Capítulo1: La llegada.

Esta historia toma lugar en uno de los Centros de Investigación Científica con mayor renombre en la capital de Tokio: National Institute of Natural Sciences, Japan, allí diversas personas especializadas en Ciencias Biológicas luchan día a día con la ardua labor científica, una de esas personas es Sakura Kinomoto; a pesar de que la ciencia no es una tarea fácil ella es una joven entregada y apasionada a su trabajo. Durante sus estudios llego a pasar por muchas dificultades ya que la investigación requiere de un gran intelecto y disciplina, y aunque ella misma no se consideraba como la persona más brillante del mundo, su enorme optimismo le ayudo a maximizar sus esfuerzos y dedicación para estudiar en el área Biomédica, una disciplina demasiado atrayente después de que a temprana edad perdiera a su madre por la famosa enfermedad del cáncer ya que uno de sus mayores sueños era colaborar en estudios celulares relacionados con esta patología. Por lo que hoy en día se había convertido en una persona respetable en su profesión así como había obtenido uno de sus mayores logros: trabajar como investigadora-docente en el departamento de Biomedicina. Siempre considerada como una persona alegre, hoy saludaba con su singular empatía a todo el personal del centro de Investigación; sin embargo nunca imagino que la única pieza que le hacía falta en su vida llegaría en un día primaveral tan armonioso como hoy; dando comienzo a una alteración caótica en su mundo.

-¡Buenos días Takashi!- Saludaba de lo más alegre a su alumno tesista.

-Muy buenos días Dra. Kinomoto, ¿ya sabe la nueva?-contestaba su alumno exagerando un poco la tonalidad del mismo a esta última frase, Sakura hizo un ademán para que prosiguiera ya que se encontraba intrigada por el nuevo cotilleo que le contaría Yamazaki en esta ocasión.

-Como bien sabe Dra Kinomoto, el Dr. Furukawa hace unos meses abandono el departamento de genómica debido a su jubilación pero hoy contra todo pronóstico ha llegado un nuevo jefe investigador nada más y nada menos que de la importante Universidad de Hong Kong para sustituirlo- Exploto de emoción Yamazaki.

Sakura trataba de procesar esta breve información, no entendía cómo era posible que algo así se viniera enterando apenas hoy, ya que era bien sabido que su departamento tenía una fuerte colaboración con el de genética, ambos compartían recursos para realizar sus respectivos proyectos científicos por lo que desde hace unos meses cuando el Dr. Furukawa los abandono se había encontrado con la dificultad de tener ciertos recursos limitados como el uso de algunos aparatos o reactivos de laboratorio.

-No se diga más Takashi, espero llegar a buena hora para darle al nuevo Dr…-

-Li Syaoran- completo Yamazaki triunfante.

-Al Dr. Li un nuevo presente de bienvenida, pero… ¿que será conveniente obsequiarle…?- le pregunto Sakura a su estudiante.

-¡Dra. Kinomoto tengo una idea!- grito Yamazaki abriendo ampliamente sus ojos, acción fuera de lo común y que solo le ocurría cuando tenía una… ocurrente idea.

-¿Hoee?-


-¡LO ODIO! ODIO A SYAORAN LI, LO ODIOOOO

-Sakura, ¿de qué hablas? Tú no has odiado a nadie desde… bueno nunca has odiado a nadie- le contestaba su mejor amiga desde la infancia Tomoyo Daidouji mientras sorbía tranquilamente de su Chai Latte.

-Siempre hay una primera vez Tomoyo- Dijo Sakura mientras arrugaba violentamente una servilleta con los dedos, su querida amiga solo la había visto así de alterada desde la ocasión en que una vez un señor maltrato a un perro cuando apenas tenían 10 años y Sakura salió a su rescate con el mayor ímpetu que era posible en ella.

- Cuéntame desde el principio- Exigió su mejor amiga, en el fondo estaba divertida por saber quién podía causarle semejante cambio de humor a Sakura, la chica más dulce que conocía.

Sakura comenzó a describir lo nerviosa y emocionada que se sentía por presentarse al nuevo investigador, no tenía idea como lucía o qué edad podía tener, imaginaba que sería alguien mucho mayor. Yamazaki le conto que prácticamente era un profesor inminente transferido de la Universidad de Hong Kong y que había asistido como ponente a importantes cátedras internacionales de los avances más sobresalientes en el campo de genética. Las manos de Sakura no estaban vacías ya que portaba un obsequio muy original que le propuso su alumno. «Una ofrenda de bienvenida con un gran significado» pensó ella.

-¡Hola Mihara! ¿Qué haces por aquí?- le pregunto a Chiharu, una agradable ex alumna que llego a tener en sus relativas horas de docencia.

- Buenos días Dra. Kinomoto, me he incorporado con el nuevo profesor Li, lo conocí hace tiempo en una conferencia y desde que supe que se incorporaría aquí no pude dejar pasar la oportunidad para escribirle y pedirle la petición de ser su tesista- contesto Chiharu sin dejar pasar la evidente admiración que sentía por este personaje aún desconocido para Sakura.

-Mihara, dile a la señorita que no estoy interesada en más alumnos, para ello es necesario aplicar unos cuantos exámenes escritos, una presentación oral y por supuesto contar con sobresalientes calificaciones y aptitu…- el presente no pudo terminar la frase ya que se vio interrumpido por la joven castaña de enormes ojos jade que lo miraba extrañada.

-Se equivoca, no soy alumna… también soy científica, del departamento de Biomedicas propiamente dicho, no sé si lo sabe pero mi departamento y el suyo tienen una colaboración bastante estrecha…

-¡PERO EL MUY GROSERO Y PETULANTE ME HABLO DESPECTIVAMENTE PORQUE SEGÚN EL YO ERA UNA ALUMNA CUANDO ES EVIDENTE QUE AMBOS SOMOS JOVENES Y TENEMOS CASI LA MISMA EDAD!- grito Sakura haciendo un paréntesis al relato que le hacía a Tomoyo.

-Cariño, baja la voz que nos miran todos en el café- le señalo su preciada amiga, aunque al mismo tiempo que decía esto, parecía que estaba entretenida con algo que había encontrado en su celular.

- Oye Sakura pero sí que está muy bueno ese Syaoran Li- Tomoyo le mostro la pantalla de su teléfono donde se podía observar una fotografía de perfil de un hombre atractivo de cabello color chocolate y penetrantes ojos marrones.

-¿pero cómo…?

-Todos los investigadores tienen un perfil de presentación en la página del Instituto de Investigación- término de decir por ella Tomoyo para después soltar una risita traviesa.

-¡Tomoyo!

-Lo siento querida continua tú relato.

Mientras Sakura se presentaba, el hombre que tenía enfrente de ella parecía no mostrarle la mínima atención. Por alguna extraña razón comenzó a sentir humillación, como en sus tiernos años de adolescencia cuando un profesor la pasó al frente del salón para que explicara el tópico anterior de la clase, pero a pesar de haberlo estudiado, tuvo un repentino ataque de nervios y salió huyendo de la vista de todos. Pero una vez en el presente el apuesto investigador la interrumpió preguntando:

-¿Por qué demonios viene cargando todo este tiempo con un cactus en sus manos? Que por cierto observo que es de la mitad de su tamaño.

-Oh esto… es un regalo de bienvenida- contesto Sakura alegremente.

-¿Un cactus?- reafirmo Li de manera arrogante mientras arqueaba una ceja.

- Emmm si, es una planta que se encontraba en mi laboratorio desde que me incorpore en él, según me han contado existe una leyenda donde una vieja tribu nómada de Siberia regalaban a otras familias vecinas plantas endógenas que encontraban cuando se asentaban en algún lugar, con esto quedaba sellada su amistad y tenían años y años de prosperidad juntos, sin embargo también se cuenta en este mito, que la familia opuesta que recibía la planta regalaba algo valioso en agradecimiento y para mantener la unión- de repente el hombre con el semblante más frío que había conocido estallo en una risotada burlona.

-Es la historia más ridícula que he escuchado- Syaoran le arrebato la planta y con ello cerró la puerta del laboratorio dejando a Sakura con la palabra en la boca.

-Y no, no te daré agarosa(1) a cambio de este horrendo cactus- abrió repentinamente Syaoran para nuevamente cerrar la puerta dramáticamente.

Después de terminar la historia Sakura esperaba que Tomoyo compartiera un poco de sus sentimientos de desprecio al hombre más grosero del planeta, ya que no solamente este hecho exaspero su día sino que después de ello Syaoran se tomó todo el derecho de utilizar un aparato de laboratorio que compartían, atrasando los experimentos de Yamazaki y por ende el tiempo de Sakura, gracias a eso salió tardísimo hoy. Tomoyo solo la miraba de lo más divertida, en el rostro de su amiga, además, parecía que guardaba un nuevo y oscuro secreto -No me gusta esa mirada- pensó Sakura recordando que Tomoyo siempre tenía esa cara cuando le iba a probar un nuevo traje exclusivo de sus diseños, ya que esa era la profesión de Tomoyo, era directora de vestuario para una reconocida televisora japonesa, en esta ocasión estaba trabajando en un drama romántico televisivo.

-No me mires así Sakura, ¿hace cuánto que no sales con alguien? por lo menos me tienes que describir que tan trabajado y redondo es ese trasero suyo…

-¡Tomoyo!


«Una buena ducha…en su tina…con espuma…e incienso…» pensó Sakura de manera seductora, eso era lo que necesitaba para sentirse relajada y tranquila de los acontecimientos ocurridos esa mañana, nunca nadie la había molestado tanto, ella era símbolo de amor y paciencia con todas las personas y eso que normalmente se encontraba con situaciones bastante hostiles en su trabajo.

-¡Como siempre en la luna!- Le grito la anciana Anna Brune, su vecina del piso de abajo.

-Déjala, le hace falta un hombre y por eso se preocupa tanto- contesto la otra hermana Hanna Brune.

Había olvidado a sus "adorables" vecinas, aunque también eran personas odiosas por alguna extraña razón ni siquiera ellas las sacaban de sus casillas como el nuevo investigador: Li Syaoran. Sakura comenzó a pensar en cómo odiaba su nombre, su mirada fría e inquisitiva, sus perfectos y pulcros zapatos, sus pantalones de mezclilla, su camisa negra de cuello V… un momento… se concientizo así misma de cómo estaba recorriendo con la mirada desde los pies a la cabeza a la persona que menos quería ver en ese momento y ese era nada menos que su tormento: Li, el cual vestía un atuendo mucho más relajado y casual que el de la mañana. NO, se alarmo Sakura, no es posible que…

-Oh… si solo eres tú, ¿es necesario que también pierda mi paz siendo ahora tú nuevo vecino?- VE-CI-NO dramatizo en cámara lenta Sakura en su cabeza. Syaoran ahora sorbía despreocupadamente de su bebida.

-¿Más té querido Li?- pregunto de manera coqueta Hanna Brune. De repente Sakura tuvo ganas de vomitar, ¿Querido? ¿Desde cuándo esas brujas se portan decente con un ser humano? Se preguntó mientras observaba como la mujer llenaba su taza de la manera más burda que se puede esperar de una anciana de 70 años que flirtea con alguien 40 años más joven.

-Así que tú piso es 20B querido Li

«¡Genial! al menos no es como si lo tuviera a lado de mi departamento» se alivió nuestra protagonista.

-No, es 21A – contesto Li, así que Sakura procedió a retirar lo dicho…

Una vez dentro en la seguridad y confortabilidad de su hogar, Sakura abrió las llaves de la tina, se despojó de sus ropas y se sumergió en la tranquilidad que le brindaba el contacto desnudo de su piel con la calidez del agua. Era lo que necesitaba después de semejante broma del destino…

UNOS MINUTOS MÁS TARDE…

-¡Woow las flores de cerezo son hermosas!- el viento soplaba en su rostro, era un aire acogedor; como una brisa marina la cual podía sentir como un ligero rocío embriagador.

-un pétalo, dos pétalos, tres pétalos…- Sakura jugaba como niña pequeña atrapando cada pétalo que desprendía los hermosos arboles de cerezo, el aroma del mismo era dulce y suave; era como haber creado su propio paraíso. De repente noto que llevaba el uniforme de secundaria, ¿volvía a tener 15 años? No estaba segura, pero noto una jovial energía en ella cuando corría capturando más flores con las manos. Cada vez corría más veloz y al mismo tiempo sentía una potente ráfaga de pétalos en el ambiente, tanto que la empezaron a cegar, también comenzó a perder la sensación de calidez ya que sintió un frío recorrer sus piernas…sus brazos… su rostro. Ahora todo se tornó más extraño porque le costaba trabajo respirar y esto se intensifico cada vez más y más profundo. De repente el camino de flores de cerezo que danzaban alrededor del viento comenzó a despejar la vista revelando un rostro borroso.

-¿quién eres?- pregunto ella con dificultad. Nadie contestaba, solo pudo visualizar una cara ininteligible adornada con unos ojos hambrientos como los de un lobo, unos ojos color ámbar…

La cabeza de Sakura salió desesperadamente del agua, se había quedado dormida en la tina, razón que explicaba porque le costaba respirar en su perturbador sueño… recordó con poca nitidez el último fragmento del mismo.

-¡Dios!, creo que Tomoyo tiene razón… me hace falta salir con alguien- se dijo para sí misma al pensar que alguna parte de su subconsciente pudiera haber quedado deslumbrado por el atractivo de…

-¡Puaj NO! primero muerta- se volvió a reprender ella misma por el rumbo de sus pensamientos.

Sakura noto como el agua había cambiado de temperatura, ahora estaba lejanamente a ser tibia y comenzó a titiritar de frío, aún no estaba lista para salir de la agradable ducha así que abrió nuevamente las llaves del agua para tener acceso a su regulación. Espero un minuto… y luego otro… una vez que la sintió perfecta, decidió que era el momento correcto de cerrarlas. Cerro una, ok la otra estaba un poco dura… desde cuando le costaba tanto cerrar una llave… y de repente fue testigo de cómo la manija de la misma se rompía en su mano…

Ok ahora si estaba en una seria dificultad… Sakura como buena científica empezó a enumerar la problemática: 1. eran las 11:30 de la noche, 2. su llave del baño estaba rota 3. el agua de la tina cada vez comenzada a desbordar más agua 4. No sabía a quien hablar para repararla con lo que eso la llevaba nuevamente al problema 1. Ahora eran las 11:50 de la noche y su departamento se estaba convirtiendo en uno de los canales de Venecia… el sonido del timbre interrumpió su pánico. De repente corrió a ponerse su bata (una ridícula bata con estampados de perritos que le hacía compañía muchos domingos mientras veía sus series favoritas en internet).

-Por favor que sea Touya, por favor que sea Touya- suplico para sí misma, sabía que las posibilidades eran mínimas ya que su hermano le hacía visitas muy esporádicas y casi siempre con previo aviso, pero deseo con todas sus fuerzas la ayuda urgente de alguien con más conocimiento en el tópico. Su rostro se cubrió de decepción al notar que evidentemente no era la visita de su hermano sino la persona que menos quería ver, especialmente en una situación tan embarazosa como esta.

-Kinomoto es obvio que estas en problemas y no quiero que tú laguna cause daño a mis objetos recién desempacados en mi departamento- Syaoran sin siquiera saludar paso a la fuente del problema ya preparado con algunas herramientas, Sakura no tuvo tiempo de rechistar y sabía que no era ni siquiera necesario mostrarle el camino a la ducha, era evidente hacia donde dirigirse por el nivel de desastre.

-No siempre me pasa este tipo de situaciones….

-….

-Bueno la verdad es que una vez me quede dormida con velas aromáticas encendidas y las cortinas del baño de ese entonces… jajajaja esa es la historia de porque no uso velas otra vez- Sakura no se incomodó de los monólogos que comenzaba a tener para ella misma, a veces le pasaba que no podía estar con alguien sin recordar cosas graciosas que le habían sucedido en el pasado; además cuando charlaba era una persona muy alegre por lo que en este momento ni siquiera se preocupó por notar la falta de interés de su acompañante. Syaoran estaba concentrado con el ceño fruncido apretando unas tuercas en la llave del baño, el agua comenzaba a ser menos abundante cada vez.

-Eso también me recuerda cuando en otra ocasión olvide cerrar la ventana del baño en inviern…

-Ya está- dijo cortantemente Li

-¡Wow! Li, muchas gracias, yo quiero pedirte disculpas, creo que tuve una mala impresión hoy de ti y pues me hiciste un gran fav…

-No lo hice por ti, lo hice por mis cosas ¿recuerdas?- y con esto Syaoran se dirigió velozmente a la salida principal dejando escuchar a lo lejos un estruendoso portazo.

-Que idiota- dijo Sakura finalmente.

Nota del autor:

agarosa(1): un reactivo de laboratorio bastante costoso.

Hola a todos, esta historia estaba atrapada en mi cabeza desde hace un muy buen tiempo, tan así que realmente quería compartirla con ustedes.

Espero que me den su valiosa opinión y su motivación para continuarla.

Saludos a todos.