Ninguno de estos personajes son de mi autoria, todos le pertenecen a la escritora de Best Sellers, Estephanie Meyer
Un pequeño oneshot dedicado a Edward y a Renesmee, el padre devoto y su pequeña.
Su pequeña bailarina.
El centro de atención de la familia, la pequeña que les hace sonreír sin dudarlo dos veces. Su don para comunicarse, toda una proeza, cuanto color ella ve y transmite, cuanta fantasía
existe en ella, su pequeño milagro personal, el regalo más bello que a un hombre –vampiro- se le pudiese dar. Su tesoro, la joya más linda, la nena de papá…
Ah, como ama él, cuando esa niña danza al ritmo de las notas musicales con las que él mismo juega, ese piano vibra de alegría bajo sus dedos. Sus melodías están hechas solo para ver
como ella baila, como aquel milagro del amor cobraba vida y belleza ante sus ojos, como aquella casa refulgía al estar ella en sus salones. Su risita resonaba cual campana, dulce y
armoniosa, llena de felicidad, transmitía júbilo a cada giro y paso que daba, ¡Oh! Como refulgían sus orbes doradas al ver a su pequeña danzando para él, el orgullo presente, el padre
amoroso que vela por su hija… expresa devoción ante ella.
Y que más da si el tiempo pasa o no, solo están los dos juntos y no importa más, las notas afloran esta vez en una preciosa melodía-No tanto como ella, Piensa él- Melodía que solo fue
creada para ella, "Mi Niña", la llama ély lacanción de cuna que fue creada para su arrullo, la hace bailar y gozar, causa que cada músculo de su cuerpo se mueva en armoniosa
complicidad con cada nota, Puede que un Do y un Fa juntos no sean suficientes y quiera más, y se le une un Si, un Re y un Mi, creando la melodía perfecta para disfrutar.
Y se pone de pie de aquel taburete y va por su niña, comienza a bailar con ella ahora tarareando dicha nana, su voz de terciopelo y miel es mejor que cualquier piano.
Y siguen riendo felices mientras bailan, sus pies se mueven rítmicamente dando vueltas y más vueltas por el gran salón, pareciera que nada tiene fin, y que solo son ellos dos, la
complicidad se hace presente y la toma en sus brazos, alzándola al cielo y su pequeña risilla vuelve a resonar hermosa y no hay melodía más bella para sus oídos que la musical
carcajada de su nena... Renesmeé, su pequeña bailarina.
