle hijos al tonto mocoso. Aprovechando de quitarme el pantalón, dejé sólo la ropa interior como un pequeño detalle coqueto, pues si lucía 'deseable' como él dice, logre obtener de él algo más que un "Levi, llegué" vacío que culmina con él en la ducha y luego en la cama. Sin un puto beso y sin preguntar o hablar de su día.
Siento que de alguna forma me estoy humillando por su atención. Algún tiempo atrás NUNCA hubiera hecho algo como lo que hacía en estos momentos. Jamás habría estado tan pendiente de si tenía o no la atención del mocoso Eren.
Y la verdad es que todo esto me lleva a un solo pensamiento jodido que ya sé y que no puedo negar: Me enamoré de él.
Lo amo como nunca he amado a nadie, tan intensamente que es más importante que el puto aire que respiro. Eren es mi droga, mi principio y mi final. No sólo es la persona en la que más confío, sino que es la persona que escogí para pasar el resto de mis días.
Junto a él nada me falta, pues él lo es todo y más.
¿Cuándo mierda fue que me volví tan dependiente de él? Ya ni siquiera recuerdo cuando fue que su presencia dejó de molestarme, ni de cuando su piel fue necesaria junto a la mía.
Eren puto de mierda… Eres mi todo. Ya mi vida no funciona si no te tengo a mi lado, si no me tocas, si no me haces el amor de la forma en que sabes hacerlo. Maldición, te necesito tanto que me enoja el hecho de estar consciente y no poder hacer nada para dejar de amarte. O al menos hacerlo un poquito menos.
En estos momentos el deseo criminal de romperle la puta cara con un puñetazo es lo que me anima, mientras corto los vegetales con cuidado. No niego que incluso soy capaz de pensar que las largas zanahorias son tu pene al cual deseo castigar, pero al otro segundo me arrepiento… Porque tu pene me gusta.
Sí, Eren, tu pene es bonito, grande, suave, olorocito y de buen sabor.
— ¡Maldición! Estúpido mocoso —Sí, maldita sea, no puedo evitar avergonzarme de mis propios pensamientos que no son más que tu puta culpa.
¿Desde cuándo me gustan los penes de mocosos precoces como tú? Ah, sí, desde que noté que eras mucho más que hormonas revueltas y locas. Eres demasiado especial, mocoso de mierda.
Ya al tener las verduras lavadas y picadas, me centré en preparar algo decente para mí y hamburguesas para ti, de esas caseras que tanto te gustan. Puede que no me queden como a Carla, pero debes saber que lo hago con el mismo esfuerzo con el que tu madre las hace. No por nada le pedí la receta para elaborarlas, tragándome su sonrojo y las palabras asquerosas a cerca de lo lindo que soy y de lo mucho que amo a su bello retoño. Y aun así, desgraciado, te alejas más y más.
Mientras las cosas se cocinan voy a poner la mesa, asegurándome de poner tu taza favorita, esa que tiene la imagen de nosotros besándonos. Quizás soy algo marica y exagerado, ¡Pero es tu culpa, y lo sabes!
En estos momentos agradezco que nadie lea mentes o tendría que cometer asesinato en contra del hijo de puta que leyera mi monólogo interno.
De un momento a otro y tomándome por sorpresa —quizás por el ruido que hace mi Levi mental—, apareces en la cocina como su nada, ajeno a la tormenta trágica que me ha estado azotando por tu causa.
Y dios… Tiemblo, porque tu puta cara es algo que por siempre quiero ver.
—Levi, ya llegué —Tu voz resuena casi haciendo eco en la cocina, y más que responderte de inmediato, voy a dar vuelta las hamburguesas para poder deshacerme del embrujo de tu mirada.
¡Mil veces puto, Eren! Eres demasiado perfecto para mí. Y para Mikasa, aunque ese es un tema que odio tocar.
Apretando los ojos intento borrar tu imagen de mi mente, pero tu silueta vestida de camisa y pantalón me puede. ¿Cómo carajos puedes lucir tan condenadamente guapo vestido así? Incluso tu aroma masculino llega a mis fosas nasales, estupidizándome.
A veces tengo envidia de todos los putos y putas que pueden disfrutar de tu presencia en el trabajo. ¿No podrías ser sólo mío y ya? No quiero compartir, no se me antoja.
Pero claro, yo debo hacerlo mientras que tú no ¿Verdad? Dejé mi trabajo por ti y ni siquiera eso es suficiente…
—Lo noté, ¿Qué tal te fue hoy? Adivina, preparé hamburguesas, tus favoritas —Lentamente volteo para verte, acercándome para que puedas verme por completo. No es lo mío lucir como la esposa dueña de casa, pero hago lo posible porque sé que te gusta.
¿Te das cuenta? Cualquier otro moriría por tomarme, pero tú... Tú me descuidas y ya no lo soporto.
Tus ojos vagan lentamente por mi figura, pero lejos de ver tus ojos dorados brillando con malicia y tu expresión de cazador, tan sólo desordenas mi cabello, esbozando una sonrisa tan condenadamente falsa que ni siquiera es capaz de llegar a tus preciosos ojos.
—Lo siento, vengo sin hambre… Pero come tú, yo iré a darme una ducha para dormir. —
Eren… Eren… Si supieras el daño que me haces con tus palabras, ¿Qué harías? Ahora mismo siento que mi sacrificio y mis esfuerzos fueron en vano. ¿Por qué? No eres capaz de ver que me estás haciendo mierda con tus actitudes.
¿Quieres rechazo? Pues bien, te mostraré lo que se siente el puto rechazo. Entre tú y yo, sabemos que soy peor que tú y que cualquiera.
Aprieto los dientes y empuño mis manos con tanta fuerza que mis manos se ponen más blancas de lo normal. Tengo tantas ganas de golpearte que siento que estallaré.
Pero más que eso, me siento deprimido y el puto dolor que aprieta mi pecho y mi estómago son suficientes como para no querer soportarlos más.
Antes de que voltees y salgas de mi alcance, te sujeto el brazo, impidiendo que avances un paso más. De alguna manera presiento que si dejo que te vayas, esta vez no habrá vuelta a atrás. ¿Qué me ocultas? ¿Por qué te alejas tanto, mierda?
— ¿Tienes a alguien más, mocoso desgraciado? Dime, ¿Acaso encontraste otra perra que te dé todo lo que yo no te doy en casa? ¡Respóndeme, carajo! —Mi voz sale un tanto más dolida de lo que puede prever, pero ahora mismo eso no es lo que me importa. Tengo la amargura acumulada en mi garganta. Si no hablo o limpio algo, no sé qué será de mí.
Siento tu cuerpo temblar bajo mi agarre, aunque no tengo que forzarte para ver como volteas, lentamente, evadiendo mi mirada como si yo fuese alguna clase de monstruo. ¿Eso piensas de mí?
Y luces tan culpable que no puedo evitar soltarte. Tu mirada empañada dice mucho más de lo que tu boca podría decir. Tu lenguaje corporal es demasiado claro y sincero para mí, que te conozco desde hace tanto.
No sé si agradecer o sentirme dolido, pues de una u otra forma lo sabía… Sabía que mis miedos acabarían haciéndose realidad.
—…Levi, no es... No es lo que tú piensas. Sólo estoy cansado y he estado demasiado ocupado… Lamento preocuparte —Pero tu voz miente... Titubea, tiembla, está apagada y llena de emociones que soy incapaz de adivinar.
Eren, Eren, Eren, ¡Mi Eren!
¿Lo sigues siendo o ya no lo eres más?
—Y una puta mierda, Jaeger. ¿Crees que soy tonto y que no sé que ya me cambiaste por otro? Ya no me tocas, no me haces el amor... No me hablas, me ignoras, llegas tarde, te ausentas todo el puto día, y ni aún ahora, pese a que te cociné y me vestí tan marica, me das una puta muestra de cariño. ¿Y tus "Te amo, Levi"? ¿Dónde mierda quedó el enorme amor que me tenías? Cuando te acepté fue porque vi sinceridad en ti, porque me demostraste lo mucho que te amaba y porque yo mismo… —
…no podía vivir sin ti, mocoso.
¿Por qué me siento tan herido? ¿Por qué siento algo que resbala de mis ojos…?
Tu rostro es un poema. Tus ojos se agrandaron, te notas tan culpable, demasiado.
¿Es por todo lo que te he dicho? ¿O por el hecho de que yo, Levi Ackerman, estoy llorando por ti?
Suelto un amago de carcajada burlesca, pues la verdad es que me siento histérico. ¿Hace cuánto tiempo no lloraba? Creo que la última vez tenía siete años y fue por algo que habría destrozado a cualquiera.
No soy alguien de lágrima fácil, pero aquí me ves, Eren… Débil por tu causa.
Y antes de que el caudal de mis lágrimas se agrandara, volteé para apagar las hamburguesas y poder marcharme a nuestra habitación, aguantando el lastimero quejido que pugna por escapar de mis labios.
En cuanto cierro con pestillo me arrojo sobre la cama, boca abajo, intentando serenarme.
Y tú… No sostuviste mi mano, ni fuiste capaz de apaciguar mi inquietud con un abrazo.
Eren...
Eren...
Eren.
Continuará...
Notas Finales: ¿Qué tal les pareció? Lo sé, Levi está algo Ooc, pero si nos ponemos a pensar en él enamorado y algo dolido, no dudo en que sería así (?). Quizás un poco más agresivo, pero recuerden que este no es el mismo Levi heichou sensual (?). No es una reencarnación, así que es un Levi nuevo en un mundo sin titanes, peor sí mucha competencia en cuanto a Eren, porque no dudo en que Eren sería bastante solicitado por chicas y chicos (?). Es normal que Levi tema perderlo, pues siento que pese a su enorme poder, es alguien inseguro.
Espero sus comentarios con ansias, pues es algo que de verdad me encanta leer. Si tienen dudas, comentarios, sugerencias o más, díganlo (L).
¿Qué creen que pasará entre Levicito y Eren? ¿Por qué Eren no hace ni dice nada? ¿por qué tanta frialdad hacia nuestro querido Levicito? ¿Cuál creen ustedes que es la razón? Pueden ser muchas cosas, incluído el hecho de que podría estar cruzando la fina línea de la fidelidad.
Bueno, es algo que sabrán más adelante :3 xD.
Ciao!
