Año de Nuestro Señor Jesucristo1864.

Castillo Dracula,Valaquia

El antiguo y ancestral castillo Dracula estaba de fiesta, era el amo de aquel lugar un joven de pálidas facciones y cabello negro alborotado, que no era otro que el príncipe Alucard Vladimir Dracula, quien aprovechando que sus huéspedes estaban sumidos en la algarabía total decidió escapar un momento del barullo saliendo al balcón.

Al cabo de unos minutos la vista del joven se encontraba clavada en la luna que iluminaba la ciudad, un leve suspiro escapo de sus labios, hacia ya muchos años quela luna se había vuelto su única compañía, ¿hasta cuando acabaría tanta soledad?¿qué hacia tanto amor atrapado en el alma?¿dónde estaba la persona que podía llenar el vacío de su muerto corazón?, No lo sabía y eso lo desesperaba ….

Seguía el príncipe sumido en estas cavilaciones cuando fue interrumpido por uno de sus sirvientes:

Mi lord lo busca la Baronesa De la Vega-dijo el mayordomo después de saludar

Ahora no Vicenzo, no estoy de humor-respondió el joven

Majestad, debo insistir esta dama ha venido desde España, solo para hablar con usted

Está bien, que pase -cedió el vampiro

Vicenzo se inclino y fue por la visitante.

Saludos majestad, han pasado tantos años-dijo la recién llegada

Alucard tomo su mano y la llevo a sus manos, al tiempo que la examinaba, era atractiva de bellas proporciones, su cabello era castaño rojizo, sus ojos cafés desprendían miradas intensas, y sus labios eran rosas en flor, algo en ella le parecía conocido ¿Dónde?

Le ruego alteza que no se esfuerce en recordarme temo que usted me note menos joven que la última vez que nos vimos…

Así que ya nos habíamos visto antes-dijo el vampiro tratando de unir las piezas

Se podría decir que soy una vieja amiga-susurro la mujer al oído del nosferatu

El la miro sorprendido y entonces unos colmillos blancos relucieron bajo la luna…

Bienvenida Julia-dijo el príncipe al reconocer a su interlocutora.

Pasaron los mese desde aquella noche, y todos los sirvientes del castillo ya se habían habituado a que pasadas las 6 la baronesa De la Vega llegaba a pasar la velada con el amo ,ya las mucamas comentaban que ella seria la que pasaría el resto de la eternidad al lado del amo, todos lo creían ,incluida ella baronesa de la Vega y Dracula no se escuchaba nada mal…

No puedo creer que te hallas alimentado del abogado Harker-gritaba el vampiro con furia

Era la única forma de mantenerte lejos de tu "amiguita"-dijo la mujer con saña

A Alucard no se le escapo que la baronesa estaba usando la palabra amiga para disfrazar la de amante.

¿Me estás diciendo que casi matas al pobre abogado solo porque no me dio la gana hablarte de Lucy?-pregunto el joven con fastidio

Si así es , tú no eres cualquier vampiro Alucard eres el rey de los no muertos, compórtate como tal, limítate a los de tu especie en vez de tontear con humanas…

ERES UNA MALDITA ARPIA-grito el nosferatu

No es a mí a quien Van Helsing llama eso…

El vampiro se detuvo al escuchar ese nombre.

¿De qué demonios hablas?

No me hagas mucho caso, pero se rumora que Van Helsing llego a Londres para investigar acerca de una criatura de la noche que ronda la mansión Westerna, a lo mejor ha ido desde Ámsterdam para liberar esa pobre alma…

Alucard no necesito escuchar mas si zarpaba de inmediato llegaría a Londres en tres días…

La noche era lluviosa, un torrencial había caído sobre Londres y todo estaba en completo silencio, una figura recorría el cementerio a toda prisa, se detuvo ante la cripta de la familia Westerna y entro en ella.

Adentro vistiendo sus mejores ropas estaba Alucard sentado con las manos cubriéndole el rostro.

Hay por favor Alucard déjate de tonterías

Tú alertaste a Van Helsing-susurro el vampiro

Si, y te diré que no me arrepiento, si me hubieras elegido a mí en vez de a ella…

Miserable ramera del infierno, es muy mi problema con quien me meta y ahora mételo en tu cabeza, JAMAS amare a una triste demonia como tu-dijo el vampiro con severidad

Bien, pero prepárate para las consecuencias nadie se mete con la baronesa Julia Teobaldo De la Vega sin recibir un castigo ejemplar y tu Alucard Vladimir Dracula estas firmando tu sentencia, aunque creo que mereces misericordia así que tienes dos opciones:

Únete a mí, hazme la contessa Dracula y fingiré que aquí no paso nada.

O recházame por última vez y me encargare de hacerte miserable hasta el fin de los tiempos.

Alucard se acerco a ella y le susurro al oído.

Preferiría servirle a Van Helsing, ser su humilde siervo antes que dejar que alguien como tu portara el nombre de mi casa.

Ten cuidado con lo que deseas, porque se te podría cumplir

Tengo tanto miedo-dijo el vampiro con sorna antes de abandonar la cripta

Lo pagaras caro, no importa donde estés yo siempre te encontrare-susurro la mujer antes de desaparecer en la oscuridad de la noche