Harry Potter pertenece a J.K. Rowling. Yo solo divago y cumplo retos en las últimas horas. Nada más y nada menos.
Este fic participa en el minireto de septiembre para "La Copa de las Casas 2016-17" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Personaje: Regulus Black.
Momento: Ida a Hogwarts.
Lazos
Por:
PukitChan
A veces, Sirius era terriblemente insoportable. En ocasiones, Regulus tenía que pagar las consecuencias por las tonterías de su hermano. Había momentos en los que lo miraba y se preguntaba de qué basurero lo habían recogido. Tal y como sucedía justo ahora, mientras papá y mamá los despedían.
—Sirius, si vuelvo a recibir una lechuza…
—¡No fue mi culpa, mamá! ¡Fue porque Otto y Peter no se quitaron del camino!
Regulus miró a su padre. Orión, sin duda alguna, conocía demasiado bien a su hijo, porque era evidente que no le creía nada, pero prefería dejar los regaños a su esposa, como si Sirius fuera un caso perdido; como si fuese el resultado de una terrible combinación de las mejores y más aterradores virtudes de sus progenitores.
—¿Estás bien, Regulus? —Se sobresaltó. No esperaba que las advertencias de su madre fueran tan cortas. Normalmente, Sirius requería más tiempo. Aun así, al concentrarse por primera vez en el lugar en donde estaba, no pudo evitar esbozar una sonrisa. ¿Bien? Sí, claro. Pero era evidente que estaba nervioso.
—¡Sí! —respondió demasiado rápido, ocasionando que Walburga esbozara una breve y tensa sonrisa.
—Cuida a Sirius, ¿de acuerdo, Regulus?
—¡Eh! ¡Yo soy el mayor!
—Por favor —volvió a pedir su madre, ignorando el comentario porque, después de todo, Sirius terminó por encontrar otra cosa que llamó su atención. Algo que le hizo despedirse precipitadamente de sus padres mientras decía:
—¡James y yo buscaremos un compartimiento!
Había días en los que Regulus se preguntaba, mientras miraba a papá resoplar cansadamente y a mamá reprimir cientos de palabras, qué había pasado su mente cuando leyeron la carta de Sirius, diciéndoles que estaba en Gryffindor. Él no había estado presente, pero era consciente de que algo había cambiado desde entonces.
Al escuchar el silbato del tren, y tras una última serie de recomendación, Regulus abordó el tren con el corazón galopando en su pecho. Mientras miraba indeciso los asientos, encontró a su hermano, rodeado por sus amigos. Era un grupo bullicioso: reían a carcajadas y parecían estar a punto de explotar con tantos dulces. Sirius, al verlo, sonrió y lo jaló hacia dentro, revolviendole el cabello y manchandolo de pegajoso caramelo.
A veces Sirius era insoportable. En ocasiones, se preguntaba por qué eran hermanos. Había momentos como ese, en que lo consideraba un idiota: un baboso Gryffindor.
...pero Regulus le quería.
