Hola a todos. Es un gusto para mí el estar de regreso aquí en fanfiction después de tanto tiempo.

Ahora que por fin tenemos un nuevo cargador me esforzare por encontrar un tiempo para editar y re subir algunos de mis trabajos anteriores. Como siempre les pido de antemano una disculpa por la extremadamente larga ausencia que he tenido, asimismo les agradezco a todos mis lectores por los maravillosos reviews, favoritos y alertas de escritor favorito que me dejaron en mi último trabajo "Venganza de Medianoche".

Dicho esto comencemos de nuevo, abriendo con uno de los mas recientes; "La Caída de Arendelle". Espero que sea de su agrado y sin más por el momento los dejo con este fanfic corregido y editado.

LA CAÍDA DE ARENDELLE

Los personajes aquí citados son propiedad de Disney y sus respectivos creadores, esta historia fue escrita sin fines de lucro y con el único propósito de entretener a mis lectores.

PROLOGO. LA CAÍDA DE ARENDELLE

Destrucción, caos, ruina. Desde la seguridad del balcón principal del castillo la joven princesa no cabía en si de desesperación, Anna contemplaba con ojos desorbitados aquello que alguna vez había sido su reino, su gente y su vida misma reducirse a cenizas frente a ella sin que pudiese hacer nada para evitarlo.

En el fondo de su corazón la pelirroja anhelaba que todo lo que podía ver tras la ventana no fuese más que una horrible pesadilla, producto de la preocupación por la ausencia de su hermana. Pero no, todo era real; las viviendas de los habitantes estaban siendo consumidas por el fuego voraz que se extendía a cada segundo transcurrido, donde quiera que mirase no había mas que enemigos, quienes se dedicaban a saquear, amenazar e incluso asesinar a los pacíficos súbditos de Arendelle.

Los gritos desgarradores junto con las explosiones de las balas aumentaban su tormento, al grado de paralizarla por completo. Si Gerda no hubiese estado a su lado sin duda se habría vuelto loca.

Anna no sabía que hacer; un aparte de si deseaba salir del palacio y alejarse lo mas pronto posible de esa perturbadora carnicería pero la otra quería quedarse ahí aguardando, cumpliendo con su deber de nacimiento, probarle a su hermana que había hecho lo correcto al confiar en ella. Enfrascada en sus pensamientos apenas y pudo escuchar la puerta que se abría a sus espaldas.

-Alteza. ¿Se encuentra bien? –interrogó Gerda con preocupación.

-Estoy bien, pero nadie más lo estará si no salimos pronto de este lugar.

-Kristoff, gracias a Dios que estas a salvo –exclamó la princesa al reconocer la voz, enseguida abandonó su puesto en el balcón y corrió arrojándose en brazos de su amado.

El rubio correspondió al abrazo con ansiedad antes de seguir hablando.

-El ejército del enemigo esta avanzando demasiado rápido, no queda mucho tiempo antes de que destruyan la barricada.

-¿Qué haremos entonces? –preguntó en esta ocasión Kai el mayordomo, quien había entrado acompañando al maestro y proveedor de hielo.

-Kai, Gerda llévense a Anna lejos de aquí, yo me quedaré.

-Entonces yo también –intervino la joven liberándose del agarre del muchacho.

-No Anna, hoy no te saldrás con la tuya, menos en una situación así.

-¡Pero quiero ayudarte!

-¡Pues no me ayudarás si te quedas!

La princesa se paralizó con sorpresa ante las palabras de su esposo, mientras el mayordomo y el ama de llaves observaban en silencio la discusión.

-Escúchame Anna –dijo Kristoff ya mas tranquilo -, no debes quedarte.

-¿Por qué no?

-Porque Arendelle necesita de ti, tú eres imprescindible Anna pero yo no –le explicó sosteniendo entre sus dedos la barbilla femenina, ella se negaba a devolverle la mirada -. Necesitan a su princesa a salvo más que nunca.

-Pero yo te necesito a ti, Kristoff te amo –respondió la pelirroja con las lágrimas a punto de desbordarse de sus ojos celestes.

-También yo te amo, pero es necesario hacerlo. Vamos no llores.

Él le dedico una cálida sonrisa, al tiempo que limpiaba delicadamente con sus pulgares las lágrimas de las mejillas de su esposa y con todo el amor que fue capaz de mostrar depositó un dulce beso en sus labios.

-No te angusties por mí, ahora vete –apartó un mechón de cabello del rostro de Anna –. El abuelo Pabbie y el resto de mi familia te mantendrán a salvo, Kai y Gerda irán contigo.

-Cuídate, prométeme que vas a estar bien.

-Voy a estarlo, salgan de aquí no queda mucho tiempo.

Con resignación la princesa de Arendelle abandonó la habitación y siguió a sus guardianes a través del corredor oscuro. En cuanto el príncipe perdió de vista a las tres personas regresó a la habitación en busca de su pico para hielo, una vez que lo encontró se dirigió a la entrada principal del castillo, donde armados con ballestas, lanzas e incluso armas de fuego una pequeña fuerza de hombres aguardaba detrás de las puertas atrancadas.

Kristoff se abrió paso entre ellos y avanzó sin temor a la cabeza seguido muy de cerca por Sven y Olaf. Mientras aguardaban por la inminente llegada del ejército enemigo el rubio no dejaba de rezar por la seguridad de la persona más importante de su vida, anhelaba que en aquellos momentos de angustia Anna se encontrara a salvo, lejos de toda la locura que estaba desatándose sobre el reino.

Por otro lado la pelirroja y sus acompañantes consiguieron salir por la puerta trasera del palacio, valiéndose de la oscuridad reinante subieron a bordo de un bote preparado para la ocasión y atravesaron el fiordo sin ser detectados. Apenas bajaron del bote una intensa llamarada iluminó la noche, el cielo antes despejado de nubes comenzó a llenarse de un espeso humo gris, nuevamente el silbido de las balas se escuchó por todo el lugar, aun a pesar del temor ella no podía dejar de observar el fuego que ahora devoraba su hogar sin tregua.

Con gran dificultad las dos personas de mayor confianza de la familia real consiguieron alejar a la princesa de la escena, quien con gran tristeza se adentró en lo profundo del bosque con su compañía.

Al salir las primeras luces del alba el ejército invasor reunió a los sobrevivientes en el patio del castillo, para los atemorizados ciudadanos era inevitable preocuparse por la suerte que les esperaba, más aún cuando el paradero de su monarca les era desconocido y la única persona con la que habían estado contando se encontraba también desaparecida. Por todas partes había rastros de la perturbadora batalla de la noche anterior; los resultados de la devastadora guerra que se libró en todo el reino fueron numerosos muertos y heridos, que eran sacados en camillas por los invasores con imperturbable tranquilidad.

El incendio casi estaba extinto. En el instante en que la última llama fue apagada las puertas del balcón principal se abrieron de par en par, en medio del humo que se disipaba apareció la figura de un hombre joven.

-Finalmente, Arendelle es mío.

Esto es todo por el momento, espero que hayan disfrutado este primer nuevo capítulo del fanfic. Nos leemos la próxima semana con un nuevo episodio.

Por favor comenten que les pareció. Hasta pronto y mucha suerte.