Autor del Fanfic:Gale el Remolino.
Autor del anime:Masashi Kishimoto.
Anime / Manga:Aoharu X Kikanjuu
Aviso:
Disclaimer:Los personajes, espacios y demás elementos de Aoharu X Kikanjuu no me pertenecen. Por ellos, no cobro por hacer esta historia, si no que escribo para el disfrute propio y ajeno.
Comentarios del autor:
Resumen:Tachibara es una principiante en un grupo de profesionales. Tendrá que aprender a adaptarse al ritmo del grupo… por A o por B.
Y ahora, sin más que añadir…
-Hit –La habían disparado.
-Hit. –Otra vez.
-Hit –Y otra.
Tachibana había tenido un muy mal sueño. Sabía que era una principiante. Pero su baja autoestima era proporcional al número de disparos que había recibido. Al menos tenía la certeza de que solo había sido un sueño cuando abrió los párpados muy lentamente, dejando ver sus verdes ojos a la luz del sol.
-Ah. Buenos días, Hotaru. –Tachibana en ese entonces hubiera deseado seguir soñando cuando vio a sus dos compañeros de equipo dentro de su cuarto.
-¡¿Cómo habéis entrado aquí?! –Se levantó sorprendida la chica.
Tiempo después el equipo Toy Gun Gun se encontraba desayunando en el campamento base de los juegos de supervivencia.
-¡Muy bien chicos! ¡A entrenar para el siguiente juego! –Gritó Matsuoka mientras Yuki y Tachibana se escondían por el bosque. El juego era un escondite al estilo Toy Gun Gun. Matsuoka los buscaba y el perdedor era el primero en ser disparado.
Tachibana corrió todo lo que pudo esquivando árboles, arbustos, ramas, agujeros que a saber qué hacían ahí, personas, un ciervo, piedras, a Yuki, rocas y…
-¡Hit! –Gritó desilusionada.
-Vamos a ver. –Empezó a explicar Matsuoka. –La cuestión es que si uno quiere huir del enemigo, no le conviene correr en círculos.
-¡¿Eh?! –Por lo visto, la chica no se había dado cuenta de ese detalle.
-Tachibara. ¿Ya sabes lo que le ocurre al perdedor, verdad? –La risa de Yuki sonaba malvada, más de lo normal.
La chica tragó con fuerza. Cuando aceptó las reglas del juego nunca pensó en las consecuencias que estas tendrían guardadas para ella. Y concluyendo el entrenamiento, se fueron a por su castigo.
-¿Qué tal está, Hotaru? –Preguntó Matsuoka con malicia.
La nombrada no respondió.
-Matsu te ha hecho una pregunta. –Dijo Yuki. -¿Cómo está? ¿O estás demasiado ocupado como para responder?
El puño de Tachibara tenía humo y Yuki estaba en el suelo, noqueado. Eso solo fue un aviso que Matsuoka interpretó como que su compañero no quería ser molestado mientras cumplía el castigo o él sería el siguiente.
-¿No puedo dejarlo ya? Me duele la boca. –Suplicó Hotaru.
-Es el castigo. Tienes que comerlo hasta el final. –Contestó Matsuoka. –Además, ¿No está rico?
-Lo está. –Dijo la chica. –Pero está duro.
-Pero está rico.
-¡Pero está duro!
-Pero está rico.
-¡Pero el bocadillo estaría mejor si el pan estuviera blando! –Gritó la mujer.
-Lo siento, Hotaru. El castigo es el castigo. –Rió su compañero.
Y era verdad. La próxima vez Tachibara se lo pensaría mejor antes de aceptar nada. Después de todo…
El castigo es el castigo.
