Capítulo 1: Primer encuentro


Él fue el primero en llegar.

El lugar estaba completamente desierto y decidió quedarse en la entrada a la espera de alguien nuevo tras despedirse de sus padres. Había dejado todo atrás para darse la oportunidad de poder brillar, en verdad esto era algo que él quería, pero no quería tener que estresarse ni nada parecido, más bien lo veía como una oportunidad de divertirse y… quien sabe, quizás hasta pudiera ganar.

Entonces la vio por primera vez.

Vio como esa chica de cabello casi pelirrojo bajaba de la parte trasera de un auto verde, caminó hasta el maletero y con la ayuda de su madre bajaron un gran bolso, se abrazaron y sin más su mamá se subió nuevamente al auto el cual partió de regreso a New York. Ella caminó distraídamente de espaldas siguiendo con su mirada el rumbo del auto, sin darse cuenta de que había otra persona allí, claro, hasta que chocó contra él.

-¡Lo siento muchísimo!- dijo ella mientras se volteaba con rapidez dejando caer su bolso- Andaba distraída, en verdad lo siento-

-Tranquila- él sonrió y cogió el equipaje de la muchacha- ¿Entramos?-

-Sí… gracias- ella también sonrió y, para él, esa era la sonrisa más bonita que había visto- Por cierto, me llamo Marissa-

-Yo soy Samuel-

Ambos caminaron al interior del lugar hasta llegar a los dormitorios que estaban uno en frente del otro señalizados por unos carteles que decían "cuarto de chicos" y "cuarto de chicas" él previamente había dejado sus cosas en el dormitorio de chicos así que esta vez abrió la puerta del de las chicas, era igual de amplio y, al igual que el otro, contenía seis camas grandes, un par de sillones y unos cuantos armarios.

-Sí que es bonito aquí- dijo mientras cogía el bolso que tenía Sam y lo dejaba frente a una de las camas y se sentaba en ella, dio pequeñas palmaditas a su lado dándole a entender que quería que se sentara junto a ella- Cuéntame algo de ti-

-Bueno…-

Y eso dio hincapié a una larga charla que duró hasta que llegó una tercera persona, luego una cuarta, y así hasta que ya estaban los doce en el cuarto de las chicas, sentados en los sillones, hablando de las muchas cosas que los habían traído hasta ese lugar, que era de sus vidas antes de venir, que planeaban para el futuro y, como era de esperarse, casi todos creían que iban a ganar.

Entonces les dieron el permiso para entrar en la sala comunitaria y poder ver cuál sería su tarea de esta semana. El tema era "la individualidad" y la canción a cantar era "Signed, Sealed, Delivered I'm yours" estuvieron gran parte del día ensayando, querían que les saliera perfecto y cada quien trataba de poner su toque individual en la parte que les correspondía, que todo saliera bien para poder impresionar al invitado de esta semana.


Eran las cinco de la mañana, ese sería un día especial, por fin podrían conocer al invitado de esa semana, pero claro, todos estaban durmiendo a esas horas. Todos menos una de las chicas. Marissa Von Bleicken.

Ella había tenido una pesadilla, quizás por haber tenido que comer la noche anterior, comer siempre le hacía tener pesadillas. Estaba acostada mirando al techo tratando de que los pensamientos que se estaban abombando en su cabeza desaparecieran. No. No lo haría. Ya no…

"¿A quién trato de engañar?" pensó "Sé que lo terminaré haciendo"

Lentamente se puso de pie con cuidado de no despertar a nadie y caminó descalza hasta el baño que quedaba en el pasillo, se ajustó la coleta alta que llevaba en su cabello para que no le fuera a molestar, levantó la tapa del inodoro y se inclinó doblando ligeramente las rodillas, introdujo sus dedos índice y corazón lo más adentro de su garganta que le fue posible y pudo ver cómo salía lo poco que había cenado, jaló la palanca del agua y se lavó las manos y las comisuras de los labios con mucho jabón, volvió a jalar la palanca del agua y echó un poco de desodorante para quitar el olor a vómito, apagó la luz a pesar de aun seguir en la habitación y se detuvo a pensar un segundo, sonrió levemente y con lentitud abrió la puerta.

Todo estaba sumido en la oscuridad y no podía ver con claridad donde estaba pisando lo cual se volvió un gran problema, sus piernas tambaleaban, probablemente por haber vomitado, le dolía la cabeza y ya no recordaba qué camino seguir. Sus piernas flaquearon y con un fuerte mareo cayó al piso. Se quedó sentada por unos segundos para tratar de aplacar mareo. Entonces sintió como alguien se arrodillaba junto a ella.

-¿Estás bien?- parpadeó varias veces, tanto por tratar de ver un poco en la oscuridad como por la confusión, ¿Qué lo había despertado? ¿Acaso la había oído devolver la comida?

-Sí… sólo me resbalé- dijo aclarándose la garganta, él se puso de pie tendiéndole la mano para que se pudiera parar. Ella la aceptó pero una vez erguida sintió como el mareo volvía y estuvo a punto de volver a caer, para no hacerlo se afirmó en los hombros del muchacho quien, para evitar que ella cayera, la sujetó por la cintura.

-¿Segura que estás bien?-

-Sí- dijo con voz temblorosa, él alzó una ceja en la oscuridad.

-¿Y qué hacías levantada a esta hora?-

-No podía dormir… ¿Qué hacías tú levantado a esta hora?-

-Socorrerte- dijo burlón, ella sonrió- ¿Quieres regresar a tu habitación?-

-No… todavía no. Si quieres puedes regresar tú-

-Algo me dice que estaré mejor aquí-

Ambos caminaron entre la oscuridad hasta el salón principal y encendieron una tenue lamparilla que estaba en una esquina, se sentaron sobre un sillón y se dedicaron a hablar, a contar pequeñas historias del pasado, estaban tan sumidos en las palabras del otro que antes de que se dieran cuenta, los despertadores de todos ya estaban sonando, se dieron una última sonrisa y caminaron hasta sus respectivos cuartos.


-Cielos Marissa, ¿Por qué esa cara de sueño?- preguntó Lindsay mientras se sentaba en la primera hilera para tener una visión más de cerca del artista invitado.

-Sólo que no dormí bien- dijo bostezando.

-Pues se nota-

Entonces todos esperaban con ansias quien pudiera llegar, estaban listos para cantar, listos para (intentar) ser el mejor de la semana y lograr tener la oportunidad de trabajar a solas con aquella persona, todo listo para tener un gran día.

Entonces lo vieron entrar.


Marissa y Sam son mis dos personajes favoritos de la serie, y cuando los vi cantar juntos en "pairability" me encantaron como pareja, y la verdad es que uno siempre suele enganchar a sus 2 personajes favoritos como pareja jeje aun que me dio mucha tristeza que Marissa se fuera, pero no si leyeron uno de los twitts de Sam, donde decía que decirle adiós a Marissa fue lo más difícil :) .. les advierto que esto va a estar lleno de spoilers así que si no quieren que les arruine el misterio pues.. se joden! jajaja no es en serio, simplemente no lo lean :) este primera capitulo no tiene spoilers para poder darles la advertencia, así que, ya saben, espero sus comentarios y.. :)