Título: The world revolves around you

Resumen: Izuku Midoriya es un trabajador común en una oficina común, pero la banda que le gusta no es nada común, y el chico de ojos bicolores que toca el teclado y canta como los ángeles es aún menos común. —Las mariposas que siento en el estómago, ¿eso es amor? ...es la primera vez que lo siento—

Advertencias: AU (Universo alternativo – No tienen poderes), Boy's Love / Yaoi, TodorokixMidoriya, algo -bastante-de OoC (Out of Character), menciones a: BakugoxKirishima, JirouxKaminari (en el fanfic en general, no necesariamente en el capítulo)

Disclaimer: Boku no Hero Academia no me pertenece, los personajes son obra de Kōhei Horikoshi.

Cantidad de palabras: 4762 (Capítulo 1)

Escuché el álbum Villains y Lullabies to Paralyze de Queens of the Stone Age mientras escribía esto, si lo quieren dejar de fondo mientras leen, definitivamente le da ese toque grunge al que intentaba apuntar con el fanfic cuando lo escribía.

Y, en la parte del claro, la canción que escuché en bucle hasta que lo terminé fue Fell In Love With A Girl, de The White Stripes (le da el toque descuidado de que todo ocurre sin realmente estar pensándolo – que es lo que está pasando en ese momento)

CAPÍTULO 1: Heroes with no Powers.

Izuku Midoriya venía de una familia normal, su madre trabajaba como ama de casa y su padre siempre estaba de viaje; quizás por eso sintió la necesidad de reemplazar su figura paterna con esa de aquél desconocido que lo había salvado de pequeño. Ese hombre rubio, posiblemente extranjero, quien lo había salvado de un accidente de coche cuando apenas tenía cuatro años.

Suspiró y apoyó su cabeza en la mesa, intentando no pensar demasiado en sus recuerdos, y miró la computadora en la que estaba trabajando: todavía tenía muchas cosas que escribir para terminar, pero no soportaba la idea de seguir sentado por otras cuatro horas simplemente tecleando insulsamente en su pequeño cubículo llamado oficina.

—Solo tengo veintidós años.—Se dijo a si mismo.— No quiero desperdiciar toda mi vida en este lugar.— Con mucho esfuerzo, se levantó de su asiento y se dirigió al baño con intenciones de lavar su rostro para intentar juntar algo de energía y conseguir terminar por el día en una sola pieza.

Al entrar allí, se miró al espejo pegado en la pared y una mueca de desagrado se pintó en su rostro; podía ver lo desaliñado que lucía, y unas ojeras comenzaban a notarse debajo de sus verdes ojos. Intentó acomodarse su rebelde cabello con ayuda del agua, en un intento de parecer más decente, pero este siempre volvía a la misma posición; se resignó con eso y se acomodó su corbata, el color azul de esta lo deprimía un poco, pero era la única que tenía en ese momento así que decidió restarle importancia. Suspiró y se mojó el rostro. Mejor dejo de perder el tiempo y voy a terminar lo que empecé.

Volvió a su pequeño cubículo y con toda la energía que consiguió juntar, continúo con su trabajo hasta el final del día. Una vez notó que ya había oscurecido, miró su reloj: 21:30. Una tímida sonrisa de satisfacción se formó en su rostro cuando se dio cuenta de que había terminado todo y que aún estaba a tiempo de llegar a ese lugar.

Juntó sus cosas, desajustó su corbata y fue a los baños para cambiarse su ropa de oficina. Por un segundo, pensó si era adecuado salir de su lugar de trabajo con una ropa tan informal, pero un vistazo a la hora lo hizo llegar a la conclusión de que nadie más que los conserjes lo verían.

Unas zapatillas converse all star rojas, un jean ajustado color negro, con algunas roturas en las rodillas, y una sudadera ancha color verde. Esto era lo mejor que había conseguido para no verse como un completo ridículo en el lugar al que iba.

Se miró al espejo antes de salir de los baños y se tapó el rostro con vergüenza:—realmente me veo extraño.— se dijo antes de apresurarse a salir del edificio.

Las cuadras se hacían cortas ante los apresurados pasos de un emocionado Midoriya, la simple idea de poder ver otra vez a esa banda que le hacía latir el corazón con alegría lo emocionaba más de lo que cualquiera podría entender.

Llego al bar, el cartel luminoso de un color rosado indicaba su nombre "Broken Box", el lugar estaba lleno de firmas graffiteadas en las paredes y fotos de famosos que habían pasado por este lugar, era un lugar pequeño y oscuro, con algunas luces violetas iluminando lo suficiente como para poder caminar. Izuku se acercó al bar, intentando esquivar a toda la gente que había a su alrededor.

—Disculpa. — Llamo a la chica atendiendo en ese momento. Una castaña con ojos grandes y pelo corto, con un flequillo corto apenas tapándole la frente, y unas cejas de forma redondeada.— ¿A qué hora tocan Heroes with no Powers?

La chica en cuestión le sonrió y señaló a un escenario en la otra parte del pequeño local.— A las diez en punto, deberías apurarte si quieres estar delante de todo, estos chicos llenan los lugares muy rápido.— Antes de que Midoriya se fuese, la chica le dio un vaso con un trago que él desconocía.— De parte de la casa. —Le guiñó el ojo antes de dejarlo ir.— No estés tan nervioso.

El peliverde sintió el calor alzarse en sus mejillas y asintió con la cabeza, tomando el vaso del mostrador para dirigirse hacia donde le había señalado la chica. Al acercarse, pudo ver como todo ya estaba acomodado y listo para empezar, faltando solo los miembros de la banda en cuestión. Las luces apuntando al escenario se encendieron, cegando por unos segundos a todos los que estaban cerca; la música sonando de fondo se detuvo, y toda la gente se amontonó frente al escenario. Midoriya se sentía incómodo con tanto contacto, pero su mente entro en blanco en el momento en el que la banda entro en su campo de visión.

Kirishima, Jirou, Kaminari y, por último, Todoroki.

Los había visto tantas veces en fotos que aún le costaba creer que eran igual de perfectos en la vida real. Sus ojos estaban iluminados mientras los veía acomodarse en sus posiciones; Kirishima en la batería, Jirou con el bajo y el micrófono preparado, Kaminari con la guitarra y otro micrófono, y Todoroki con el teclado y, otro micrófono cerca de su rostro.

Una de las cualidades que Izuku amaba de la banda, era como todos parecían ser tan versátiles con su música, en ocasiones cantaba Kaminari, otras Jirou, en otras Todoroki. Algunas veces Jirou tocaba la guitarra, otras Todoroki la batería, y así cambiaban sus roles constantemente.

Izuku miró hacía el piso y sonrió, la simple idea de tenerlos frente a si mismo lo hacía tan feliz que sentía que podría explotar, cuando levantó el rostro, su vista se cruzó con la de Todoroki, quien le sonrió al verlo tan contento. Su rostro se puso como un tomate, y podría jurar que humo estaba saliendo de su cabeza cuando Jirou interrumpió su vergüenza hablando en el micrófono.

—Somos Heroes with no Powers, pero ya sabían eso, ¿cierto?.— Su confiada sonrisa hizo que todos animaran con emoción.— Nuestra primer canción es A lighting in space, y la canta nuestro guitarrista Kaminari. Practico mucho por esto, así que espero que lo animen. — Uno gritos más se escucharon antes de que la banda comenzara con su magia.

Izuku cantaba con emoción la canción que ya era tan familiar para él, era una de su último álbum y estaba seguro de haberlo escuchado por lo menos unos veinte veces en la última semana.

La persona que cantaba cambiaba con cada canción, pero cada vez que llegaba a Todoroki, Midoriya no podía cantar como con el resto de las canciones, la voz angelical de el tecladista lo dejaba sin poder moverse, y casi podría decir que era un sentimiento general, porque siempre que él cantaba, el silencio reinaba junto a muchos aplausos al finalizar, con gritos y silbidos incluidos.

Su vista se cruzó con varios de los miembros de la banda a lo largo de la noche, siempre le respondían con alguna sonrisa, pero la única sonrisa que le llenaba el estómago de mariposas era definitivamente la del tecladista.

Su vergüenza fue infinita cuando, en un momento en el que Todoroki estaba cantando, este le ofreció el micrófono esperando que continúe con la canción. Él bajo la vista y continuo tímidamente, intentando ignorar su propia voz en los altavoces. La gente a su alrededor lo animaba y luego de unos segundos, levantó la vista, observando los ojos bicolores de la persona que estaba delante suyo, y cantando con un poco menos de vergüenza que antes, le sonrió al terminar el verso. Todoroki le sonrió y le revolvió el cabello antes de continuar con la canción.

En ese momento, podría haber jurado que moriría de felicidad.

El show terminó, muchos fueron a felicitar a los miembros de la banda, así que, juntando algo de valor, Midoriya se acercó a Todoroki y le sonrió ampliamente:—Estuvieron increíbles.

El de ojos bicolor le devolvió la sonrisa:—Nosotros ya estamos acostumbrados, pero tú, tú cantaste genial, deberías empezar a pensar en reemplazarme, ¿no crees?— El peliverde frunció el ceño, sin haber notado como lo miraba el otro.

—Jamás podría reemplazar a alguien tan bueno, ni me acerco a lo buena que es tu dulce voz.— Todoroki ladeo la cabeza.— Mi mente se quedaba en blanco cuando te escuchaba, era algo increíble, así que no pienses en que alguien podría reemplazarte.

Todoroki le revolvió el cabello, pero luego de unos segundos se alejó, con algo de vergüenza:—Espero no te moleste que me tome esta confianza, me gusta tu cabello.—Se acercó al ojiverde para nadie más pudiera escuchar lo que iba a decir.—Me gustaría escucharte cantar de nuevo.—El de cabellos blancos y rojos se acomodó el flequillo y se aclaró la garganta.—Nos vemos luego.— Se dio la vuelta para irse, pero la voz del otro lo hizo girarse una vez más.

—¿Quieres…?—Midoriya dudó por algunos segundos y se masajeo la nuca con algo de inseguridad.— ¿Quieres mi número de teléfono?

Todoroki lo miró algunos segundos sin decir nada, podía ver el rostro tan rojo como un tomate, las pecas que rodeaban sus mejillas, el cabello negro con reflejos verdes completamente desordenado y unos ojos verde bosque que podrían atrapar a cualquiera que lo mirara fijamente por demasiado tiempo:—Estaba esperando que lo dijeras.

Midoriya Izuku miraba de la computadora con la que estaba trabajando a su celular constantemente. Ya habían pasado unos días desde que le había dado su número a -el malditamente increíble- Shoto Todoroki. Habían intercambiado algunos mensajes tontos esa noche, y desde ahí, no habían parado de hablar. El peliverde se sentía tímido, con demasiada vergüenza de solo pensar en lo descarado que había sido al ofrecerle su número; no paraba de pensar si, a lo mejor, aceptó por educación o solo para que no lo moleste más.

Revolvió su cabello con frustración y cerró los ojos con fuerza. Su supervisor lo miraba desde lejos y negaba con la cabeza.

Izuku volvió a colocar sus manos sobre el teclado e intentó centrarse en su trabajo. Y así fue, hasta que su celular vibró y, disimuladamente, lo tomó para ver que era.

Un mensaje. De Todoroki.

El peliverde sintió como su corazón se paró por algunos segundos, con algo de nervios y bastante emoción, incluso ya habiéndose sentido así en varias ocasiones, todavía era algo a lo que le costaba acostumbrarse. Abrió el mensaje.

[Todoroki Shoto] 17:58

Lo siento por no haberte dicho nada hoy, estuve ocupado con algunas sorpresas de la banda

[Todoroki Shoto] 17:58

¡Estoy seguro que las veras muy pronto! *guiño*

Otro mensaje llego mientras Izuku estaba pensando que escribirle de vuelta.

[Todoroki Shoto] 18:02

Hoy estoy libre y, quiero encontrarme contigo, ¿quieres ir a tomar algo?

Las mejillas del peliverde se pusieron rosadas y una sonrisa amenazaba con aparecer en su rostro.

[Midoriya Izuku] 18:03

No soy muy bueno con el alcohol, la verdad, pero me gustaría verte también.

Midoriya releyó su mensaje y se avergonzó al instante.

[Midoriya Izuku] 18:03

Me refiero a que estaría bien encontrarnos, lo siento si sonó extraño.

La respuesta llegó sin demora

[Todoroki Shoto] 18:04

Entonces, ¿a las diez?

Midoriya calculó sus propios tiempos. Si terminaba rápido quizás podría salir a las nueve del trabajo, de ahí debía ir a su casa y ducharse. Se mordió el labio inferior, ¿qué se iba a poner?

[Midoriza Izuku] 18:05

Me parece bien, ¿En dónde nos encontramos?

La respuesta no llegaba, así que el peliverde decidió seguir con su trabajo hasta que le llegara un mensaje.

[Todoroki Shoto] 18:35

¿Sería abusar de tu confianza si te voy a buscar?

[Todoroki Shoto] 18:35

Es decir, lo entiendo

[Todoroki Shoto] 18:35

No le des tu dirección a un extraño y todo eso

[Todoroki Shoto] 18:35

Pero

[Todoroki Shoto] 18:35

Tengo la moto y

[Todoroki Shoto] 18:36

No me molestaría pasarte a buscar

[Todoroki Shoto] 18:36

Eso quise decir.

Midoriya releyó los mensajes por algunos segundos. Obviamente no le gustaba la idea de pasarle su dirección, pero, por otro lado, un viaje en moto con Todoroki sonaba tentador.

—Ugh.— Se masajeo el cuello antes de responder.

[Midoriya Izuku] 18:38

De acuerdo, te diré dónde ir, ¡pero no hagas nada raro ahora que sabes donde vivo!

[Todoroki Shoto] 18:39

Jajaja

[Todoroki Shoto] 18:39

No te preocupes, no haré nada malo, lo juro.

Le envió su dirección y se excusó ya que aún le quedaban algunas cosas para poder salir temprano. Quizás por su emoción, pero terminó incluso antes de lo esperado. A las nueve ya estaba en su casa, quitándose la ropa y corriendo a la ducha. No tardó más de quince minutos, y ahora llegaba lo difícil, ¿qué ponerse?

Se secó y se puso uno de sus boxers verde. Por un segundo pensó si debería llevar algo más 'adecuado', pero negó con la cabeza, solo iban a hablar como amigos y conocerse.

No puedo creer que esté pensando en esas cosas en este momento.

Miró a su ropa y suspiró, tenía mucho deportivo, y, quitando lo del trabajo, no tenía ropa mucho más elegante. Aunque quizás, estaba pensándolo demasiado. Separó las converse rojas, miró el jean que había usado el otro día y también lo separó.

—No quiero que me vea vestido como la otra vez, pero realmente solo me quedan pantalones deportivos y, si lo convino con otra cosa, quizás no se dé cuenta— Murmuró para si mismo. Agarró una remera negra que le quedaba algo ajustada y suspiró, avergonzándose de su actitud.— Es decir, no es como si tuviera mal cuerpo así que…—Se encogió de hombros y comenzó a vestirse con lo que había elegido. Se miró al espejo que tenía en el armario. Antes de salir de su departamento a esperar a Todoroki, agarro una sudadera y, ya bajando, se dio cuenta que era la misma que había usado la otra vez.

—Al final estoy casi igual. — Se tronó los nudillos y suspiró.— No pienses más en esas cosas, de todos modos solo vas a pasar el tiempo con un amigo.

Si, por eso te preparaste tanto y te vestiste como si fueras un adolescente de quince en una cita con la chica que le gusta

Sacó su celular del bolsillo y miró la hora, 22:02

—¿Midoriya?—Una voz familiar lo hizo levantar la vista de su celular. Sonrió al ver a uno de sus vecinos, Tokoyami. Era un chico de complexión delgada, piel pálida y con el cabello negro que siempre estaba estirado para atrás, dándole la apariencia de algún ave lista para cazar a su presa. La única razón por la que ya acostumbraban a hablar como si se conocieran de toda la vida era simple, eran los únicos dos "jóvenes" viviendo en este edificio.

—¡Tokoyami!— El peliverde lo saludo con la mano.— ¿Estás yendo a trabajar?

El nombrado rio y negó con la cabeza, señalando su ropa:—¿Te parece que esto es adecuado para cualquier tipo de trabajo?— Izuku no lo había notado, pero Tokoyami estaba vestido con una remera gris oscura, una campera de jean del mismo color con algunos parches cosidos en esta de algunas bandas que Midoriya desconocía, unos pantalones negros rotos, aún más rotos de lo que tenía Izuku, unas medias de red dejándose ver entre cada rotura y unas botas negras de hombre.

—Pareces una sombra vestido todo de negro.— Ambos rieron por unos segundos.— Bueno, no debería retenerte imagino, ¿verdad?

—No podrías retenerme si yo no lo quisiera.—Se apoyó contra la pared, al lado del peliverde.— estoy por ir a buscar mi auto, ¿tú?

—Ah, yo estoy esperando a...—Izuku frunció el ceño unos segundos, ¿amigo? ¿conocido? ¿ÍDOLO?.— a un amigo.

—Ah, ya veo.—Tokoyami encendió un cigarrillo y le ofreció uno a Midoriya quien negó con la cabeza.— Entonces me iré. Si algo sale mal con este "amigo" tuyo, puedes decirme y te iré a buscar, ¿de acuerdo?

El peliverde sonrió y se despidió de su vecino. Volvió a mirar la hora: 22:10. No tenía ningún mensaje de él. Pero ¿quizás estaba manejando?, ¿se había olvidado? Bueno, es decir, tal vez estaba esperando demasiado de esto, o quizás

—Midoriya.— Una voz angelical detuvo sus pensamientos. No había escuchado cuando la moto freno en el cordón, pero ahora tenía a un Todoroki preocupado frente a él.—¿Está todo bien?

—¿E-Eh? Ah si, si, solo…— Midoriya guardó su celular y sonrió, avergonzado.— Estaba pensando y, creo que me distraje un poco.

Todoroki le sonrió de vuelta, cambiando su cara de preocupación a una de alivio:—Perdón por llegar tarde, estuve haciendo algo a último momento y, se me paso el tiempo.— se revolvió el cabello, mezclando mechones rojos y blancos.— ¿Me disculpas?

Izuku río:—No te preocupes, no me enojaría por algo como eso.

Era la primera vez que el peliverde veía al otro vestido tan casual, una remera negra ancha, unos jean ajustados negros, de la cintura tenía atada una campera y unas zapatillas negras:—Ah, si.— Se señaló a si mismo.— No lo parece, pero me costó decidirme que usar, creo que.—se rio nerviosamente.— Estaba algo ansioso, nada me gustaba.

—La verdad.— Midoriya se señaló antes de terminar su frase.— Yo tampoco.

Se rieron por algunos segundos, y entonces Todoroki le ofreció su mano:—¿Deberíamos irnos ya?

Midoriya asintió:— A no ser que quieras pasar la noche en mi casa, sería lo ideal.— Su rostro se puso completamente rojo y negó con la cabeza, suspirando.— Ugh, sé cómo se escuchó eso pero prometo que no era nada raro.

El de ojos bicolores río, y tomó un mechón de cabello del peliverde:— No me molestaría pasar toda la noche en tu casa, porque me da la sensación de que estemos donde estemos, igual me divertiría hablando contigo.

¿El rostro de Midoriya ya estaba rojo? Bueno, ahora largaba humo.

No quiso pensar mucho del comentario, pero no pudo evitar pensar que no era la única persona a la que se lo decía. De igual modo, un sentimiento de alegría crecía dentro suyo.

—¿No íbamos a ir a tomar algo?— Midoriya miró el lugar en donde se habían detenido, era un pequeño bosque en medio de la ciudad.

—¿Confías en mi?

—Te di la dirección de mi casa— Todoroki rio

—Claro.— Le ofreció su mano.— Tomaremos algo, lo prometo, pero también quería mostrarte algo que te hiciera no olvidar esta noche jamás.— Midoriya colocó una mano en su rostro para tapar su sonrojo y tomo la mano del otro. Todoroki sonrió y comenzó a caminar sin soltarlo.

Caminaron en silencio por varios minutos, teniendo algunas conversaciones sin rumbo mientras intentaban llegar a donde debían.

Un claro se encontraba en medio de los árboles, completamente ajeno a la ciudad que se encontraba fuera del bosque. Una manta se encontraba a la vista, con una hielera encima. Midoriya se quedó sin palabras por algunos segundos mientras los engranajes se movían en su cabeza, cuando entendió, miró al de ojos bicolores, sin decir nada.

—Usualmente venimos con el resto cuando queremos…—Todoroki estaba intentando encontrar la forma de explicarse.— …cuando queremos alejarnos del mundo y esas cosas.

El peliverde sonrió:—Todos necesitan un descanso del mundo, me parece lindo que este sea el lugar que ustedes usan.

—Es más mi lugar que de todos, pero si.— Todoroki arrastró al otro, todavía agarrados de las manos, y lo llevó hacía la manta en el suelo.— Deje todo preparado para poder pasar la noche aquí, si se podía claro.— Él corrió su vista, algo incómodo.— Me acabo de dar cuenta de que no te pregunté si podías o no.

—Mañana no trabajo y no tenía ningún plan, así que puedo quedarme y no arruinar tus planes para esta cita.— Pese al nerviosismo que sentía al mencionar esto como "cita", la sonrisa que le dedico el otro fue tal, que lo despojó de cualquier duda que aún rondara en su cabeza.

Arrancaron como besos curiosos, tímidos y castos. Pero rápidamente avanzaban una vez ambos se dieron cuenta de que eran correspondidos:—No cierres tu boca Midoriya—, escuchó el peliverde antes del siguiente beso; decidió obedecer a lo que le habían pedido y no cerró su boca, dejando que la lengua del otro comenzara a explorarlo, pero claramente no iba a quedarse tan tranquilo, su lengua comenzó a juguetear con la del de ojos bicolores, causando que todo su cuerpo vibrara con placer cuando un sonido de aprobación salió de los labios del otro. Lentamente, y casi sin pensarlo, se movió hasta estar sentado en las piernas de Todoroki.

Se separaron unos segundos para respirar, pero Todoroki no perdió el tiempo, besando el cuello del peliverde y abrazándolo para acercarlo más a sí mismo. Midoriya dejó escapar un gemido ahogado en su mano y su vista se encontró con la del de ojos bicolores. Fue el momento en el que los dos perdieron la poca cordura que aún estaba controlando sus cuerpos.

Midoriya comenzó a levantar la remera de Todoroki, solo separando sus labios para sacársela, aprovechando ese pequeño tiempo para besar su cuello en un intento de devolver lo que el otro le había hecho; una sonrisa se plantó en los labios de Todoroki y un cosquilleo de placer le recorrió el cuerpo. Chocó sus labios con los del otro, mientras se colocaba encima suyo, acariciando su cuerpo por debajo de su ropa. Acarició con el dedo pulgar uno de sus pezones.

Midoriya sintió un escalofrío de placer recorrer su cuerpo.

Todoroki sonrió mientras levantaba la remera del otro, pero sin sacársela; comenzó besando su estómago hasta subir a donde tenía su mano. Lamió suavemente el pezón del peliverde mientras jugaba con su mano con el otro. Midoriya se tapó la boca intentando tapar los gemidos que escapaban desde el fondo de su ser. No sabía que era tan sensible en esa zona, y esto se había convertido en una placentera sorpresa.

Mientras besaba el cuerpo de Midoriya, Todoroki aprovechó para acariciar el miembro del otro con su pierna. Un gemido que fue imposible de tapar abandonó el cuerpo del peliverde, y Todoroki se relamió los labios. Sus pupilas negras con la lujuria, lo miró, una sola pregunta abandonó sus labios:—¿Puedo tocarlo?—

Qué estúpida pregunta, pensó Midoriya, pero una parte de él agradecía que incluso en ese estado, él estuviera dispuesto a buscar su consentimiento en esas cosas. Asintió con la cabeza.

Todoroki desabrochó el pantalón del peliverde y lo bajó levemente, sin haberle bajado la ropa interior, comenzó a acariciar el miembro del otro por encima de la prenda que aún tenía. Midoriya no podía evitar los gemidos que le arrancaban las caricias del tecladista. Le puso una mano en la nuca y lo beso con furia, y sin perder un segundo, bajó su mano hacía el miembro de este, frotándolo por encima de la ropa. Todoroki gimió en medio del beso y mordió suavemente el labio de Midoriya, reanudando su trabajo. El ojiverde desabrochó el pantalón de su compañero y separó sus labios para preguntar

—¿Te molesta si yo…?— Todoroki negó con la cabeza y Midoriya le bajó los pantalones juntó con la ropa interior.

El pene semierecto de Todoroki lucía delicioso ante los ojos lujuriosos de Midoriya, la forma perfecta y, el tamaño, por dios, podría morir satisfecho con eso dentro de mi boca. Levantó la vista un segundo, observando el rostro sonrojado por la excitación de Todoroki, y sonrió, agachándose lo suficiente para darle una lamida a este, causando que un escalofrío de placer le recorra el cuerpo. Con su mano derecha, comenzó a masturbar el miembro del otro, lamiendo y chupando la punta. Todoroki, entonces, colocó una de sus manos en el cabello de Midoriya, y la otra la apoyó detrás de sí mismo para evitar caerse. El peliverde colocó el miembro de este en su boca, subiendo hacía arriba y abajo al mismo ritmo que su mano se movía en la parte más baja.

Bien, sé que esto no me entraría entero en la boca, pero puedo compensar con mi mano. Bajó lo más que pudo sin ahogarse, pero era imposible que todo eso entrara en su boca. Su ritmo iba aumentando conforme sentía como pulsaba dentro de su boca, preparándose para venirse.

Antes de que el otro pudiera correrse, Midoriya sacó el miembro de su boca, un hilo de saliva haciéndose más fino mientras se alejaba, y con su mano, apretó la punta y miró a Todoroki:—Yo también me quiero correr.— Todoroki sonrió, pasó su dedo pulgar por los labios de Midoriya, limpiando la saliva de este, y lo beso, bajando mientras, la ropa interior del otro. Tomó su miembro en su mano izquierda y comenzó a moverse dolorosamente lento; Midoriya gemía, pero lo miró con algo de enojo, ¿pensaba seguir así por mucho tiempo? Una sonrisa pícara se asomaba por los labios de quien estaba ahora en control, quien volvió a besar al peliverde con pasión, jugando con su lengua, acomodándolo, nuevamente, encima suyo.

Colocó los miembros de ambos entre sus manos y comenzó a moverlos juntos, a un ritmo mucho más rápido comparado con el que antes había usado en el ojiverde. Ambos comenzaron a gemir, Midoriya apoyó su cabeza en el hombro de Todoroki, y este mordió suavemente la clavícula del peliverde, sin dejar de besar o morder en cualquier ocasión que podía.

Volvieron a besarse, y Midoriya podía sentir el clímax acercarse para ambos. Ayudo a Todoroki para moverse un poco más rápido con su mano encima de la de él, hasta que no pudo evitar el placer invadirlo; el mundo quedo en blanco, el éxtasis de haber terminado lo dejó en un estado de ensoñación por algunos segundos. Podía sentir el líquido caliente caer por su mano, no reconocía si era suyo, de Todoroki o de ambos. Asumía que la última, por el rostro de satisfacción del otro. Le dio un beso antes de, perezosamente, bajarse de encima suyo.

—Eso fue.— Midoriya agarró su remera y limpió su mano, y cualquier mancha que pudiera tener en su persona.— …increíble, Todoroki.— Le dio la remera y ladeo la cabeza con una sonrisa en el rostro. El tecladista aceptó la remera y se limpió las manchas de semen que quedaban en sus manos. Cuando terminó, le dio un beso a Midoriya. Ambos estaban exhaustos luego de esa sesión.

Y ni siquiera llegamos hasta el final, pensó Midoriya, de todos modos, era tan grande, que no creo haber podido aguantarlo entero dentro de mí. El sonrojo de Midoriya causo unas carcajadas en Todoroki, quien lo abrazó e hizo que ambos se recostaran en la manta.

Midoriya se puso ambas manos en el rostro, mirando a la persona a su lado. Su rostro se tiñó de muchos tipos distintos de rojos hasta que decidió sentarse. No sin antes volver a mirar al príncipe encantador que seguía durmiendo.

—Ugh, se ve bien incluso así.— Corrió uno de los mechones rojos de su rostro y suspiró para si mismo. Bueno, había dormido con él, eso seguro. ¿La había pasado bien?

Definitivamente.

Sí.

No le cabía duda.

¿Lo volvería a ver después de esto? Midoriya no lo sabía. ¿Había sido solo algo de una noche? No quería ni pensarlo.

—Buen día.— La voz de Todoroki eran más ronca de lo que ya había escuchado, y para el peliverde eso sonaba encantadoramente delicioso.— ¿Dormiste bien?— La pregunta fue acompañada de una pícara sonrisa que causo que un cosquilleo recorriera todo el cuerpo de Midoriya.

—¡Definitivamente! Yo dormí, eh, bien.— Miró a su alrededor, buscando alguna de sus prendas para cubrirse. Ahora que el calor que había nacido en la noche desapareció, no sentía más que vergüenza de todavía encontrarse completamente desnudo.

Todoroki también comenzó a buscar su ropa, pero con mucha más tranquilidad y calma que el otro, vistiéndose con la lentitud propia de alguien que acababa de levantarse.

La mañana era fresca, y Midoriya no quería más que encerrarse en su casa a pensar en todo lo que había pasado. Por otro lado, quería seguir hablando con Todoroki, quien parecía no tenía ganas de irse.

—¿Quieres volver a tu casa?— Midoriya sabía que era transparente, que cualquiera podría adivinar lo que piensa solo con observarlo algunos minutos, pero de todos modos, no lo esperaba.

—La verdad, quiero, pero...— Se mordió el labio inferior y se tapó el rostro. Solo recordar lo que había ocurrido le quitaba la fuerza para mirarlo a la cara.— Quiero estar contigo un poco más.

Shoto Todoroki, pensó en ese momento, que estaba con una persona encantadora a su lado.