Capitulo 1: La despedida

Harry había pasado casi dos semanas con sus tíos y ahora se encontraba en la Madriguera. Había llegado la noche anterior y solo había visto a Ron. No paraba de dar vueltas en la cama, solo podía pensar en una cosa: el ver al DIA siguiente a ginny. Esas dos semanas sin ella habían sido las peores de su vida, contando con los diez años que paso con sus tíos. La echaba de menos, no podía evitarlo, su olor, su sonrisa,…. No podía vivir sin aquellos elementos.

Se hizo de día y harry aun no había podido dormir nada. Bajó a desayunar, no había nadie, estaban todos durmiendo todavía. Se choco con algo o alguien y se quedo sin respiración al ver quien era. Unos ojos profundos y bonitos, un pelo rojo intenso y largo… era ella, la chica que le robaba sus sueños.

- Hola Ginny – dijo Harry con el corazón latiendo demasiado deprisa.

- Hola Harry – contesto ginny con su dulce voz - ¿quieres algo de desayunar? No podía dormir y he hecho algo de comer. No se me da muy bien, pero es comida – dijo ginny pensando que podría haber dicho algo mas bonito en su primer encuentro tras dos semanas

- Mmm, esta bien, la verdad es que tengo algo de hambre – dijo Harry tratando de calmarse.

"vamos hombre, la dejaste tú y por buenos motivos, bien lo sabes, no puedes permitir que le pase nada por culpa de voldemort" se decía harry a si mismo tratando de convencerse.

"Pero es tan bonita…. Y en realidad Voldemort ya debe saber que Ginny es muy importante para él, ya que con el está Snape y Malfoy. Si la tienes cerca podrás protegerla mejor" Harry siguió pensando, mientras comía en silencio. "Debes volver con ellas, te estas volviendo loco…"

- Harry¿te pasa algo?

- No, nada. Pensaba en lo que iba a hacer cuando deje la Madriguera. – mintió Harry.

- Am, bien – dijo Ginny apenada. ¿Cómo podría haber pensado que Harry aun seguiría pensando en ella de vez en cuando? Es el chico que vivió. El único.

- ¿Podemos salir afuera? – preguntó Harry no muy seguro de lo que iba a hacer.

- Sí, claro. – contestó Ginny algo confusa

Salieron hacia un pequeño lago que había cerca de la casa. Una vez allí se sentaron bajo un bonito árbol desde donde se podía ver el amanecer.

- He cometido un error – dijo Harry con la mirada hacia abajo. – un error con respecto a nosotros.

"Genial, ahora me dirá que fue un error el empezar conmigo, que no me quiere, que quiere a otra, que como se iba a enamorar de mi…" pensó Ginny

- Déjalo Harry, si vas a decir algo que mate mis únicas esperanzas en la vida, mejor cállate. – dijo Ginny conteniendo unas lágrimas.

Harry se acercó y le dijo:

- No se si será esto lo que esperas, pero no puedo evitarlo.

Harry se acercó y le dio un beso profundo, que Ginny al principio no correspondió pero cuando Harry iba a separar sus labios ella se impulsó para seguir besándolo. No se dieron cuenta de cuanto tiempo estuvieron besándose, pero cuado por fin se separaron ya había amanecido, Ginny estaba encima de Harry y éste la abrazaba por la cintura.

- Te quiero y no quiero que nos separemos nunca mas, no puedo vivir sin ti – dijo Harry.

- Yo también te quiero cielo, y te aseguro que nunca nos vamos a separar. Ahora mejor entremos a casa o sospecharan. – sugirió Ginny

- Está bien, pero tarde o temprano se tendrán que enterar.

- Si, pero prefiero que por ahora sea algo nuestro.

Entraron y todos estaban a la mesa desayunando. Hermione peleaba con Ron, para variar y Molly con Arthur. Cuando entraron, todos se callaron y Molly gritó:

- ¡Por fin aparecéis! – dijo con una sonrisa pero a la vez mirándolos a los dos inquisitivamente. - ¿Habéis desayunado ya? He visto vuestros vasos en el fregadero, pero si tenéis hambre he hecho buñuelos para desayunar, una comida típica de una ciudad de España que he visto en mi libro de cocina.

- No, gracias señora Weasly, pero no tengo hambre.- dijo Harry tocándose el estómago.

- Yo tampoco tengo hambre.

Hermione, que se los había quedado mirando cogió a Ginny del brazo y se la llevó alegando que tenía que ayudarla a hacer una cosa del colegio y cuando volvieron, ambas se miraban con complicidad y riéndose y Harry supuso que Ginny le había contado lo que había pasado fuera. Harry, que no se lo podía creer después de que Ginny dijera que iba a ser un secreto se acercó a ella.

- ¿No decías que no se iba a enterar nadie? – le susurró Harry.

- Si, pero es muy persuasiva, además de que ya se lo imaginaba. Espero que mis padres no se hayan dado cuenta – comentó Ginny preocupada – aunque tal y como nos a mirado mi madre…

- Sí, yo también me he dado cuenta – dijo Harry pensativo.

Pasaron unos días en los que Harry y Ginny sólo se veían a escondidas, aunque la señora Weasley cada vez sospechaba más y más.

Un día, Hermione y Ron cogieron a Harry y se lo llevaron a un sitio aparte.

- Tenemos que hablar contigo – dijo Hermione

- Sí, porque sabemos que no vas a volver a Hogwarts y queremos que sepas que cuentes con nosotros. – siguió Ron.

- ¿¿Cómo?? – dijo Harry sin saber a lo que se referían

- Que si tú no vas a Hogwarts y vas en busca de los Horrocruxes, nosotros vamos contigo – aclaró Hermione - Somos un equipo y somos tus amigos, no te dejaremos solo en esto. Y como tenemos que hacer las cosas bien, debemos hablar con los padres de Ron y con Ginny. Hemos pensado en hacerlo esta noche¿qué te parece?

Harry se quedó anonadado y asintió con la cabeza sin saber qué decir después de la charla que le había dado Hermione.

Así lo hicieron, y cuando llegó la hora de la cena, los tres estaban muy nerviosos, no sabían cómo iban a reaccionar los Weasley, ya que aunque Hermione y Harry no eran hijos suyos, los trataban como tal.

La cena terminó y Ron empezó a hablar.

- Mamá, papá, tenemos que hablar con vosotros. Esto…

- Tenemos algo que contarles. Dumbledore no les contó nada por seguridad de Harry, pero queremos que lo sepan – continuó Hermione

- Resulta que como me llaman en el Profeta es la verdad. Según una profecía que escuchó Dumbledore, yo soy el único capaz de derrotar a Voldemort, y que ninguno podrá vivir mientras el otro siga con vida, por lo que o mato yo a Voldemort o me mata el a mí – terminó Harry

Los señores Weasley se quedaron a cuadros y Ginny más aun.

- Y a parte de que queráis que lo sepamos¿por qué nos contáis esto? – preguntó LA señora Weasley.

- Pues… - empezó Hermione – porque… novamosavolverahogwarts – dijo Hermione lo más rápido que pudo.

Ante la cara de desconcierto de los Weasley Ron añadió:

- Que este curso no vamos a volver a Hogwarts, vamos a ayudar a Harry con lo Horrocruxes de quien-tú-sabes.

- ¡ Si vosotros vais yo también voy! – exclamó Ginny convencida.

- Ginny cielo, ellos son mayores de edad, pueden hacer magia fuera de Hogwarts pero tú no. Creo que deberías seguir en el colegio.

- De eso nada¿crees que voy a estar tranquila en el colegio pensando que cualquier día puedo leer en el periódico que han muerto? – dijo Ginny enfadada.

- Se que es duro, pero no puedes hacer nada. Me gustaría que ellos se quedasen también, pero son mayores de edad y pueden hacer lo que quieran. – respondió el señor Weasley.

- No – dijo Ginny esta vez mirando directamente a Harry – no me hagas esto¿y lo que hablamos el otro día? No me conoces si piensas que voy a quedarme quieta sabiendo que mi novio, el hombre que amo está continuamente en peligro de muerte. Cumple tu palabra y no te separes de mí – añadió Ginny sin apartar la vista de los ojos de Harry e ignorando los gritos de sus padres ante la sorpresa de eso de "mi novio" y "el hombre que más amo".

- Gin, lo se, pero no se puede hacer nada – dijo Harry cogiéndola de la mano – y tus padres son los que tienen la última palabra.

- ¿Estáis…. Estáis… estáis saliendo¿Otra vez? – preguntó Ron mirando a Harry con cara de pocos amigos.

Ambos asintieron mirando después a los padres de Ginny.

- Has salvado a mi hija de quien-tu-sabes y a mi marido. Te debemos mucho, confío en ti, si Ginny quiere ir contigo, que vaya, pero contaréis con nuestra ayuda y las normas que os impongamos – dijo Molly despacio conteniendo una sonrisita por saber que Harry y Ginny se querían.

- Estamos de acuerdo – dijeron los cuatro.

Así, al día siguiente se despidieron de ellos y salieron de la casa para empezar con la búsqueda de los Horrocruxes.