Mueres siendo un héroe,
o vives lo suficiente para convertirte en villano"
Capitulo 1: La Gente del Arca
P.O.V Clarke Griffin
Desde muy pequeña me habia acostumbrado a vivir bajo la protección que nos brindaba el arca. Todas las tardes, de eso ya hace unos años, me sentaba con mi padre delante del gran ventanal que permitía perfectamente observar el mundo exterior. Afuera era peligroso, eso había escuchado desde que tengo memoria. Los salvajes no conocían de misericordia, lealtad o cariño. Eran maquinas de muerte a las cuales debíamos destruir.
La guerra entre la gente de la montaña y los del Arca habia iniciado hace mucho. Tanto tiempo que todo lo que sé sobre el inicio de la guerra es lo que he escuchado. El Arca había estado en el espacio por muchos años luego de una gran explosión nuclear que sacudió todo el planeta. Mi padre solía decirme que quizás algún día volveríamos al cielo. En el cielo no existían los problemas de la tierra. No existían los hombres de pieles tostadas por el sol que solían atacarnos de tiempo en tiempo.
-Clarke, alerta, nos estamos acercando.- me empujó ligeramente Bellamy sacándome de mis pensamientos. Le miré y sujeté con firmeza mi pistola de dardos tranquilizantes. Los demás tenían armas de fuego, yo me había arriesgado trayendo algo menos peligroso.
Hace dos días un grupo de los chicos del arca habían notificado la existencia de una extraña fortaleza al norte de nuestra ubicación en el arca. Era una torre que según la descripción parecía levantarse hasta el cielo. Según los lideres, esta podría ser la oportunidad perfecta para destruir gran parte del ejercito enemigo.
Al fin, luego de tanto tiempo de camino, la torre comenzó a observarse a lo lejos. La puesta de sol que se estaba llevando acabo tras la torre contrastaba enormemente con el material de la estructura. Parecía hecha de acero. Se veía imponente a medida que nos acercábamos, la vegetación comenzó a disminuir y el camino se volvió mas arenoso. Me sentí nerviosa, me ocurría siempre que salía del Arca. Ese sentimiento de inseguridad que nos brindaba la selva.
-La bebé esta lista.- susurró Raven a mi lado señalando el paquete que llevaba en su mochila. Reyes era encargada de toda nuestra tecnología. Nuestra supervivencia se basaba en los avances que habíamos logrado desarrollar luego de nuestra caída en la tierra.
-Es enorme. ¿Crees poder volar esa entrada?- interrogué mientras el grupo se detenía delante de la enorme puerta de acero que impedía la entrada. La torre parecía estar conectada a esa puerta por una especie de túnel. Todo era tan extraño en esta área. ¿Por qué no se escuchaba nada? Eso era tan intimidante.
-Lo verás en primera fila.- me aseguró Rav yéndose con parte del grupo a montar la bomba. Me sorprendía la tranquilidad del lugar, como si estuviese desierto.
-Esto no me gusta, demasiado solitario para ser un cuartel de armas.- habló Octavia deteniéndose a mi lado mientras revisaba la carga de su arma.
Miré mi pistola un poco nerviosa, quizás debí haber echo caso a mi padre y tomado un arma de verdad. Con los tranquilizantes que tenía no sería de gran ayuda. Pero lo mío no eran las matanzas, yo quería salvar vidas no terminar con ellas. ¿En qué momento habíamos acabado así? ¿En que momento pasamos de ser el grupo que quería paz a ser el grupo que habia asesinado a miles? Las rayas entre los buenos y los malos a veces puede ser muy delgada. A veces olvidamos de que lado estamos.
-Todos en posición.- escuchamos la voz de Pike avisarnos, él estaba adelante con mi padre y otros de los lideres.
El lugar por unos segundos quedó en total silencio. Podía oír incluso el sonido del viento cruzando entre las ramas de los arboles a nuestras espaldas. El único sonido durante dos segundos fue el de la bomba haciendo su conteo regresivo. A Raven le gustaba eso de crear cierta tensión antes de volar lo sitios en pedazos.
La explosión fue extremecedora. El polvo se levantó con violencia y el ruido amenazó con explotar nuestros oídos. Era difícil recuperarse lo suficientemente rápido, pero luego de tanto tiempo estábamos acostumbrados. El polvo fue disipándose poco a poco, no lo suficientemente rápido.
Escuchamos ruidos, ruidos que consiguieron que un escalofrío recorriese mi espalda.
Entonces aparecieron varias personas corriendo. Eran gente de la montaña. Los reconocí por sus vestimentas. Los disparos fueron de un lado a otro. Gritos desgarradores y sangre pintando el suelo. No disparé en ningún momento, permanecí un poco mas resagado estudiando lo que ocurría. No habían tantos hombres allá adentro: aquello era extraño.
-Despejado.- anunció Pike, pero yo no creía que el tuviese razón. Como máximo habían solo seis docenas de hombres en el suelo. Muy pocos para una fortaleza tan grande.
-No te distancies.- me susurró mi padre pasando junto a mi cuando me acerqué al grupo en la delantera.Asentí escondiendo de su mirada mi arma.
En poco tiempo estábamos dentro de la torre. Nos recibió un pasillo de un extraño material grisaceo con antorchas colgando de las paredes. El camino fue lento, todos estábamos al pendiente de un posible ataque. Al final había otra puerta, todos preparamos las armas y en poco tiempo Pike empujó la puerta con un dibujo de un circulo negro en ella.
Todo quedó en silencio nuevamente. El lugar parecía ser una sala de entrenamiento mezclado con una sala de operaciones, era un círculo enorme y todo parecía hecho de metal, bronce y acero. Seducida por la arquitectura me adelanté del resto del grupo hasta que Pike me sujetó del hombro impidiendo mi avance.
-Con calma, Griffin. Detrás de mi.- me advirtió el hombre, miré a mi padre y él simplemente asintió así que desistí de llevar la contraria.
-Dividamonos, la mitad conmigo.- ordenó mi padre, rápidamente le seguí y nos desviamos hacia una de las puertas comenzando a revisar el lugar.
La revisión parecía ser una total perdida de tiempo, pero pasados algunos minutos escuchamos ruidos. Venían de atrás de una puerta de metal. Alguien estaba golpeando con fuerza sobre la superficie.
-Posiciones. Podrían haber salvajes.- explicó mi padre mientras apuntaba el mecanismo de la puerta.
Y tenia razón con lo que dijo. Eran salvajes.
Cuando la puerta cedió luego del disparo de mi padre, una avalancha de quince cuerpos vestidos de negro salió de allí. Parecían estar completamente locos cuando sin previo aviso comenzaron a atacarnos. Consciente de que mi pistola no era del todo útil simplemente busqué una refugio y vigilé lo que ocurría.
Esta gente no tenía armas. No como la gente de la montaña. Atacaban con sus cuerpos y manos, pero parecían a un mas letales que el primer grupo que nos atacó. Sorprendentemente, cuando pensé que serían fáciles de exterminar, vi como uno de ellos logró derivar a Bellamy. Era una persona vestida de cuero y con una gran melena castaña que cubría totalmente su rostro. Apunté y le derivé de inmediato. Bellamy le empujó y le dejó por olvidado.
El último disparo se escuchó. Dio en la cabeza de uno de los salvajes haciéndole caer al suelo de inmediato. Sangre saltó en todas direcciones y yo arrugué el gesto ante aquella vista. Era asqueroso y desgarrador a la vez.
-Maldición, quería uno de esos salvajes vivos, Pike.- habló mi padre viendo caer al último salvaje.
-¡Estaban fuera de control! Si no los matábamos no podríamos tranquilizarlos.- debatió Pike. Mi mirada viajo hacia mi víctima, la persona que habia atacado fieramente a Bellamy.
-¡Padre!- interrumpí saliendo de mi escondite tras una mesa de acero.
-¿Otra pistola de esas, Clarke? ¿No hemos hablado de ello?- interrogó mi padre, claramente él habia sospechado desde el principio, por eso había estado observando mi arma.
-Estoy bien, Jake. Y gracias a mi, ahora tienen a un salvaje que investigar.- aseguré tomando por sorpresa a los dos lideres.
-¿Qué quieres decir?- preguntó Pike, yo simplemente miré hacia el cuerpo que seguía en el suelo tendido.
-¿No la mataste? ¡Clarke esa cosa me ha arrancado parte del brazo!- se quejó Blake sujetando su brazo derecho.
-No ha sido para tanto, Bellamy. Lo importante es que tenemos un salvaje del bando enemigo, con suerte podrá explicarnos que se hacía en este edificio y los planes del enemigo.- hablé con seguridad.
-Encadénenle. Volvemos al Arca.- anunció mi padre.
Quería ver al salvaje de cerca. Nunca habia visto a uno sin atacar, era difícil saber como era un salvaje cuando lo único que hacía era intentar desmembrarte. Entre dos chicos levantaron al salvaje. La ropa era extraña, un material semejante al cuero pero parecía mas resistente.
Con curiosidad me acerqué y sujeté de la mandíbula al salvaje ante la mirada de los dos chicos que le sujetaban. Era una mujer. Lo comprobé al levantarle el rostro. El cabello se hizo a un lado mostrando un rostro que podría parecer muchas cosas...pero no el rostro de una salvaje, asesina.
-¿Hueles?- me preguntó Murphy, uno de los chicos que la sujetaba, saqué mi mirada del rostro mientras levantaba una de mis cejas.
-¿Oler qué?- interrogué
-Esta gente huele a feromonas, Clarke. El lugar completo.- susurró Murphy, el chico junto a él asintió. Inmediatamente el olor me golpeó. Era cierto, el olor había estado ahí desde que nos atacaron. ¿Una nueva estrategia de ataque? Este era el nuevo plan de la gente de la montaña. ¿Feromonas para distraer a los enemigos? ¿Qué clase de juego era ese?
Entonces algo llamó mi atención. La salvaje tenía una cortadura en la ceja derecha. Volví a levantarle el rostro. Su sangre no era roja...era negra. ¿Qué clase de gente era esta? ¿Acaso eran gente?
-Vamos.- ordenó Pike regresándome a la realidad. Murphy colocó las esposas en la salvaje y yo me adelanté para poder hablar con los lideres.
Continuará...
