A Nakora se le iban los ojos al momento de sus entrenamientos… claro, a quien no con semejante espectáculo. Su sensei era uno de los hombres más enigmáticos de toda Konoha, poseedor de una estrepitosa fuerza, talento, sentido del humor… y uno de los cuerpos más hermosos del sitio.
Kakashi intentaba que sus alumnos aprendieran algo, pero no podía si solo uno de ellos parecía hacerle caso. El único chico del equipo, cosa rara en la mayoría de grupos, era el que le prestaba atención; las dos niñas de 15 años que le habían asignado parecían más interesadas en descubrir los componentes del esmalte de uñas a escuchar lo que él les decía. No es que fueran malas a pesar de todo. Una de ellas, Bijin, del clan comerciante Kinpatsu, lo ignoraba ampliamente mientras acomodaba su cabello de la forma más seductora posible; pero debía admitir que la hermosa rubia tenía un talento especial para su clan. Ella podía manejar la frecuencia en Hertz del sonido… cosa útil en todas las misiones pues servía como ofensiva y defensiva. La otra chica era más problemática. Él sabía que era fantástica en tai jutsu, pero cuando entrenaba con ella cuerpo a cuerpo, la pobre apenas podía cerrar los puños.
Pobre Kakashi, debió quedarse como ANBU; educar a unos bándalos mimosos no era algo que le hubiesen enseñado en la escuela Ninja. Pero ya qué, tenía que hacerlo, el alquiler de su departamento no se pagaba solo, y lo más probable es que a la casera le valiera madre las peripecias que él tuviera que pasar.
Pero mientras Kakashi imaginaba el mundo con 2 alumnos hombres y una sola mujer para así no tener que enseñar a un solitario, Nakora estaba sentada en el pasto híper ventilando. No es que no se haya fijado antes, pero justamente ese día, a causa del verano y del ejercicio físico, la ropa de su sensei se veía especialmente ajustada; y ella ni siquiera quería pensarlo… sí claro… pero había una zona que se veía más ajustada que otras, posiblemente por su tamaño.
Ella no quería admitirlo, pero ya no tenía 12 años, ahora tenía 15, y aunque antes tenía una relación muy cercana con su sensei, los 3 años que habían pasado la habían llevado a conocer a sus hormonas; esas cosas horrendas que hacen que uno se vuelva un poco tímido y se quede estático pensando cosas que no debería estar pensando. Así es, Nakora desde hacía un tiempo que pensaba muchas cosas; en realidad; las soñaba. No está bien acosar a una persona en su trabajo sexualmente, pero ya había soñado que acosaba a esa persona porque era trabajador sexual. No podía ser, no podía seguir soñando esas cosas con su sensei, y peor aun, no podía seguir soñando con su sensei cuando este le estaba hablando.
¡Hey¡ Despierta.- Le dijo Bijin en voz baja- el viejo te habla.
¿Ah?- Respondió Nakora, con la cara aun embobada.
Chicas, no es que me guste inmiscuirme en sus conversaciones, pero, ¿sería mucho esfuerzo para ustedes interrumpir la charla por un momento?- Kakashi tenía ya una venita resaltándole en el cuello, si no tuviera máscara, posiblemente asustaría un poco la cara que debía de estar poniendo en ese momento.
Oye, te está hablando a ti también.- Susurró la castaña.
Sí, pero de las dos, la más interesada eres tú.- Concluyó la rubia, soltando una risita de satisfacción al darse cuenta de lo avergonzada que se sentía su amiga porque ese comentario no había sido emitido en voz baja.
Por toda respuesta a esto último, la chica de pelo largo dirigió la mirada hacia su sensei, comprobó que este no había prestado atención a nada de lo que habían dicho desde que se habían ido acercando… solo estaba ahí parado, parecía estar contando hasta 100 mentalmente.
…nta y nueve y cien. Uf, mucho mejor. Bueno, esta vez les enseñaré a armar trampas. Si el perímetro está cerrado, lo mejor para protegerse, es armar una trampa que…
Debes concentrarte Nakora, debes de escuchar todas y cada una de las palabras que salen de los sensuales labios de tu sensei… oh mierda, no, ni siquiera le haz visto la boca… pero apuesto a que tiene una boca hermosa, y tal vez una lengua muy talen… maldición, este día pinta mal.- pensó, mirando fijamente a su sensei a los ojos pero centralizada en sus propias ideas, por lo cual este pensó que le estaba escuchando con mucha atención…
Bien, entonces, ya que pareces tan interesada Nakora, tú serás la primera en intentarlo.
Este… sí sensei.- ¿Intentar qué?
Ponte en posición.- Dijo, señalando con el dedo el centro del claro en el que estaban.
Ammm… sí…- ¿Cuál posición? Se preguntó, avanzando hacia donde sea que el sexy dedo de su sensei indicaba.
Está bien muchachos, comencemos.
Nakora no estaba preparada para nada de lo que le sucedería, de hecho, estaba en otra nota, no tenían la misma sintonía, un abismo los separaba, ¿cómo explicarlo? Ah, sí, estaba volada. Se paró en el claro y miró aparentando seguridad hacía donde estaba su grupo, se cuadró como si esperase ser atacada, sacó una kunai, y Kakashi la noqueó de un solo golpe en la cabeza… las siguientes imágenes en aparecer fueron los redondos y borrosos rostros de sus compañeros de equipo… y el pecho de su sensei soportando todo su peso y una recias manos ventilándola.
Despertaste, ¿estás bien?- Preguntó el joven chico
¿Qué pasó?
Nada, solo que él te pidió que armases una trampa alrededor para protegerte y que sacases una kunai cuando estuviese lista para poder empezar el simulacro.- Respondió la otra chica.
¿Y luego?
Ah, luego te golpeó en la cabeza, saliste volando por los aires y aterrizaste de cabeza sobre la tierra- Dijo ella nuevamente, gesticulando con las manos el despegue y la caída de su amiga, con el mismo tono despreocupado de antes.
Me quiero parar… por favor, suélteme.- Se tambaleó un poco pero consiguió despegarse del pecho de su sensei, para luego caer nuevamente en los brazos de… nadie T.T
Kakashi sensei, creo que ella necesita atención médica, sinceramente, usted la golpeó muy fuerte.
Yo pensé que iba a bloquear ese ataque, Surippa… la he visto hacerlo contigo muchas veces… ¿por qué no entrena conmigo como entrena con ustedes?
Estoy segura de que se debe a que con usted cree que debe de probar algo, como si la estuviera evaluando, y que con nosotros solo se divierte.
¿Es eso?- Preguntó el hombre al muchacho.
Y…s-sí, sí.- Dijo él, leyendo en los ojos de su amiga la petición de apoyo que ésta le hacía.
Ah…- Suspiró resignado- la llevaremos al hospital.
¿Levaremos? No sensei, yo tengo que regresar a casa, papá quiere que acuda y me familiarice más con los negocios de la familia, sólo así me permite venir hasta aquí a entrenarme.
Yo le ayudo sensei… ¡AUCH¡ ¡¿Qué te pasa?¡- Gritó Surippa al recibir el fuerte peñiscón de la rubia.
¿Cómo que qué me pasa sabandija? Tú prometiste venir hoy a mi casa y conocer a mi padre… Hum, si quieres salir conmigo más te vale que hagas el esfuerzo.- Finalizó, con gran convicción.
¿Qué? Pero si yo ni siquiera quiero salir contigo, yo quiero salir con ella… ¡AUCH¡ ¡¿Y ahora qué te hice?¡- Volvió a gritar el muchacho.
Humm- Gruñó Kakashi- Será mejor que YO la lleve al hospital- Dijo firme, enfatizando el yo con molestia. Así tendré por lo menos un minuto de silencio, paz y tranquilidad Pensó, con esperanza.
Pero para una señorita que aun seguía inconciente, uno de sus más grandes sueños se iban a hacer realidad… y no hablamos de un sueño cualquiera, no; en este sueño incluía un hospital, poca ropa, camas anchas, el blanco inmaculado de las paredes de un cuarto de hospital conteniendo los gemidos placenteros de una pareja muy diferente y a cierto hombre peli plateado, inspiración de todos los sueños eróticos en su joven, pero apasionada alumna.
