Okay antes que nada he decidió hacer una serie de One-shot (en español por supuesto) sobre esta hermosa pareja. Si, el ultimo capitulo me inspiro demasiado y ahora amo más el Pinecest. Anyway, como son series de un solo capitulo algunos no van a tener relación con el siguiente, pero probablemente aparecerá uno que otro con una continuación.

Iré variando pues hay varios Au's que me gustaría intentar, pero siempre enfocado en esta pareja - Pinecest - Dipper x Mabel - Como quieran llamarle. Y nada, espero sea de su agrado. Más información al final de la pagina (?).

Obviamente los personajes no me pertenecen, ni tampoco los Au's. Solo hago uso de ellos por mera entretención.

Recordando a su vez que si no te gusta no leas, eres libre de cerrar esta venta.


My only Sunshine

Pareja: Reverse Dipper x Mabel

Summary: Era difícil el poder acostumbrarse a la presencia de aquella impostora, aun si si con solo su presencia generaba una cálida sensación que no conseguía entender del todo. Algo que de verdad deseaba averiguar.


Con un suave movimiento de su dedo índice, cambio la hoja del libro entre sus manos, observando con desinterés tras haberlo escogido de entre el acumulo que tenía sobre la mesa. Claro tenía la opción de tomar algún otro título para su deleite, pero la mayoría en ese salón solo tenían en común el ya haber sido usado con anterioridad junto a la ayuda de su hermana. En una de sus tantas reuniones en la planta superior de la casa o para poder improvisar la magia de aquellos amuletos, e incluso intentar invocar algún ser poderoso descrito entre sus páginas gastadas por los años.

Ante aquel pensamiento Dipper no pudo más que soltar un suave bufido en ironía al recordar cómo había acabado el último intento de traer a este espacio la presencia de tal supuesto poderoso demonio en el diario de su tío abuelo Stanford. Cual tan solo a recordarlo le generaba cierta jaqueca, pues pasaba todo el tiempo en sollozos o disculpándose por sus incompetencias relacionadas con los quehaceres del hogar. Pensándolo bien fue un gran desperdicio de tiempo y energía, pero tampoco podía negar que gran parte de su magia se debía a su presencia y además, no sonaba mal la idea de un empleado que mantuviese el orden.

Enfocando sus orbes oscuros sobre su libro, mantuvo su mirada estática entre un punto aleatorio de la hoja por breves segundos antes de cerrarlo por completo, dejándolo sobre la mesa adjunta al sillón donde descansaba y en donde había pasado la mayor parte del día.

Si bien el estudio era su sitio favorito para poder tranquilizarse y escapar de las preocupaciones diarias, comenzaba a extrañar un poco el ruido exterior junto a la compañía ajena. Aunque claro eso jamás lo mencionaría en voz alta, aún tenía una reputación que cuidar. Pero al mismo tiempo lo odiaba, odiaba esa sensación, de ser el entre todos los idiotas del pueblo quien dependiera de otros para poder sentirse completo. Para poder experimentar ese extraño pero agradable calor que emanaba por su pecho cada vez que estaba con alguien, no… Cada vez que estaba con ella.

Aun si poseía casi el mismo físico que su hermana, ignorando algunos pequeños detalles. Eran dos personas completamente distintas la una de la otra, sobre todo si hablábamos de sus personalidades. Para empezar ella era quien conseguía sacarle de quicio pues nunca conoció a alguien con tanta vibra positiva que casi podías ver que emanaba de su cuerpo. Tanto que a veces el solo estar con ella en la misma habitación le agotaba mentalmente pero a la vez, le reconfortaba.

Era un confuso sentimiento que no conseguía del todo descifrar y aunque en parte extrañaba a su querida hermana, no podía negar que la presencia de aquella impostora causaba cierta… Alegría en su ser. Una sensación que jamás antes había experimentado, pero que no deseaba dejar ir por ningún motivo.

Volvió de sus reflexiones al sentir el ruido de la puerta abrirse en el otro extremo del cuarto, dirigiendo su mirada fría hacia él o la intrusa quien intervenía su silencio y su tranquilidad con su presencia.

A primeras le sorprendió el ver una melena castaña asomarse con cautela, observando con cuidado cada rincón antes de abrir otro poco la puerta que sostenía entre sus manos. Intentando vanamente pasar desapercibida, pues el silencio era tal en el estudio que el castaño podía sentir la respiración contenida de la muchacha desde su ubicación, quien daba nuevamente un tímido pasó asomando primeramente uno de sus pequeños pies indecisa.

– Si vas a entrar hazlo de una buena vez. – Aun sin tener una vista completa, pudo percatarse como se tensaba ante su duro tono de voz, acto que genero se asomara una media sonrisa en su pálido rostro al notar la reacción que podía generar sobre la castaña tan solo con sus palabras.

– L-lo siento, no quería interrumpirte. – Con un movimiento rápido salió detrás de la puerta dejando ver su figura y manteniendo la puerta abierta detrás de si como un método de escape si las cosas salían mal. Al verla detalladamente noto como esta traía uno de los vestidos que su hermana usaba dentro de la casa, pensando que no tenía opción alguna de usar otro tipo de vestuario.

– Felicidades, ya lo hiciste. Ahora ¿Qué es lo que quieres?

– Pues yo… Venía a preguntar si podía acompañarte. – Su tono de voz cada vez se tornaba más bajo a medida que continuaba hablando, mientras estrujaba el borde del vestido contra sus manos como canalizador de ese modo su nerviosismo. – Estaba aburrida y como no tenemos que ensayar hoy yo–

– Haz lo que quieras, pero no me molestes mientras estás aquí ¿Entendido?

– ¡Fuerte y claro!

Negó con su cabeza ante el repentino entusiasmo que emanaba en cuestión de segundos, comenzando a arrepentirse de haber dejado entrar a la entusiasta chica a un lugar que para él era casi sagrado y personal. Si bien su hermana a veces aparecía y desaparecía, era él quien se mantenía el mayor tiempo dentro de estas cuatro paredes, lo que le hacía en su mente ser dueño de esa habitación.

Mabel cerró rápidamente la puerta con mayor fuerza de la que debía, causando que el joven presente le dirigiera una mirada casi asesina a su dirección disculpándose rápidamente y desapareciendo de su campo de vista al ir hacia uno de los estantes cercanos para buscar con que entretenerse más sin causarle problemas a quien se parecía tanto a su hermano.

Ignorando los que se encontraban más a mano, concluyo que sería bastante difícil encontrar algo para su gusto entre tanto desorden. Sin embargo al volver su vista hacia el castaño y verlo nuevamente concentrado en su lectura, prefirió seguir buscando por su cuenta. No quería causarle problemas, menos con su corto temperamento.

Percatándose que en la parte más baja solo había libros que su mayoría se dedicaban al ocultismo y otros títulos que le ponían la piel de gallina, pensaba lo mejor era agarrar alguno arbitrariamente pues tampoco quería pasar toda la tarde buscando algo que leer. Sin embargo al elevar un poco la mirada, se dio cuenta que casi en la última repisa del estante se encontraba uno bastante colorido a diferencia de los opacos y de otras tonalidades oscuras que predominaban en la habitación.

Llamando profundamente su curiosidad pues, era como si lo hubiesen puesto allí por alguna buena razón y ella, estaba dispuesta a averiguar el porqué.

Viendo que no se encontraba silla disponible para usarla en ayuda a esa tarea, apoyo primeramente uno de sus pies sobre el estante. Para luego apoyar el otro esperando unos pocos segundos antes de repetir el mismo proceso con los demás, escalando de a poco con la mera intención de conseguir su objetivo.

– Ya casi…Un poco más y–

– ¿Qué es lo que estás haciendo?

Su voz masculina sonó más fuerte de lo que esperaba, causando que por la sorpresa pisara sobre uno de los libros que se encontraban en la orilla y el cual por el peso, resbalo cayendo en lo alto al no poder sus brazos sostenerse a tiempo. Pero para su suerte o quizás no, la caída no fue del todo dolorosa, gran parte se vio amortiguada por la presencia del castaño quien solo se le quedo mirando sin mostrar ningún tipo de emoción en su rostro, ni si quiera de molestia por lo sucedido. Cosa que le atemorizo aún más.

– ¡Perdón, no quería! ¡A-apareciste de repente y yo!… ¡Lo siento!

Rápidamente Mabel se echó hacia atrás golpeando parte de su espalda contra el estante, notando que con la caída había arrastrado algunos libros consigo y que ahora se encontraban completamente desparramados en el suelo. Por lo que sin esperar a ser regañada, tomo alguno de ellos intentando recordar en que sitio estaban o al menos colocarlos ordenadamente mientras continuaba disculpándose sin recibir reacción alguna del contrario.

Sin embargo cuando se acercó para poder recoger uno que se encontraba a su lado, un fuerte agarre hizo que soltase de los libros que aún mantenía en su regazo y generando por el impulso que casi cayera de nuevo contra el suelo. Más un fuerte brazo le previno aquello al sostener parte de su cabeza antes que se golpeara, mientras que la otra aún mantenía el agarre de su pequeño brazo.

Dándose cuenta solo en ese instante al tener el foco de luz encima, que se encontraba recostada sobre el suelo mientras que Dipper en algún momento se había girado para estar sobre ella, acorralándola con sus brazos y entrecruzando sus piernas con las suyas. Manteniéndose en silencio sin dejar de observarle con su mirada penetrante que solo ocasionaba que su cuerpo se estremeciera. Como si le estuviese desvistiendo con la mirada.

– Si querías un libro. Debiste habérmelo pedido.

Su mano soltó de su brazo para llevarlo hacia su frente despejando alguno de sus mechones castaños que cubrían parte de su mirada, descendiendo de a poco por su rostro hasta llegar hacia la comisura de sus labios, dándoles una pequeña caricia con uno de sus pulgares. Rio suavemente al ver como de a poco las ruborizadas mejillas de la castaña se teñían más y más de un color rojizo, deleitándose al sentir su agitada respiración con tan simple acto, deseando el poder ver hasta qué punto podía llegar antes de hacer que gimiera por su nombre.

–…D-dipper yo–

Le callo apoyando su frente contra la suya, apegándose más hacia ella y utilizando su mano libre para apoyarla sobre su mentón, obligándola a disminuir la distancia entre sus labios con un suave movimiento. Acto que en ningún momento rehusó o mostro resistencia, aumentando la sonrisa del joven al ver como se dejaba llevar por el momento.

Su cálido aliento se mezclaba con el suyo a medida que se aproximaba, sintiendo un suave olor a frutilla probablemente por el labial que usaba. Rozando primeramente sus labios con los suyos para luego separarlos en una manera juguetona, sintiendo la reacción inmediata de quien acorralaba entre sus brazos y quien de improvisto fue quien cerraba la pequeña distancia, juntando sus labios con cierta desesperación contra los suyos.

A principio aquel tímido beso comenzaba a volverse más apasionado, aprisionando y moldeando sus labios llevando ambas de sus manos alrededor de su rostro para profundizar más el beso. Más Dipper tampoco deseaba quedarse atrás, por lo que soltando un suave gruñido mordió suavemente su labio inferior, causando que Mabel soltase un suave quejido aun entre sus labios. Dándole oportunidad de pasar su lengua saboreando cada rincón de la cavidad ajena y aumentando los gemidos de placer que venían por su parte.

Separándose únicamente por la necesidad de aire, dejando a ambos con su respiración entrecortada junto a un leve hilo de saliva que les conectaba y manteniendo ambas frentes unidas, sin dejar de mirarse fijamente con cierto brillo en sus ojos.

– Podría acostumbrarme a esto.

Dipper solo se limitó a verla relamiendo sus labios, sorprendido pero a la vez complacido por su respuesta. Sonriendo con mayor amplitud al ver el rostro enrojecido de su impostora, con sus cabellos dispersos en el suelo de manera bastante desordenada, su pecho subiendo y bajando con desesperación intentando recuperar su respiración normal. Algo que solo le hacía atraerle más.

Sin decir palabra alguna, se le acerco bruscamente aprisionando nuevamente sus labios con mayor fervor mientras sus manos exploraban cada parte del cuerpo ajeno, olvidando por completo sus dudas e incertidumbres con respecto a la castaña. Al menos en ese momento sabia por primera vez que es lo que quería, que era lo que deseaba. Por lo cual dejo que cada beso, cada tacto, cada gemido evaporara sus dudas para poder preocuparse de quien de verdad le importaba, de quien para él era su rayo de luz entre tanta oscuridad en su vida.


Si se que me querrán matar por el siguiente capitulo de "Ethereal Meeting" pero ese lo subiré el fin de semana ahora que me encuentro más libre.

Y nada gracias por leer y nos estamos leyendo muy pronto. See ya !