Hola... hace una semana, o creo que más, publiqué un nuevo capítulo de mi historia "En el Valle del Wing Chun", los invito a leerla. Hace mucho que tenía esta idea en la cabeza y la exploté, es cómo un capítulo de la serie, espero que les guste.
Sin más preámbulos, comencemos.
El maestro Rhino miró al maestro Cocodrilo y al maestro Buey, ambos estaban un poco pensativos por lo que la coneja dijo, ella seguía con el brazo extendido con el yuan en su mano, Rhino se acuclilló y le cerró la mano.
—No, peleamos por honor —Rhino volvió a verlos, Cocodrilo y Buey sonrieron debido a que la iluminación había llegado a ellos de una forma muy brusca y directa. Los conejos se quedaron sorprendidos por ese acontecimiento. Tomó la bandera de las Hermanas Wu y la rompió de un rodillazo —. ¡Es hora de cambiar el curso!
…
El gran estandarte adornaba la guarida, la cual estaba repleta de bandidos, cada uno de un clan o grupo diferente; desde jabalíes, lobos, aves y zorros. Al frente de ellos estaban las Wu, pero por delante de ellas estaba la líder de ojos de distinto color, azul y miel; Su Wu.
—Y con nuestras fuerzas combinadas podremos tomar el control de China aldea por aldea —exclamó la leopardesa orgullosa de sí, los bandidos alababan el plan, despertando en ellos el espíritu de ambición.
Las paredes retumbaron, todos volearon a ver a su lado derecho, la pared fue destruida y de ella salieron los tres maestros ahora decididos a hacer justicia para defender el honor.
—Se acabó el juego niños, de un bofetón volverán a prisión —dijo el maestro Rhino extendiendo el brazo izquierdo, su derecho a la altura de la costilla y colocándose en posición defensiva en "L" al igual que los otros. Su Wu los contempló con cierta calma mientras se cruzaba de brazos, se tocó su barbilla.
—Los peleadores callejeros —sacó las garras de su mano izquierda —, los vi pelear desde mi celda, ¿cuánto les paga el ejército imperial por arrestarnos?
Cocodrilo rompió su posición desconcertado.
—¿Por qué todos creen que sólo hacemos las cosas por paga? —preguntó a sus compañeros.
—Porque es cierto —dijo Su abriendo los ojos para que pudieran verlos con más claridad.
—No —Rhino dio un paso al frente con fuerza e imponencia resquebrajando una pequeñísima parte del suelo —, era cierto —los bandidos huyeron despavoridos de la guarida. Su aventó la mesa lejos de ella.
—Hasta aquí llegaron las fuerzas combinadas —las tres sacaron sus garras —, ¡hermanas! —saltaron a dos metros de altura y unieron sus colas formando una gran ruleta imparable.
—Fue cuando después de un ingenio táctico, una piel impenetrable y un imparable poder, derrotaron a las malvadas hermanas Wu —Yang, Chen y Lam prestaban toda la atención posible a otra de las historias de su héroe favorito, los fideos aún humeaban, no llevaba mucho contándola —, el Consejo de Maestros se fundó a partir de su llegada a la ciudad de Gongmen, ¡convirtiéndose en los héroes más grandes de toda China! —finalizó el relato levantando la mano en señal de victoria.
—¡Whoa! —exclamaron al unísono emocionados con la historia.
—Lo sé, una buena historia acompañados de unos deliciosos fideos —tomó el plato y los sorbió despacio para poder saborear y extraer todo el jugo posible.
—Po —habló Lam —, ¿nunca has enfrentado a un ser tan poderoso, pero que sea pequeño? —preguntó con cierta inocencia.
—Combatir con Mantis no es fácil —mencionó recordando un poco los primeros días en el Palacio.
—¡Te escuché! —gritó desde el otro lado del restaurante, dónde se encontraban también Tigresa, Grulla, Mono y Víbora, Po rio nervioso.
—Bueno, también está Tong Fo.
—¿Pero algunos de ellos maneja magia? —preguntó ahora Chen, Po se carcajeó por la pregunta.
—No, ninguno de ellos.
—¡Uy así que chiste! —dijo Yang.
—Oigan, que no manejen o sepan magia, no quiere decir que sean malos, no, son fuertes oponentes de los cuales es una suerte escapar con vida.
Tigresa percibió unos aleteos, Zeng entró al restaurante casi sin aliento estrellándose contra el suelo, Mono se acercó y lo levantó.
—¿Qué es lo que pasa Zeng? —preguntó Víbora.
—¡Problemas en el bosque! —gritó con fuerza, los furiosos y Po corrieron a toda velocidad hacia el puente dónde pasaban los comerciantes.
1
Dos gansos, cuatro cabras y un cerdo, quién iba a la cabeza, eran los encargados de transportar un cargamento, era una gran caja, que cómo se podía apreciar, era de un valor muy alto, miraban a sus alrededores vigilantes de que no hubiera problemas.
El puente que conectaba con el Valle de la Paz se encontraba a diez metros de ellos, el bosque de bambú podía ser confuso, puesto que sólo hay ciertas partes iluminadas por el sol. Lo demás estaba oculto por la gran sombra que acobijaba las grandes hectáreas verdes. Estaban en medio, casi al final del larguísimo y profundo bosque. De la nada salieron seis leopardos acorralándolos, los cuales estaban comandados por el maestro Junjie, el cual se carcajeaba triunfante.
—Amigos, no quiero causar inconvenientes —los animales se miraban entre sí y después al cargamento —, sólo denme esa caja y les aseguro que podrán irse sin ningún problema.
—¡No!, ¡este cargamento es muy importante que sea resguardado! —exclamó el cerdo, Junjie negó con la cabeza sonriendo con cinismo.
—Bueno, ustedes lo pidieron, ¡mis leopardos ataquen! —todos saltaron encima de ellos, pero de la nada fueron interceptados por los cinco y el guerrero dragón.
—Más vale que no les hagas daño Junjie —dijo Tigresa en posición defensiva. Junjie se carcajeó y volvió a ordenar el ataque mientras él se escabullía a robar la caja, la abrió y sacó una gran gema de rubí muy brillante, era más grande que su cabeza.
Po conectó una patada voladora mandándolo a volar a diez metros soltando la gema al aire.
—¡No dejen que la gema caiga! —gritó uno de los gansos, Po saltó y logró atraparla, los cargadores suspiraron aliviados, los leopardos fueron derrotados una vez más.
—¡Retirada! —gritó Junjie, ellos se fueron a un rumbo desconocido, los furiosos voltearon a ver la gema, era muy brillante.
—Gracias —habló el cerdo —, no sé qué hubiese pasado si no llegaran a tiempo.
—De nada, es nuestro deber —dijo Mono.
—¿A dónde se dirigen? —preguntó Grulla curioso
—Al Palacio de Jade —dijo una cabra, todos se sorprendieron por ello.
2
Shifu colocaba la gema encima de una base con sumo cuidado, los furiosos y Po seguían extrañados por esa gema, aún no les habían comentado nada.
—Maestro, ¿qué es lo que sucede con esa gema? —interrogó Víbora un poco impaciente.
—La gema despersonalizadora, bien… hace doscientos años, en el reino de Sook, el rey Lao tenía un comediante que le alegraba su monótona rutina —comenzó a narrar —, el comediante, era conocido cómo "el bufón", no sólo porque se limitaba a hacer chistes, sino que también era sometido a cosas que hacían reír al rey, cómo lanzarle fruta podrida, ponerle espinas en su asiento, etc. —Po hizo una mueca de dolor por eso último —. Harto de este tipo de injusticias, el comediante mezcló una gran gema que era capaz de cambiar personalidades con sólo dejarla caer en un punto fijo, abarcando así veinte metros, absorbía el alma y la intercambiaba por otra, el comediante intentaba hacer intercambio con el rey, pero algo salió mal.
—¿Qué pasó? —preguntó ahora Mantis.
—No pudo controlar a que cuerpo se intercambiaría… sus almas fueron desprendidas y jamás se supo en dónde fueron a caer, el rey no sabía quién era y el reino desapareció poco tiempo después, dejando las ruinas.
—¿Se puede evitar? —expresó su duda Po.
—Sí, debe dejar caer la gema en el mismo lugar antes del anochecer, de lo contrario se quedaran así para siempre —los furiosos se espantaron por ello —, eso lo descubrieron tiempo después, por eso hay que ser precavidos.
—Bueno amigos, iré a preparar la comida —dijo Po para luego irse de ahí.
—Yo iré a meditar, mientras pueden hacer lo que quieran, pero con cuidado —dijo Shifu para también retirarse.
Mono se acercó más a la gema para apreciarla mejor.
—¿Pueden creer lo que esta gema puede hacer? —los cinco se atemorizaron por la tontería de su amigo.
—¡Mono cuidado! —gritó Mantis desesperado, Mono saltó alejándose de la base.
—Está bien, pero no te alteres Mantis, nada malo pasará —Zeng entró volando desesperado por llegar a tiempo para no ser reprendido por Shifu.
—¡Cuidado! —chocó contra la base sin que los demás se diesen cuenta.
—¡No! —gritaron todos al unísono, la gema cayó, una gran luz roja iluminó el Salón Sagrado de los Guerreros.
Espero que les haya gustado esta primera parte, no me considero bueno para la comedia, pero intentaré todo lo posible por hacer de esta historia algo graciosa, les pido de todo corazón que dejen sus reviews para alentarme a seguir creciendo. Nos vemos hasta la próxima, se despide su amigo y escritor:
CARPINTERO IMPERIAL
