"WHITOUT YOU"
-¡Blaine!, Blaine, Blaine, Blaine…-Corrió hasta el muchacho y caminaba con el.
-¡Que!, Wesley Montgomery. Me estas desesperando.
-Presentación semanal, salón de ensayos. Ya.
-¿Podemos no hacerlo hoy?
-¿Problemas con Olive?
-¡Julie, Wes!
-No sabía que habías cambiado este mes.
-Si, ahora si no te molesta. Tomaré mi siesta embellecedora-Cerró la puerta de su habitación.
-Dulces sueños.-Wes rodó los ojos.
Se tiró de espaldas en la cama y revisó su celular. Había suficiente tiempo para una siesta. Había sido una larga semana y solo quería dormir e ir a pasar el fin de semana en su casa. Suficiente era con la derrota de hace unos meses en las regionales, todavía estaba algo deprimido.
Su teléfono sonó, Blaine miró la pantalla y rodó los ojos.
-Que quieres-Dijo tajante.
-¿Esa es forma de tratar a tu novia?
-¿Novia?, me acabas de gritar frente a todos que me tirara en un pozo.
-¡Te odio Blaine! Eres un imbecil.
-Lo siento, Olvie.-Puso sus ojos en blanco.
-¡Julie!
La muchacha cortó el teléfono y Blaine se sintió aliviado, no tenía ánimos de soportar la escena del mes. Ya era una costumbre en Dalton. Siempre alguna muchachita tonta se enganchaba con el tío rompe corazones, pasaban unas semanas y luego se enteraban de sus infidelidades. Ya no trataba de disimular que no le interesaba.
Su puerta sonó. El moreno gruñó y solo arrastró sus pies hasta la puerta, no tenía ánimos de nada, y menos de visitas a su habitación.
-Hola Joven Anderson
-Buenos… Días Director-Se enderezó y colocó sus manos detrás de la espalda.
-Solo pasaba para informarle que su nuevo compañero vendrá dentro de unos… ¿30 minutos?, y se que cuento con usted para mostrarle todas las instalaciones.
-¿Nuevo compañero?-Alzó las cejas.
-Si, El señor Harris dejó Dalton esta mañana.
-Ya veo… Muy bien director, cuente conmigo-Puso su mejor sonrisa fingida y cerró la puerta.
-¡Que demonios tengo que hacer para que me dejen dormir tranquilo!
El director le había pedido que le muestre al nuevo todo Dalton. Eso significaba atarse a la maldita academia todo el fin de semana, no iba a poder ir a la comodidad de su casa. Además se tendría que acostumbrar a un compañero nuevo. Ya empezaba a querer a Tom, era molesto con sus incesantes preguntas, pero bueno, nunca estaba en la habitación y así Blaine se sentía un poco más cómodo.
Kurt Hummel estaba entrando con su Hummer gris a Westerville. Gracias al imbecil del matón de Mckinley tenía que cambiarse a una escuela completamente distinta, llena de niños ricos y consentidos. No tenía idea de cómo iban a tratarlo.
-Gracias Kafrosky- Susurró mirando sus ojos por el retrovisor
Su padre había hecho lo imposible por poder transferirlo a Dalton, esa cuota era impagable, pero todo era por su seguridad. No podía evitar sentirse algo culpable, pero a la vez feliz, ya que ese infierno había acabado.
Ingresó su auto en el estacionamiento. Habían toda clases de autos, Habían minivans lujosas, Corvettes, Bmw. Eran magnificos.
Bajó de su auto y abrió la puerta trasera para sacar algunas de sus pertenencias. Apiló tres cajas en sus brazos y cerró la puerta empujándola con la cadera, lo que hizo que una de las cajas se tambaleara, pero algo la detuvo.
-Hey, ¿nuevo?
Inclinó su cabeza para poder ver de donde provenía la voz. Frente suyo había un muchacho delgado y rubio, demasiado rubio diría el. Lo miraba radiante.
-Si, acabo de llegar- Le sonrió-Kurt Hummel.
-Jeff… Jeff Sterling- Su sonrisa se ensanchó-Vamos te ayudo con todo esto. ¿Qué habitación te tocó?
-Em… ¿7 A?-Comenzó a caminar.
-¿7 A? Demonios, que mala suerte- Jeff hizo una mueca.
-¿Por?, me asustas.
-Tu compañero… A veces puede ser muy amable, otras… un completo idiota. Es algo bipolar.
-¿Si?, me acostumbre a lidiar con las divas.
-Blaine es mucho peor que una diva- Comenzó a reír.
Llegaron a un pasillo donde había unos bancos, ahí se encontraban dos muchachos. Parecía como que estuvieran… Practicando al parecer una canción, puesto que uno llevaba una guitarra y el otro le seguía el ritmo golpeando el banco con sus baquetas, eran muy elegantes. Encajaba exactamente ahí en ese sentido.
-Chicos, el es Kurt. La nueva víctima de Blaine.-Curvó sus labios-Kurt, el es Wes Montgomery, y Nick Duval.
Los muchachos se acercaron radiantes y saludaron a Kurt con la mano.
-Hola Kurt, ¿7 A, eh?-Dijo Wes sonriéndole con la guitarra en la mano.
-Si, espero no tener problemas con el.
-Se que a veces puede ser un idiota, pero no lo mates, es buen muchacho por dentro… Muy por dentro-Nick hablaba increíblemente rápido y hacia reír a Kurt.
-Habla rápido cuando se pone nervioso-Susurró al castaño y rió-¿Seguimos Kurt?
-Claro. Un placer, chicos. Nos vemos.
Los dos muchachos siguieron con la práctica cantando… ¿"You make me feel"? Si esa era you make me feel. Cobra Starship era inconfundible a los oídos de Kurt. A Santana le facinaba escucharla, y había veces que las canciones se le pegaban aunque no era su estilo en lo absoluto.
Caminaron cargando las cajas hasta una habitación con unos números metálicos que decían "7 A". Tocó la puerta y esperaron unos segundos. Unos cuantos insultos se escucharon, Jeff rodó los ojos a lo que Kurt solo rió. Pronto la puerta se abrió y un muchacho bajo, ruludo, moreno, con unos ojos miel verdosos, los miraba con una cara adormecida.
-Hola gruñón. Te presento a tu nuevo compañero, Kurt.
-Hola Kurt, soy Blaine, Blaine Anderson.
El Moreno lo dejó pasar con una sonrisa algo fingida.
-Si necesitas algo búscame, Kurt. Me voy.-Jeff apoyó las cajas en el piso.
-Esta bien, Jeff. Adiós-Sonrió y miró atentamente toda la habitación.
Estaba algo desordenada, las paredes eran marrones claras. Era todo muy espaciado, y parecía una habitación de universidad.
-Tu cama, tu escritorio, tu armario.-Señalaba los muebles- ¿Falta algo así te ayude?
-Si, pero más tarde iré a buscarlos.-Dejó las cajas en el piso.
-Está bien. Si necesitas algo me despiertas.- Se tiró de espaldas en su cama.
-De acuerdo…
Tomó unas sabanas de su maleta y comenzó a tender su cama, luego iba a tener tiempo para ordenar sus pertenencias. Era extraño ponerse a hacer ruido cuando alguien dormía, y ese tenía un carácter demasiado fuerte y no se le quería cruzar de malas por ningún motivo.
Una vez tendida la cama, tomó su reviste de Vogue y se acostó a leerla.
Se sentó en la cama y refregó sus ojos, el sueño se había ido oficialmente al diablo. De pronto sintió unos ojos que lo observaban con curiosidad. Se giró molesto a verlo.
-Tú eres… ¡El solista!
-Si, y tu eres el pitufo con el que perdimos hace unas semanas. Ahora que todos nos conocemos, me iré a mi casa a descansar.
-En mi defensa soy más alto-Una sonrisa de satisfacción brotó de sus labios. Se sentía tan bien cuando tenía la última palabra.
Blaine solo rodó los ojos y comenzó a ingresar ropa violentamente en un bolso que tenía a su costado y salió de la habitación. Era una suerte que ya había hecho amigos, ahora no tenía que quedarse a enseñarle todo. Jeff podía hacerlo.
Puso sus ojos en blanco cuando el moreno salió de la habitación seguida de un fuerte portazo. Dirigió su mirada a la revista frente a el. Este definitivamente era peor que una Santana y una Rachel juntas. El sabía como tratar a personas así, era una suerte.
Blaine Anderson conducía su Corvette rojo en dirección a su casa. No quedaba demasiado lejos, lo que era conveniente en esos momentos, porque con el humor que tenía estaba a punto de matar a alguien.
Su teléfono sonó, al ver el nombre en la pantalla sonrió ampliamente.
-Hola…
-¿Mala semana? Te ví serio en la practica.
-No tienes idea, ¿Quieres venir a casa? Estoy llegando y mis padres están en Canadá.
-¿Canadá? Eso quiere decir que tenemos la casa para…nosotros.
-Exacto, cariño.
-Estaré en… ¿15 minutos?
-Okey, nos vemos.
Estacionó en el garaje y rápidamente ingresó en la casa familiar Anderson. Dejó su bolso y su blazer en el suelo y desajustó la corbata y desabrochó los tres primeros botones de su camisa.
La puerta sonó antes de lo que el moreno pensaba. Abrió la puerta con torpeza y sonrió al ver lo que había frente a el. Ahí se encontraba un muchacho alto, rubio, perfectamente peinado, delgado… perfecto.
-Que bien que te queda el aspecto desaliñado-Lo tomó de la corbata con una mano atrayéndolo hacia el y con la otra cerró la puerta.
Apoyó sus labios en un acto de desesperación. Necesitaba ese beso más que nunca.
-Seb…-Gimió en su boca.
Lo tomó de la cintura y Blaine entrelazó sus brazos alrededor de su cuello empujando su cuerpo contra el de el dejándolo completamente pegado a la pared.
Su camisa pronto voló por el aire. Sebastian lo tenía atrapado en el sillon. Besaba su cuello sobre el. Blaine luchaba con los botones de la camisa del muchacho intentando desprenderlos.
-Estupidos…Botones, es simplemente imposible-Suspiró y besó los labios de Sebastian.
-Se que amas la camisa, Blaine-Desprendió sus botones dejando su torso a la vista.
La intensidad de los besos comenzaron a subir. Blaine pasaba sus manos por el torso bronceado y marcado, lo que hacía que el rubio gimiera.
Su teléfono comenzó a vibrar. Debía contestar, no tenía que dejar que los demás pensaran que algo pasara, puesto que si Blaine Anderson no contestaba el telefono era porque algo realmente preocupante le había pasado. Además, Sebastian se había acostumbrado a las interrupciones telefónicas.
-¡Que!-Mordió su labio inferior para contener un gemido-¿David?
-Yo también me alegro de escuchar tu dulce voz.
-¡Que demonios quieres!-Comenzaba a exitarce aún más. Sebastian no dejaba su cuello en paz
-Demonios Blaine, que sucede contigo. El director quiere verte, te hablará sobre el baile.
-¿Baile?
-Si, nos metiste en el comité, ¿No lo recuerdas?
-Estaré ahí en dos horas-Colgó el telefono rápidamente
Sebastian mordía el lóbulo izquierdo de su oreja y despeinaba sus rizos obscuros que se encontraban todos pegoteados por el exceso de gel.
-¿Tienes que irte?-Se separó un poco de sus labios para poder respirar.
-Podemos…Terminar esto
-Debo irme, Blainey-Se sentó en el sillón
-¡Seb!-Pateó levemente con su pie la cabeza de Sebastian
-Vamos cariño, ya podremos terminarlo en tu habitación-Decía prendiendo los botones de su camisa.
-No podremos. Tengo compañero de cuarto nuevo.
-No podrá estar por siempre en la habitación-Lanzó una mirada pícara.
-Imbecil…-Trataba de parecer molesto, pero una sonrisa escapaba de sus labios-¿Te quedas en tu casa?
-Si. Mi abuela víno desde Albany, así que… Nos vemos el lunes cariñito…
-Nos vemos, Smythe.
Blaine hecho su cabeza para atrás y suspiró. Eso había ayudado bastante a su malhumor.
Sebastian y el tenían una relación… Especial. Se habían conocido hace 2 años cuando ingresaron por primera vez a Dalton. Se hicieron muy buenos amigos. Sebastian le confesó que era gay, Blaine le contó la historia de su vida. Acordaron encontrarse clandestinamente, ya que eran solo niños cuando empezaron a hacer eso y tenían miedo al "Que dirán". Por lo que mantuvieron el secreto. Lo mejor de esa relación era que no había sentimientos de por medio. Solo tenían sexo por curiosidad al principio, y luego cuando lo necesitaban, pero si alguno conocía a alguien, solo se sentían felices por el otro y volvían a encontrarse cuando fuese necesario.
NOTA: Hola!. Nueva historia para mí y para ustedes. La subí antes, soy demasiado ansiosa. Los capitulos son mucho más largos que los de los otros fics porque tube más tiempo para producirlos y adornarlos. Bueno, espero que les guste y se copen con la trama, yo me re emocioné cuando se me iban saltando las ideas en mi linda cabecita. Así como fué un martidio lidiar conmigo cuando no sabía simplemente que escribir. Bueno, los dejo con el primer capitulo. Besos!.
