PRÓLOGO

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El principio de mi muerte...el fin de la vida, la sensación fría y desgarradora pronto quedó transformada en algo mucho más intenso, y menos doloroso. Mi cuerpo estaba muriendo, sentía los latidos de mi corazón apaciguándose, mis ojos se nublaban, el aliento apenas existía...tuve que gritar de dolor, más que un grito era un aullido, jamás hubiese imaginado que llegase a doler tanto...lo había oido de sus labios miles de veces. " Bella, ésto te dolerá, Bella, no es buena idea", y yo siempre le había ignorado tratando de hacerle ver que lo importante era que nos queríamos...pero en esos instantes estaba ciega de dolor y mis gritos quedaron atrapados finalmente en mi garganta...caía al suelo y me revolqué unos instantes más, la vida se me iba lentamente....era una sensación extraña, lo más parecido a cuando has corido tanto que parece que no tienes fuerzas para nada y hagas lo que hagas no te recuperás...solo que ésta vez iba a más...fui cayendo en una etapa en la que la somnolencia me envolvió...ya no podía distinguir nada, ni siquiera a Edward que se había mantenido a mi lado en todo momento murmurando palabras de consuelo.

Cerré los ojos. No sé cúanto tiempo estuve asi, pero cuando los volvi a abrir, supe que algo había cambiado en mí. No necesité pensar mucho para aclarar mi mente. Al fin. Había sucedido al fin. Estaba muerta. Y al mismo tiempo más viva que nunca. Sentía frio, un frio repentino y envolvente que hizo que me estremeciese. Una mano asiendo la mia hizo que girase el rostro en su dirección.

- Edward...- logré articular, tomando su mano con más fuerza y tratando de sonreir.

-¿ Estás bien, Bella? - preguntó con algo de preocupación, como si no pudiese creer que fuese una vampiro, exactamente como él.

- Si...era ésto lo que quería, ahora podemos estar unidos, nada ni nadie nos separará...- me incorporé despacio, mis piernas flaqueaban pero por suerte contaba con el apoyo de Edward, quien me sostuvo.

Alzé la mirada hacia su rostro y sonreí, por su forma de mirarme supe que físicamente tambien debía haber cambiado. Imaginé que estaría más pálida y mi cabello contrastaría aún más.

Pero había algo más.

Un destello extraño.

Terminó por sonreirme y besó mi frente estrechándome contra él. Supe que a partir de ese momento todo iría bien. Mi cuerpo había muerto pero mi vida junto a Edward empezaba ahora. Ahora y para siempre. No podía imaginarme que aquella decisión sería una pesadilla por la tendría que arrepentirme...eternamente.

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