Disclaimer: Ningún personaje me pertenece, solamente hago un mero relato con el fin de entretener.


El hombre eterno


¿Libertad?

¿Qué es la libertad?

¿Alguna vez la vida tuvo ese sabor?

¿Alguna vez existió?

Recordar épocas acaecidas no hace que la pena disminuya. Ni siquiera lo recuerdas. ¿Cuándo fue la última vez que sentiste libertad? Siempre te escondes, siempre en las sombras, siempre tras ese agrietado ojo avellanado que demanda demasiado, que ofrece demasiado, que busca consuelo en el estrellado cielo que no habla, pero que se mofa de tu consternación.

La inmortalidad de los caídos, ¿qué era eso?

Eres el caído que busca levantarse sobre una espina dorsal colisionada. Una espalda quebrada por llevar tantos lamentos, batallas tanto ganadas como perdidas. Guarecido en la maquinaria infalible. El único hogar que conocerás, el que no abandonarás jamás. El Arcadia.

Lo que no te mata, te hace más fuerte, dijiste una vez.

Quiero verte de pie, tomando por el filo y el fuego lo que se te negó, lo que un marginado de aguas espaciales puede reclamar como derecho de todos. Si tú no puedes tenerlo, ¿por qué ellos sí?

Miras el vaso de vid a la mitad, tu reflejo. Segunda marca, no esperabas mucho de ese último robo. No te quejas, no te place, eso es en lo único en que te proclamas unánime. Aunque, aun así, te levantas de tu trono y lanzas la copa a un costado con pujanza. Te indignas, tienes esos intrínsecos soplos. Nadie te juzga por ello. Puedes guardarte tus secretos, después de todo, no se ven.

No hablas, pero sabes que ella no necesita que digas nada. Puede leer tu mirada. Observa, baja la cabeza. No se detiene a que exclames o interrogues, ella toma su instrumento y toca. Es bastante para ti, te conoce y sabe que eso es una caricia a tu alma atormentada. Acaricia tu espíritu con aquel instrumento mientras miras a través de la ventana.

¡Qué vasto y pequeño al mismo tiempo! El universo.

Nada te detiene, nada te demanda. Habrías de seguir buscando. Posees el don de los dioses. El tiempo no corre, ni es relativo, no existe, no te consume, no te deja avanzar ni retroceder. El eterno "hoy".

¿Qué querrías hacer con ello?

Si la muerte pudiese materializarse, se convertiría en mujer y te seduciría para dormir contigo en la misma cama. Te desearía tanto que lo único que obtendría de ti, sería tu indiferencia.

Ella te armoniza. Tres notas y se inclina ligeramente sobre el instrumento. Sus cuerdas cantan para ti. Respiras de nuevo, resucitas del letargo, sales de la jaula mental. Aquí y ahora, vuelves del tormento. Tu mente es el nido que desata el infierno. La aquietas, nada te gana cuando ella está cerca. Decides que es mejor no intentar filosofar, las charlas internas no te llevan a nada.

Gracias, Miime.

El ciego logra discernir algo de luz entre tantas tinieblas. Ella solamente se limita a responder con la melodía. Llenas otra copa y todo vuelve a empezar. Te zambulles en la mesura de la libertad que te brinda el Arcadia. Porque, después de todo, aquella triada era, es y será tu genuino grito de libertad.


N. de autora:

Porque no podía vivir un día más sin darles parte de un poco de amor. Los amo a ambos, son mi OTP favorito en el mundo.

No creo que alguien lea esto, pero, de todos modos, lo comparto.

Si llegaste hasta aquí, mil gracias por leer.