Esa insignia relucía más que cualquier otra en Missina Central. La había limpiado no una, sino ya tres veces ese día. Ahora que lo pienso, tal vez la limpié más veces, pero no lo recuerdo muy bien.
¿Se manchó con comida? La volvía a limpiar. ¿Le cayó polvo? La volvía a limpiar. Creo que empezé a limpiarla hasta por gusto.
No la limpies más de la cuenta, o ya no tendrá tanto brillo-me decía Burno, con esa sonrisa característica.
Solo quiero asegurarme de que todos noten quién soy ahora-respondí, alegre.
Burno solo me miró riéndose, y volvió a revisar sus documentos.
Burno es el mejor. Puede que para muchos sea solo uno entre muchísimos oficiales del cuerpo, pero para mí, es más que un jefe. Es una excelente persona y creo que se merece el puesto en el que está.
Es el primer coyote que he visto en mi vida con una fachada más intelectual (en contraste con otros, en su mayoría ladrones y fugitivos). A pesar de su aspecto frágil, muchos dicen que Burno es más fuerte de lo que aparenta. Y eso que es muy común para los coyotes engañar antes que luchar. Todos los días lo veo con el mismo uniforme púrpura de los oficiales, hechos para resaltar su autoridad. Es increíble como alguien tan bondadoso y pasivo sea un oficial. Tal vez sea por eso que muchos lo subestimamos cuando recién entramos al cuerpo. Como yo, vamos.
¡Oh, es verdad! Aún no me presento. Mi nombre es Makos Iru, y soy un guardián. Tal vez sea un tanto joven para ese cargo (tengo 24 años) pero todos dicen que me lo merezco. Hasta hace una semana, no era más que otro gato presentándose en bares, para demostrar mis habilidades atléticas. Resulta que Burno estaba en el público, y quedó sorprendido por mi actuación.
Bien para mí, que toda mi vida he querido ser un guardián. Los de nuestro rango llevan comúnmente un uniforme rojo y pantalón azul, pero yo decidí añadirle unos tirantes autorizados por el cuerpo. Burno dice que me da un toque más amigable, aunque yo hubiera querido un efecto de respeto. De todas maneras, mis tres orejas (no pregunten) no ayudan mucho a esto. Pero eso no importa ahora, ¡ya soy un guardián!
Creo que esa emoción se fue bastante rápido. Esa misma tarde me encontré persiguiendo a un trío de mocosos que habían robado un trozo de pan.
¡Vuelvan! ¡Vuelvan aquí en nombre de la ley!-les grité, mientras trataba de alcanzarlos
Los niños solo se rieron de mí y subieron a los tejados para escapar.
En el tiempo que subí, los chicos ya habían saltado a otra casa y empezaban a correr. Poco a poco los iba alcanzando, pero seguían escapándose de mí. Empezaba a pensar que ya no valía la pena perseguirlos. Pero en ese momento, uno de los niños tropezó, una rata. No llevaba camisa, y llevaba en el pantalón un pequeño puñal. No tendría más de 12 años, y su pelaje negro revelaba un par de cicatrices.
Ni tonto ni perezoso, agarré al niño por el cuello, mientras los otros niños huían, abandonando a su compañero. Por suerte, este llevaba el trozo de pan.
¡Suéltame!- gritaba- ¡Necesito ese maldito pan!
¡V-vas a venir conmigo!- dije severamente, tratando de imponer autoridad
¡No me hagas reír, idiota! Me he escapado de celdas más veces de las que te has lavado el...-
¡S-Suficiente! D-d-dime tu nombre, niño-respondí
¡Qué ingenuo que eres, novato! ¿De verdad crees que te lo voy a decir? ¿Cuándo fue la última vez que te cambiaron los pañales?-
¿Cómo sabía ese niño que yo recién empezaba? ¿Inspiro tan poco respeto? 10 minutos después, estaba en el cuerpo con el niño.
De acuerdo a los datos, el nombre de este chico es Buku-dijo Burno, revisando sus documentos- 13 años. Ya ha sido arrestado previamente por hurto y vandalismo.
¿Qué hacemos con él?-pregunté
Lo mismo que hacemos siempre con Buku- respondió Burno mirando al chico con algo de pena. Parece que ya se han visto varias veces en esa situación-Estará aquí dos días y cumplirá servicio comunitario para la panadería.
Hmph-Buku parecía bastante enojado. Aún no se cree que lo haya agarrado alguien recién empezado como yo.
Makos, ¿podrías llevar a Buku a su celda?-me pidió Burno
Hice como me ordenó y escolté a Buku hacia las celdas.
Jeje, qué ingenuos-susurraba Buku, aunque su voz expresaba un poco de nerviosismo-Me escaparé antes que se den cuenta
¡Silencio!- dije, mostrando más autoridad- Lo que has hecho está mal y vas a tener que pagar por ello.
¿Cuánto llevas aquí? ¿Un día? Los novatos como tú siempre están emocionados con la justicia, el deber y esas tonterías...dentro de un mes serás tan atorrante e indiferente como cualquier otro...-
Por suerte, llegué rápido y no tuve que seguir escuchándolo. Buku entró a la celda y me dedicó una última mirada de odio.
Mi madre se muere-me dijo, esta vez completamente serio- Me has quitado el único alimento que podía darle.
Me quedé pasmado, ¿sería cierto? Me incliné para preguntarle más.
¿Q-qué? Entonces, los otros dos chicos eran...-
Mis dos mejores amigos de toda la vida- respondió- O lo eran hasta hace unos momentos. Ibamos a repartirnos lo que lograramos robar.
Dicho esto, se tiró a su cama y se quedó dormido.
Totalmente en blanco,salí de ese lugar y fui donde Burno.
¡Oficial Burno! ¿Qué sabe sobre la madre de ese niño?- pregunté
Burno me miró extrañado.
Su madre es su única pariente que conozcamos-me dijo- Últimamente ha estado teniendo problemas de salud, pero nada grave que sepamos. De todas formas, mandamos un médico para que cuide de ella en ausencia de Buku.
No supe si creerle o no. Decidí hacerlo para no preocuparme y salí a patrullar, aún con mucho en qué pensar.
¿Hice lo correcto? A fin de cuentas, un robo es un robo pero, ¿no haría yo lo mismo? ¿Tendré que hacer cosas peores más adelantes si seguía siendo guardián? Tal vez no era tan simple como yo pensaba.
Pero mientras reflexionaba, el día avanzaba. Ya eran cerca de las 7 de la noche cuando oigo un grito viniendo de un callejón. Sin dudarlo, entro al callejón, que seguía como una especie de pasadizo. Trataba de buscar el origen del grito, dando mil vueltas a la calle, pues al parecer, esa persona estaba corriendo. Finalmente, llegué hasta un muro lleno de graffitis y basura esparcida por todos lados.
A un lado vi a un gorila descomunal, con cuerpo atlético y un aspecto de criminal. Estaba avanzando lentamente hacia quien parecía ser...!¿Buku?¡
